No puedo más. Llevo horas encerrada, caliente como nunca. Me desperté mojada, con las sábanas pegadas a las piernas y mi vagina latiéndome como si estuviera en celo. Me toqué apenas abrí los ojos…
Me metí a la regadera pensando que el agua fría me ayudaría a calmarme, pero en cuanto empezó a caer sobre mi cuerpo, todo se fue al carajo. El agua resbalaba por mis pezones duros, por mi cuello, entre mis piernas… y no lo aguanté. Me tiré al piso como una puta necesitada. Me abrí de piernas sin pensar, como si me fueran a coger ahí mismo.
Mis dedos se fueron directo a mi concha Estaba tan mojada que se oía el sonido asqueroso de mis dedos chocando contra esa carne blanda, hinchada, sensible. Me froté con desesperación, gimiendo como perra en celo. Me imaginaba tus manos, tu boca… tus dedos hundiéndose en mí sin piedad. Me agarraba las tetas con fuerza, me las arañaba. Me mordía los labios, jadeando, rogando por ti, por tu lengua, porque vinieras a romperme.
—“Hazme tuya… por favor, ven, cogeme …” —no dejaba de repetirlo mientras me metía los dedos a la boca y los chupaba como si chupara los tuyos… o algo más.
Me sentía tan entregada. Me abría más, por si de alguna forma me estuvieras viendo. Me decía a mí misma que tú estarías orgullosa de verme así: en el piso, con el culo al aire, mojada hasta el ombligo, rogando porque me uses como quieras.
Y me vine. Fuerte. El cuerpo me temblaba, me escurría por todos lados. El suelo quedó empapado. Me metí los dedos a la boca para probarme. Me relamí como una ninfómana agradecida. Pero eso no me calmó. Me dejó peor.
Sigo caliente. No quiero tocarme otra vez sola. Quiero que tú vengas. Que me abras de piernas, me metas la lengua hasta el fondo. Que me ahogues en placer, que me pongas en cuatro
Quiero mirarte desde abajo mientras te dejo usarme. Quiero que me tires del cabello, que me hagas gritar tu nombre, que me digas que soy tuya, solo tuya. Que me cojas sin parar hasta que te canses de mí o hasta que me desmaye de tanto venirme.
Estoy aquí, abierta, temblando, sola… deseándote. ¿Vas a venir a hacerme tuya, o vas a dejar que me siga tocando como una puta desesperada mientras pienso en ti?
Me metí a la regadera pensando que el agua fría me ayudaría a calmarme, pero en cuanto empezó a caer sobre mi cuerpo, todo se fue al carajo. El agua resbalaba por mis pezones duros, por mi cuello, entre mis piernas… y no lo aguanté. Me tiré al piso como una puta necesitada. Me abrí de piernas sin pensar, como si me fueran a coger ahí mismo.
Mis dedos se fueron directo a mi concha Estaba tan mojada que se oía el sonido asqueroso de mis dedos chocando contra esa carne blanda, hinchada, sensible. Me froté con desesperación, gimiendo como perra en celo. Me imaginaba tus manos, tu boca… tus dedos hundiéndose en mí sin piedad. Me agarraba las tetas con fuerza, me las arañaba. Me mordía los labios, jadeando, rogando por ti, por tu lengua, porque vinieras a romperme.
—“Hazme tuya… por favor, ven, cogeme …” —no dejaba de repetirlo mientras me metía los dedos a la boca y los chupaba como si chupara los tuyos… o algo más.
Me sentía tan entregada. Me abría más, por si de alguna forma me estuvieras viendo. Me decía a mí misma que tú estarías orgullosa de verme así: en el piso, con el culo al aire, mojada hasta el ombligo, rogando porque me uses como quieras.
Y me vine. Fuerte. El cuerpo me temblaba, me escurría por todos lados. El suelo quedó empapado. Me metí los dedos a la boca para probarme. Me relamí como una ninfómana agradecida. Pero eso no me calmó. Me dejó peor.
Sigo caliente. No quiero tocarme otra vez sola. Quiero que tú vengas. Que me abras de piernas, me metas la lengua hasta el fondo. Que me ahogues en placer, que me pongas en cuatro
Quiero mirarte desde abajo mientras te dejo usarme. Quiero que me tires del cabello, que me hagas gritar tu nombre, que me digas que soy tuya, solo tuya. Que me cojas sin parar hasta que te canses de mí o hasta que me desmaye de tanto venirme.
Estoy aquí, abierta, temblando, sola… deseándote. ¿Vas a venir a hacerme tuya, o vas a dejar que me siga tocando como una puta desesperada mientras pienso en ti?
10 comentarios - para que mi marido sepa como estoy de caliente