Madre Amante del Bullying.Parte 4 y Final.Epilogo

Esa noche, Brittany soñó con la polla de Dante balanceándose y un montón de bolas. En su sueño, Dante la tenía de rodillas en el jardín delantero, donde cualquiera podía verlos. Se estaba bajando la bragueta cuando el cielo se oscureció y empezó a caer una lluvia de verano. Caía a cántaros, salpicándole la cara e incluso la boca. Empezó a toser con fuerza y, de hecho, se despertó en el proceso. Al abrir los ojos, se empapó de inmediato en un líquido caliente que le salpicó los ojos abiertos, junto con el resto de la cara. Tardó unos instantes, aturdida, en darse cuenta de lo que estaba sucediendo.
Dante se encontraba de pie junto a su cama, orinando casualmente en su cara.
"Oohhh, joder", gimió, abriendo la boca de par en par para que este dotado la usara como urinario. Dante, encantado, dirigió su potente chorro de orina hacia su boca abierta, inundándola con su orina caliente nocturna. Ella tragó saliva tan rápido como pudo, pero no pudo seguir el ritmo de su flujo. A él no pareció importarle, y continuó orinando en su boca hasta que se desbordó. Movió su polla lentamente para rociar su orina por toda su nariz, sus ojos, su cabello y toda su almohada. Toda su cara, la parte superior de la cama y las sábanas estaban empapadas de su orina caliente.
“Qué buen baño”, dijo en voz baja. “Toma esa cantidad de orina”.
Brittany simplemente hizo gárgaras en respuesta, girando la cara de un lado a otro para disfrutar de la voluminosa orina del chico. Dante gruñó al verla disfrutar de ese placer, y luego se apretó la parte inferior del pene para detener el flujo de orina. Brittany gimió, tragando lo que tenía en la boca y mirándolo con curiosidad.
¿Por qué paraste? ¿Ya terminaste de mear, cariño?
"Claro que no he terminado, perra", le espetó. Luego, con la mano libre, la agarró del pelo y la arrastró hasta el borde de la cama, dejándola con la cabeza colgando. Ella gimió cuando él tomó el control y la usó a su antojo. De pie sobre ella, le metió su enorme polla semidura en la boca y la empujó garganta abajo hasta que sus grandes y gordas bolas le presionaron los ojos. Entonces, soltó los dedos de la base de su polla y su chorro de orina comenzó a penetrar su garganta con la fuerza de una manguera. Brittany puso los ojos en blanco bajo las bolas de Dante mientras él suspiraba aliviado y continuaba vaciando su vejiga directamente en su estómago.
Orinó sin parar durante tanto tiempo que Brittany perdió la noción del tiempo, y con su enorme polla de niño meada en su garganta, meando como un caballo de carreras, no pudo respirar durante toda su prolongada micción. Pero no le importó. De hecho, le encantaba que este chico colgado la usara como retrete. Respirar no era tan importante como atender la polla de Dante. Agarró sus nalgas y lo atrajo hacia ella con más fuerza para demostrarle lo dedicada que estaba a vaciarle la vejiga por completo. Sus ojos estaban vidriosos y desenfocados, sus pensamientos se volvían más abstractos a medida que comenzaba a perder el sentido por la falta de oxígeno. Dante sintió que su cuerpo se aflojaba un poco, sus manos deslizándose lentamente por su trasero mientras ella se aferraba a la consciencia, y en lugar de apartarse para darle espacio para respirar, simplemente continuó meando en su garganta e incluso se agachó para rodear su cuello con las manos. Él gruñó mientras apretaba sus deditos sorprendentemente fuertes alrededor de su cuello, lleno de pollas, y la estrangulaba, prácticamente masturbándose la polla dentro de su garganta. Brittany gorgoteó y la orina le salió disparada por la nariz mientras su pequeño amante la usaba a fondo como la muñeca sexual que era.
En los últimos momentos antes de perder el conocimiento, Brittany sintió que la polla de Dante se alargaba y engordaba dentro de su garganta, y su flujo de orina finalmente se apagó. Empezó a penetrarla en su boca y garganta mientras seguía asfixiándola, y mientras apenas se aferraba al conocimiento, lo oyó decir: «Toma esa maldita polla, zorra estúpida».
Brittany nunca había sido más feliz en su vida. Sabía que ya no tenía que preocuparse por ser buena persona, ni ama de casa, ni madre. Su propósito en la vida ahora era ser usada como un contenedor de esperma para su dueño de siete años, y luego desecharla cuando se cansara de ella. La libertad que esto le brindaba la hacía estremecer de placer y empezó a correrse por toda la cama mientras su visión se nublaba y finalmente se desmayó por completo, con las manos cayendo flácidas a los costados y su garganta emitiendo un húmedo suspiro burbujeante alrededor de la polla penetrante de Dante.
Dante no se detuvo ni aminoró el paso, simplemente siguió follando la garganta de la mujer inconsciente hasta que descargó su semen con tanta fuerza en su estómago que se hinchó como si estuviera embarazada y su semen salió disparado por su nariz y el apretado sello de sus labios alrededor de la base de su pene. Cuando terminó de correrse, no se retiró, sino que reanudó su garganta con naturalidad, sintiendo que otro orgasmo se acercaba rápidamente.
Iba a ser una noche larga y sudorosa, y Dante apenas estaba comenzando.