Tras unos treinta minutos de espera, el miedo de Nick a tener que enfrentarse a Dante fue superado por la preocupación por su madre. Con mano temblorosa, abrió la puerta trasera de la casa y echó un vistazo. No había nadie. Primero fue al baño de la planta baja, pero la puerta estaba abierta y no había nadie dentro. Al subir las escaleras, empezó a oír un leve sonido, pero no supo qué era. Al llegar arriba y caminar por el pasillo hacia la habitación entreabierta del dormitorio de su madre, pudo oír mejor el sonido y pensó que sonaba como... ¿alguien comiendo algo? Era casi como un lamido o un sorbo, como si alguien comiera fideos ramen.
Nick empujó la puerta de la habitación de su madre y se quedó paralizado, sintiendo cómo toda la sangre abandonaba su rostro.
Tumbada de espaldas en la cama, completamente desnuda, con Dante en cuclillas encima, igualmente desnudo, la madre de Nick tenía la cara enterrada en el saco escrotal de Dante, los pies del cruel chico plantados en la cama a cada lado de su torso mientras se sentaba en su cara con su gigantesca polla metida entre sus enormes tetas pálidas. Dante tiraba de los pezones de Brittany, uno en cada mano, usándolos como asideros para levantar sus grandes pezones de mamá y subirlos y bajarlos por su eje, retorciendo y tirando de esos sensibles pezones rosados que su hijo había amamantado cuando era bebé. El matón de Nick tenía una polla de burro tan larga que incluso con los enormes pechos de su madre apretándola, el eje del chico emergía por la parte inferior y la gorda cabeza de la polla encapuchada se frotaba contra el triángulo pulcramente recortado de vello púbico rojo en su mons. La pequeña nariz de su madre rozaba el pene de su abusadora, y sus mejillas estaban completamente abultadas a ambos lados con lo que parecían naranjas metidas en la boca. Ella sorbió ruidosamente de nuevo y Dante levantó un poco el culo para empujar entre sus tetas con más fuerza, revelando la piel escrotal estirada que iba desde la boca de su madre hasta la entrepierna de Dante, eliminando cualquier duda restante de que los dos enormes orbes que ahora distendían sus mejillas eran los gigantescos y jodidos huevos de su abusadora. Ella estaba aspirando aire a bocanadas por la nariz, aspirando desesperadamente el aroma almizclado de Dante y sorbiendo ruidosamente por todas sus bolas de caballo, su lengua intentando en vano extenderse bajo esos enormes huevos y salir por la boca para lamer con más detenimiento la carne sudorosa de su bolsa de pelotas de primaria.
“¿M-mamá?”
Brittany giró la cara hacia la puerta y una de las bolas de Dante, resbaladizas por la saliva, salió de su boca, y luego la otra. Dante se giró para mirar a Nick con indiferencia mientras este seguía penetrando entre las tetas de la madre del chico.
—¡Dios mío! ¡Lo siento, cariño! —chilló Brittany—. ¿Me ausenté demasiado tiempo? Dante me estaba enseñando...
—Cállate, chupapelotas —la interrumpió Dante. Le sonrió a Nick, y cuando habló, lo hizo en tono burlón—. ¡Hola, colega! Le estaba enseñando a la idiota de tu madre cómo chuparme bien las pelotas. Es tan estúpida que tuve que metérselas en la boca porque no podía hacerlo sola. ¿Necesitabas algo? ¿O solo subiste a ver cómo te chupaba el semen, mami? Para recalcar su punto, Dante subió y bajó el culo para que sus enormes y pesadas pelotas golpearan la cara de Brittany, provocando otro gemido de la madre adoradora de pelotas.
“Mamá… ¿por qué… cómo pudiste…” Nick se quedó sin palabras, su visión se volvió borrosa mientras las lágrimas volvían a brotar de sus ojos.
“Oh, no llores, Nicholas ”, dijo Dante, usando el nombre que sabía que el chico odiaba, “Mira, haré un trato con tu mamá”. Dante miró por encima del hombro al rostro resbaladizo de saliva y sudor de la mujer adulta que yacía debajo de él. “Te diré qué, tetas gordas. O dejo de intimidar a tu hijo para siempre”, luego soltó sus enormes tetas, dejándolas caer sobre la cama a cada lado de ella con un suave PWUMP-PWUMP . Nick vio como Dante realmente pisó los enormes pechos de su madre, haciendo que la mujer adulta chillara de placer perverso cuando los pies de Dante se hundieron en la carne montañosa de sus tetas. Dante se acuclilló sobre su cara, arqueó la espalda y metió la mano detrás de él para apartar una de sus tentadoras nalgas, dándole a Brittany una vista clara y sin obstáculos de su ano lampiño y guiñando el ojo, “O puedo dejar que te beses con mi sudoroso culo”.
Nick se quedó boquiabierto ante lo que ocurría ante él. Seguramente fue una decisión fácil para su madre. Podría haberle chupado los huevos a su abusador... pero de ninguna manera querría...
"¿Puedo olerlo un poco antes de tomar una decisión?", preguntó Brittany dócilmente.
“ ¡¿MAMÁ?! ” gritó Nick, sintiendo que el corazón le iba a estallar en el pecho.
—¡Ni hablar! No voy a dejar que lo huelas —espetó Dante—. Elige. O la tranquilidad de tu hijo, o tu boca en mi cortador de mierda.
Brittany miró a Nick nerviosamente, su expresión ya era de disculpa.
—Lo... lo siento, Nicholas. ¡El anillo de Dante se ve taaaan bien! ¡No puedo dejar pasar la oportunidad de meterle la lengua por el culo!
Mientras Nick miraba atónito, su madre apoyó las manos en las nalgas de Dante y ayudó a colocar el trasero del chico en posición. Dante le sonrió a Nick mientras este bajaba su trasero sobre la cara de la madre del enclenque. Brittany primero presionó su nariz contra el ano expuesto de Dante y empezó a aspirar grandes bocanadas de aire por sus fosas nasales dilatadas, aspirando el aroma almizclado de su ano de menor de edad como una maldita drogadicta.
—¡Joder! —jadeó la madre cachonda contra el escroto de Dante—. ¡Tu culito huele de maravilla ! ¡Quiero meterte la nariz y olerlo todo el día! ¡Quiero que mi cara huela a tu sudoroso agujero! —Siguió sorbiendo su ojete almizclado unos instantes más, luego rozó con los labios el aro de melocotón y empezó a sorberlo como si fuera un caramelo.
¡Sshhhlllrrrppp! ¡Slerrpp-plerp-plerp! ¡Ommm-lomm-lomm! SShhhhhlllrrppp!!
—Mamá… ¿qué te pasa? —susurró Nick, con la mirada perdida y temblando.
—¡Uuuuuuuuu, joder, sí! —gruñó Dante, frotando el culo contra la cara de la madre-mascota—. ¡Entra ahí, zorra! ¡Bésame el culo con lengua!
Los ruidos resbaladizos de sorbos se intensificaron mientras Brittany mordisqueaba febrilmente el culo de Dante, luego empujó su lengua contra el centro de su sudoroso y almizclado ano. Siguió empujando hasta que sintió la punta de su lengua apretarse dentro, sus ojos rodaron hacia atrás en su cabeza al probar por primera vez el interior del canal de mierda de este semental abusivo. Esa pequeña pista no fue suficiente, así que hundió sus dedos en su culo menor y hundió su lengua más y más profundo hasta que lo tuvo todo metido en su culo. Fuegos artificiales estallaron en su cerebro mientras toda su lengua era apretada y rodeada por el interior caliente y palpitante del recto de Dante, el increíble sabor iluminando cada una de sus papilas gustativas. Era un poco amargo, un poco terroso y un poco salado, lo que para su mente de puta borracha significaba que estaba absolutamente delicioso. Brittany se sentía como en un sueño mientras retorcía toda su lengua dentro del esfínter de este chico y su mente volvió a vagar pensando en él creando ese almizcle para que ella lo saboreara. Dante en un campo de béisbol, corriendo hacia la tercera base, el sudor corriendo por su suave espalda en finos riachuelos que fluyen hacia la raja de su trasero y entre sus nalgas de niño núbil para acurrucarse y condensarse alrededor de su guiño. Él deslizándose para tomar tercera, el trasero derrapando por el suelo, su ropa interior clavándose entre sus mejillas sudorosas. Con estos pensamientos dando vueltas en su cabeza, se besó desesperadamente con el almizclado ojete de este matón de siete años mientras su propio hijo observaba.
¡Ay, mierda! Nicholas, ¿sabías que tu madre era tan buena comiendo culos? ¡Ya me va a volver loco!
De pie sobre las tetas de Brittany mientras frotaba su culo contra su cara, Dante acariciaba su enorme polla sin circuncidar con ambas manos, su verga ya eructaba gruesos fajos de prenut sobre el vello púbico de Brittany y sobre los labios de su vagina. Brittany gimió en el culo del chico cuando comenzó a apretarse alrededor de su lengua y sus grandes y pesadas bolas arrastraron su pecho y cuello en su camino para apretarse contra su cuerpo. Dante gruñó y su polla se flexionó mientras lanzaba un enorme chorro de semen blanco perlado de chico tan poderosamente que se disparó por la habitación e impactó la pared con la fuerza suficiente para tirar una foto cercana de Nick de la pared, enviándola a la papelera debajo de ella, el marco se hizo añicos al caer en la papelera. La polla de caballo de Dante no dejaba de corcovear y lanzar cuerda tras cuerda de crema de nueces humeante por todo el dormitorio de Brittany. Derramándose sobre los pisos de madera, las paredes, su tocador y su colección de maquillaje, su joyero, incluso una pequeña pieza de cerámica deformada que Nick le había hecho para su cumpleaños el año anterior. Todos captaron un montón de las espesas eyaculaciones de Dante.
Brittany gimió en el ano de Dante, que le apretaba la lengua cada vez que él derramaba otra ráfaga de semen por toda su habitación. Podía oír el húmedo y gelatinoso salpicar mientras el matón de su hijo la llenaba con su increíblemente potente semen. El aire estaba cargado con el penetrante hedor de su semen de machote y sus fosas nasales se dilataban repetidamente mientras aspiraba grandes bocanadas de ese aroma revelador que le decía que el semen de este chico estaba tan repleto de esperma poderoso y viril que la dejaría embarazada de una sola vez si se corriera dentro de su coño así.
Con el tiempo, el prolongado orgasmo de Dante comenzó a menguar, cada chorro de semen salpicando el suelo de madera un poco más cerca que el anterior, hasta que finalmente su polla eructó lentamente masas de sus testículos para rezumar perezosamente sobre el coño expuesto de Brittany. La sensación de su gelatina caliente derramándose lentamente sobre sus labios húmedos la hizo convulsionar con otro orgasmo y comenzó a derramar jugos humeantes de mamá por toda la cama, empapándola hasta el colchón.
—Uf, maldita sea —le dijo Dante a Brittany mientras ella temblaba con las últimas oleadas de su orgasmo—. De verdad que te encanta comer culos de chicos, ¿verdad? Creo que encontré mi nueva silla favorita.
Brittany sacó la lengua del brillante anillo de Dante y le respondió directamente al ano. "Oh, joder, sí, siéntate en mi cara todo el tiempo que quieras. Me enrollaré con tu machacador cuando me dejes".
—¡Puta asquerosa! ¿Besas a tu hijo con esa boca? —preguntó Dante, sonriéndole a Nick, que seguía allí de pie, completamente derrotado y atónito. Brittany miró a su hijo y vio su cara empapada en lágrimas, con los ojos rojos e hinchados. Parecía que había estado llorando durante todo el beso negro con Dante.
“Lo siento, cariño. Mamá lo siente. No puedo evitarlo. ¡Dante es un maldito semental! ”, le explicó Brittany a su chico, luego se agachó para recoger un gran puñado de los gruesos y grumosos fajos de semen que se aferraban a su monte de Venus. Levantó la palma llena de gelatina de esperma que se retorcía y se la puso contra la cara, salpicando las desagradables cargas calientes por toda su boca, nariz, mejillas y ojos. Todavía sosteniendo su mano ahuecada contra su nariz, aspiró profundamente por sus fosas nasales y resopló ruidosamente las densas y coaguladas gomitas en su nariz y sus senos paranasales. ¡Sentía como si el esperma de Dante fuera a entrar en su maldito cerebro , como si quisieran reproducir su maldita mente! Siguió resoplando y succionó audiblemente un gran trago de su salsa de nueces menor de edad de vuelta a su garganta, tragándola a grandes tragos. Nick sintió que se le rompía el corazón al ver que su madre se degradaba aún más al servicio del matón que lo había atormentado durante todo su segundo año de primaria.
"¡Joder, necesito más! " gimió después de engullir el gran puñado de semen del chico.
Dante levantó su suave y depilado trasero de su cara y se bajó de sus tetas, sentándose en la cama para recuperar el aliento después de correrse tan fuerte. "Bueno, tienes de sobra para comer, zorra. Anda, sírvete".
Brittany se levantó de la cama, con sus enormes pechos y su imponente trasero moviéndose de forma casi cómica al ponerse a gatas en el suelo y hundir la cara en el gigantesco charco de semen que Dante había orinado por todo el suelo de madera. Frunció los labios y los depositó justo en ese charco de semen, para luego sorberlo ruidosamente.
¡¡¡SSSHHHHLLOORRRPPP!!
Puso los ojos en blanco y gorgoteó lascivamente mientras deslizaba sus labios fruncidos por el suelo como una aspiradora humana pervertida, absorbiendo toda la salsa de pelota del niño de primaria que podía. Cuando sus nalgas estaban hinchadas y preñadas por sus corridas, las tragó a grandes tragos, eructó húmedamente y luego volvió a aspirar su crema de nueces acre del sucio suelo de madera. Dante simplemente rió entre dientes y tiró lentamente de su polla medio erecta mientras la observaba. Nick no estaba tan contento como su abusador.
"Mamá... ¿cómo pudiste hacerme esto? Creí que me amabas", gimió Nick, con lágrimas rodando por sus mejillas.
Brittany levantó la cara, con los labios aún fruncidos, y un grueso cordón de semen de Dante le corría desde la boca hasta el charco aún considerable del suelo. Se sorbió el enorme gusano de gelatina y lo masticó un par de veces, luego engulló más tragos de semen caliente y viril. Se lamió los labios antes de responder.
"Oh, cariño, por supuesto que te amo", dijo con una sonrisa, el semen de Dante pegado a sus labios, dientes y encías, "Simplemente amo más a Dante y su apestosa polla de burro, eso es todo". Luego volvió a engullir la mermelada de perlas de su nuevo amante menor de edad del suelo de su habitación.
Nick empezó a llorar con más fuerza, su pequeño cuerpo temblando por los sollozos. Dante se rió aún más, con la polla erecta de nuevo al ver a la madre de Nick demostrar lo zorra que era.
—Oye, idiota —dijo Dante, haciendo que Brittany lo mirara rápidamente, ansiosa por responder a sus caprichos—. Voy a dormir aquí esta noche. Aún no he terminado contigo y quiero tomarme mi tiempo para follarte de verdad.
—¡Uf, maldita sea, Durntur! —Brittany hizo gárgaras con la boca llena de su apestosa y espesa descarga. Mientras engullía más de su espeso semen, los sollozos de Nick se intensificaron, pero no le prestó atención a su débil hijito porque su pequeño y dotado dominador estaba hablando, y eso era mucho más importante—. ¡Puedes dormir en la habitación de Nicholas, cariño! ¿Nicholas, querido? Dormirás en el sofá esta noche. Intenta no orinar en él como orinas en la cama.
“M-mi nombre es Nick”, balbuceó entre sollozos.
—Ay, da igual, duerme en el puto sofá, ¿vale? —respondió su madre, poniendo los ojos en blanco. Se giró hacia Dante y sonrió—. Si necesitas algo, ven a despertarme esta noche, ¿vale? Puedes entrar y darme una palmada en las tetas o empezar a follarme la boca mientras duermo. Haz lo que necesites, ¿vale?
—Sí, no me jodas —dijo como si fuera algo normal—. Ahora ven aquí y chúpame la polla.
—¡Sí, papi! —respondió Brittany, subiéndose de nuevo a la cama. Estiró los labios alrededor de la enorme punta de su pene y se esforzó por tomar unos centímetros de su increíblemente gruesa polla de caballo en su boca. Dante la agarró del pelo y la empujó hacia abajo sobre su polla, haciéndole crujir la mandíbula suavemente al estirarse hasta el límite. Finalmente, se oyó un húmedo y desagradable ¡GLARK! cuando Dante metió su enorme verga en la garganta de la hambrienta madre-zorra, seguido de más y más centímetros de su enorme y flexible polla de chico.
Mientras Dante gruñía y bombeaba la garganta de Brittany, y ella gorgoteaba, gemía y babeaba alrededor de su pene penetrante, Nick simplemente se sentó en el suelo y sollozó en silencio. La vida que una vez conoció se había esfumado, y no sabía cómo iba a manejar la nueva que le habían impuesto.
Nick empujó la puerta de la habitación de su madre y se quedó paralizado, sintiendo cómo toda la sangre abandonaba su rostro.
Tumbada de espaldas en la cama, completamente desnuda, con Dante en cuclillas encima, igualmente desnudo, la madre de Nick tenía la cara enterrada en el saco escrotal de Dante, los pies del cruel chico plantados en la cama a cada lado de su torso mientras se sentaba en su cara con su gigantesca polla metida entre sus enormes tetas pálidas. Dante tiraba de los pezones de Brittany, uno en cada mano, usándolos como asideros para levantar sus grandes pezones de mamá y subirlos y bajarlos por su eje, retorciendo y tirando de esos sensibles pezones rosados que su hijo había amamantado cuando era bebé. El matón de Nick tenía una polla de burro tan larga que incluso con los enormes pechos de su madre apretándola, el eje del chico emergía por la parte inferior y la gorda cabeza de la polla encapuchada se frotaba contra el triángulo pulcramente recortado de vello púbico rojo en su mons. La pequeña nariz de su madre rozaba el pene de su abusadora, y sus mejillas estaban completamente abultadas a ambos lados con lo que parecían naranjas metidas en la boca. Ella sorbió ruidosamente de nuevo y Dante levantó un poco el culo para empujar entre sus tetas con más fuerza, revelando la piel escrotal estirada que iba desde la boca de su madre hasta la entrepierna de Dante, eliminando cualquier duda restante de que los dos enormes orbes que ahora distendían sus mejillas eran los gigantescos y jodidos huevos de su abusadora. Ella estaba aspirando aire a bocanadas por la nariz, aspirando desesperadamente el aroma almizclado de Dante y sorbiendo ruidosamente por todas sus bolas de caballo, su lengua intentando en vano extenderse bajo esos enormes huevos y salir por la boca para lamer con más detenimiento la carne sudorosa de su bolsa de pelotas de primaria.
“¿M-mamá?”
Brittany giró la cara hacia la puerta y una de las bolas de Dante, resbaladizas por la saliva, salió de su boca, y luego la otra. Dante se giró para mirar a Nick con indiferencia mientras este seguía penetrando entre las tetas de la madre del chico.
—¡Dios mío! ¡Lo siento, cariño! —chilló Brittany—. ¿Me ausenté demasiado tiempo? Dante me estaba enseñando...
—Cállate, chupapelotas —la interrumpió Dante. Le sonrió a Nick, y cuando habló, lo hizo en tono burlón—. ¡Hola, colega! Le estaba enseñando a la idiota de tu madre cómo chuparme bien las pelotas. Es tan estúpida que tuve que metérselas en la boca porque no podía hacerlo sola. ¿Necesitabas algo? ¿O solo subiste a ver cómo te chupaba el semen, mami? Para recalcar su punto, Dante subió y bajó el culo para que sus enormes y pesadas pelotas golpearan la cara de Brittany, provocando otro gemido de la madre adoradora de pelotas.
“Mamá… ¿por qué… cómo pudiste…” Nick se quedó sin palabras, su visión se volvió borrosa mientras las lágrimas volvían a brotar de sus ojos.
“Oh, no llores, Nicholas ”, dijo Dante, usando el nombre que sabía que el chico odiaba, “Mira, haré un trato con tu mamá”. Dante miró por encima del hombro al rostro resbaladizo de saliva y sudor de la mujer adulta que yacía debajo de él. “Te diré qué, tetas gordas. O dejo de intimidar a tu hijo para siempre”, luego soltó sus enormes tetas, dejándolas caer sobre la cama a cada lado de ella con un suave PWUMP-PWUMP . Nick vio como Dante realmente pisó los enormes pechos de su madre, haciendo que la mujer adulta chillara de placer perverso cuando los pies de Dante se hundieron en la carne montañosa de sus tetas. Dante se acuclilló sobre su cara, arqueó la espalda y metió la mano detrás de él para apartar una de sus tentadoras nalgas, dándole a Brittany una vista clara y sin obstáculos de su ano lampiño y guiñando el ojo, “O puedo dejar que te beses con mi sudoroso culo”.
Nick se quedó boquiabierto ante lo que ocurría ante él. Seguramente fue una decisión fácil para su madre. Podría haberle chupado los huevos a su abusador... pero de ninguna manera querría...
"¿Puedo olerlo un poco antes de tomar una decisión?", preguntó Brittany dócilmente.
“ ¡¿MAMÁ?! ” gritó Nick, sintiendo que el corazón le iba a estallar en el pecho.
—¡Ni hablar! No voy a dejar que lo huelas —espetó Dante—. Elige. O la tranquilidad de tu hijo, o tu boca en mi cortador de mierda.
Brittany miró a Nick nerviosamente, su expresión ya era de disculpa.
—Lo... lo siento, Nicholas. ¡El anillo de Dante se ve taaaan bien! ¡No puedo dejar pasar la oportunidad de meterle la lengua por el culo!
Mientras Nick miraba atónito, su madre apoyó las manos en las nalgas de Dante y ayudó a colocar el trasero del chico en posición. Dante le sonrió a Nick mientras este bajaba su trasero sobre la cara de la madre del enclenque. Brittany primero presionó su nariz contra el ano expuesto de Dante y empezó a aspirar grandes bocanadas de aire por sus fosas nasales dilatadas, aspirando el aroma almizclado de su ano de menor de edad como una maldita drogadicta.
—¡Joder! —jadeó la madre cachonda contra el escroto de Dante—. ¡Tu culito huele de maravilla ! ¡Quiero meterte la nariz y olerlo todo el día! ¡Quiero que mi cara huela a tu sudoroso agujero! —Siguió sorbiendo su ojete almizclado unos instantes más, luego rozó con los labios el aro de melocotón y empezó a sorberlo como si fuera un caramelo.
¡Sshhhlllrrrppp! ¡Slerrpp-plerp-plerp! ¡Ommm-lomm-lomm! SShhhhhlllrrppp!!
—Mamá… ¿qué te pasa? —susurró Nick, con la mirada perdida y temblando.
—¡Uuuuuuuuu, joder, sí! —gruñó Dante, frotando el culo contra la cara de la madre-mascota—. ¡Entra ahí, zorra! ¡Bésame el culo con lengua!
Los ruidos resbaladizos de sorbos se intensificaron mientras Brittany mordisqueaba febrilmente el culo de Dante, luego empujó su lengua contra el centro de su sudoroso y almizclado ano. Siguió empujando hasta que sintió la punta de su lengua apretarse dentro, sus ojos rodaron hacia atrás en su cabeza al probar por primera vez el interior del canal de mierda de este semental abusivo. Esa pequeña pista no fue suficiente, así que hundió sus dedos en su culo menor y hundió su lengua más y más profundo hasta que lo tuvo todo metido en su culo. Fuegos artificiales estallaron en su cerebro mientras toda su lengua era apretada y rodeada por el interior caliente y palpitante del recto de Dante, el increíble sabor iluminando cada una de sus papilas gustativas. Era un poco amargo, un poco terroso y un poco salado, lo que para su mente de puta borracha significaba que estaba absolutamente delicioso. Brittany se sentía como en un sueño mientras retorcía toda su lengua dentro del esfínter de este chico y su mente volvió a vagar pensando en él creando ese almizcle para que ella lo saboreara. Dante en un campo de béisbol, corriendo hacia la tercera base, el sudor corriendo por su suave espalda en finos riachuelos que fluyen hacia la raja de su trasero y entre sus nalgas de niño núbil para acurrucarse y condensarse alrededor de su guiño. Él deslizándose para tomar tercera, el trasero derrapando por el suelo, su ropa interior clavándose entre sus mejillas sudorosas. Con estos pensamientos dando vueltas en su cabeza, se besó desesperadamente con el almizclado ojete de este matón de siete años mientras su propio hijo observaba.
¡Ay, mierda! Nicholas, ¿sabías que tu madre era tan buena comiendo culos? ¡Ya me va a volver loco!
De pie sobre las tetas de Brittany mientras frotaba su culo contra su cara, Dante acariciaba su enorme polla sin circuncidar con ambas manos, su verga ya eructaba gruesos fajos de prenut sobre el vello púbico de Brittany y sobre los labios de su vagina. Brittany gimió en el culo del chico cuando comenzó a apretarse alrededor de su lengua y sus grandes y pesadas bolas arrastraron su pecho y cuello en su camino para apretarse contra su cuerpo. Dante gruñó y su polla se flexionó mientras lanzaba un enorme chorro de semen blanco perlado de chico tan poderosamente que se disparó por la habitación e impactó la pared con la fuerza suficiente para tirar una foto cercana de Nick de la pared, enviándola a la papelera debajo de ella, el marco se hizo añicos al caer en la papelera. La polla de caballo de Dante no dejaba de corcovear y lanzar cuerda tras cuerda de crema de nueces humeante por todo el dormitorio de Brittany. Derramándose sobre los pisos de madera, las paredes, su tocador y su colección de maquillaje, su joyero, incluso una pequeña pieza de cerámica deformada que Nick le había hecho para su cumpleaños el año anterior. Todos captaron un montón de las espesas eyaculaciones de Dante.
Brittany gimió en el ano de Dante, que le apretaba la lengua cada vez que él derramaba otra ráfaga de semen por toda su habitación. Podía oír el húmedo y gelatinoso salpicar mientras el matón de su hijo la llenaba con su increíblemente potente semen. El aire estaba cargado con el penetrante hedor de su semen de machote y sus fosas nasales se dilataban repetidamente mientras aspiraba grandes bocanadas de ese aroma revelador que le decía que el semen de este chico estaba tan repleto de esperma poderoso y viril que la dejaría embarazada de una sola vez si se corriera dentro de su coño así.
Con el tiempo, el prolongado orgasmo de Dante comenzó a menguar, cada chorro de semen salpicando el suelo de madera un poco más cerca que el anterior, hasta que finalmente su polla eructó lentamente masas de sus testículos para rezumar perezosamente sobre el coño expuesto de Brittany. La sensación de su gelatina caliente derramándose lentamente sobre sus labios húmedos la hizo convulsionar con otro orgasmo y comenzó a derramar jugos humeantes de mamá por toda la cama, empapándola hasta el colchón.
—Uf, maldita sea —le dijo Dante a Brittany mientras ella temblaba con las últimas oleadas de su orgasmo—. De verdad que te encanta comer culos de chicos, ¿verdad? Creo que encontré mi nueva silla favorita.
Brittany sacó la lengua del brillante anillo de Dante y le respondió directamente al ano. "Oh, joder, sí, siéntate en mi cara todo el tiempo que quieras. Me enrollaré con tu machacador cuando me dejes".
—¡Puta asquerosa! ¿Besas a tu hijo con esa boca? —preguntó Dante, sonriéndole a Nick, que seguía allí de pie, completamente derrotado y atónito. Brittany miró a su hijo y vio su cara empapada en lágrimas, con los ojos rojos e hinchados. Parecía que había estado llorando durante todo el beso negro con Dante.
“Lo siento, cariño. Mamá lo siente. No puedo evitarlo. ¡Dante es un maldito semental! ”, le explicó Brittany a su chico, luego se agachó para recoger un gran puñado de los gruesos y grumosos fajos de semen que se aferraban a su monte de Venus. Levantó la palma llena de gelatina de esperma que se retorcía y se la puso contra la cara, salpicando las desagradables cargas calientes por toda su boca, nariz, mejillas y ojos. Todavía sosteniendo su mano ahuecada contra su nariz, aspiró profundamente por sus fosas nasales y resopló ruidosamente las densas y coaguladas gomitas en su nariz y sus senos paranasales. ¡Sentía como si el esperma de Dante fuera a entrar en su maldito cerebro , como si quisieran reproducir su maldita mente! Siguió resoplando y succionó audiblemente un gran trago de su salsa de nueces menor de edad de vuelta a su garganta, tragándola a grandes tragos. Nick sintió que se le rompía el corazón al ver que su madre se degradaba aún más al servicio del matón que lo había atormentado durante todo su segundo año de primaria.
"¡Joder, necesito más! " gimió después de engullir el gran puñado de semen del chico.
Dante levantó su suave y depilado trasero de su cara y se bajó de sus tetas, sentándose en la cama para recuperar el aliento después de correrse tan fuerte. "Bueno, tienes de sobra para comer, zorra. Anda, sírvete".
Brittany se levantó de la cama, con sus enormes pechos y su imponente trasero moviéndose de forma casi cómica al ponerse a gatas en el suelo y hundir la cara en el gigantesco charco de semen que Dante había orinado por todo el suelo de madera. Frunció los labios y los depositó justo en ese charco de semen, para luego sorberlo ruidosamente.
¡¡¡SSSHHHHLLOORRRPPP!!
Puso los ojos en blanco y gorgoteó lascivamente mientras deslizaba sus labios fruncidos por el suelo como una aspiradora humana pervertida, absorbiendo toda la salsa de pelota del niño de primaria que podía. Cuando sus nalgas estaban hinchadas y preñadas por sus corridas, las tragó a grandes tragos, eructó húmedamente y luego volvió a aspirar su crema de nueces acre del sucio suelo de madera. Dante simplemente rió entre dientes y tiró lentamente de su polla medio erecta mientras la observaba. Nick no estaba tan contento como su abusador.
"Mamá... ¿cómo pudiste hacerme esto? Creí que me amabas", gimió Nick, con lágrimas rodando por sus mejillas.
Brittany levantó la cara, con los labios aún fruncidos, y un grueso cordón de semen de Dante le corría desde la boca hasta el charco aún considerable del suelo. Se sorbió el enorme gusano de gelatina y lo masticó un par de veces, luego engulló más tragos de semen caliente y viril. Se lamió los labios antes de responder.
"Oh, cariño, por supuesto que te amo", dijo con una sonrisa, el semen de Dante pegado a sus labios, dientes y encías, "Simplemente amo más a Dante y su apestosa polla de burro, eso es todo". Luego volvió a engullir la mermelada de perlas de su nuevo amante menor de edad del suelo de su habitación.
Nick empezó a llorar con más fuerza, su pequeño cuerpo temblando por los sollozos. Dante se rió aún más, con la polla erecta de nuevo al ver a la madre de Nick demostrar lo zorra que era.
—Oye, idiota —dijo Dante, haciendo que Brittany lo mirara rápidamente, ansiosa por responder a sus caprichos—. Voy a dormir aquí esta noche. Aún no he terminado contigo y quiero tomarme mi tiempo para follarte de verdad.
—¡Uf, maldita sea, Durntur! —Brittany hizo gárgaras con la boca llena de su apestosa y espesa descarga. Mientras engullía más de su espeso semen, los sollozos de Nick se intensificaron, pero no le prestó atención a su débil hijito porque su pequeño y dotado dominador estaba hablando, y eso era mucho más importante—. ¡Puedes dormir en la habitación de Nicholas, cariño! ¿Nicholas, querido? Dormirás en el sofá esta noche. Intenta no orinar en él como orinas en la cama.
“M-mi nombre es Nick”, balbuceó entre sollozos.
—Ay, da igual, duerme en el puto sofá, ¿vale? —respondió su madre, poniendo los ojos en blanco. Se giró hacia Dante y sonrió—. Si necesitas algo, ven a despertarme esta noche, ¿vale? Puedes entrar y darme una palmada en las tetas o empezar a follarme la boca mientras duermo. Haz lo que necesites, ¿vale?
—Sí, no me jodas —dijo como si fuera algo normal—. Ahora ven aquí y chúpame la polla.
—¡Sí, papi! —respondió Brittany, subiéndose de nuevo a la cama. Estiró los labios alrededor de la enorme punta de su pene y se esforzó por tomar unos centímetros de su increíblemente gruesa polla de caballo en su boca. Dante la agarró del pelo y la empujó hacia abajo sobre su polla, haciéndole crujir la mandíbula suavemente al estirarse hasta el límite. Finalmente, se oyó un húmedo y desagradable ¡GLARK! cuando Dante metió su enorme verga en la garganta de la hambrienta madre-zorra, seguido de más y más centímetros de su enorme y flexible polla de chico.
Mientras Dante gruñía y bombeaba la garganta de Brittany, y ella gorgoteaba, gemía y babeaba alrededor de su pene penetrante, Nick simplemente se sentó en el suelo y sollozó en silencio. La vida que una vez conoció se había esfumado, y no sabía cómo iba a manejar la nueva que le habían impuesto.
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