El otro día que tuvimos un problema con el auto me hizo acordar a una de las primeras salidas con Jesi o de las primeras veces que me quedé a dormir en la casilla. Aquí va.
Hacia un poco más de un mes que nos habíamos conocido con mi turrita matanzera y si mal no recuerdo está fue la salida anterior a enterarnos de que la Jesi estaba embarazada y que íbamos a empezar esta hermosa vida de turros luchones.
Para mí casa garche con mi turrita era una locura y el contraste de los dos mundos era algo digno de una poesía. Y es que mientras mis chetos compañeros no garchaban nunca y cuando lo hacían era todo si o si con forro, la Jesi por el contrario me garchaba sin forro piel con piel sin importarle absolutamente nada y disfrutando del garche a pelo.
Incluso me acuerdo que una de las parejitas del salón F y M (no los voy a nombrar) hacía como dos años que estaban juntos y todavía usaban forro. Mientras que ya el primer garche con mi turra había Sido todo piel con piel.
Bueno la cuestión que yo salí de casa vestido con la ropa del colegio y por su puesto escondida en el Fiat 147 ropita facherita un conjunto deportivo bien turro que al usar sin boxer me quedaba todo el bulto marcado. El tema fue que ese día nos veíamos un poco más tarde algo así como a las 3 de la tarde y la idea era quedarnos hasta la noche noche. Yo había dicho que después del colegio jugaba al fútbol con unos amigos y todo parecía resuelto.
Venía manejando con una mezcla de hermosas sensaciones: libertad, salvajismo, y nacía en mi el ser un turro más. Es una estupidez pero sentía como más liviana la ropa y como la pija me rozaba en el joggin me hacía ir todo el camino caliente.
Llegué a la casilla de mi turra y frene el auto en la entrada de pasto. Belleza como siempre el paisaje entre la zanja con olor a podrido la calle de tierra toda poseada nenes jugando descalzos en la calle con una botella como pelota y un par de luchonas tomando mate sentadas en el pastito de la vereda.
La Jesi salió siempre divina siempre putona mal. Una calsita azul marino recontra ajustada marcando toda esa cola espectacular. Completamente entangada con una tanga de hilo blanca que no solamente se marcaba por delante y por detrás, incluso marcando la argollita metálica del hilo sino que también se transparentaba. Lo que me volvía completamente loco. Una musculosa blanca con el hermoso detalle de estar sin corpiño. Lo que dejaba asomar sus pequeñas tetas por el costado de la musculosa. Por dios que flor de hembra pensé. Rápidamente se me vino ensima y me comió sarpada la boca de un beso. Me empezó a chapar ahí en la calle y conmigo apoyado en el capot del Fiat 147. Yo sentía sus pequeñas tetas apoyadas en mi pecho. En ese momento tenía la verga al palo y ella sentiría como se me paraba toda y se chocaba contra su entrepierna. En el medio del beso salvaje yo le apreté los dos cachetes de la cola. Y eso que la familia estaba dentro de la casilla, pero como ya me sentía un turro más no me importo nada. Tal vez y como un preámbulo de lo que íbamos a vivir en apenas tres días la Jesi solto mi boca y en vez de decirme "garchame toda" al oído como solía decirme me dijo "preñame toda amor". Yo me había puesto más caliente todavía y solo podía pensar en esa conchita de turra pendeja carnosa pero estrecha que me cojia la verga hasta dejarme la roja.
La cuestión es que la Jesi me hizo pasar a la casilla a saludar a todos. La imagen seguía poniéndose más bella por dónde la miraras. El parlante del equipo de musica gigantesco brillante y opulento mientras las paredes de madera de la casilla sucias sin pintar y con muchas grietas. Mi suegra viendo la tele tomando mates cansada de no hacer nada y mis cuñaditas escuchando música y peleándose para entrar al feis en la compu. La cortina que se utiliza de puerta en el baño gastada desilachada pero el ropero de las turritas lleno de ropita divina y diminuta.
Estuvimos un rato compartiendo en la casa pero rápidamente nos fuimos a la plaza solitos. Pasamos toda la tarde chapando en la plaza con ella sentada a upa mío cruzando sus brazos por detrás de mi cuello. Teníamos sobre todo ella por ser más chica una carita de nena que te volvía loco. Y eso que la plaza era un hermoso oasis de turras encalsadas y entangadas pero la Jesi destacaba sobre el resto. Había ganado una hermosa turrita y aunque no lo sabía en ese momento ya la había asegurado embarazando la de Dylan nuestra primera bendición.
Ya bien entrada la tarde noche como a eso de las siete y media fuimos de vuelta para la casilla. Estábamos re calientes mal y solamente pensábamos en garchar.
Entramos de la mano yo literal tratando de disimular un poco lo parada que tenía la verga. En la casilla solo habían quedado dos de mis cuñaditas. De modo que la Jesi me metió en la pieza y me tiró sobre la cama. Se vino ensima mío y comenzó a comerme la boca recontra sarpada. Chapando que daba gusto mientras mi verga dura chocaba contra su entrepierna caliente. Nos sacamos la ropa en segundos. Primero su musculosa dejando al desnudo sus pequeñas tetas y mi remera. Luego su calsita. Aprecie fugazmente esa conchita contenida por la tanguita hilito y ese silueta perfecta que daban sus piernas y su concha. Para cuándo me saco el joggin yo tenía la verga muy al palo cabezona mal durísima.
Estábamos tan calientes que no hubo previa ni pete se saco la tanguita hilito subió ensima y ensartó toda mi verga en su conchita. Me empezó a saltar ensima mientras más me cabalgaba mi turrita más gritaba. Poco y nada le importaba que sus hermanitas la escuchen como ella garchaba. Ni siquiera nos habíamos tapado con las sábanas nada. Y obviamente no hace falta ni aclararlo garchabamos sin forro piel con piel. Cómo dije yo me sentía un turro y les juro que sentía la verga más hinchada como más grande (seguro solo una sensación) pero si duraba mucho más en el garche. Es como que podía controlar la calentura muchísimo más tiempo y la turrita más fuerte me cabalgaba y yo como si nada. Esas sensaciones son sin dudas de las mejores del mundo. De ella arriba pasamos a yo arriba y en cuatro. Hasta que finalmente y como casi dos horas después de haber empezado y con mi turrita habiendo acabado como tres veces dejando la cama toda flujeada empapada hecha un río mal yo recién ahí termine por llenarla a revalsar de leche. No paraban de salir chorros de leche dentro de su conchita que la turrita recibía con mucho placer.
Se que a ustedes estos datos les encantan: así como terminamos de garchar mi turrita se paró y con la sábana de la cama de la hermana se limpio bien la concha. Si con la sábana de la hermana y nada de ir a bañarse simplemente se limpio la concha de puso la tanga y la calsa y listo. Nos levantamos y fuimos para el comedor. Nos quedamos un ratito más y yo decidí arrancar para casa. He aquí el problema.
Me despedí de mi turrita y cuando llegue a la esquina se me cortó el cable de embrague del Fiat 147. Me quedé tirado. Volví caminando hasta lo de mi turrita y le conté la situación. Traje el auto empujándolo solo hasta la puerta de la casilla. Mi turrita anticipando su hermosa vagancia que iba a tener estos hermosos dieciséis años miraba todo apoyada en la madera de la casilla. Yo podía cambiar el cable pero hasta no hacerse de día y poder ir a comprar uno estaba completamente barado. De modo que avise en casa que me había quedado tirado y que pasaría la noche en lo de un amigo. Rompieron las bolas por el colegio al otro día pero bueno igual a mi ya me chupaba todo un huevo. Y de hecho en pocos días ya estaría viviendo en el hermoso Virrey del Pino.
Obviamente que me quedé a dormir en lo de mi turrita asique pude disfrutar de muchas escenas que luego me serían de todos los días pero que en ese momento tenían un hermoso contraste con mi vida. Lo primero que me encantó fue claramente la desilachada cortina del baño. No podía sacarle los ojos de encima. La primera en entrar fue mi suegra. La cortina estaba tan vieja que se transparentaba y pude ver cómo se bajaba su tanguita diminuta. Que hermosa madre pensé. Mira la tanguita que usa. El chorro de pis se escuchaba fuerte y yo sentia un calor tremendo en la pija. Cuando se levantó del inodoro se veía que tenía la concha peludita. Aunque se subió rápido la tanguita. Apenas si se pasó un poco de papel y como belleza final al no haber agua corriente y hay que tirar un balde ella ni lo tiró. Ni le importo. Dejo el pis ahí. Mi cuñadita le siguió pero la Jesi estaba ya muy ensima mío besándome mimandome y no pude apreciar mucho la escena. Pero tampoco escuché balde asique otra que había dejado el pis ahí.
Con la tele recontra fuerte cenaron un guiso viendo el programa de Tinelli. Yo comparti un plato con ellos aunque no tenía mucha hambre la verdad.
Cerca de las doce de la noche la casilla tenía actividad por todos lados ni siquiera las bendis más chicas dormían. Todo era griterío parlante fuerte la tele fuerte. Ayude a lavar los platos con balde que en realidad era un tacho de pintura con agua. Demasiada belleza toda junta.
Recién como a las dos de la mañana la casilla se fue apagando y nos fuimos para la piesa. Mi turrita la compartia con mis dos cuñaditas. Sin ningún tipo de vergüenza la Jesi se desnudo delante de mis cuñaditas quedándose solamente con la tanguita hilito. En tetas como si nada y se acostó. Yo me acosté con ella y me saque la ropa estando ya en la cama.
Me quedé completamente desnudo con la pija al aire debajo de las sábanas. Mi turrita se sacó la tanguita y la tiró al piso como si nada. "Así tamo iwale" me dijo. Mis cuñaditas estaban súper despiertas mientras mi turrita me había comenzado a comer a besos. Me besaba caliente salvaje. Está vez teniendo toda la noche si hubo una buena previa. Debajo de las sábanas yo le comencé a chupar la concha. Le pasaba la lengüita mientras mi turrita gemia que daba gusto. Rápidamente los gemidos pasaron a ser gritos. Mis cuñadas estaban escuchando todo. La Jesi me acomodo en la cama y comenzó a chuparme la pija. Yo estaba contra la pared apoyado y la Jesi me chupaba la verga debajo de las sábanas. Mis dos cuñaditas me miraban. No fijo pero disimuladamente miraban yo me daba cuenta. Tenía la verga estallada mal y la Jesi me la chupaba como toda una petera.
Rápidamente se subió ensima mío y deslizó mi verga dura en su conchita empapada. Ya ahora las sábanas no nos tapaban nada y comenzó a cabalgarme como si nada. Yo estaba enloquecido y mi cabeza disfrutaba del hermoso momento. La turra cabalgandome gritando de placer mi verga al palo cojiendo sin forro destapados y con mis cuñaditas apreciendo la escena.
En pleno garche en plena cabalgada una de mis cuñaditas le dice a la Jesi en tono algo cómplice pero algo ya con ganas de dormir: fuaaa tanto va a gritar déjame dormir hija de puta.
Mi turrita giro despacio su cabeza sin dejar de cabalgarme y le respondió: "así aprende a culear". Se rió y me siguió cabalgando. Yo me sentía todo un turro pero ya esa situación me gano por completo y unos quince minutos después termine por llenarla la concha por completo de leche a mi turra. Ella dió unos gritos de placer bien agudos mal. La cama otra vez un río mezclado con lo de la tarde.
Como si nada la Jesi se durmió así sin bañarse con la leche adentro y la cama empapada.
Yo no dormí absolutamente nada y me dedique a apreciar más cosas de la casilla que sí quieren les cuento en una segunda parte.

Hacia un poco más de un mes que nos habíamos conocido con mi turrita matanzera y si mal no recuerdo está fue la salida anterior a enterarnos de que la Jesi estaba embarazada y que íbamos a empezar esta hermosa vida de turros luchones.
Para mí casa garche con mi turrita era una locura y el contraste de los dos mundos era algo digno de una poesía. Y es que mientras mis chetos compañeros no garchaban nunca y cuando lo hacían era todo si o si con forro, la Jesi por el contrario me garchaba sin forro piel con piel sin importarle absolutamente nada y disfrutando del garche a pelo.
Incluso me acuerdo que una de las parejitas del salón F y M (no los voy a nombrar) hacía como dos años que estaban juntos y todavía usaban forro. Mientras que ya el primer garche con mi turra había Sido todo piel con piel.
Bueno la cuestión que yo salí de casa vestido con la ropa del colegio y por su puesto escondida en el Fiat 147 ropita facherita un conjunto deportivo bien turro que al usar sin boxer me quedaba todo el bulto marcado. El tema fue que ese día nos veíamos un poco más tarde algo así como a las 3 de la tarde y la idea era quedarnos hasta la noche noche. Yo había dicho que después del colegio jugaba al fútbol con unos amigos y todo parecía resuelto.
Venía manejando con una mezcla de hermosas sensaciones: libertad, salvajismo, y nacía en mi el ser un turro más. Es una estupidez pero sentía como más liviana la ropa y como la pija me rozaba en el joggin me hacía ir todo el camino caliente.
Llegué a la casilla de mi turra y frene el auto en la entrada de pasto. Belleza como siempre el paisaje entre la zanja con olor a podrido la calle de tierra toda poseada nenes jugando descalzos en la calle con una botella como pelota y un par de luchonas tomando mate sentadas en el pastito de la vereda.
La Jesi salió siempre divina siempre putona mal. Una calsita azul marino recontra ajustada marcando toda esa cola espectacular. Completamente entangada con una tanga de hilo blanca que no solamente se marcaba por delante y por detrás, incluso marcando la argollita metálica del hilo sino que también se transparentaba. Lo que me volvía completamente loco. Una musculosa blanca con el hermoso detalle de estar sin corpiño. Lo que dejaba asomar sus pequeñas tetas por el costado de la musculosa. Por dios que flor de hembra pensé. Rápidamente se me vino ensima y me comió sarpada la boca de un beso. Me empezó a chapar ahí en la calle y conmigo apoyado en el capot del Fiat 147. Yo sentía sus pequeñas tetas apoyadas en mi pecho. En ese momento tenía la verga al palo y ella sentiría como se me paraba toda y se chocaba contra su entrepierna. En el medio del beso salvaje yo le apreté los dos cachetes de la cola. Y eso que la familia estaba dentro de la casilla, pero como ya me sentía un turro más no me importo nada. Tal vez y como un preámbulo de lo que íbamos a vivir en apenas tres días la Jesi solto mi boca y en vez de decirme "garchame toda" al oído como solía decirme me dijo "preñame toda amor". Yo me había puesto más caliente todavía y solo podía pensar en esa conchita de turra pendeja carnosa pero estrecha que me cojia la verga hasta dejarme la roja.
La cuestión es que la Jesi me hizo pasar a la casilla a saludar a todos. La imagen seguía poniéndose más bella por dónde la miraras. El parlante del equipo de musica gigantesco brillante y opulento mientras las paredes de madera de la casilla sucias sin pintar y con muchas grietas. Mi suegra viendo la tele tomando mates cansada de no hacer nada y mis cuñaditas escuchando música y peleándose para entrar al feis en la compu. La cortina que se utiliza de puerta en el baño gastada desilachada pero el ropero de las turritas lleno de ropita divina y diminuta.
Estuvimos un rato compartiendo en la casa pero rápidamente nos fuimos a la plaza solitos. Pasamos toda la tarde chapando en la plaza con ella sentada a upa mío cruzando sus brazos por detrás de mi cuello. Teníamos sobre todo ella por ser más chica una carita de nena que te volvía loco. Y eso que la plaza era un hermoso oasis de turras encalsadas y entangadas pero la Jesi destacaba sobre el resto. Había ganado una hermosa turrita y aunque no lo sabía en ese momento ya la había asegurado embarazando la de Dylan nuestra primera bendición.
Ya bien entrada la tarde noche como a eso de las siete y media fuimos de vuelta para la casilla. Estábamos re calientes mal y solamente pensábamos en garchar.
Entramos de la mano yo literal tratando de disimular un poco lo parada que tenía la verga. En la casilla solo habían quedado dos de mis cuñaditas. De modo que la Jesi me metió en la pieza y me tiró sobre la cama. Se vino ensima mío y comenzó a comerme la boca recontra sarpada. Chapando que daba gusto mientras mi verga dura chocaba contra su entrepierna caliente. Nos sacamos la ropa en segundos. Primero su musculosa dejando al desnudo sus pequeñas tetas y mi remera. Luego su calsita. Aprecie fugazmente esa conchita contenida por la tanguita hilito y ese silueta perfecta que daban sus piernas y su concha. Para cuándo me saco el joggin yo tenía la verga muy al palo cabezona mal durísima.
Estábamos tan calientes que no hubo previa ni pete se saco la tanguita hilito subió ensima y ensartó toda mi verga en su conchita. Me empezó a saltar ensima mientras más me cabalgaba mi turrita más gritaba. Poco y nada le importaba que sus hermanitas la escuchen como ella garchaba. Ni siquiera nos habíamos tapado con las sábanas nada. Y obviamente no hace falta ni aclararlo garchabamos sin forro piel con piel. Cómo dije yo me sentía un turro y les juro que sentía la verga más hinchada como más grande (seguro solo una sensación) pero si duraba mucho más en el garche. Es como que podía controlar la calentura muchísimo más tiempo y la turrita más fuerte me cabalgaba y yo como si nada. Esas sensaciones son sin dudas de las mejores del mundo. De ella arriba pasamos a yo arriba y en cuatro. Hasta que finalmente y como casi dos horas después de haber empezado y con mi turrita habiendo acabado como tres veces dejando la cama toda flujeada empapada hecha un río mal yo recién ahí termine por llenarla a revalsar de leche. No paraban de salir chorros de leche dentro de su conchita que la turrita recibía con mucho placer.
Se que a ustedes estos datos les encantan: así como terminamos de garchar mi turrita se paró y con la sábana de la cama de la hermana se limpio bien la concha. Si con la sábana de la hermana y nada de ir a bañarse simplemente se limpio la concha de puso la tanga y la calsa y listo. Nos levantamos y fuimos para el comedor. Nos quedamos un ratito más y yo decidí arrancar para casa. He aquí el problema.
Me despedí de mi turrita y cuando llegue a la esquina se me cortó el cable de embrague del Fiat 147. Me quedé tirado. Volví caminando hasta lo de mi turrita y le conté la situación. Traje el auto empujándolo solo hasta la puerta de la casilla. Mi turrita anticipando su hermosa vagancia que iba a tener estos hermosos dieciséis años miraba todo apoyada en la madera de la casilla. Yo podía cambiar el cable pero hasta no hacerse de día y poder ir a comprar uno estaba completamente barado. De modo que avise en casa que me había quedado tirado y que pasaría la noche en lo de un amigo. Rompieron las bolas por el colegio al otro día pero bueno igual a mi ya me chupaba todo un huevo. Y de hecho en pocos días ya estaría viviendo en el hermoso Virrey del Pino.
Obviamente que me quedé a dormir en lo de mi turrita asique pude disfrutar de muchas escenas que luego me serían de todos los días pero que en ese momento tenían un hermoso contraste con mi vida. Lo primero que me encantó fue claramente la desilachada cortina del baño. No podía sacarle los ojos de encima. La primera en entrar fue mi suegra. La cortina estaba tan vieja que se transparentaba y pude ver cómo se bajaba su tanguita diminuta. Que hermosa madre pensé. Mira la tanguita que usa. El chorro de pis se escuchaba fuerte y yo sentia un calor tremendo en la pija. Cuando se levantó del inodoro se veía que tenía la concha peludita. Aunque se subió rápido la tanguita. Apenas si se pasó un poco de papel y como belleza final al no haber agua corriente y hay que tirar un balde ella ni lo tiró. Ni le importo. Dejo el pis ahí. Mi cuñadita le siguió pero la Jesi estaba ya muy ensima mío besándome mimandome y no pude apreciar mucho la escena. Pero tampoco escuché balde asique otra que había dejado el pis ahí.
Con la tele recontra fuerte cenaron un guiso viendo el programa de Tinelli. Yo comparti un plato con ellos aunque no tenía mucha hambre la verdad.
Cerca de las doce de la noche la casilla tenía actividad por todos lados ni siquiera las bendis más chicas dormían. Todo era griterío parlante fuerte la tele fuerte. Ayude a lavar los platos con balde que en realidad era un tacho de pintura con agua. Demasiada belleza toda junta.
Recién como a las dos de la mañana la casilla se fue apagando y nos fuimos para la piesa. Mi turrita la compartia con mis dos cuñaditas. Sin ningún tipo de vergüenza la Jesi se desnudo delante de mis cuñaditas quedándose solamente con la tanguita hilito. En tetas como si nada y se acostó. Yo me acosté con ella y me saque la ropa estando ya en la cama.
Me quedé completamente desnudo con la pija al aire debajo de las sábanas. Mi turrita se sacó la tanguita y la tiró al piso como si nada. "Así tamo iwale" me dijo. Mis cuñaditas estaban súper despiertas mientras mi turrita me había comenzado a comer a besos. Me besaba caliente salvaje. Está vez teniendo toda la noche si hubo una buena previa. Debajo de las sábanas yo le comencé a chupar la concha. Le pasaba la lengüita mientras mi turrita gemia que daba gusto. Rápidamente los gemidos pasaron a ser gritos. Mis cuñadas estaban escuchando todo. La Jesi me acomodo en la cama y comenzó a chuparme la pija. Yo estaba contra la pared apoyado y la Jesi me chupaba la verga debajo de las sábanas. Mis dos cuñaditas me miraban. No fijo pero disimuladamente miraban yo me daba cuenta. Tenía la verga estallada mal y la Jesi me la chupaba como toda una petera.
Rápidamente se subió ensima mío y deslizó mi verga dura en su conchita empapada. Ya ahora las sábanas no nos tapaban nada y comenzó a cabalgarme como si nada. Yo estaba enloquecido y mi cabeza disfrutaba del hermoso momento. La turra cabalgandome gritando de placer mi verga al palo cojiendo sin forro destapados y con mis cuñaditas apreciendo la escena.
En pleno garche en plena cabalgada una de mis cuñaditas le dice a la Jesi en tono algo cómplice pero algo ya con ganas de dormir: fuaaa tanto va a gritar déjame dormir hija de puta.
Mi turrita giro despacio su cabeza sin dejar de cabalgarme y le respondió: "así aprende a culear". Se rió y me siguió cabalgando. Yo me sentía todo un turro pero ya esa situación me gano por completo y unos quince minutos después termine por llenarla la concha por completo de leche a mi turra. Ella dió unos gritos de placer bien agudos mal. La cama otra vez un río mezclado con lo de la tarde.
Como si nada la Jesi se durmió así sin bañarse con la leche adentro y la cama empapada.
Yo no dormí absolutamente nada y me dedique a apreciar más cosas de la casilla que sí quieren les cuento en una segunda parte.

8 comentarios - Garchando con mi turra frente a mis cuñadas
Gachas mucho todavía?
Porque en esos años eran adolescentes
Y a la suegra no te la clavaste? Parece que se regalaba
O a las cuñadas?