Lucía es mi mejor amiga de toda la vida. Con ella nos conocemos desde el jardín y desde ese momento no nos hemos separado nunca.
Ella tiene un hermano dos años menor, Martin. Cuando éramos chicos, él se unía a nuestro grupo de amigos para jugar ya que no tenía muchos amigos, por ende, mi relación con él era bastante cercana.
Con el paso del tiempo, ya en la secundaria, él se fue alejando de nuestro grupo. Naturalmente había estrechado el vínculo con sus compañeros de clase y pasaba mucho más tiempo con ellos.
Los años pasaban y Martin cada vez se hacía más hombre. A la par, mi amiga y yo estábamos pasando por una adolescencia plena. Las hormonas de nosotras y de todo el curso invadían todo el salón de clases.
Siempre me gustó Martin, pero a esa edad era muy difícil que tengamos algo. Primero, porque era el hermano de mi mejor amiga y segundo, porque la diferencia de edad en la adolescencia es mucho más marcada por más que sean sólo dos años. Para él y sus compañeros yo era una "veterana", por ende, nunca me atreví a decirle lo que sentía por él.
Una vez que finalizamos la secundaria, Lucía se empeñó en encontrar un trabajo para independizarse. Yo, decidí hacer una carrera a distancia, ya que no tenía suficiente dinero para mudarme a una ciudad más grande y cursar de manera presencial.
Luego de dos años, Martin terminó la secundaria y a los pocos meses, se mudó a otra ciudad para hacer una carrera.
Ellos sí tenían dinero para cubrir los estudios, solo que Lucía priorizó su independencia y decidió quedarse en nuestra pequeña ciudad. Según ella, también lo hacía por mí, para hacerme compañía y no extrañarme tanto.
Martin volvía a nuestra ciudad en verano, ni bien terminaba de rendir los finales.
Yo me puse de novia con un chico del barrio y estuve con él bastantes años. Hasta que descubrí que no era su única novia, sino que salía con media ciudad. Vuelvo a aclarar que es una ciudad chica y los chismes corren a la velocidad de la luz. Tarde o temprano me iba a enterar.
Luego de esa desilusión amorosa, no volví a ponerme de novia, pero sí cogía con algunos chicos.
Unos años después, yo ya con 28 años y con mi carrera finalizada, había decidido que era hora de volar a otros rumbos, ya harta de la monotonía de una ciudad pequeña.
Estaba llegando fin de año ya y yo tenía pensado irme a principios del siguiente.
Como era costumbre, Martin vino a la ciudad para pasar las fiestas. Cada vez que venía, estaba más bueno que el año anterior y como era mi último año allí, decidí que era el momento para cogermelo y terminar con un deseo que ya tenía más de una década.
Cuando nos vimos, lo saludé efusivamente, distinto a las veces anteriores. Lo abracé por bastante tiempo y él me correspondió, era buena señal. Mi amiga se dio cuenta del detalle pero no dijo nada, solo me miró algo sorprendida.
Me empeñé en ir todos los días a su casa y quedarme prácticamente todo el día allí.
Lucía entre bromas me decía "nunca venís tanto a casa, que te echaron de la tuya?". Yo solo me reía y la miraba con complicidad.
Aprovechaba cada oportunidad que tenía de tener algún contacto físico con Martin. Él, de a poco empezó a devolverme las señales que yo le daba, que eran cada vez más claras.
Un día, mi amiga me dijo
L: Amiga, me estoy dando cuenta de lo que estás haciendo...
Y: De qué? No estoy haciendo nada!
L: Nos conocemos desde el jardín, a mí no me vas a engañar!
Y: Pero no sé de qué me hablás!!
L: De que te lo querés coger a mi hermano, no te hagas!
Y: No, nada que ver! Lo veo unas pocas semanas al año y por eso soy más cariñosa, pero de ahí a cogermelo...
L: Si veo cómo se te cae la baba cuando anda sin remera por la casa, dale!!
Y: Bueno, se puso lindo Martincito, no te lo voy a negar! Pero nada que ver...
L: Amiga, somos grandes ya! Igual, todo bien! No me molesta para nada! Además, siempre te gustó!
Y: Nunca me dio bola!
L: Pero ahora si, veo cómo te agarra la mano, cómo te acaricia la espalda, el pelo...
Dale, aparte necesita una buena sacudida, se la pasa estudiando todo el año... y quién mejor que alguien con tanta experiencia como vos jajaja
Y: Jajaja Estúpida!
Llegó la noche buena y como era costumbre año tras año, celebraba con mi familia y luego me iba a saludar a Lucía y a su familia.
Ese día me había vestido bastante provocativa para llamar la atención de Martin. Me puse un short ajustado y un top color gris, sin corpiño para que se me noten los pezones a través de la tela.
Cuando llegué a la casa de mi amiga, saludé a toda la familia, luego a Lucía y por último a él, que le apoyé las tetas en el pecho cuando lo abracé. Luego, recorrió mi espalda disimuladamente mientras el abrazo se terminaba.
Me quedé charlando con Lu y de vez en cuando miraba a su hermano, que me miraba bastante...
Me habían invitado al boliche para seguir la fiesta. Decidí invitar a Lucía y obviamente le dije a él, que en unos minutos estaba listo para salir.
Llegamos al lugar. Estaba lleno y hacía un calor infernal. Inmediatamente fuimos a la barra a refrescarnos.
Prácticamente toda la ciudad estaba metida en ese lugar. Era imposible bailar.
Nos quedamos con el grupo de amigos ahí en la barra hasta que empezaron a sonar canciones que solíamos bailar en la secundaria. Allí nos pusimos a bailar entre todos, pero de vez en cuando acariciaba sutilmente a Martin y él agarraba mi cintura.
En un momento le comenté que tenía mucho calor y le mostré el sudor que corría entre mis tetas. Él agarró una servilleta y comenzó a secarme. Luego me dijo "es inútil que te seque porque vas a seguir transpirando". Y yo le contesté - "entonces qué propones?"- y él me respondió - "vamos a un lugar más fresco así te seco mejor". A continuación me agarró de la mano y salimos del boliche. Ni bien cruzamos la puerta, nos empezamos a besar con desesperación, todo ese deseo guardado por años salió por mi boca, que no se quería despegar de la suya jamás.
Sus manos recorrían mi cintura, toda la espalda, lentamente iba bajando hacia mis nalgas y la cosa se iba poniendo más caliente. Yo solamente disfrutaba el prólogo de una noche que había esperado por mucho tiempo.
Pero de repente, un malon de gente salió del boliche dando trompadas y patadas. Aparentemente se estaban peleando adentro del local y los patovicas los sacaron.
Todo ese momento mágico se desvaneció en unos pocos segundos y yo sólo atiné a entrar nuevamente al boliche para ver cómo estaba mi amiga.
Afortunadamente la pelea no llegó hasta donde estaba ella y el resto del grupo, pero en ese momento dimos por finalizado el festejo y decidimos volver a nuestras casas.
Cuando salimos, vi a Martin que estaba yéndose con unos chicos. Creo que eran de uno de los bandos que se estaban peleando. A lo lejos pude ver que acompañaba a un chico alto, tes morena (afrodescendiente supongo) que me llamó la atención ya que no lo había visto nunca.
Los siguientes días no fui a la casa de mi Lucía porque con mi familia nos fuimos a la quinta que era de mi abuelo. Nos quedamos unos días para compartir un rato con otros familiares que no vemos tan a menudo.
Sinceramente fue un poco aburrido porque no estaban mis primos, que son de mi edad. Solamente fueron mis tíos y un par de amigos de la familia. Pero por momentos me entretenía charlando con Lucía. Me dijo que Martin le había pedido mi número y que seguramente me iba a escribir en algún momento.
L: Amiga, qué pasó el otro día con mi hermano?
Y: Como hacía calor ahí adentro, nos fuimos afuera del boliche para tomar aire.
L: Si, seguro tomaron aire...
Y: Jaja bueno, empezamos a besarnos intensamente. Iba todo bien, ya habíamos empezado a apretar y la cosa iba subiendo de tono, pero los justo los de seguridad sacaron a esos tarados que se estaban peleando y ahí se cortó todo.
L: Uh, qué mal! Te quedaste encendida, me imagino...
Y: Siii, la tanga era un pegote después jaja
L: Siempre tan descriptiva vos jaja
Bueno, te cuento que me pidió tu número, así que en cualquier momento te escribe
Y: Ah, quiere revancha! Muy bien Jajaja
Espero que por lo menos esté bien armado, porque ya veo que no tiene nada y todo esto es en vano jaja
L: Quedate tranquila que está bastante bien!
Y: Ey, cómo sabés? Degenerada!!
L: Jajaja noo, una vez lo enganché haciéndose una paja y ahí vi que estaba bastante bien. Fue cuando tenía 15 años.
Y: Ah, mmm, entonces ahora quizás está mejor...
L: Pero ni siquiera le tocaste el bulto?
Y: No, no me dio tiempo... ay amiga, basta! Es tu hermano!
L: Bueno, está bien, no pasa nada jaja
Y: Ahora me da vergüenza!!
L: Avísame si te escribió!
Y: Dale!
Luego de unas horas, ya de noche, recibo un mensaje de Martin.
M: Hola, cómo estás? Soy Martin, le pedí tu número a Lucía, pero seguro ya lo sabés, porque se cuentan todo...
Y: Holaaa, todo bien? Si, me dijo que quizás me escribías...
M: Le pedí tu número porque no apareciste más por casa y quería saber si todo estaba bien...
Y: Es que ahora no estoy en la ciudad, estoy en una quinta con mi familia. Está todo bien!
M: Ah, menos mal! Pensaba que te habías arrepentido de lo que pasó el otro día..
Y: No me arrepentí! Pero me hubiese gustado que me esperaras a que salga del boliche y la seguíamos
M: Como saliste corriendo, pensé que ahí se había cortado todo!
Y: No, fui a ver si tu hermana estaba bien, pero cuando salimos, te estabas yendo con otro chico.
Ah, y a propósito! Quién es ese chico? Nunca lo vi aquí...
M: Él es Juan, un amigo que me encontré cuando te fuiste
Y: Ah, pero él no estaba con el grupito que se estaba peleando?
M: Si, pero Juan no hizo nada.
Y: Ah, bueno! Pero no es de acá, de dónde salió?
M: Juan vive en otra ciudad y vino para acá a pasar las fiestas con unos amigos.
Cuándo volvés?
Y: En dos días, eso espero... estoy aburrida acá!!
M: Vas a volver a visitarme, digo... a visitar a mi hermana?
Y: Si, seguramente voy a pasar...
M: Ya tenemos la pileta lista!
Y: Genial! Y después me vas a secar?
M: Toda las veces que quieras!!
Y: Pero esta vez me tenés que secar bien...
M: Pero si te sequé bien el otro día!
Y: Me secaste las tetas pero otra parte quedó mojada
M: Esa parte no se seca, se moja aún más...
La charla fue subiendo de tono y no pude evitar ir al patio en plena oscuridad y tocarme mientras seguíamos hablando.
A los días, Lucía me invitó a su casa para meternos en la pileta. Me aclaró que iba a estar Martin, así que no dudé en ponerme la bikini que mejor me quedaba para provocarlo.
Efectivamente no me sacó la mirada de encima en toda la tarde. Ambos sentíamos pudor y no nos atrevimos a hacer nada delante de Lucía y de su familia.
Para fin de año, le tocaba a Lucía venir a mi casa a saludar después del brindis. Por lo cual, no lo vi a Martin. Aunque luego iríamos a un boliche (uno distinto al anterior) y él iba a estar ahí.
Cuando llegamos al lugar, también estaba lleno de gente y también hacía calor. No había otra alternativa en la ciudad, sólo habían dos boliches.
Buscamos a nuestros amigos y nos quedamos bailando en ronda. Hasta que en un momento siento que alguien me agarra de la cintura. Cuando me doy vuelta, era Martin, que me abraza y me dice "feliz año". Obviamente le devuelvo el abrazo y luego me ofreció un trago. Nos estábamos divirtiendo bastante pese al hacinamiento y al calor. Llegó un momento en que se empezó a llenar más y más el lugar y ahí uno de los chicos dijo que había una fiesta en la casa de alguien. Sin pensarlo mucho, fuimos en manada hasta el lugar.
Cuando llegamos a la puerta, yo me quería morir. Era la casa de Ulises, mi ex (el que me engañó con media ciudad). En ese momento dije que mejor me iba a mi casa, pero Lucía me hizo entrar en razón diciéndome que ya había pasado mucho tiempo de lo ocurrido y que además hay bastante gente en el lugar y que no iba a notar su presencia.
Finalmente accedí porque estaba Martin también.
Entramos y a la primera persona que me crucé es a Ulises, que me miró sorprendido. Lo saludé como si nada hubiese pasado y seguí caminando hasta el patio.
Seguíamos tomando y disfrutando de una noche hermosa. Pero yo quería que sea la mejor noche. Comencé a rozarme con Martin mientras bailábamos, él también aprovechaba para meter mano por todos lados y la cosa se fue poniendo cada vez más caliente. Lucía y nuestros amigos se fueron a otro lugar y nos dejaron solos.
Yo estaba bastante alcoholizada y si fuera por mí, me bajaba la tanga ahí mismo.
En un momento me fui al baño a retocarme un poco y a limpiarme el enchastre que tenía entre las piernas. Decidí directamente sacarme la tanga porque estaba empapada y volví hacia donde estaba él. Cuando lo veo, estaba conversando con el moreno alto del boliche. Me acerqué y Martin me lo presentó. Luego de saludar nos dejó solos.
Inmediatamente nos comimos la boca y continuamos lo que había quedado inconcluso aquella noche.
Martin me agarró de la cintura y me metió en un cuarto oscuro. Allí se intensificó la lujuria y empezamos a manosearnos con desesperación. Cuando sus manos llegan a mi entrepierna, se da cuenta de que estoy sin ropa interior y empieza a acaricia mi vagina. Yo sin perder tiempo, le saqué el pantalón y el bóxer y comencé a masturbarlo rápidamente. Luego él me agarró de los pelos e hizo que me arrodille para que le chupe la verga. Yo obedecí y me la metí en la boca mientras él me marcaba el ritmo.
Luego le dije "tenés una pija muy rica, pero quiero que me la metas". Me levanté, me puse de espalda contra la pared y él me la metió entera. Me penetraba con mucha fuerza y yo gemía sin reparo. "No sabés lo que esperé este momento... me moría de ganas de que me cojas así, mi amor".
Me estaba dando duro contra la pared y me encantaba. Yo en cualquier momento iba a acabar, pero de repente escucho que la puerta se abre y luego se cierra.
Martin me siguió cogiendo pero después de unos minutos me la sacó. Yo le pregunté si ya había acabado, pero el me respondió que no, que solo estaba descansando unos minutos y luego comenzó a besarme el cuello y a tocarme las tetas.
Nuevamente me empecé a calentar y le pedí que me la meta de nuevo.
Cuando me volvió a penetrar, la sentí un poco más. Pensé que con la pausa se me había cerrado un poco la vagina. Pero también me di cuenta de que me la estaba metiendo más y más profundo. "Epa, todo eso me estabas mesquinando?" - le dije riendo mientras empezaba a gozar cada vez más. La sensación era muy intensa y en unos pocos segundos me hizo acabar de una manera única. Apenas me podía mantener en pie. Le pedí que me la saque un ratito y que vayamos a la cama. Cuando me doy vuelta, vi que no era Martin (que estaba a un costado) sino que era Juan. En lugar de enojarme, le pedí que me siga cogiendo, ya que me había encantado. Me puse en cuatro sobre la cama e inmediatamente Juan me agarró de la cintura y me siguió cogiendo. Después de unos minutos acabó dentro mío. Me dio un beso y quedó recostado mientras yo seguía en cuatro esperando la verga de Martin. Él me la metió hasta el fondo y comenzó a moverse con mucha fuerza. Sus huevos se estrellaban en mí. Luego me puse encima suyo y lo cabalgué hasta que tuve otro orgasmo.
Cómo él no acababa, le comencé a chupar la verga hasta que me llenó la boca de semen y luego nos acostamos al lado de Juan y nos dormimos.
Al rato, ya de día, me desperté pensando en lo morbosa que era la situación y me calenté mucho. Le agarré la verga a Juan y se la empecé a chupar hasta que agarró tamaño (gran tamaño). Obviamente en unos instantes ya se había despertado y ya me tenía arriba suyo lista para la acción. Logré metermela entera y sentía que me había atravesado un palo hasta el ombligo.
Me movía de forma circular y me frotaba lentamente hasta que finalmente llegó ese orgasmo matutino.
En un momento despertó Martin y vio que ya habíamos empezado la fiesta y preguntó cómo se podía sumar. Yo, que estaba muy caliente, me incliné un poco y le señalé el ano. Así que en pocos minutos me empezó a dilatar y luego me la metió.
Me cogieron por los dos agujeros un rato más y luego Martín acabó. Me la sacó y se fue a cambiar. Yo seguía cabalgando a Juan hasta que en un momento me saqué la verga y me puse en cuatro diciéndole que me la meta por el culo. El negro rápidamente se colocó atrás mío y comenzó a meterla suavemente. Sentí que entró completamente y luego comenzó a moverse lentamente mientras abría aún más el orificio. Estaba tan apretado que en pocos minutos acabó.
Luego salimos los tres de esa habitación. Yo solamente puse una camisa de Juan y ellos dos estaban semidesnudos.
En la mesa del comedor estaba Ulises con otra gente. Nosotros fuimos y nos sentamos a desayunar con ellos. La cara de Ulises lo era todo. Seguramente le habré dejado semen en la silla porque no me había limpiado.
Resulta que Juan estaba parando en la casa de Ulises ya que es su amigo. Y justo entramos con Martin a cojer a su habitación y luego él se sumó... fin


Ella tiene un hermano dos años menor, Martin. Cuando éramos chicos, él se unía a nuestro grupo de amigos para jugar ya que no tenía muchos amigos, por ende, mi relación con él era bastante cercana.
Con el paso del tiempo, ya en la secundaria, él se fue alejando de nuestro grupo. Naturalmente había estrechado el vínculo con sus compañeros de clase y pasaba mucho más tiempo con ellos.
Los años pasaban y Martin cada vez se hacía más hombre. A la par, mi amiga y yo estábamos pasando por una adolescencia plena. Las hormonas de nosotras y de todo el curso invadían todo el salón de clases.
Siempre me gustó Martin, pero a esa edad era muy difícil que tengamos algo. Primero, porque era el hermano de mi mejor amiga y segundo, porque la diferencia de edad en la adolescencia es mucho más marcada por más que sean sólo dos años. Para él y sus compañeros yo era una "veterana", por ende, nunca me atreví a decirle lo que sentía por él.
Una vez que finalizamos la secundaria, Lucía se empeñó en encontrar un trabajo para independizarse. Yo, decidí hacer una carrera a distancia, ya que no tenía suficiente dinero para mudarme a una ciudad más grande y cursar de manera presencial.
Luego de dos años, Martin terminó la secundaria y a los pocos meses, se mudó a otra ciudad para hacer una carrera.
Ellos sí tenían dinero para cubrir los estudios, solo que Lucía priorizó su independencia y decidió quedarse en nuestra pequeña ciudad. Según ella, también lo hacía por mí, para hacerme compañía y no extrañarme tanto.
Martin volvía a nuestra ciudad en verano, ni bien terminaba de rendir los finales.
Yo me puse de novia con un chico del barrio y estuve con él bastantes años. Hasta que descubrí que no era su única novia, sino que salía con media ciudad. Vuelvo a aclarar que es una ciudad chica y los chismes corren a la velocidad de la luz. Tarde o temprano me iba a enterar.
Luego de esa desilusión amorosa, no volví a ponerme de novia, pero sí cogía con algunos chicos.
Unos años después, yo ya con 28 años y con mi carrera finalizada, había decidido que era hora de volar a otros rumbos, ya harta de la monotonía de una ciudad pequeña.
Estaba llegando fin de año ya y yo tenía pensado irme a principios del siguiente.
Como era costumbre, Martin vino a la ciudad para pasar las fiestas. Cada vez que venía, estaba más bueno que el año anterior y como era mi último año allí, decidí que era el momento para cogermelo y terminar con un deseo que ya tenía más de una década.
Cuando nos vimos, lo saludé efusivamente, distinto a las veces anteriores. Lo abracé por bastante tiempo y él me correspondió, era buena señal. Mi amiga se dio cuenta del detalle pero no dijo nada, solo me miró algo sorprendida.
Me empeñé en ir todos los días a su casa y quedarme prácticamente todo el día allí.
Lucía entre bromas me decía "nunca venís tanto a casa, que te echaron de la tuya?". Yo solo me reía y la miraba con complicidad.
Aprovechaba cada oportunidad que tenía de tener algún contacto físico con Martin. Él, de a poco empezó a devolverme las señales que yo le daba, que eran cada vez más claras.
Un día, mi amiga me dijo
L: Amiga, me estoy dando cuenta de lo que estás haciendo...
Y: De qué? No estoy haciendo nada!
L: Nos conocemos desde el jardín, a mí no me vas a engañar!
Y: Pero no sé de qué me hablás!!
L: De que te lo querés coger a mi hermano, no te hagas!
Y: No, nada que ver! Lo veo unas pocas semanas al año y por eso soy más cariñosa, pero de ahí a cogermelo...
L: Si veo cómo se te cae la baba cuando anda sin remera por la casa, dale!!
Y: Bueno, se puso lindo Martincito, no te lo voy a negar! Pero nada que ver...
L: Amiga, somos grandes ya! Igual, todo bien! No me molesta para nada! Además, siempre te gustó!
Y: Nunca me dio bola!
L: Pero ahora si, veo cómo te agarra la mano, cómo te acaricia la espalda, el pelo...
Dale, aparte necesita una buena sacudida, se la pasa estudiando todo el año... y quién mejor que alguien con tanta experiencia como vos jajaja
Y: Jajaja Estúpida!
Llegó la noche buena y como era costumbre año tras año, celebraba con mi familia y luego me iba a saludar a Lucía y a su familia.
Ese día me había vestido bastante provocativa para llamar la atención de Martin. Me puse un short ajustado y un top color gris, sin corpiño para que se me noten los pezones a través de la tela.
Cuando llegué a la casa de mi amiga, saludé a toda la familia, luego a Lucía y por último a él, que le apoyé las tetas en el pecho cuando lo abracé. Luego, recorrió mi espalda disimuladamente mientras el abrazo se terminaba.
Me quedé charlando con Lu y de vez en cuando miraba a su hermano, que me miraba bastante...
Me habían invitado al boliche para seguir la fiesta. Decidí invitar a Lucía y obviamente le dije a él, que en unos minutos estaba listo para salir.
Llegamos al lugar. Estaba lleno y hacía un calor infernal. Inmediatamente fuimos a la barra a refrescarnos.
Prácticamente toda la ciudad estaba metida en ese lugar. Era imposible bailar.
Nos quedamos con el grupo de amigos ahí en la barra hasta que empezaron a sonar canciones que solíamos bailar en la secundaria. Allí nos pusimos a bailar entre todos, pero de vez en cuando acariciaba sutilmente a Martin y él agarraba mi cintura.
En un momento le comenté que tenía mucho calor y le mostré el sudor que corría entre mis tetas. Él agarró una servilleta y comenzó a secarme. Luego me dijo "es inútil que te seque porque vas a seguir transpirando". Y yo le contesté - "entonces qué propones?"- y él me respondió - "vamos a un lugar más fresco así te seco mejor". A continuación me agarró de la mano y salimos del boliche. Ni bien cruzamos la puerta, nos empezamos a besar con desesperación, todo ese deseo guardado por años salió por mi boca, que no se quería despegar de la suya jamás.
Sus manos recorrían mi cintura, toda la espalda, lentamente iba bajando hacia mis nalgas y la cosa se iba poniendo más caliente. Yo solamente disfrutaba el prólogo de una noche que había esperado por mucho tiempo.
Pero de repente, un malon de gente salió del boliche dando trompadas y patadas. Aparentemente se estaban peleando adentro del local y los patovicas los sacaron.
Todo ese momento mágico se desvaneció en unos pocos segundos y yo sólo atiné a entrar nuevamente al boliche para ver cómo estaba mi amiga.
Afortunadamente la pelea no llegó hasta donde estaba ella y el resto del grupo, pero en ese momento dimos por finalizado el festejo y decidimos volver a nuestras casas.
Cuando salimos, vi a Martin que estaba yéndose con unos chicos. Creo que eran de uno de los bandos que se estaban peleando. A lo lejos pude ver que acompañaba a un chico alto, tes morena (afrodescendiente supongo) que me llamó la atención ya que no lo había visto nunca.
Los siguientes días no fui a la casa de mi Lucía porque con mi familia nos fuimos a la quinta que era de mi abuelo. Nos quedamos unos días para compartir un rato con otros familiares que no vemos tan a menudo.
Sinceramente fue un poco aburrido porque no estaban mis primos, que son de mi edad. Solamente fueron mis tíos y un par de amigos de la familia. Pero por momentos me entretenía charlando con Lucía. Me dijo que Martin le había pedido mi número y que seguramente me iba a escribir en algún momento.
L: Amiga, qué pasó el otro día con mi hermano?
Y: Como hacía calor ahí adentro, nos fuimos afuera del boliche para tomar aire.
L: Si, seguro tomaron aire...
Y: Jaja bueno, empezamos a besarnos intensamente. Iba todo bien, ya habíamos empezado a apretar y la cosa iba subiendo de tono, pero los justo los de seguridad sacaron a esos tarados que se estaban peleando y ahí se cortó todo.
L: Uh, qué mal! Te quedaste encendida, me imagino...
Y: Siii, la tanga era un pegote después jaja
L: Siempre tan descriptiva vos jaja
Bueno, te cuento que me pidió tu número, así que en cualquier momento te escribe
Y: Ah, quiere revancha! Muy bien Jajaja
Espero que por lo menos esté bien armado, porque ya veo que no tiene nada y todo esto es en vano jaja
L: Quedate tranquila que está bastante bien!
Y: Ey, cómo sabés? Degenerada!!
L: Jajaja noo, una vez lo enganché haciéndose una paja y ahí vi que estaba bastante bien. Fue cuando tenía 15 años.
Y: Ah, mmm, entonces ahora quizás está mejor...
L: Pero ni siquiera le tocaste el bulto?
Y: No, no me dio tiempo... ay amiga, basta! Es tu hermano!
L: Bueno, está bien, no pasa nada jaja
Y: Ahora me da vergüenza!!
L: Avísame si te escribió!
Y: Dale!
Luego de unas horas, ya de noche, recibo un mensaje de Martin.
M: Hola, cómo estás? Soy Martin, le pedí tu número a Lucía, pero seguro ya lo sabés, porque se cuentan todo...
Y: Holaaa, todo bien? Si, me dijo que quizás me escribías...
M: Le pedí tu número porque no apareciste más por casa y quería saber si todo estaba bien...
Y: Es que ahora no estoy en la ciudad, estoy en una quinta con mi familia. Está todo bien!
M: Ah, menos mal! Pensaba que te habías arrepentido de lo que pasó el otro día..
Y: No me arrepentí! Pero me hubiese gustado que me esperaras a que salga del boliche y la seguíamos
M: Como saliste corriendo, pensé que ahí se había cortado todo!
Y: No, fui a ver si tu hermana estaba bien, pero cuando salimos, te estabas yendo con otro chico.
Ah, y a propósito! Quién es ese chico? Nunca lo vi aquí...
M: Él es Juan, un amigo que me encontré cuando te fuiste
Y: Ah, pero él no estaba con el grupito que se estaba peleando?
M: Si, pero Juan no hizo nada.
Y: Ah, bueno! Pero no es de acá, de dónde salió?
M: Juan vive en otra ciudad y vino para acá a pasar las fiestas con unos amigos.
Cuándo volvés?
Y: En dos días, eso espero... estoy aburrida acá!!
M: Vas a volver a visitarme, digo... a visitar a mi hermana?
Y: Si, seguramente voy a pasar...
M: Ya tenemos la pileta lista!
Y: Genial! Y después me vas a secar?
M: Toda las veces que quieras!!
Y: Pero esta vez me tenés que secar bien...
M: Pero si te sequé bien el otro día!
Y: Me secaste las tetas pero otra parte quedó mojada
M: Esa parte no se seca, se moja aún más...
La charla fue subiendo de tono y no pude evitar ir al patio en plena oscuridad y tocarme mientras seguíamos hablando.
A los días, Lucía me invitó a su casa para meternos en la pileta. Me aclaró que iba a estar Martin, así que no dudé en ponerme la bikini que mejor me quedaba para provocarlo.
Efectivamente no me sacó la mirada de encima en toda la tarde. Ambos sentíamos pudor y no nos atrevimos a hacer nada delante de Lucía y de su familia.
Para fin de año, le tocaba a Lucía venir a mi casa a saludar después del brindis. Por lo cual, no lo vi a Martin. Aunque luego iríamos a un boliche (uno distinto al anterior) y él iba a estar ahí.
Cuando llegamos al lugar, también estaba lleno de gente y también hacía calor. No había otra alternativa en la ciudad, sólo habían dos boliches.
Buscamos a nuestros amigos y nos quedamos bailando en ronda. Hasta que en un momento siento que alguien me agarra de la cintura. Cuando me doy vuelta, era Martin, que me abraza y me dice "feliz año". Obviamente le devuelvo el abrazo y luego me ofreció un trago. Nos estábamos divirtiendo bastante pese al hacinamiento y al calor. Llegó un momento en que se empezó a llenar más y más el lugar y ahí uno de los chicos dijo que había una fiesta en la casa de alguien. Sin pensarlo mucho, fuimos en manada hasta el lugar.
Cuando llegamos a la puerta, yo me quería morir. Era la casa de Ulises, mi ex (el que me engañó con media ciudad). En ese momento dije que mejor me iba a mi casa, pero Lucía me hizo entrar en razón diciéndome que ya había pasado mucho tiempo de lo ocurrido y que además hay bastante gente en el lugar y que no iba a notar su presencia.
Finalmente accedí porque estaba Martin también.
Entramos y a la primera persona que me crucé es a Ulises, que me miró sorprendido. Lo saludé como si nada hubiese pasado y seguí caminando hasta el patio.
Seguíamos tomando y disfrutando de una noche hermosa. Pero yo quería que sea la mejor noche. Comencé a rozarme con Martin mientras bailábamos, él también aprovechaba para meter mano por todos lados y la cosa se fue poniendo cada vez más caliente. Lucía y nuestros amigos se fueron a otro lugar y nos dejaron solos.
Yo estaba bastante alcoholizada y si fuera por mí, me bajaba la tanga ahí mismo.
En un momento me fui al baño a retocarme un poco y a limpiarme el enchastre que tenía entre las piernas. Decidí directamente sacarme la tanga porque estaba empapada y volví hacia donde estaba él. Cuando lo veo, estaba conversando con el moreno alto del boliche. Me acerqué y Martin me lo presentó. Luego de saludar nos dejó solos.
Inmediatamente nos comimos la boca y continuamos lo que había quedado inconcluso aquella noche.
Martin me agarró de la cintura y me metió en un cuarto oscuro. Allí se intensificó la lujuria y empezamos a manosearnos con desesperación. Cuando sus manos llegan a mi entrepierna, se da cuenta de que estoy sin ropa interior y empieza a acaricia mi vagina. Yo sin perder tiempo, le saqué el pantalón y el bóxer y comencé a masturbarlo rápidamente. Luego él me agarró de los pelos e hizo que me arrodille para que le chupe la verga. Yo obedecí y me la metí en la boca mientras él me marcaba el ritmo.
Luego le dije "tenés una pija muy rica, pero quiero que me la metas". Me levanté, me puse de espalda contra la pared y él me la metió entera. Me penetraba con mucha fuerza y yo gemía sin reparo. "No sabés lo que esperé este momento... me moría de ganas de que me cojas así, mi amor".
Me estaba dando duro contra la pared y me encantaba. Yo en cualquier momento iba a acabar, pero de repente escucho que la puerta se abre y luego se cierra.
Martin me siguió cogiendo pero después de unos minutos me la sacó. Yo le pregunté si ya había acabado, pero el me respondió que no, que solo estaba descansando unos minutos y luego comenzó a besarme el cuello y a tocarme las tetas.
Nuevamente me empecé a calentar y le pedí que me la meta de nuevo.
Cuando me volvió a penetrar, la sentí un poco más. Pensé que con la pausa se me había cerrado un poco la vagina. Pero también me di cuenta de que me la estaba metiendo más y más profundo. "Epa, todo eso me estabas mesquinando?" - le dije riendo mientras empezaba a gozar cada vez más. La sensación era muy intensa y en unos pocos segundos me hizo acabar de una manera única. Apenas me podía mantener en pie. Le pedí que me la saque un ratito y que vayamos a la cama. Cuando me doy vuelta, vi que no era Martin (que estaba a un costado) sino que era Juan. En lugar de enojarme, le pedí que me siga cogiendo, ya que me había encantado. Me puse en cuatro sobre la cama e inmediatamente Juan me agarró de la cintura y me siguió cogiendo. Después de unos minutos acabó dentro mío. Me dio un beso y quedó recostado mientras yo seguía en cuatro esperando la verga de Martin. Él me la metió hasta el fondo y comenzó a moverse con mucha fuerza. Sus huevos se estrellaban en mí. Luego me puse encima suyo y lo cabalgué hasta que tuve otro orgasmo.
Cómo él no acababa, le comencé a chupar la verga hasta que me llenó la boca de semen y luego nos acostamos al lado de Juan y nos dormimos.
Al rato, ya de día, me desperté pensando en lo morbosa que era la situación y me calenté mucho. Le agarré la verga a Juan y se la empecé a chupar hasta que agarró tamaño (gran tamaño). Obviamente en unos instantes ya se había despertado y ya me tenía arriba suyo lista para la acción. Logré metermela entera y sentía que me había atravesado un palo hasta el ombligo.
Me movía de forma circular y me frotaba lentamente hasta que finalmente llegó ese orgasmo matutino.
En un momento despertó Martin y vio que ya habíamos empezado la fiesta y preguntó cómo se podía sumar. Yo, que estaba muy caliente, me incliné un poco y le señalé el ano. Así que en pocos minutos me empezó a dilatar y luego me la metió.
Me cogieron por los dos agujeros un rato más y luego Martín acabó. Me la sacó y se fue a cambiar. Yo seguía cabalgando a Juan hasta que en un momento me saqué la verga y me puse en cuatro diciéndole que me la meta por el culo. El negro rápidamente se colocó atrás mío y comenzó a meterla suavemente. Sentí que entró completamente y luego comenzó a moverse lentamente mientras abría aún más el orificio. Estaba tan apretado que en pocos minutos acabó.
Luego salimos los tres de esa habitación. Yo solamente puse una camisa de Juan y ellos dos estaban semidesnudos.
En la mesa del comedor estaba Ulises con otra gente. Nosotros fuimos y nos sentamos a desayunar con ellos. La cara de Ulises lo era todo. Seguramente le habré dejado semen en la silla porque no me había limpiado.
Resulta que Juan estaba parando en la casa de Ulises ya que es su amigo. Y justo entramos con Martin a cojer a su habitación y luego él se sumó... fin


1 comentarios - Cogiendo al hermano de mi amiga