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31/2📑Propuesta Indecente-Parte 2

Era lunes por la tarde. Kevin descansaba en su cama, todavía con el cuerpo adolorido del fin de semana de sexo sin pausa. Su teléfono vibró. Un mensaje de Lorena:

31/2📑Propuesta Indecente-Parte 2




“Amor… necesito pedirte un favor especial. Mi amiga Camila está sola esta noche. Tiene 42, está caliente, recién separada y necesita algo… fuerte. Te va a estar esperando. Ya le hablé de ti. No la decepciones, mi semental.”

Kevin abrió los ojos, con una mezcla de sorpresa y calentura. Iba a coger con otra mujer madura… enviada por su propia sugar mami.
Media hora después, ya estaba duchado y en camino.


Camila vivía en un piso alto, en un apartamento elegante. Cuando abrió la puerta, Kevin se quedó helado.

Morena, curvas perfectas, vestido negro ajustado, sin sostén. Labios rojos, mirada peligrosa.

—Así que tú eres el famoso Kevin… —dijo, con voz seductora y sonrisa perversa—. Lorena me advirtió que eras adictivo. Entra. Ya estoy mojada.

Lo guió directo al sillón y le sirvió una copa. Pero antes de que pudiera tomarla, Camila se subió sobre él y comenzó a frotarse contra su entrepierna.

—No quiero hablar. Quiero sentirte.

Lo desnudó como una experta. Sacó su pija y se lo mamó despacio, con técnica, jugando con la lengua en la punta, mientras le masajeaba las bolas con una mano suave.

—Tienes una pija perfecta… y está dura solo para mí. ¿Te gusta coger mujeres mayores, Kevin?

—Mucho… —jadeó él—. Más si son como tú…

Camila se sentó en su cara ,tenía la concha mojada, depilada, suave, y se movía sobre su boca como si cabalgara su lengua.

—¡Así! ¡Dame lengua, muchacho! ¡Demuéstrame que te entrenó bien!

Él la hizo venirse una vez… y otra. Luego ella se montó sobre su pija, empapada, gritándole con cada embestida:

—¡Dámela toda! ¡Me hace falta leche joven! ¡Hazme olvidar a mi ex, cabrón!

Kevin le agarró las tetas grandes, se las chupó con fuerza mientras ella cabalgaba su pene y se deshacía arriba de él.

Luego vino el anal. Camila se lubricó con saliva, se agachó sobre él, y se lo fue metiendo lentamente en su culito caliente.

—Sí… así, Kevin… cogeme el culo… destroza esta puta.

Lo cabalgó salvaje, con los ojos cerrados, gritando obscenidades, mientras él se venía dentro, llenándola como su dueña lo había entrenado.


Al terminar, Camila le limpió el sudor, le ofreció una ducha… y le entregó un sobre.

—Aquí tienes… cortesía de una mujer agradecida. Y dile a Lorena que te envíe más seguido.

Dentro había 300 dólares en efectivo… y una llave.

—La próxima vez no hace falta que toques la puerta. Entra directo. Y prepárate para que te exprima todo el finde.

Kevin salió del edificio con una sonrisa enorme… y la pija aún palpitando.


puta




Era viernes por la noche cuando Kevin recibió el mensaje.

“No hagas planes. Esta noche es nuestra. Ven sin ropa interior. Y prepárate para obedecer.”

La dirección era conocida. La casa de Lorena.

Al llegar, la puerta estaba entreabierta. La luz tenue. Música suave. Y al fondo, en el sillón, Lorena y Camila, ambas en lencería negra, piernas cruzadas, copas de vino en la mano… y miradas de cazadoras.

—Ahí está nuestro juguete —dijo Lorena, lamiéndose los labios.

—Nuestro semental favorito —añadió Camila—. Hoy no te vas a ir caminando, nene.

Kevin tragó saliva. Su pija ya estaba a punto de reventar en los pantalones.

tetas




Lorena se acercó, lo desnudó lentamente. Camila se arrodilló y le empezó a mamar la pija, mientras Lorena lo besaba, le acariciaba los pezones y le mordía el cuello.

—Vas a obedecer todo lo que pidamos —le susurró—. Vas a cogernos como las putas que somos. ¿Entendido?

—Sí… —jadeó Kevin, temblando de anticipación.

Camila se turnaba la mamada con Lorena. Ambas se pasaban la pija de boca a boca, como si fuera un postre. Lorena la escupía, Camila la lamía, se la metían hasta la garganta mientras se reían entre ellas.

—¿Te gusta cómo lo dejo brilloso, zorra?
—Sí… pero yo me lo trago mejor.

Kevin no podía más. Pero entonces lo llevaron al sillón… y empezó el juego real.


Camila se sentó en su cara, mientras Lorena se montaba en su pene. Una en su boca, otra en su pija. Gimiendo las dos, acariciándose las tetas entre ellas, frotándose, mojándose una a la otra.

—¡Chúpame el clítoris! —gritaba Camila—. ¡Hazme explotar!

—Cogeme más fuerte, amor! ¡Rompe esta concha! —gemía Lorena, cabalgando sin descanso.

Después cambiaron. Camila le ofreció su culo, y Kevin se lo metió todo mientras Lorena se sentaba en su cara.

—¡Mamá! ¡Me lo parte entero! —gritaba Camila—. ¡Sí, así! ¡Rómpeme el culo!

—¡Lámeme bien, cachorrito! ¡Quiero venirme en tu boca!

Y él lo hacía. Las dos lo montaban por turnos, lo mamaban entre besos, le pedían más leche, más fuerza, más lengua.


En un momento, ambas se pusieron en cuatro, una al lado de la otra.

—Ahora escoge… ¿A cuál quieres llenarle el culo?

Kevin no supo qué decir.

—¿No puedes decidir? —dijo Camila—. Entonces empieza con una… y termina con la otra.


Primero a Lorena, mientras Camila le chupaba las bolas. Luego a Camila, mientras Lorena le lamía los pezones.

Kevin acabó dentro de ambas, una tras otra, temblando, jadeando, con las piernas aflojadas.


Al terminar, ellas lo abrazaron, sudadas, sonrientes, satisfechas.

—Lo entrené bien, ¿no? —dijo Lorena.

—Una joya. Tenemos que repetir esto cada semana.

Kevin apenas podía hablar… pero sabía que su vida ya no sería igual.

Entre dos diosas, con leche para dar… y sed insaciable.



trio

3 comentarios - 31/2📑Propuesta Indecente-Parte 2

DnIncubus
Wow excelente relato, que bien por Kevin
Costero1
El sueño del pibe jjj