Gustavo se llama mi compañero de trabajo. Con él trabajamos en la misma empresa desde hace muchos años. Empezamos casi al mismo tiempo y ahora estamos nuevamente compartiendo el equipo comercial.
Cuando entré en la empresa, al poco tiempo me tocó sentarme al lado de él y nos hicimos muy amigos, al punto de jugar muchas veces al fútbol (él juega realmente bien) y compartir muchas cosas como salidas a tomar algo y a bailar.
En esa época, ambos estábamos solteros y yo terminé conociendo a Sol, mi actual mujer, una colorada (así les decimos acá a las pelirrojas) de tez blanca con pecas, ojos verdes, ondas en el cabello y una sonrisa hermosa.
Recuerdo que él la conoció en mi casamiento recién y me dijo que me felicitaba por “la colo”, que era muy bonita. Mi mujer, Sol, me dijo lo mismo de él, que no sabía que era tan alto y atractivo y que muchas de sus amigas le iban a pedir el nombre para contactarlo y alguna quizás lo conocía mejor en la misma fiesta.
En la fiesta, Gustavo estuvo bailando con muchas, pero principalmente con una prima lejana de Sol, que no veía casi nunca y que estaba muy bien esa noche. Mas tarde Gustavo me confesó que se la cogió esa misma noche, cosa que me sorprendió porque no parecía el tipo de mujer que se entrega en la primera noche.
Volviendo a la actualidad, resultó que ambos recorrimos diferentes lugares y posiciones dentro de la empresa y ahora nuevamente nos toca trabajar juntos.
Él sigue soltero y ya tiene 35 años. Se conserva muy bien, hace deportes. Tanto Sol como yo tenemos 32 años y no podemos quejarnos de nuestro físico.
Resulta que hace un tiempo tuvimos que hacer un meet (videollamada de Google con mi jefe, él y otros dos compañeros) Yo estaba en la mesa de la cocina apuntando a la ventana y mi mujer en shortcitos y musculosa sin corpiño iba y venía sin aparecer detrás de mí.
Cuando termina la reunión, uno a uno se fue desconectando y me quedo solo hablando con Gustavo. Fue cuando se produjo una situación muy rara.
Hablaba con él y a la vez miraba a mi mujer detrás de la notebook y me surgió la idea de hacer un comentario picante.
- ¿Donde estás? ¿en un bar?
- Si - me dijo él
- Ah porque se nota el ruido
- ¿Vos?
- En casa, con una vista privilegiada
Sol, mi mujer, se giró a mirarme.
- ¿Ah si?
- Si, estoy viendo algo hermoso
- ¿Algo hermoso? - reía él
- Si - le digo yo
- ¿De que color?
- Colorado, jajaja
- Ahhhh, me imagino entonces que es…
La miré a Sol que estaba atenta a nuestra conversación y le dije
- Vení, vení a saludar a Gustavo ¿te acordás de él?
Mi mujer me liquidó con la mirada como diciendo que estaba mal vestida.
- Vení que Gustavo es de confianza - le dije
Ella se volvió y se sentó en mi regazo saludando a mi amigo mientras se acomodaba su rojo cabello detrás de la oreja
- Hola Sol, ¿como estas?
- Bien ¿y vos?
- No tan bien como mi amigo, pero muy bien
Me extraño un poco su comentario
- ¿Por qué lo decís? – le pregunté
- ¡Por la linda mujer que tenés!
- ¡Gracias! - dijo mi mujer toda alegre
- Viste - dije yo
- Tenías razón cuando me decías que estabas viendo algo hermoso - dijo él
La situación era por demás extraña. Mi amigo estaba piropeando descaradamente a mi mujer y a mi me gustaba. Nunca había experimentado esta situación.
Yo metí la mano dentro de la remera de mi mujer por la espalda y comencé a acariciarla sin que mi amigo pudiera notar nada
- Gracias - dijo ella
- ¿Vos no tenés novia que andas mirando a mi mujer? - le digo
Mi mujer y yo mirábamos la pantalla. La sonrisa de Gustavo era totalmente cautivante.
- No tengo novia actualmente, pero eso no tiene nada que ver
- Ah, ¿no? - dispara mi mujer
Yo por el tono me daba cuenta de que mi mujer estaba juguetona
- Pero se apreciar cuando una mujer es hermosa como Sol - dijo él totalmente lanzado
- Gracias - volvió a decir ella
La miré y pude ver en sus ojos el brillo de la excitación
- No sabía que te gustaban las mujeres ajenas
- No tengo filtro cuando una mujer es hermosa
- ¿Ah sí? ojo que esta es mía - dije
En ese momento bajé la mano y la metí en el short de mi mujer. Ella, para mi sorpresa, al notar mi movimiento levantó la cola e hizo que mi mano se colara a la altura de su concha.
- A mí no me molesta que me digan esas cosas - dijo ella
- Bueno, a mí tampoco - dije yo
- Es que es la verdad - dijo él
Yo aproveché y le corrí la bombacha a mi mujer y le metí un dedo en la concha. Giré mi cabeza y la miré a los ojos. Ella me devolvió la mirada con una sonrisa que delataba totalmente su excitación. Su vagina estaba empapada como hacía mucho no la sentía.
- ¿Que es lo que te parece tan lindo de mi mujer? - lo pinché a mi amigo
- No, no me hagas entrar en detalles
- Dale, Sol es de confianza, ¿no? - le dije a ella mirándola
- Si, claro
Ella aprovechó para levantarse un poco y yo le metí un segundo dedo en la concha
- Bueno, digamos que tiene unos ojos hermosos
- ¿ah sí? muchas gracias - dijo ella pestañeando
- ¿Qué más? – dije yo
- No, mejor no sigo
- ¿Por qué? – quise saber
Mis dedos se movían dentro de la cálida y húmeda concha de mi mujer
- Porque a partir de ahora todo lo que pueda decir de Sol es muy fuerte
- ¡Somos grandes, Gus! – le dije
- No, prefiero guardármelo
- Una cosa más y listo – le propuse
Ahora mis dedos dentro de la concha de mi mujer se metían más profundamente y ella se movía buscando eso. Ella me empezó a acariciar el paquete que estaba durísimo
- Es que, ya empezamos a entrar en un terreno – se contenía mi amigo
Fue mi mujer la que lo animó a decirlo
- Dale, una cosa más decime… - y miró fijamente a la cámara
- Es que…
- Dale – le dijo ella
- Tenes una boca hermosa – dijo él
Pude sentir como ella expulsó aire por la nariz. Estaba a punto de acabar.
- Bueno – dijo él
- Viste no era tan difícil – dije yo
- Los dejo chicos – dijo él
- ¿Te tenés que ir? – yo quería seguir un poco mas
- Si si, aparte… ustedes están para otra cosa, me parece – dijo
- Está bien, chau, Gus – dije yo
- Chau Sol – dijo él
Mi mujer se levantó y salió del plano de la cámara. Mi amigo me miró con una sonrisa.
- Me voy a comer – le dije con una risa
- Vas a comer algo rico, ¿no? – dijo él
Sol me miraba detrás de la computadora sonriente y excitada.
- Algo muy rico – le dije mirándola a ella
No me esperaba lo que hizo. Se sacó la remera y se acarició las tetas. Esas tetas blancas con esos pezones rosados y duros de excitación. Quise seguir el juego y le dije a mi amigo antes de cortar la conversación
- Estoy viendo el plato que me voy a comer y se lo ve riquísimo
- Me imagino, debe estar buenísimo
- Totalmente, chau – le dije
- Chau, disfrutá de esa colorada hermosa – me dijo él
Me levanté de golpe y mi amigo pudo ver que mi erección era total.
- Epa, veo que ya estas listo – me dijo
- No te voy a mentir, me calentó esta situación – le reconocí
- Yo estoy igual, te diría – me sorprendió Gustavo
- Ufffff
Corté la comunicación.
Me levanté y fui corriendo hacia ella que me esperó con los brazos abiertos para besarme con mucha pasión.
La comida quedó para más tarde. Nos fuimos a la habitación y cogimos como dos adolescentes. No mencionamos palabra de la conversación con Gustavo, pero ambos sabíamos que fue eso lo que nos había excitado tanto.
Hacía mucho tiempo que no cogíamos dos veces en el mismo día, creo que desde las últimas vacaciones.
En el segundo polvo, le mencioné que me había calentado mucho estar hablando con Gustavo y al mismo tiempo meterle dedos en la concha.
Ella me sorprendió diciéndome que a ella le había gustado mucho la situación y que “en ese momento estaba para cualquier cosa”
Eso desató que le que preguntara si se hubiese gustado llegar a acabar y que mi amigo la vea acabando por la cámara. Ella se soltó y empezó a chuparme la pija, que ya estaba lista y a decirme
- ¿A vos te gusta que otros me vean acabando?
- Siiii
- ¿Y que otros sepan lo buena que soy chupando la pija?
- Siiiii
Juro que pese a que había acabado hacía menos de una hora, estaba listo para acabar nuevamente. Tuve que contenerme y la tiré en la cama para chuparle la concha. Ahí me desaté y le empecé a decir cualquier cosa:
- ¿Te calienta imaginarte a Gustavo viéndonos coger?
- Aghhhh decía ella
- ¿Si o no?
- Mucho – decía ella a punto de acabar. Yo la conocía muy bien
- ¿Y si un día hacemos una video llamada y nos mostramos un poco mas?
- Aghhh no me hagas imaginarlo…
- ¿Y si él saca la pija y se pajea?
- AAAAhhhhhhhghhhhhh – Sol acabó al instante
Si te gustó dejame unos puntos y seguí con el siguiente capítulo acá: https://www.poringa.net/posts/relatos/6187540/Todo-empezo-como-un-juego-2.html
Pueden dejarme sus comentarios en reybaco2005@gmail.com
O en Telegram @reybaco2005
Cuando entré en la empresa, al poco tiempo me tocó sentarme al lado de él y nos hicimos muy amigos, al punto de jugar muchas veces al fútbol (él juega realmente bien) y compartir muchas cosas como salidas a tomar algo y a bailar.
En esa época, ambos estábamos solteros y yo terminé conociendo a Sol, mi actual mujer, una colorada (así les decimos acá a las pelirrojas) de tez blanca con pecas, ojos verdes, ondas en el cabello y una sonrisa hermosa.
Recuerdo que él la conoció en mi casamiento recién y me dijo que me felicitaba por “la colo”, que era muy bonita. Mi mujer, Sol, me dijo lo mismo de él, que no sabía que era tan alto y atractivo y que muchas de sus amigas le iban a pedir el nombre para contactarlo y alguna quizás lo conocía mejor en la misma fiesta.
En la fiesta, Gustavo estuvo bailando con muchas, pero principalmente con una prima lejana de Sol, que no veía casi nunca y que estaba muy bien esa noche. Mas tarde Gustavo me confesó que se la cogió esa misma noche, cosa que me sorprendió porque no parecía el tipo de mujer que se entrega en la primera noche.
Volviendo a la actualidad, resultó que ambos recorrimos diferentes lugares y posiciones dentro de la empresa y ahora nuevamente nos toca trabajar juntos.
Él sigue soltero y ya tiene 35 años. Se conserva muy bien, hace deportes. Tanto Sol como yo tenemos 32 años y no podemos quejarnos de nuestro físico.
Resulta que hace un tiempo tuvimos que hacer un meet (videollamada de Google con mi jefe, él y otros dos compañeros) Yo estaba en la mesa de la cocina apuntando a la ventana y mi mujer en shortcitos y musculosa sin corpiño iba y venía sin aparecer detrás de mí.
Cuando termina la reunión, uno a uno se fue desconectando y me quedo solo hablando con Gustavo. Fue cuando se produjo una situación muy rara.
Hablaba con él y a la vez miraba a mi mujer detrás de la notebook y me surgió la idea de hacer un comentario picante.
- ¿Donde estás? ¿en un bar?
- Si - me dijo él
- Ah porque se nota el ruido
- ¿Vos?
- En casa, con una vista privilegiada
Sol, mi mujer, se giró a mirarme.
- ¿Ah si?
- Si, estoy viendo algo hermoso
- ¿Algo hermoso? - reía él
- Si - le digo yo
- ¿De que color?
- Colorado, jajaja
- Ahhhh, me imagino entonces que es…
La miré a Sol que estaba atenta a nuestra conversación y le dije
- Vení, vení a saludar a Gustavo ¿te acordás de él?
Mi mujer me liquidó con la mirada como diciendo que estaba mal vestida.
- Vení que Gustavo es de confianza - le dije
Ella se volvió y se sentó en mi regazo saludando a mi amigo mientras se acomodaba su rojo cabello detrás de la oreja
- Hola Sol, ¿como estas?
- Bien ¿y vos?
- No tan bien como mi amigo, pero muy bien
Me extraño un poco su comentario
- ¿Por qué lo decís? – le pregunté
- ¡Por la linda mujer que tenés!
- ¡Gracias! - dijo mi mujer toda alegre
- Viste - dije yo
- Tenías razón cuando me decías que estabas viendo algo hermoso - dijo él
La situación era por demás extraña. Mi amigo estaba piropeando descaradamente a mi mujer y a mi me gustaba. Nunca había experimentado esta situación.
Yo metí la mano dentro de la remera de mi mujer por la espalda y comencé a acariciarla sin que mi amigo pudiera notar nada
- Gracias - dijo ella
- ¿Vos no tenés novia que andas mirando a mi mujer? - le digo
Mi mujer y yo mirábamos la pantalla. La sonrisa de Gustavo era totalmente cautivante.
- No tengo novia actualmente, pero eso no tiene nada que ver
- Ah, ¿no? - dispara mi mujer
Yo por el tono me daba cuenta de que mi mujer estaba juguetona
- Pero se apreciar cuando una mujer es hermosa como Sol - dijo él totalmente lanzado
- Gracias - volvió a decir ella
La miré y pude ver en sus ojos el brillo de la excitación
- No sabía que te gustaban las mujeres ajenas
- No tengo filtro cuando una mujer es hermosa
- ¿Ah sí? ojo que esta es mía - dije
En ese momento bajé la mano y la metí en el short de mi mujer. Ella, para mi sorpresa, al notar mi movimiento levantó la cola e hizo que mi mano se colara a la altura de su concha.
- A mí no me molesta que me digan esas cosas - dijo ella
- Bueno, a mí tampoco - dije yo
- Es que es la verdad - dijo él
Yo aproveché y le corrí la bombacha a mi mujer y le metí un dedo en la concha. Giré mi cabeza y la miré a los ojos. Ella me devolvió la mirada con una sonrisa que delataba totalmente su excitación. Su vagina estaba empapada como hacía mucho no la sentía.
- ¿Que es lo que te parece tan lindo de mi mujer? - lo pinché a mi amigo
- No, no me hagas entrar en detalles
- Dale, Sol es de confianza, ¿no? - le dije a ella mirándola
- Si, claro
Ella aprovechó para levantarse un poco y yo le metí un segundo dedo en la concha
- Bueno, digamos que tiene unos ojos hermosos
- ¿ah sí? muchas gracias - dijo ella pestañeando
- ¿Qué más? – dije yo
- No, mejor no sigo
- ¿Por qué? – quise saber
Mis dedos se movían dentro de la cálida y húmeda concha de mi mujer
- Porque a partir de ahora todo lo que pueda decir de Sol es muy fuerte
- ¡Somos grandes, Gus! – le dije
- No, prefiero guardármelo
- Una cosa más y listo – le propuse
Ahora mis dedos dentro de la concha de mi mujer se metían más profundamente y ella se movía buscando eso. Ella me empezó a acariciar el paquete que estaba durísimo
- Es que, ya empezamos a entrar en un terreno – se contenía mi amigo
Fue mi mujer la que lo animó a decirlo
- Dale, una cosa más decime… - y miró fijamente a la cámara
- Es que…
- Dale – le dijo ella
- Tenes una boca hermosa – dijo él
Pude sentir como ella expulsó aire por la nariz. Estaba a punto de acabar.
- Bueno – dijo él
- Viste no era tan difícil – dije yo
- Los dejo chicos – dijo él
- ¿Te tenés que ir? – yo quería seguir un poco mas
- Si si, aparte… ustedes están para otra cosa, me parece – dijo
- Está bien, chau, Gus – dije yo
- Chau Sol – dijo él
Mi mujer se levantó y salió del plano de la cámara. Mi amigo me miró con una sonrisa.
- Me voy a comer – le dije con una risa
- Vas a comer algo rico, ¿no? – dijo él
Sol me miraba detrás de la computadora sonriente y excitada.
- Algo muy rico – le dije mirándola a ella
No me esperaba lo que hizo. Se sacó la remera y se acarició las tetas. Esas tetas blancas con esos pezones rosados y duros de excitación. Quise seguir el juego y le dije a mi amigo antes de cortar la conversación
- Estoy viendo el plato que me voy a comer y se lo ve riquísimo
- Me imagino, debe estar buenísimo
- Totalmente, chau – le dije
- Chau, disfrutá de esa colorada hermosa – me dijo él
Me levanté de golpe y mi amigo pudo ver que mi erección era total.
- Epa, veo que ya estas listo – me dijo
- No te voy a mentir, me calentó esta situación – le reconocí
- Yo estoy igual, te diría – me sorprendió Gustavo
- Ufffff
Corté la comunicación.
Me levanté y fui corriendo hacia ella que me esperó con los brazos abiertos para besarme con mucha pasión.
La comida quedó para más tarde. Nos fuimos a la habitación y cogimos como dos adolescentes. No mencionamos palabra de la conversación con Gustavo, pero ambos sabíamos que fue eso lo que nos había excitado tanto.
Hacía mucho tiempo que no cogíamos dos veces en el mismo día, creo que desde las últimas vacaciones.
En el segundo polvo, le mencioné que me había calentado mucho estar hablando con Gustavo y al mismo tiempo meterle dedos en la concha.
Ella me sorprendió diciéndome que a ella le había gustado mucho la situación y que “en ese momento estaba para cualquier cosa”
Eso desató que le que preguntara si se hubiese gustado llegar a acabar y que mi amigo la vea acabando por la cámara. Ella se soltó y empezó a chuparme la pija, que ya estaba lista y a decirme
- ¿A vos te gusta que otros me vean acabando?
- Siiii
- ¿Y que otros sepan lo buena que soy chupando la pija?
- Siiiii
Juro que pese a que había acabado hacía menos de una hora, estaba listo para acabar nuevamente. Tuve que contenerme y la tiré en la cama para chuparle la concha. Ahí me desaté y le empecé a decir cualquier cosa:
- ¿Te calienta imaginarte a Gustavo viéndonos coger?
- Aghhhh decía ella
- ¿Si o no?
- Mucho – decía ella a punto de acabar. Yo la conocía muy bien
- ¿Y si un día hacemos una video llamada y nos mostramos un poco mas?
- Aghhh no me hagas imaginarlo…
- ¿Y si él saca la pija y se pajea?
- AAAAhhhhhhhghhhhhh – Sol acabó al instante
Si te gustó dejame unos puntos y seguí con el siguiente capítulo acá: https://www.poringa.net/posts/relatos/6187540/Todo-empezo-como-un-juego-2.html
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O en Telegram @reybaco2005
9 comentarios - Todo empezó como un juego
Lo saludo mi estimado amigo, que placer tenerlo de regreso con nosotros 👏🏼
volviiiii si
VOLVI RECARGADO!!!
+ 10