Quisiera compartir una historia que le ocurrió a un amigo, espero que la disfruten con mucho placer 🫦🔥
Mi nombre no es relevante en este momento, lo que de verdad importa es lo que a continuación estoy a punto de relatarles que ocurrió hace un par de años.
Me encontraba solo en casa después de una intensa jornada de trabajo en la que mis jefes son unos estúpidos y mis compañeros unos imbéciles que no les molestaría ser un inmenso basurero de restos lascivos con tal de recibir algún dinero extra, pero no me molestaba, después de todo soy hombre y eso es lo que alguien como yo debe hacer para cuidar a su familia… o al menos eso me enseñaron de pequeño. Mi esposa como todas las noches en unos momentos regresaría de trabajar, ella quería ganar su propio dinero y sentirse bien con ello (a parte de que cuando nos casamos me decía que no estudió derecho solo para llamar la atención), no tenía problema con eso.
En ocasiones me quedaba viendo la tele o prendía mi Xbox y jugaba con mis amigos; encendida el chat de voz para preguntar que jugaremos esta vez, había algo en ellos que me gustaba al oír su voz, no decidía si era que en algunas ocasiones entre ellos se molestaban o que me dirigían con dime paciencia cuál niño no sabe qué hacer. Estábamos muy aburridos de tanto jugar que ya no quedaba nada más que hacer, nos pusimos a conversar: historias, relatos, inclusive bromeamos sobre cómo nos veríamos vestidos como mujeres, las risas eran tan intensas que alguien dijo “y si lo hacemos y nos tomamos una foto, con la cara censurada obvio y nos la compartimos para reírnos un rato?” nadie lo tomó a mal, pues era una simple broma entre amigos, teníamos un grupo de WhatsApp para conversar y desde ahí la compartimos. Algo dentro de mí se alegró, pues ya sabía exactamente qué ponerme del armario de mí mujer, ese vestido negro tan entallado que no dejaba nada a la imaginación, unas medias que dejaban entre ver mis muslos combinado con unos tacones de aguja con pedrería incrustada y para finalizar uno de sus abrigos, que si bien me daban un toque de sensualidad también de misterio ¿Pero como ocultaria qué era yo? Casi como por arte de magia recordé ese antifaz lleno de plumas y joyería que uso esa primer noche que pasamos luego de nuestra boda. Era una completa Femme Fatale, como decíamos nosotros.
Compartimos nuestras fotos y todas eran realmente buenas, pero obviamente la mía se llevó todos los aplausos que incluso había declaraciones de amor hacia mí (obviamente está en plan de amigos), las risas no faltaron ese día.
Llegó la noche y mi teléfono no paraba de sonar, al otro día tenía que levantarme temprano para ir a trabajar así que decidí apagarlo. Más tarde llegando a casa me dispuse a ver quién era aquella persona que con tantos ánimos me quería contactar, tenía varios mensajes que me decían “Solo quiero platicar” y “Hey, Hey”, a parte de varias llamadas de ese número. Claramente lo conocía de aquel grupo de amigos que teníamos así que le respondí que qué quería, sólo se limitó a decir que quería verme, vivíamos relativamente cerca así que le dije que estaba bien, lo vería donde él me dijera. (Eso era algo fuera de lo común, pues solo éramos amigos porque nos conocimos por juegos en común)
El día llegó y nos vimos en un centro comercial que nos quedaba cerca a ambos, fuimos a comer a un puesto que estaba por ahí y después a platicar a un parque, nos despedimos y él me preguntó por qué tan pronto, yo la verdad no sabía qué responder pues él sabía que trabajaba solo lunes a viernes y justo mañana era sábado, no tenía excusas, así que decidí acompañarlo un rato más; esa plática que teníamos se extendido un poco y ahí final termino por decirme que desde que ví aquella foto no dejaba de pensar en mi y soñaba con poder quitarme aquellas prendas, obviamente aquello me calentó demasiado a tal punto que era incontrolable mi erección y casi sin remedio yo le dije lo mismo, él solo hecho de imaginarlo con ese mini vestido verde y medias que cubrían ese tan bien tonificado par de piernas hacía que de igual manera me encendiera y solo quisiera tenerlo frente a mi y tirarlo en la cama, desnudarlo completamente y jugar con aquello que guarda entre sus piernas, devorarlo completamente hasta sentir su mojada carga de esperma entre mis dientes y parte de mi cara… una cosa llevó a la otra entre pláticas y erecciones que terminamos en un motel de mala muerte, nuestro deseo de tenernos el uno al otro era más fuerte que nada, con la excusa de ser dos ejecutivos que al día siguiente tendrían una importante junta con inversionistas decidimos hospedar la noche; ese relato me calentaba demasiado y hacia que solo quisiera soltar mi carga de esperma en su cara. Llegamos al cuarto y nuestros deseos no se hicieron esperar, nos desnudamos completamente para frotar nuestros calientes y palpitantes cuerpos, tumbarmos entre las sábanas y hacer uso de lo que a alguna pareja olvidaba. Él amarró fuertemente mis manos a la cabecera y separó mis piernas amarrando cada una a cada extremo de la cama. Mi culo estaba totalmente expuesto hacia sus más depravados deseos… y me excitaba el solo hecho de imaginar que es lo siguiente que haría, no tengo palabras para describirlo, se sentía como si el solo quisiera jugar con mi gran culo, masajear mis bolas y masturbarme mientras lo hacía. Finalmente metió sus dedos a mi gran coño abierto y palpitante, se sentía tan bien que me tocaron de una forma que nadie lo había hecho, mis gemidos eran tan fuertes que no eran de dolor sino de placer, quería que él jugara con las paredes de mi ano dándome suaves masajes con esos grandes y cálidos dedos, pedía más y más y él sabía cómo complacerme con todo, era tanto el éxtasis que pedi que metiera su verga,
- ¿Estás seguro?, preguntó
- Si!!! Dámela toda!!!, respondí entre dolor y placer
se quitó esa tanguita negra que dejaba ver sus perfectas nalgas y cubría semejante verga. No lo podía creer, dudaba si semejante monstruosidad cabría en mi culo, la deseaba pero era mayor mi duda.
- Cambio de planes, dije
Si me entra a la boca, entonces me cabe en el culo, en mí escasa mente que tenía en ese momento era lógico
de una se abalanzó contra mí y de una metió su verga en mi boca, con mi lengua podía sentir sus venas mojadas por el líquido seminal de cuando metia su lengua a mis apretadas nalgas y jugaba con mi culo, podía sentir los latidos de su corazón a través de su jugosa verga en mi boca… al menos hasta que decidió soltar un estallido de caliente y espumoso esperma mientras yo le daba un masaje a su pito con mi lengua, era tanto que inclusive salió por mi nariz. Sin dudarlo se dirigió hacia mis nalgas y suavemente las abrió dándome una de las mejores corridas en mi culo que jamás hubiera imaginado tener.
Desde ese día le digo a mi esposa que los días viernes es mayor la carga de trabajo que tengo que hacer en la oficina y me tengo que quedar, ella no tiene problema; sé que igual me engaña, solo quiero que un día ella me pudiera ver haciéndolo con otro hombre, que yo me convierto en una perra que solo sabe abrir su culo para que jueguen con él mientras uso ropa que ni la mejor de las putas podría lucir tan ardientemente como yo lo hago.
Ahora no solo pienso en tener su verga dentro de mí todos los días y a cualquier hora, también quiero que alguien me domine mientras me masturban y juegan con mis bolas.
Mi nombre no es relevante en este momento, lo que de verdad importa es lo que a continuación estoy a punto de relatarles que ocurrió hace un par de años.
Me encontraba solo en casa después de una intensa jornada de trabajo en la que mis jefes son unos estúpidos y mis compañeros unos imbéciles que no les molestaría ser un inmenso basurero de restos lascivos con tal de recibir algún dinero extra, pero no me molestaba, después de todo soy hombre y eso es lo que alguien como yo debe hacer para cuidar a su familia… o al menos eso me enseñaron de pequeño. Mi esposa como todas las noches en unos momentos regresaría de trabajar, ella quería ganar su propio dinero y sentirse bien con ello (a parte de que cuando nos casamos me decía que no estudió derecho solo para llamar la atención), no tenía problema con eso.
En ocasiones me quedaba viendo la tele o prendía mi Xbox y jugaba con mis amigos; encendida el chat de voz para preguntar que jugaremos esta vez, había algo en ellos que me gustaba al oír su voz, no decidía si era que en algunas ocasiones entre ellos se molestaban o que me dirigían con dime paciencia cuál niño no sabe qué hacer. Estábamos muy aburridos de tanto jugar que ya no quedaba nada más que hacer, nos pusimos a conversar: historias, relatos, inclusive bromeamos sobre cómo nos veríamos vestidos como mujeres, las risas eran tan intensas que alguien dijo “y si lo hacemos y nos tomamos una foto, con la cara censurada obvio y nos la compartimos para reírnos un rato?” nadie lo tomó a mal, pues era una simple broma entre amigos, teníamos un grupo de WhatsApp para conversar y desde ahí la compartimos. Algo dentro de mí se alegró, pues ya sabía exactamente qué ponerme del armario de mí mujer, ese vestido negro tan entallado que no dejaba nada a la imaginación, unas medias que dejaban entre ver mis muslos combinado con unos tacones de aguja con pedrería incrustada y para finalizar uno de sus abrigos, que si bien me daban un toque de sensualidad también de misterio ¿Pero como ocultaria qué era yo? Casi como por arte de magia recordé ese antifaz lleno de plumas y joyería que uso esa primer noche que pasamos luego de nuestra boda. Era una completa Femme Fatale, como decíamos nosotros.
Compartimos nuestras fotos y todas eran realmente buenas, pero obviamente la mía se llevó todos los aplausos que incluso había declaraciones de amor hacia mí (obviamente está en plan de amigos), las risas no faltaron ese día.
Llegó la noche y mi teléfono no paraba de sonar, al otro día tenía que levantarme temprano para ir a trabajar así que decidí apagarlo. Más tarde llegando a casa me dispuse a ver quién era aquella persona que con tantos ánimos me quería contactar, tenía varios mensajes que me decían “Solo quiero platicar” y “Hey, Hey”, a parte de varias llamadas de ese número. Claramente lo conocía de aquel grupo de amigos que teníamos así que le respondí que qué quería, sólo se limitó a decir que quería verme, vivíamos relativamente cerca así que le dije que estaba bien, lo vería donde él me dijera. (Eso era algo fuera de lo común, pues solo éramos amigos porque nos conocimos por juegos en común)
El día llegó y nos vimos en un centro comercial que nos quedaba cerca a ambos, fuimos a comer a un puesto que estaba por ahí y después a platicar a un parque, nos despedimos y él me preguntó por qué tan pronto, yo la verdad no sabía qué responder pues él sabía que trabajaba solo lunes a viernes y justo mañana era sábado, no tenía excusas, así que decidí acompañarlo un rato más; esa plática que teníamos se extendido un poco y ahí final termino por decirme que desde que ví aquella foto no dejaba de pensar en mi y soñaba con poder quitarme aquellas prendas, obviamente aquello me calentó demasiado a tal punto que era incontrolable mi erección y casi sin remedio yo le dije lo mismo, él solo hecho de imaginarlo con ese mini vestido verde y medias que cubrían ese tan bien tonificado par de piernas hacía que de igual manera me encendiera y solo quisiera tenerlo frente a mi y tirarlo en la cama, desnudarlo completamente y jugar con aquello que guarda entre sus piernas, devorarlo completamente hasta sentir su mojada carga de esperma entre mis dientes y parte de mi cara… una cosa llevó a la otra entre pláticas y erecciones que terminamos en un motel de mala muerte, nuestro deseo de tenernos el uno al otro era más fuerte que nada, con la excusa de ser dos ejecutivos que al día siguiente tendrían una importante junta con inversionistas decidimos hospedar la noche; ese relato me calentaba demasiado y hacia que solo quisiera soltar mi carga de esperma en su cara. Llegamos al cuarto y nuestros deseos no se hicieron esperar, nos desnudamos completamente para frotar nuestros calientes y palpitantes cuerpos, tumbarmos entre las sábanas y hacer uso de lo que a alguna pareja olvidaba. Él amarró fuertemente mis manos a la cabecera y separó mis piernas amarrando cada una a cada extremo de la cama. Mi culo estaba totalmente expuesto hacia sus más depravados deseos… y me excitaba el solo hecho de imaginar que es lo siguiente que haría, no tengo palabras para describirlo, se sentía como si el solo quisiera jugar con mi gran culo, masajear mis bolas y masturbarme mientras lo hacía. Finalmente metió sus dedos a mi gran coño abierto y palpitante, se sentía tan bien que me tocaron de una forma que nadie lo había hecho, mis gemidos eran tan fuertes que no eran de dolor sino de placer, quería que él jugara con las paredes de mi ano dándome suaves masajes con esos grandes y cálidos dedos, pedía más y más y él sabía cómo complacerme con todo, era tanto el éxtasis que pedi que metiera su verga,
- ¿Estás seguro?, preguntó
- Si!!! Dámela toda!!!, respondí entre dolor y placer
se quitó esa tanguita negra que dejaba ver sus perfectas nalgas y cubría semejante verga. No lo podía creer, dudaba si semejante monstruosidad cabría en mi culo, la deseaba pero era mayor mi duda.
- Cambio de planes, dije
Si me entra a la boca, entonces me cabe en el culo, en mí escasa mente que tenía en ese momento era lógico
de una se abalanzó contra mí y de una metió su verga en mi boca, con mi lengua podía sentir sus venas mojadas por el líquido seminal de cuando metia su lengua a mis apretadas nalgas y jugaba con mi culo, podía sentir los latidos de su corazón a través de su jugosa verga en mi boca… al menos hasta que decidió soltar un estallido de caliente y espumoso esperma mientras yo le daba un masaje a su pito con mi lengua, era tanto que inclusive salió por mi nariz. Sin dudarlo se dirigió hacia mis nalgas y suavemente las abrió dándome una de las mejores corridas en mi culo que jamás hubiera imaginado tener.
Desde ese día le digo a mi esposa que los días viernes es mayor la carga de trabajo que tengo que hacer en la oficina y me tengo que quedar, ella no tiene problema; sé que igual me engaña, solo quiero que un día ella me pudiera ver haciéndolo con otro hombre, que yo me convierto en una perra que solo sabe abrir su culo para que jueguen con él mientras uso ropa que ni la mejor de las putas podría lucir tan ardientemente como yo lo hago.
Ahora no solo pienso en tener su verga dentro de mí todos los días y a cualquier hora, también quiero que alguien me domine mientras me masturban y juegan con mis bolas.
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