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Mi primera vez como sissy de un macho

Holii, este es mi primer relato. Casi todo lo siguiente es, de hecho, real, sólo cambié detalles para que quede mejor narrado.

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Soy Nicolás, un chico de 18 años recién cumplidos. Socialmente me mantenía como heterosexual, pero lo cierto es que nunca había tenido relación con una mujer, pues siempre era tomado como "muy femenino" ya que mis facciones lo son, tengo una altura de apenas 1.55 metros, hombros y cintura estrecha y lo más importante; un trasero que causa envidia a toda mujer. Quizá sea la genética de mi mamá la que me haya dado semejante trasero, tan grande que los pantalones de chico se me miran raro, así que tengo que comprar siempre pantalones de mujer, que se amoldan mejor a mi culo.

Yo no solía pensar mucho en la sexualidad, sin embargo desde hace un año comencé a consumir videos de shemale, pues me encantaba la idea de ser como ellas, ya que yo era muy femenina salvó mi pene de 7 cm. Con el tiempo fui cambiando de contenido hasta obsesionarme con el sissy, al punto de desear de verdad que me follaran. Así un día me descargué Grindr y empecé a ver quiénes estaban cerca de mi.

En realidad me daba igual a quién darle mi virginidad, así que toda la primera semana me la pasé pidiendo fotopollas para intentar encontrar una verga de buen tamaño. Yo también tuve que compartir mis nudes, para lo que me compré un vestido sexy por internet que por fortuna traía una tanga incluida, así que tenía el kit completo.

Al final me decanté por un perfil que estaba a 900 metros de mi, suficiente para no encontrarmelo a diario pero me quedaba cerca. Me depile, me hice un enema y metí mi ropa en una mochila. Le dí a mi mamá la excusa de ir a hacer la tarea con un amigo y me fui con el corazón a mil a la casa de un desconocido que no sabía su nombre real o edad, solo porque la foto que me mandó mostraba tener una polla muy, muy grande.

Al llegar a su casa toqué la puerta y me llegó un mensaje de Grindr de que pasara directamente, a lo que le dije que tenía que cambiarme, diciéndome que lo hiciera en la sala, mientras el esperaba en el cuarto. Así lo hice. Yo estaba muy nerviosa pero esperaba le gustara mi cuerpo así que abrí la puerta de su cuarto.

Allí estaba él, ya desnudo, con su polla dormida sobre su muslo. Incluso dormida ya debía ser más grande que la mía, así que eso me emocionó. Me ordenó que me acercara gateando, lo que hice sin dudar, quedando con mi cara en la orilla de la cama, a dónde se acercó él también, quedando sentado y yo entre sus piernas. Su pene empezaba a crecer y fue un espectáculo ver cómo duplicaba su tamaño frente a mis ojos, terminando en un pene de al menos 22 centímetros. No tuvo que darme ninguna orden para yo darle un beso en la punta de la polla mientras acercaba mi mano para poder controlar la mamada que estaba a punto de darle. Mi fantasía se estaba cumpliendo y me encantaba.

Se la chupé con pasión al menos 10 minutos mientras él se retorcía del placer y por momentos forzaba a intentar ir más profundo, obligandome a aguantar el reflejo de la garganta. Lo estaba disfrutando cuando, sin avisar, me empujó la cabeza hacia atrás para que la punta de su pene estuviera justo sobre mi lengua y disparó 3 cargas del más espeso, salado y delicioso semen. El placer me hizo soltar un gemido mientras tenía su semilla en mi lengua, procediendo a tragar.

Cuando se recuperó, me dijo que me subiera a la cama en posición de perrito. Obedecí y el me levantó mi corta falda, viendo mi tanga, que hizo a un lado para empezar a lamer mi culo. Estuvo no menos de 5 minutos chupando mi trasero y dándome nalgadas cuando me introdujo uno de sus dedos, usando solo su saliva como lubricante. Me sentí invadida, pero en unos minutos me dilató lo suficiente y agarró un bote de crema de la que sacó un poco para lubricar bien mi ano por afuera y por adentro, así como cubrir su pene que recuperó la erección en el proceso. Estaba a punto de preguntarle si usaría condon pero decidí dejarme llevar.

Así fue metiéndome su verga, poco a poco. Sentí un poco de dolor, pero lo aguanté. Yo misma me hice para atrás, invitandolo a entrar más y más hasta que mi culo y su pelvis chocaron. Así empezó a follarme, con suavidad que cada vez era más ruda. En 5 minutos ya me tenía gimiendo mientras entraba toda su polla y me siguió follando por lo que sentí como media hora, aunque no sé bien cuánto fue.

Me empecé a sentir raro cuando de pronto me llegó mi primer orgasmo anal de mi vida, lo que me hizo gemir y estrechar mi culo, lo que lo hizo correrse a él unos segundos después de mi. Se retiró rápido de mi, dejándome tirada sobre su cama aún disfrutando del placer.

Después de unos momentos me dijo que fuera al baño a limpiarme y así lo hice. Me sentí como una mariquita completa, salvo quizá porque aún tenía el pelo corto (largo para ser un chico, corto para ser chica) y mientras me limpiaba sentí una satisfacción como ninguna otra.

Al final me dijo que podía llegar el día que quisiera dentro de su horario. Me preguntó cómo quería que me llamara, a lo que respondí con "Diana", el nombre de mi mamá, y yo le dije que si podía llamarlo "papi" o "macho" y estuvo de acuerdo con ambos apodos. Me dió un beso en la boca y me dejó que me cambiara en su sala para irme.

Desde entonces he ido todas las semanas al menos 2 veces (aunque la semana pasada fui a diario) a que semejante polla me folle. Soy muy feliz por ser una mariquita que recibe su dosis de polla :3

4 comentarios - Mi primera vez como sissy de un macho

GabOficial
Alguna fotito de las q publucaste en grindr?