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La tentación de Camila (parte 2)

La tentación de Camila (parte 2)

Buenas, como hubo una aceptación mucho mas grande de la parte 1 (link http://m.poringa.net/posts/relatos/6169765/La-tentacion-de-Camila.html ) a la que yo hubiera esperado, ya les traigo la parte 2 que intente sea mas larga y dialogada que la primer parte, mi idea es recibir tambien, ademas de los animos y puntos que siempre se agradecen, sugerencias, ideas o lo que se les ocurra para mejorar la 3er entrega. Mi deseo es, mediante la buena suerte, sacar la parte 3 de esta historia para el domingo o sabado a la noche, cerrando este primer capitulo de esta historia, aunque ya estoy trabajando en ella puesto que quiero que sea la mas larga detallada y explicita posible. Sin más preambulo la parte 2:


Javi: - Te quedaste callada - le dijo.
Ella: - Sí, me quedé pensando. Elegí vivir una vida cómoda. A veces siento que faltan riesgos en mi vida.

La tarde transcurrió después de eso, entre mates y risas, y charlas sobre alguien de la oficina. El sol iba bajando, el termo se vaciaba y el fresco aparecía. En Cami se notaba en sus pezones duros por el viento, que rozaban su remera, la cual se apretaba contra su cuerpo por la brisa. Ella sabía que era común que la miraran estando así, pero ella y Javi se miraban mucho a la cara. No había riesgo; sin dudas, él no era uno más del montón.

Pero pasó lo obvio: el resto sí la miraba. Surgieron comentarios fuera de lugar de grupos de chicos donde siempre destaca el "gracioso pajín": "Esos pezones piden ser chupados", y demás aberraciones. Por lo que Javi le dijo:
Javi: - Che, se están desubicando. No da hacer bardo por estos, y además hace frío. Igual, me re colgué yo también; traje mi buzo por las dudas, por si refrescaba. Pero ponetelo. Te llevo ya a tu casa si querés.

Ella respondió:
Camila: - Dale, sí. Te acepto la propuesta, pero vamos; te acompaño a dejar estas cosas a tu casa, así ordenás un poco esto, y después vamos.
Javi: - Trato hecho - dijo.

Al llegar a su casa, ella notó que vivía en un departamento muy lindo y acogedor, de una habitación, con una vista al río hermosa.
Camila: - Me encanta tu balcón. La próxima venimos acá, así no soportamos boludos.
Él, entre risas, dijo:
Javi: - Sí, puede ser. Vos podés venir cuando quieras, igual - jaja.

Esta vez, el buzo de Javi la cubrió. Sus pezones se erizaban por otro tipo de excitación; ella se estaba imaginando cosas que desafiaban su monogamia.
Javi: - Bueno, vamos, te llevo - le dijo.
Y ella dijo:
Camila: - Dale. Tomá tu buzo, así no me olvido.

Él aprovechó para ver un poco del abdomen natural y hermoso de Cami mientras ella se levantaba el buzo.

En el camino, iban hablando de lo lindo que estuvo el día y que había que repetirlo, entre otras cosas monótonas. A lo que Cami rompe esa charla tirando una daga. Ella le dice:
Camila: - ¿Y? Seguro que salís vos esta noche con tus amigos de joda, o te vas a ver con alguna de esas que te encantan a vos - jaja.
Y él solo responde con un:
Javi: - Jaja, celosa me saliste. No lo esperaba de alguien de novia. Igual, hoy no salgo ni me veo con nadie. Me reservé el día para estar con vos.
Camila le dijo:
Camila: - Bueno, pero eso era el día, no la noche. ¿O vos la querías seguir? Jajaja. Igual, no me digas celosa; yo, cero. Ni con Iván lo soy. Solo te cargaba.
Él la miraba riéndose.
Javi: - Toqué una fibra sensible, parece, con lo de celosa. Pero no, no era por eso que te decía. Es solo que no pensé el día más allá de esta juntada.

Cami entonces se arriesgó y le propuso:
Camila: - Che, tengo un Fernet y dos Cocas que están ideales en la heladera desde ayer. ¿Y si compramos hielo y la seguimos en mi casa?
Él aceptó, diciendo:
Javi: - Me parece justo. Ya que me estuviste juzgando mis mates, ahora me toca juzgar tus "Fernandos" - jaja.

Y así fueron a comprar el hielo, además de unas papitas y sándwiches de miga que se jugó Javi para picotear algo.


Al llegar a la casa, Cami puso música tranquila, sacó los sillones a la terraza y se pusieron a charlar mientras picoteaban y tomaban los fernet. En definición de Javi: "Este fernet está más rico que besos de infiel". Cami solo se rio de eso, pero en el fondo le pegó. Era obvio que no lo dijo por ella o algo en particular, solo era una más de esas frases ingeniosas que tiraba para hacerla reír. Pero le hizo pensar, y mucho. ¿Estaré cometiendo un grave error?

La charla continuó y desaparecieron las Cocas, el fernet, las papitas y los sándwiches. Pero ellos estaban más escabiados que nunca y se reían de cualquier cosa, desde alguna boludez que decían hasta de que el de la cantina de la esquina del laburo siempre se dormía mientras atendía. En eso, la charla giró en base a la vanidad de los hombres con respecto al tamaño de sus penes, por un chiste que tiró Javi sobre eso. A lo que Cami dio todo un discurso sobre la poca importancia que tenía para ella eso y que era algo más de varones, pero remató (a causa de los grados de alcohol en sangre) con una metida de pata: "Igual, a vos no te va nada mal en eso, por lo que escuché", le tiró.

A lo que Javi se puso muy rojo y quiso saber quién lo dijo.

Javi: - ¿Qué? ¿Quién carajo dijo eso? ¡No puede ser!
Camila: - (Riéndose, tratando de restarle importancia) Ay, Javi, fue un chisme nada más, de hace mil años.
Javi: - ¡Chisme de qué! ¡Contame! ¿Quién? ¿Fue alguien de la oficina? ¿Milagros? ¿Rubí?
Camila: - No, no, ¡tranquilo! Fue... (suspira, resignada) fue la hermana mayor de tu ex.
Javi: - ¿Mariana? ¡Pero de dónde salió esa charla! ¿Cuándo?
Camila: - Es la mejor amiga de Mili. Se lo contó a ella entre risas en el cumple de Mili y bueno estábamos nosotras ahí, después de que ustedes cortaron al parecer su hermanita le contó todo. Dijo que... bueno...
Javi: - (Cubriéndose la cara con una mano, entre avergonzado y divertido) No, por favor, no sigas.
Camila: - (Con voz más baja, casi un susurro) Dijo que no solo era ancha y... venosa... sino que también medía como 23 cm, aproximadamente y que por eso Flor te lloraba tanto.

Javi y Cami, en ese momento, se quedaron rojos de vergüenza y algo de excitación. Un silencio cargado y eléctrico se instaló entre ellos, solo roto por la música de fondo.

Javi: (Voz ronca, mirándola fijo) - Che, Cami... se re puso tenso el aire de la nada, ¿viste?
Camila: (Sin poder disimular la respiración agitada, cruzando los brazos sin querer sobre el pecho) - Sí... debe ser el fernet. Me re pegó.
Javi: - A mí también... pero no creo que sea solo el fernet. (Se inclina un poco hacia ella, apoyando el codo en la rodilla). Esa data que tiraste... medio que te re zarpaste, ¿sabías?
Camila: (Traga seco, jugueteando con el borde de su vaso) - Y... vos me sacaste. Y con el escabio encima... me la re mandé. Pero... (lo mira de reojo) no era mentira, ¿no?
Javi: (Se ríe bajito, nervioso) - ¿Y a vos qué te importa si es mentira o no, manija? Pensé que el tamaño no te importaba un rabano.
Camila: - Y... no me importa... pero la curiosidad me re mata. (Se le escapa una risa tonta). Aparte, vos me mirás hace rato como si tuvieras la misma curiosidad conmigo.
Javi: - ¿Y si la tengo? (Se acerca unos centímetros más, su pierna casi roza la de ella). ¿Qué tiene de malo? Acá somos dos adultos, tomando unos fernet...
Camila: - ...y mi novio en San Pablo —agregó ella, con un tono que sonaba más a advertencia para sí misma que para él.
Javi: - Sí. Eso también. (Su mirada baja a sus labios). No lo olvido.

El silencio que siguió fue aún más pesado. La distancia entre ellos era mínima. Camila podía sentir el calor que emanaba de su cuerpo.
Camila: (En un susurro) - Javi... esto está re mal.
Javi: - Lo sé. (Levanta una mano y le aparta un mechón de pelo de la cara, dejando la mano apoyada en su mejilla). Pero no voy a hacer nada que vos no quieras.

Esa fue la chispa. El contacto de su mano en su rostro, la ternura en el gesto contrastando con la tensión sexual, quebró los últimos remilgos de Camila. Con un movimiento rápido, como si temiera arrepentirse, cerró los pocos centímetros que los separaban y capturó sus labios en un beso.

No fue un beso tímido. Fue apasionado, desesperado, cargado con toda la tensión acumulada de los últimos meses. Sus manos se enredaron en el pelo de él, tirando con una urgencia animal. Javi respondió con la misma intensidad, una mano en su nuca para acercarla más, mientras la otra, audaz, se deslizaba por su espalda y subía por debajo de la remera.

Su palma encontró la piel caliente de su espalda, subiendo más, hasta deslizarse por el costado y cerrarse sobre uno de sus pechos, desnudo bajo la tela. Un gemido ahogado escapó de la garganta de Camila cuando él apretó con suavidad, su pulgar rozando el pezón ya erecto a través del algodón de la remera. Ella, en respuesta, le hundió los dedos en el pelo y bajó una mano al pecho de él, sintiendo los músculos duros bajo la remera holgada, para luego bajar más, tanteando la evidente erección que tensaba su bermuda, no parecía mentir Flor.
—Dios, Javi... —logró jadear entre beso y beso.

En ese instante de máxima transgresión, con sus cuerpos fundiéndose en la penumbra de la terraza, el celular de Camila estalló con el tono de llamada específico que había asignado a Iván.
El sonido cortó el momento como un cuchillo.

Entonces Camila atendió rápido, se dirigió hacia el borde más alejado de la puerta en la terraza, mientras hablaba con su novio que le decía lo mucho que la extrañaba y le contaba como le fue, ella seguía pensando en otra cosa, en que quizás fue un error. Pero al cortar luego de 5 minutos de charla con Ivan, ella lo decidió, esto tenía que pasar, apagó el teléfono sin miramientos y se sacó la remera sintiendo como la brisa nocturna de la ciudad acariciaba su piel erizando todo en ella, solo para que al darse vuelta buscando encontrar a su amante, no haya nadie. Preocupada mira hacia la calle desde la terraza ante la falta de respuesta al llamado a Javi, como buscandolo encontrar para saber que paso, pero al ver que no estaba más su auto comprendió todo. Se volvió a poner la remera, prendió el teléfono y vio el mensaje de él "Este día fue hermoso, pero no quiero ser la razón de que se termine una relación o haya una infidelidad, ya fue suficiente con lo que hicimos, que quede en una buena relación laboral sin mas" resignada solo contesto con un "Ok me parece lo correcto".

Fin parte 2

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