Había ido con mi novia, a una fiesta de Halloween al chalet de mi follamiga Silvia C. Allí me encontré con Mayte otra follamigas infiel. El marido de esta no estaba, pero el de Silvia C si, pues él era quien había organizado la fiesta. Mi novia iba de bruja sexy con un vestido largo, negro, con un gran escote negro, mostrando su canalillo. Mayte iba de Miércoles, con un corto vestido negro, hasta medio muslo, de manga larga, marcando su culazo, con medias transparentes y unos sexys calcetines de rayas gruesas, negras y blancas, hasta encima de las rodillas. Además, llevaba unas trenzas negras y los labios pintados de un negro muy sexy. Silvia C iba de calabaza zombi, con unas mallas negras, una camiseta ancha naranja y negra haciendo de calabaza con ojos y boca, una camiseta negra debajo de cuello vuelto, y un gorrito de calabaza. Llevaba la cara pintada de zombi con unos labios negros muy sexys también. Yo iba disfrazado de asesino, con un pantalón y una camiseta llena de sangre, al igual que las manos y la cara.
Tras varias copas, Mayte se desinhibió un poco y comenzamos a tontear, bailando, aunque disimuladamente. Su culo pasaba por mi paquete bailando, poniéndome a mil y yo la decía guarradas al oído. Fuimos a la cocina por unos hielos, y allí, aprovechando que no había nadie, la acaricie el culo, mientras esta abría el congelador. Mayte cerro el congelador sin coger los hielos y se giró, mirándome fijamente y riéndose. Le dije que me siguiera y salimos de la cocina. Me dirigí a las escaleras para subir al piso de arriba y Mayte me siguió entre risas. Subimos rápido, para que nadie nos viera, pero aún estaba el riesgo de que hubiera alguien ya arriba. Nos metimos en la primera habitación que vimos vacía, que era de una de las hijas de Silvia.
Cerramos la puerta y por fin nos besamos con muchas ganas y pasión. Agarre fuerte su culo, acariciándolo y azotándolo, mientras ella hacía lo propio con el mío. Subí su cortito vestido hasta su cintura, dejándola con las medias transparente hasta la cintura y un tanga negro de hilo, debajo. Acaricie su culazo con más ganas aún. Mayte saco mi polla del pantalón y me masturbo, mientras nos besábamos más apasionadamente.
Me quité el pantalón y me senté en la silla del escritorio. Puse a Mayte frente a mí y la acaricié su coño con una de mis manos, mientras con la otra acariciaba sus piernas, las partes tapadas por los sexys calcetines. La gire y la acaricie y bese el culo. Metí mi mano entre sus piernas, para volver a acariciar su coño. La hice ponerse a uno de mis lados. Seguí acariciando su culo y su coño, mientras me masturbaba. Mayte no dejaba de mirar mi polla y decirme lo mucho que la apetecía. La ordene inclinarse y así hizo. Golpee con mi polla su cara, mientras acariciaba su culo. Pase mi polla por sus labios, hasta que la ordene abrir la boca y se la metí en ella. Agarré su cabeza y se la moví, follándola la boca. Poco a poco subí la velocidad. Mi otra mano, acariciaba sus piernas y su culo. Cuando más rápido la follé la boca, comencé a darla fuertes azotes.
Solté su cabeza, dejando que ella me hiciera la mamada. Mis manos rompieron sus medias y comencé a masturbarla, metiendo mi mano en su tanga. Mi otra mano acaricio sus piernas, por la zona de los calcetines. Saqué mi mano de su coño y volví a acariciar su culo. La di un condón y se arrodillo para ponérmelo, tras lo que se sentó sobre mí. Aparto su tanga y metió mi polla en su jugoso coño. Mayte se movía en círculos, mientras nos besábamos y acariciaba sus piernas. Una de mis manos subió hasta sus pechos, por encima del vestido, descubriendo que debajo no llevaba sujetador, cosa que me puso más cachondo aún. Comencé a moverme más fuerte, haciendo que las penetraciones fueran más duras. Subí su vestido, hasta quitárselo, dejándola solo con las medias, los calcetines y el tanga. Bajé la cabeza y mordí sus pechitos, poniendo muy duros sus pechos. Mayte apretaba mi cabeza contra ella, cada vez que los lamia.
Se abrió la puerta de la habitación y nos llevamos un pequeño susto, hasta que vimos aparecer la cabeza de Silvia C. Nos dijo que coño hacíamos en la habitación de su hija y no en las otras, mientras pasaba y cerraba la puerta. Le dije que era la primera que vimos y no perdimos más el tiempo. Silvia se nos acercó y Mayte la pregunto porque había subido y que pasaba con su marido. Esta nos respondió q cuando paso un rato sin vernos, tanto mi novia, como ella sospechaban algo y que su marido no era problema durante un rato pues mi novia estaba con el entreteniéndole y despistándole.
Mayte y yo no paramos de follar y Silvia se puso a mi lado besándonos. Una de mis manos acariciaba las piernas de Mayte y la otra comenzó a acariciar el culo de Silvia. Esta le pidió a Mayte que la dejara un poco a ella montar sobre mí y Mayte se levantó, mientras ella se bajaba las mallas. Como no se las llego a quitar, Silvia, se sentó sobre mí, dándome la espalda. Llevaba un tanga negro, que aparto para meterse mi polla en su coño. Se movía en círculos y giro la cabeza para besarnos. Mayte estaba a mi lado y metí mi mano por su tanga para volverla masturbar. Metí mi otra mano por la camiseta naranja de Silvia y acaricié sus pechitos sobre la camiseta negra, notando que tampoco llevaba sujetador. No pare de jugar con ellas hasta notar bien duros los pezones.
Nos levantamos de la silla y coloque a Silvia de rodillas en ella, dándome la espalda, agarrando con sus manos el respaldo. Aparte su tanga y metí mi polla en su coño, follándoselo durísimo y veloz, pues sabíamos que tenía poco tiempo y debía volver abajo cuanto antes para no levantar sospechas. Mientras la follaba, azotaba su culo y me besaba con Mayte, acariciando su culo y pechos. Con mis fuertes embestidas y como la silla tenía ruedas, tenía que acercar a Silvia cada vez que la penetraba, pues se me alejaba. Para que al final eso no pasara, le agarre de la cintura y la folle lo más fuerte que podía. Mayte se agacho y se besó con Silvia. Cuando Silvia se iba a correr, me arrodillé y la comí el coño, mientras acariciaba su culo. Cuando se corrió, se lo lamí bien, disfrutando de sus jugos.
Sin perder el tiempo, me levante y agarre a Mayte, pegándola contra mí. Levante una de sus piernas, aparto su tanga y metí mi polla en su coño, follándola de nuevo. Silvia se colocó las mallas, nos besó y salió de la habitación volviendo abajo. Mientras follaba a Mayte, baje la cabeza para mordisquear sus pechos. Baje su pierna y la incline para que posara sus manos en la silla. Me puse tras ella, volví a apartar su tanga y seguí follando su coño. Le agarre fuerte de la cintura y la follaba fuerte. Agarre sus coletas y tire de ellas, mientras a seguía follando fuerte. Cambie varias veces mi polla a su culo, para follárselo, y luego volvía a su coño, hasta que se corrió. Entonces me arrodillé y la comí el coño, para limpiarla los jugos.
Me levanté y la senté en el escritorio. Abrí bien sus piernas, aparte su tanga y volví a meterla en su jugoso y húmedo coño. Mientras follábamos, la besaba y acariciaba sus piernas, con el sexy tacto de los calcetines. Subí una de sus piernas a mi hombro y seguí follándola más a fondo, acariciando sus pechos. Cuando me iba a correr, la hice arrodillarse en el suelo. Me quite el condón y la folle la boca, mientras tiraba fuerte de sus coletitas, para poder meterla a fondo, provocándola alguna arcada. Cuando me corrí, llené su boca y algo se le salió, cayéndola por la comisura de sus labios hacia su barbilla, pues no podía tragar tan rápido. Pase mi polla por su preciosa cara, manchándosela también con algo de semen que me quedaba en ella. Mayte acabo limpiándome bien la polla con unos buenos lametones.
Mayte se levantó y nos besamos, con mis manos agarrando su culazo. Esta se vistió y salí de la habitación primero para comprobar que no había nadie. Mayte salió y se fue al baño a limpiarse, mientras yo baje a la fiesta para entrar solo y no levantar sospechas.
La fiesta siguió con normalidad, pero al estar todos cada vez más bajo los efectos del alcohol y la droga, el ambiente estaba más caliente y era más fácil tontear y meter mano a Mayte. El marido de Silvia C también iba ya bien borracho y esta lo aprovechaba tonteando conmigo y acariciando mi paquete cada vez que podía.
Al final de la noche, en el chalet quedábamos solo mi novia y un hombre con quien había ligado, Mayte, dos amigas más de Silvia C y yo. Tomamos unos chupitos para brindar y el marido de Silvia se nos cayó dormido en el sofá. Mi novia y su ligue se fueron a casa de este y las amigas de Silvia no tardaron en irse, quedándome allí con Mayte y con ella, estando su marido ko. Brindamos con un chupito y Silvia se me lanzo a besarme, importándole poco que su marido estuviera dormido allí al lado.
Tras meterlas mano y besarnos los tres, Silvia se arrodillo, me quito el pantalón y comenzó a masturbarme, mientras me comía los huevos. La zorra miro a su marido y le dijo que viera lo que era una buena polla rica y morbosa, que la daba duro y que la ponía bien húmeda. Mayte y yo nos reíamos. Subí el vestido a Mayte a la cintura, dejando su culo y coño a la vista, tapados por el tanga, y con las medias rotas. Le azote varias veces antes de meter mi mano por su tanga y masturbarla. Silvia comenzó a hacerme una mamada y de vez en cuando me masturbaba, porque giraba la cabeza para comer el coño a Mayte. Cuando se lo comía, mi mano acariciaba sus pechitos por encima del disfraz. Mayte y yo no paramos de besarnos. Subí el disfraz de Mayte hasta quitárselo. Entonces baje la cabeza para comerla los pechos, mientras Silvia disfrutaba de su coño y mi polla.
Decidí ir a la cocina por unos hielos para jugar con ellos y allí vi unas tijeras que me dieron otra buena idea para que el juego fuera más divertido. Volví al salón con un bol con varios hielos y las tijeras. Lo deje todo en la mesa, cogí un hielo y me acerque a Mayte. Comencé a besarme con ella, mientras pasaba el hielo por sus pechos. Silvia volví a mamarme la polla, bien a fondo. Cuando tuvo los pezones bien duros y mojados, agache la cabeza para pasar mi lengua por ellos, antes de mordérselos y estirarlos, provocando sus gritos de dolor. Ordene a Silvia levantarse y que mordiera el otro pezón de Mayte, para que tuviera más dolor.
Me puse el hielo en la boca y me arrodillé. Pase el hielo por su tanga, mojándoselo hasta que su coño se marcó bien en él. Cogí el hielo con la mano y mordí los labios marcados en el tanga. Aparte el tanga y volví a ponerme el hielo en la boca, pasándolo por su coño. Mis manos, agarraron su culo y lo acariciaron. Volví a coger el hielo con una mano y la comí el coño, mientras seguía acariciando el culo con la otra mano. Silvia había cogido otro hielo y seguía pasándolo por los pezones de Mayte y mordiéndolos.
Me levanté y fui a la mesa, donde solté el hielo y cogí las tijeras. Me acerque a Silvia y la separe de Mayte. Me bese con Silvia, mientras pasaba las tijeras por su cuerpo. Mayte se arrodillo y comenzó a comerme la polla. Quite la camiseta naranja del disfraz a Silvia, dejándola con la camiseta y las mallas negras. Seguí besándome con ella, mientras acariciaba sus pechitos. Dejamos de besarnos y comencé a recortar su camiseta, por la zona de los pechos, haciendo dos círculos, por donde quedaban al descubierto sus pechitos. Dejé en el suelo las tijeras y comencé a acariciar con mis pulgares sus pezones, mientras le decía a su marido que estaban muy ricos y me los iba a comer yo y no el, esa noche. Silvia se rio y baje la cabeza a lamérselos. Le quité el hielo a Silvia C y me lo puse en la boca para pasarlo por sus pezones, hasta que los tuvo durísimos y los mordí, siendo ella la que ahora gritaba de dolor.
Cogí a Silvia y la lleve al sofá, inclinándola hasta que poso las manos en él, al lado de la cabeza de su marido. Cogí las tijeras y acerqué a Silvia. Golpee su culo con mi polla y la pase por su raja del culo, tan bien marcada en las mallas. También la di varios azotes. Mayte se sentó en una silla y se masturbaba, mirándonos. Me arrodille y acaricie y mordí su culo, aun tapado por las mallas. Pase las tijeras por su raja y, acto seguido, corte las mallas, haciendo un gran agujero donde se veía su tanga, su culazo y su coño. Mordí su culo y lo azoté. Corte el tanga y no me hizo falta apartarlo para comerla el coño. Silvia estaba cachondísima por la comida y por lo morboso de la situación. Mi lengua se movía muy rápido en el coño de Silvia, mientras acariciaba y pellizcaba sus pezones.
Me senté en el suelo, colocando la cabeza entre las piernas de Silvia para seguir comienda el coño. Llame a Mayte para que viniera a volver a comerme la polla y así hizo, poniéndose a gatas, con su culo hacia mí. Mientras comía el coño a Silvia, y Mayte se comía mi polla, yo acariciaba sus culos. A la vez que Mayte me comía más fuerte la polla, yo hacía lo propio con el coño de Silvia.
Le dije a Mayte que me pusiera un condón y así hizo, con su maravillosa boca. Nos levantamos ella y yo y metí mi polla en el culo de Silvia. Mientras se lo follaba, me besaba con Mayte y la acariciaba las tetas y el culazo. Silvia no dejaba de gemir de placer y yo la follaba más fuerte el culo. Cambie mi polla a su coño, follándoselo también fuerte. Metí tres dedos en la boca de Mayte y se la follé con ellos.
Le dije a Silvia que se sentara en el sofá e incliné a Mayte, hasta que se puso a comerla el coño a su amiga. Me puse detrás de Mayte y la empecé a follar el coño. Agarre su cintura y las embestidas eran bien profundas. Fui cambiando de agujero, follándola el culo también. Cuando Silvia se corrió, se puso de pie, a mi lado, y nos volvimos a besar. Una de mis manos acariciaba sus pechitos y su culazo. Silvia se fue a la mesa, para coger una botella de tequila. En ese momento agarre las coletas de Mayte, que seguía inclinada, y tire fuerte de ellas, penetrando su coño con dureza.
Silvia vino con el tequila y me lo hecho en la boca, moviendo la botella, para que callera por mi barbilla y cuello también, el cual comenzó a lamer, en cuanto dejo de rociarme. Silvia y yo nos besamos y volvimos a beber tequila de la botella. Levante a Mayte y la cogí en vilo, metiendo mi polla en su coño, nuevamente. Ella me rodeo del cuello con sus manos y follamos mientras agarraba fuerte su culo. Silvia echo bebida a Mayte en su boca, pero rápido movió la botella para rociar sus pechos, los cuales comencé a lamer. Tras esto, Silvia me volvió a dar de beber y nos besamos los tres.
Me iba a correr, por lo que baje a Mayte y ordene a Silvia arrodillarse. Me quité el condón y empecé a follar bien duro su boca. Me besaba con Mayte y la masturbaba, a una alta velocidad. Cuando me corrí, Silvia me dejo la polla bien seca y se levantó. Nos besamos los tres, mientras no paraba de masturbar a Mayte hasta que se corrió y lamí mis dedos con sus ricos jugos.
Mientras Mayte se iba a limpiar al baño y a poner el disfraz, pues teníamos que irnos ya, fui a ayudar a Silvia a subir a su marido a la habitación. Me puse el pantalón y le cogimos en vilo para subir las escaleras y meterle en su cama. Silvia me agradeció el ayudarla y yo le dije que mejor gracias a ella por la gran fiesta y el mejor final. Silvia me sonrió y comenzamos a besarnos, nuevamente. Agarre su culazo y se lo acaricie, hasta que note el roto de las mallas y me puse cachondo nuevamente.
Senté a Silvia en el borde de la cama, donde seguía durmiendo plácidamente la borrachera su marido. Me arrodillé entre sus piernas, y comencé a comerla el coño, mientras acariciaba sus muslos. Silvia apretaba mi cabeza contra ella y yo estire mis manos para agarrar sus pechitos por los agujeros de la camiseta. Poco a poco fui subiendo la velocidad de mi lengua, sin descanso. Silvia apretaba también sus muslos contra mi cabeza y cuando se corrió, lo hizo tanto que deje de lamer por lo que me dolía. Volví a lamer en cuanto soltó un poco mi cabeza y la limpié sus ricos jugos.
Bajamos al salón donde Mayte estaba esperándome. Le explicamos la situación de porque habíamos tardado y ella se rio, mientras me besaba y acariciaba mi culo. Nos despedimos de Silvia y montamos en mi coche. Todo el trayecto fui acariciando sus piernas, tanto lo cubierto por los sexys calcetines, como lo que solo lo estaba por las finas medias. En cada semáforo que parábamos, nos besábamos. Nos pusimos tan cachondos, una vez más, que no me quedo mas remedio que parar en una callejuela tranquila que conocemos, cerca de su casa. Es bastante oscura y podíamos hacer cosas sin ser vistos salvo que miraran a posta por la ventana.
Nos volvimos a besar y mi mano subió por su pierna, hasta meterse por su cortito vestido, masturbándola, tras apartar fácil su tanga, aprovechando el roto de las medias. Mayte se coloco a gatas en el asiento, mientras, yo, me bajaba los pantalones. Agarro mi polla y me empezó a masturbar mientras me comía los huevos. Cuando la tuve dura me hizo un mamadón. Todo este rato yo la acariciaba el culazo, tras subirla el vestido. Tras poco tiempo, volví a masturbarla y entonces mi otra mano, se poso en su cabeza y comencé a llevar el ritmo de la mamada, follando su maravillosa boca.
Mayte me puso un condón y se sentó sobre mí. Se metió mi polla en su coño, empapado por haberla masturbado, y se puso a botar como una loca. Nos besábamos, acariciaba sus piernas y la mordía los pechos por encima del vestido. Se lo acabe quitando y se los comí y acaricie. La situación era bien morbosa, pues podía pasar alguien y ver a Mayte desnuda, cabalgando sobre mi polla, pero a esta se la notaba en la cara que no estaba pensando mucho en eso. Mayte no se sacó mi polla del coño, hasta que se corrió. Entonces se la metió en el culo y volvió a cabalgar fuerte, gimiendo rico. Cuando me corrí dentro de su culo, se volvió a poner a gatas en el asiento del copiloto, me quito el condón y me limpio la polla con buenos lametones.
Con mi polla bien seca y limpia, Mayte se puso el disfraz y la lleve a su casa, ya sin más paradas ni besos.
Tras varias copas, Mayte se desinhibió un poco y comenzamos a tontear, bailando, aunque disimuladamente. Su culo pasaba por mi paquete bailando, poniéndome a mil y yo la decía guarradas al oído. Fuimos a la cocina por unos hielos, y allí, aprovechando que no había nadie, la acaricie el culo, mientras esta abría el congelador. Mayte cerro el congelador sin coger los hielos y se giró, mirándome fijamente y riéndose. Le dije que me siguiera y salimos de la cocina. Me dirigí a las escaleras para subir al piso de arriba y Mayte me siguió entre risas. Subimos rápido, para que nadie nos viera, pero aún estaba el riesgo de que hubiera alguien ya arriba. Nos metimos en la primera habitación que vimos vacía, que era de una de las hijas de Silvia.
Cerramos la puerta y por fin nos besamos con muchas ganas y pasión. Agarre fuerte su culo, acariciándolo y azotándolo, mientras ella hacía lo propio con el mío. Subí su cortito vestido hasta su cintura, dejándola con las medias transparente hasta la cintura y un tanga negro de hilo, debajo. Acaricie su culazo con más ganas aún. Mayte saco mi polla del pantalón y me masturbo, mientras nos besábamos más apasionadamente.
Me quité el pantalón y me senté en la silla del escritorio. Puse a Mayte frente a mí y la acaricié su coño con una de mis manos, mientras con la otra acariciaba sus piernas, las partes tapadas por los sexys calcetines. La gire y la acaricie y bese el culo. Metí mi mano entre sus piernas, para volver a acariciar su coño. La hice ponerse a uno de mis lados. Seguí acariciando su culo y su coño, mientras me masturbaba. Mayte no dejaba de mirar mi polla y decirme lo mucho que la apetecía. La ordene inclinarse y así hizo. Golpee con mi polla su cara, mientras acariciaba su culo. Pase mi polla por sus labios, hasta que la ordene abrir la boca y se la metí en ella. Agarré su cabeza y se la moví, follándola la boca. Poco a poco subí la velocidad. Mi otra mano, acariciaba sus piernas y su culo. Cuando más rápido la follé la boca, comencé a darla fuertes azotes.
Solté su cabeza, dejando que ella me hiciera la mamada. Mis manos rompieron sus medias y comencé a masturbarla, metiendo mi mano en su tanga. Mi otra mano acaricio sus piernas, por la zona de los calcetines. Saqué mi mano de su coño y volví a acariciar su culo. La di un condón y se arrodillo para ponérmelo, tras lo que se sentó sobre mí. Aparto su tanga y metió mi polla en su jugoso coño. Mayte se movía en círculos, mientras nos besábamos y acariciaba sus piernas. Una de mis manos subió hasta sus pechos, por encima del vestido, descubriendo que debajo no llevaba sujetador, cosa que me puso más cachondo aún. Comencé a moverme más fuerte, haciendo que las penetraciones fueran más duras. Subí su vestido, hasta quitárselo, dejándola solo con las medias, los calcetines y el tanga. Bajé la cabeza y mordí sus pechitos, poniendo muy duros sus pechos. Mayte apretaba mi cabeza contra ella, cada vez que los lamia.
Se abrió la puerta de la habitación y nos llevamos un pequeño susto, hasta que vimos aparecer la cabeza de Silvia C. Nos dijo que coño hacíamos en la habitación de su hija y no en las otras, mientras pasaba y cerraba la puerta. Le dije que era la primera que vimos y no perdimos más el tiempo. Silvia se nos acercó y Mayte la pregunto porque había subido y que pasaba con su marido. Esta nos respondió q cuando paso un rato sin vernos, tanto mi novia, como ella sospechaban algo y que su marido no era problema durante un rato pues mi novia estaba con el entreteniéndole y despistándole.
Mayte y yo no paramos de follar y Silvia se puso a mi lado besándonos. Una de mis manos acariciaba las piernas de Mayte y la otra comenzó a acariciar el culo de Silvia. Esta le pidió a Mayte que la dejara un poco a ella montar sobre mí y Mayte se levantó, mientras ella se bajaba las mallas. Como no se las llego a quitar, Silvia, se sentó sobre mí, dándome la espalda. Llevaba un tanga negro, que aparto para meterse mi polla en su coño. Se movía en círculos y giro la cabeza para besarnos. Mayte estaba a mi lado y metí mi mano por su tanga para volverla masturbar. Metí mi otra mano por la camiseta naranja de Silvia y acaricié sus pechitos sobre la camiseta negra, notando que tampoco llevaba sujetador. No pare de jugar con ellas hasta notar bien duros los pezones.
Nos levantamos de la silla y coloque a Silvia de rodillas en ella, dándome la espalda, agarrando con sus manos el respaldo. Aparte su tanga y metí mi polla en su coño, follándoselo durísimo y veloz, pues sabíamos que tenía poco tiempo y debía volver abajo cuanto antes para no levantar sospechas. Mientras la follaba, azotaba su culo y me besaba con Mayte, acariciando su culo y pechos. Con mis fuertes embestidas y como la silla tenía ruedas, tenía que acercar a Silvia cada vez que la penetraba, pues se me alejaba. Para que al final eso no pasara, le agarre de la cintura y la folle lo más fuerte que podía. Mayte se agacho y se besó con Silvia. Cuando Silvia se iba a correr, me arrodillé y la comí el coño, mientras acariciaba su culo. Cuando se corrió, se lo lamí bien, disfrutando de sus jugos.
Sin perder el tiempo, me levante y agarre a Mayte, pegándola contra mí. Levante una de sus piernas, aparto su tanga y metí mi polla en su coño, follándola de nuevo. Silvia se colocó las mallas, nos besó y salió de la habitación volviendo abajo. Mientras follaba a Mayte, baje la cabeza para mordisquear sus pechos. Baje su pierna y la incline para que posara sus manos en la silla. Me puse tras ella, volví a apartar su tanga y seguí follando su coño. Le agarre fuerte de la cintura y la follaba fuerte. Agarre sus coletas y tire de ellas, mientras a seguía follando fuerte. Cambie varias veces mi polla a su culo, para follárselo, y luego volvía a su coño, hasta que se corrió. Entonces me arrodillé y la comí el coño, para limpiarla los jugos.
Me levanté y la senté en el escritorio. Abrí bien sus piernas, aparte su tanga y volví a meterla en su jugoso y húmedo coño. Mientras follábamos, la besaba y acariciaba sus piernas, con el sexy tacto de los calcetines. Subí una de sus piernas a mi hombro y seguí follándola más a fondo, acariciando sus pechos. Cuando me iba a correr, la hice arrodillarse en el suelo. Me quite el condón y la folle la boca, mientras tiraba fuerte de sus coletitas, para poder meterla a fondo, provocándola alguna arcada. Cuando me corrí, llené su boca y algo se le salió, cayéndola por la comisura de sus labios hacia su barbilla, pues no podía tragar tan rápido. Pase mi polla por su preciosa cara, manchándosela también con algo de semen que me quedaba en ella. Mayte acabo limpiándome bien la polla con unos buenos lametones.
Mayte se levantó y nos besamos, con mis manos agarrando su culazo. Esta se vistió y salí de la habitación primero para comprobar que no había nadie. Mayte salió y se fue al baño a limpiarse, mientras yo baje a la fiesta para entrar solo y no levantar sospechas.
La fiesta siguió con normalidad, pero al estar todos cada vez más bajo los efectos del alcohol y la droga, el ambiente estaba más caliente y era más fácil tontear y meter mano a Mayte. El marido de Silvia C también iba ya bien borracho y esta lo aprovechaba tonteando conmigo y acariciando mi paquete cada vez que podía.
Al final de la noche, en el chalet quedábamos solo mi novia y un hombre con quien había ligado, Mayte, dos amigas más de Silvia C y yo. Tomamos unos chupitos para brindar y el marido de Silvia se nos cayó dormido en el sofá. Mi novia y su ligue se fueron a casa de este y las amigas de Silvia no tardaron en irse, quedándome allí con Mayte y con ella, estando su marido ko. Brindamos con un chupito y Silvia se me lanzo a besarme, importándole poco que su marido estuviera dormido allí al lado.
Tras meterlas mano y besarnos los tres, Silvia se arrodillo, me quito el pantalón y comenzó a masturbarme, mientras me comía los huevos. La zorra miro a su marido y le dijo que viera lo que era una buena polla rica y morbosa, que la daba duro y que la ponía bien húmeda. Mayte y yo nos reíamos. Subí el vestido a Mayte a la cintura, dejando su culo y coño a la vista, tapados por el tanga, y con las medias rotas. Le azote varias veces antes de meter mi mano por su tanga y masturbarla. Silvia comenzó a hacerme una mamada y de vez en cuando me masturbaba, porque giraba la cabeza para comer el coño a Mayte. Cuando se lo comía, mi mano acariciaba sus pechitos por encima del disfraz. Mayte y yo no paramos de besarnos. Subí el disfraz de Mayte hasta quitárselo. Entonces baje la cabeza para comerla los pechos, mientras Silvia disfrutaba de su coño y mi polla.
Decidí ir a la cocina por unos hielos para jugar con ellos y allí vi unas tijeras que me dieron otra buena idea para que el juego fuera más divertido. Volví al salón con un bol con varios hielos y las tijeras. Lo deje todo en la mesa, cogí un hielo y me acerque a Mayte. Comencé a besarme con ella, mientras pasaba el hielo por sus pechos. Silvia volví a mamarme la polla, bien a fondo. Cuando tuvo los pezones bien duros y mojados, agache la cabeza para pasar mi lengua por ellos, antes de mordérselos y estirarlos, provocando sus gritos de dolor. Ordene a Silvia levantarse y que mordiera el otro pezón de Mayte, para que tuviera más dolor.
Me puse el hielo en la boca y me arrodillé. Pase el hielo por su tanga, mojándoselo hasta que su coño se marcó bien en él. Cogí el hielo con la mano y mordí los labios marcados en el tanga. Aparte el tanga y volví a ponerme el hielo en la boca, pasándolo por su coño. Mis manos, agarraron su culo y lo acariciaron. Volví a coger el hielo con una mano y la comí el coño, mientras seguía acariciando el culo con la otra mano. Silvia había cogido otro hielo y seguía pasándolo por los pezones de Mayte y mordiéndolos.
Me levanté y fui a la mesa, donde solté el hielo y cogí las tijeras. Me acerque a Silvia y la separe de Mayte. Me bese con Silvia, mientras pasaba las tijeras por su cuerpo. Mayte se arrodillo y comenzó a comerme la polla. Quite la camiseta naranja del disfraz a Silvia, dejándola con la camiseta y las mallas negras. Seguí besándome con ella, mientras acariciaba sus pechitos. Dejamos de besarnos y comencé a recortar su camiseta, por la zona de los pechos, haciendo dos círculos, por donde quedaban al descubierto sus pechitos. Dejé en el suelo las tijeras y comencé a acariciar con mis pulgares sus pezones, mientras le decía a su marido que estaban muy ricos y me los iba a comer yo y no el, esa noche. Silvia se rio y baje la cabeza a lamérselos. Le quité el hielo a Silvia C y me lo puse en la boca para pasarlo por sus pezones, hasta que los tuvo durísimos y los mordí, siendo ella la que ahora gritaba de dolor.
Cogí a Silvia y la lleve al sofá, inclinándola hasta que poso las manos en él, al lado de la cabeza de su marido. Cogí las tijeras y acerqué a Silvia. Golpee su culo con mi polla y la pase por su raja del culo, tan bien marcada en las mallas. También la di varios azotes. Mayte se sentó en una silla y se masturbaba, mirándonos. Me arrodille y acaricie y mordí su culo, aun tapado por las mallas. Pase las tijeras por su raja y, acto seguido, corte las mallas, haciendo un gran agujero donde se veía su tanga, su culazo y su coño. Mordí su culo y lo azoté. Corte el tanga y no me hizo falta apartarlo para comerla el coño. Silvia estaba cachondísima por la comida y por lo morboso de la situación. Mi lengua se movía muy rápido en el coño de Silvia, mientras acariciaba y pellizcaba sus pezones.
Me senté en el suelo, colocando la cabeza entre las piernas de Silvia para seguir comienda el coño. Llame a Mayte para que viniera a volver a comerme la polla y así hizo, poniéndose a gatas, con su culo hacia mí. Mientras comía el coño a Silvia, y Mayte se comía mi polla, yo acariciaba sus culos. A la vez que Mayte me comía más fuerte la polla, yo hacía lo propio con el coño de Silvia.
Le dije a Mayte que me pusiera un condón y así hizo, con su maravillosa boca. Nos levantamos ella y yo y metí mi polla en el culo de Silvia. Mientras se lo follaba, me besaba con Mayte y la acariciaba las tetas y el culazo. Silvia no dejaba de gemir de placer y yo la follaba más fuerte el culo. Cambie mi polla a su coño, follándoselo también fuerte. Metí tres dedos en la boca de Mayte y se la follé con ellos.
Le dije a Silvia que se sentara en el sofá e incliné a Mayte, hasta que se puso a comerla el coño a su amiga. Me puse detrás de Mayte y la empecé a follar el coño. Agarre su cintura y las embestidas eran bien profundas. Fui cambiando de agujero, follándola el culo también. Cuando Silvia se corrió, se puso de pie, a mi lado, y nos volvimos a besar. Una de mis manos acariciaba sus pechitos y su culazo. Silvia se fue a la mesa, para coger una botella de tequila. En ese momento agarre las coletas de Mayte, que seguía inclinada, y tire fuerte de ellas, penetrando su coño con dureza.
Silvia vino con el tequila y me lo hecho en la boca, moviendo la botella, para que callera por mi barbilla y cuello también, el cual comenzó a lamer, en cuanto dejo de rociarme. Silvia y yo nos besamos y volvimos a beber tequila de la botella. Levante a Mayte y la cogí en vilo, metiendo mi polla en su coño, nuevamente. Ella me rodeo del cuello con sus manos y follamos mientras agarraba fuerte su culo. Silvia echo bebida a Mayte en su boca, pero rápido movió la botella para rociar sus pechos, los cuales comencé a lamer. Tras esto, Silvia me volvió a dar de beber y nos besamos los tres.
Me iba a correr, por lo que baje a Mayte y ordene a Silvia arrodillarse. Me quité el condón y empecé a follar bien duro su boca. Me besaba con Mayte y la masturbaba, a una alta velocidad. Cuando me corrí, Silvia me dejo la polla bien seca y se levantó. Nos besamos los tres, mientras no paraba de masturbar a Mayte hasta que se corrió y lamí mis dedos con sus ricos jugos.
Mientras Mayte se iba a limpiar al baño y a poner el disfraz, pues teníamos que irnos ya, fui a ayudar a Silvia a subir a su marido a la habitación. Me puse el pantalón y le cogimos en vilo para subir las escaleras y meterle en su cama. Silvia me agradeció el ayudarla y yo le dije que mejor gracias a ella por la gran fiesta y el mejor final. Silvia me sonrió y comenzamos a besarnos, nuevamente. Agarre su culazo y se lo acaricie, hasta que note el roto de las mallas y me puse cachondo nuevamente.
Senté a Silvia en el borde de la cama, donde seguía durmiendo plácidamente la borrachera su marido. Me arrodillé entre sus piernas, y comencé a comerla el coño, mientras acariciaba sus muslos. Silvia apretaba mi cabeza contra ella y yo estire mis manos para agarrar sus pechitos por los agujeros de la camiseta. Poco a poco fui subiendo la velocidad de mi lengua, sin descanso. Silvia apretaba también sus muslos contra mi cabeza y cuando se corrió, lo hizo tanto que deje de lamer por lo que me dolía. Volví a lamer en cuanto soltó un poco mi cabeza y la limpié sus ricos jugos.
Bajamos al salón donde Mayte estaba esperándome. Le explicamos la situación de porque habíamos tardado y ella se rio, mientras me besaba y acariciaba mi culo. Nos despedimos de Silvia y montamos en mi coche. Todo el trayecto fui acariciando sus piernas, tanto lo cubierto por los sexys calcetines, como lo que solo lo estaba por las finas medias. En cada semáforo que parábamos, nos besábamos. Nos pusimos tan cachondos, una vez más, que no me quedo mas remedio que parar en una callejuela tranquila que conocemos, cerca de su casa. Es bastante oscura y podíamos hacer cosas sin ser vistos salvo que miraran a posta por la ventana.
Nos volvimos a besar y mi mano subió por su pierna, hasta meterse por su cortito vestido, masturbándola, tras apartar fácil su tanga, aprovechando el roto de las medias. Mayte se coloco a gatas en el asiento, mientras, yo, me bajaba los pantalones. Agarro mi polla y me empezó a masturbar mientras me comía los huevos. Cuando la tuve dura me hizo un mamadón. Todo este rato yo la acariciaba el culazo, tras subirla el vestido. Tras poco tiempo, volví a masturbarla y entonces mi otra mano, se poso en su cabeza y comencé a llevar el ritmo de la mamada, follando su maravillosa boca.
Mayte me puso un condón y se sentó sobre mí. Se metió mi polla en su coño, empapado por haberla masturbado, y se puso a botar como una loca. Nos besábamos, acariciaba sus piernas y la mordía los pechos por encima del vestido. Se lo acabe quitando y se los comí y acaricie. La situación era bien morbosa, pues podía pasar alguien y ver a Mayte desnuda, cabalgando sobre mi polla, pero a esta se la notaba en la cara que no estaba pensando mucho en eso. Mayte no se sacó mi polla del coño, hasta que se corrió. Entonces se la metió en el culo y volvió a cabalgar fuerte, gimiendo rico. Cuando me corrí dentro de su culo, se volvió a poner a gatas en el asiento del copiloto, me quito el condón y me limpio la polla con buenos lametones.
Con mi polla bien seca y limpia, Mayte se puso el disfraz y la lleve a su casa, ya sin más paradas ni besos.
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