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Cielo Riveros es una adolescente puta

 
Cielo Riveros es una adolescente puta


Cielo Riveros es una adolescente puta




Un manotazo despertó a Cielo Riveros. Sudando,desconcertada, se frotó los ojos y le preguntó a Manuel qué pasaba, temiéndoseque la niña se hubiera desvelado, aún con los resquicios del sueño convulso enla memoria.
 
-          ¡Que noparas quieta mujer! ¿Estás bien?
 
-         Sí…sí…-Respondió sacudiéndose la parte de arriba del pijama. Estabachorreando
 
-          ¿Unapesadilla?
 
-          No,pesadilla no.- Se giró hacia él y le besó. Al separarse puso su cara de zorra.Manuel miró la hora e hizo un gesto de “Pues vale”
 
Rápidamente le quitó el pantalón del pijama y se colocóentre sus piernas. Conociendo sus achaques de pasión con una mano le tapó laboca para que no despertara a la niña, y con la otra le masajeaba el clítoris ala vez que la penetraba
 
Pocos minutos después le estaba mordiendo los dedos ycerrando los ojos con fuerza disfrutando de un excelente orgasmo, seguido delde su novio. “Uff…necesitaba un viaje…”
 
-          ¿Seguro queestás bien?- Dijo él al verla levantarse e ir al aseo de puntillas.
 
Cuando volvió no sabía si meterse de nuevo en la cama o yaquedarse despierta, era domingo y se debatía entre vaguear o aprovechar eltiempo. Optó por levantarse, hacerse un café y cotillear internet. Su hija aúntardaría en despertarse.
 
Se sirvió el café, cogió una magdalena de la matriarca deenvoltorios, volvió a despertar a su novio cogiendo el portátil de al lado dela cama y se sentó en la habitación “de los trastos” con él a cotillearinternet.
 
No dio el primer sorbo que le empezaron a salir pop-ups delSkype.
 
Uno de ellos era un buen lector al que casi tenía en rangode amigo aunque nunca se habían visto en vivo. Se escribieron largo rato, enconcreto con una propuesta, y pese a ser raro, no era sexual. De esa propuestanace este relato.
 
Servidora siempre escribe en base a la realidad, a sucesosde su vida (muchos años, no es un día a día hipersexual e hipermorboso. Lo queviene a ser una vida sexual activa de pareja liberal. Siempre escribo entercera persona porque puedo añadir matices y otras cosas. También hay quesaber que sí, son reales, pero se “aderezan” para que sean más picantes ymorbosos como siempre digo en las respuestas a los correos. Hay que dar allector lo que le gusta.
 
Con esto decir que mi imaginación no va mucho más allá deacentuar ciertos puntos, hacerlos más obscenos.
 
Ahí entra el amigo anónimo del que hablaba, lector yconocido de Skype el cual quiere guardar el anonimato. (Ernesto de Lima, paracuando leas esto…eres el viejales más cachondo que conozco. Ui…se me coló, yalo borraré…JAJAJA) que me insistía en un relato como el del tío Ginés por sus“parecidos razonables” o por poder llegar a meterse en el papel. Sin embargo,como dije en él, aquellos fueron los únicos encuentros sexuales antes de irseal otro barrio. También sugería acentuar el incesto, trio Madre e Hija y bueno,ni en mis momentos más cerdos llegaría a pensar eso. Que me dé morbo que mimadre fuera guarrona; Sí. Que me dé morbo ciertos aspectos de la bisexualidad;sí. Pero de ahí a tener algo con mi madre cuando ya me cuesta tener algo conotras mujeres…
 
Bueno, a lo que vamos, que insistía. Incluso fue él el quese encargó de redactarme los sucesos, poniéndolos yo a mi antojo e intentandodarle mi estilo, con poco éxito, por cierto, pero son 100% FALSOS (por si luegoalguien pregunta) y de aquí para abajo todo es culpa suya.
 
Ahí vamos:
 
 
Estaba en la casa del pueblo y aún era joven, muy joven,rondaría los dieciocho años. Era común que su tío viniera al ratillo de irse suhermano y padre a estar un rato con ella y su madre. Normalmente la despachabarápido con la excusa de tomar un café tranquilamente charlando de cosas demayores con su madre, y ella encantada porque su argucia era darle dinero paraque se comprara algo. Salía corriendo, se compraba cualquier cosa y pasaba elrato a la fresca con su premio, normalmente un helado de fresa y nata,  y alguna revista para leer frente a lafuente. “Así estoy ahora, hecha una foca de tanto helado”. Cuando volvía su tíoya había “echado el café”. Aquel verano sin embargo le dedicaba más tiempo; Sesentaba con ella a hablar, se contaban mil y una cosas. También la miraba másde lo común y sus caricias y arrumacos eran más extensos y atrevidos que cuandoera niña. Claro está, Cielo Riveros se había hecho ya una mujer, también lucía un cuerpo esbelto y marcaba unadelantera voluminosa que no dudaba en realzar con escotes.
 
Pero hubo una tarde que le pareció extraña.
 
Su hermano y  su padrese marcharon. Su madre cocinaba como casi siempre y le vino el olor a polloguisado y salivaba sabiendo que aquello era una orgía para su paladar. Ibavestida ligera, con un camisón que transparentaba sus grandes pechos, y undelantal de estampado de flores. Su melena ondulada castaña, como la de CieloRiveros, se movía al compás de la radio
 
Su tío abrió la puerta exterior que nunca tenía el pestilloechado y se le acercó. Iba vestido con un mono de trabajo como llevaba su padreen el taller. Bajito, fuerte, peludo de brazos y piernas pero casi calvo, barbasin arreglar, vamos, un tío de campo.
 
-          ¿Ya se hanido todos?-Cielo Riveros asintió en silencio- Bien. Ve a dar un paseo- lesusurró al oído y le dio dinero. Ella se extrañó que no le dedicara más rato.
 
Lo vio entrar en la cocina, acariciarle la espalda a sumadre y ella girarse sonriendo. Como hiciera con Cielo Riveros, acercó suslabios al oído de su madre y le susurró. Empezaron a hablar flojito. De repenteél la cogió de la mano y ella, tirando el delantal a cuadros a la silla lesiguió, pasando delante de Cielo Riveros que estaba aún liada con un unarevista de música pop. Se detuvieron en seco. Los dos reían a carcajadas y esola molestaba.
 
-          CieloRiveros, ¿por qué no vas a dar una vuelta?- Le dijo su madre- O vete a compraralgo. Espera, que te doy suelto…
 
-          No mamá, yame ha dado el tito. Gracias
 
Se puso las zapatillas y salió súper contenta a comprarse suhelado y una nueva revista. Justo antes de cerrar la puerta los vio en losprimeros escalones de la escalera
 
El camino a la gasolinera, la que era la tienda del pueblo,era largo y llevaba más de quince minutos ida y otros quince vuelta. CieloRiveros se compró un helado y la revista que salió el viernes pasado y justocuando llegaba a la fuente unas nubes amenazadoras aparecían en el horizonte.No llevaba paraguas y las lluvias torrenciales de verano en Castilla son detemer, así que en vez de pararse a comérselo corrió hacia casa para que no sele deshiciera.
 
Al volver abrió la puerta y el fuerte vendaval que habíaarreciado, aún sin lluvia, casi le arranca el brazo al abrirse de golpe.
 
-          ¡Mamá!¡Recoge la ropa que va a llover!- Chilló
 
Pero su madre no estaba en la cocina.
 
Se sentó en el sofá, abrió su helado y empezó a comérselocon una mano mientras hojeaba la revista bien concentrada.
 
Se enfadó. Hacían ruido arriba. Los golpes en la pared no ladejaban concentrarse. Pensó que estarían arreglando algún armario o algo,inocente de ella. No sabía ni quería saber, ni le importaba qué estabanhaciendo; Sólo quería leer tranquilamente. Se alegró de que empezara a llover amares. Se acercó a la escalera y chilló con mala baba “¡Mamaaaaaá que se temoja la ropaaaaaaa!”
 
Pero no la oía. Los golpes subieron de intensidad. Intrigadasubió la escalera, más por la urgencia de que la ropa se estaba empapando quepor otra cosa. No se paró a escuchar y abrió la puerta del cuarto dematrimonio.
 
Al fin descubrió de dónde veían los golpes; Del cabecero dela cama contra la pared.
 
Su madre estaba desnuda, echada en la cama mirando al techocon las grandes tetas bamboleando.
 
Su tío entre sus piernas, con el pecho peludo al aire, leagarraba las rodillas y la jodía como si no hubiera un mañana.
 
Cielo Riveros se quedó petrificada. Pocos meses antes habíatenido su primer escarceo amoroso y en nada se parecía a la follada que leestaba dando su tío a su madre. Estaban tan inmersos en el coito que ni sedieron cuenta de su entrada.
 
Se echó encima y siguió dándole con furia. Le tocaba lastetas, grandes, blancas y con una aureola muy oscura. La cara de su madre, conlos ojos cerrados, era de puro placer.
 
Unos calores muy intensos la invadieron. Le latía el corazóncon fuerza, los pezones se le erizaron y el coño empezó a mojarse.
 
Al ladearse su tío la vio. Primero se detuvo, pero la carade morbo de Cielo Riveros y los estertores de su madre para que no parara lohicieron sonreír y continuar, con más ímpetu si cabe.
 
Su madre gemía, ahora muy fuerte. Estaba a punto decorrerse. Cielo Riveros tenía ganas de masturbarse pero no podía moverse de laimpresión y del morbo. Volvió a mirarla con cara de “¿te gusta eh?”
 
Su tío paró de arremeter y su madre abrió los ojos. Nada enellos tenía el aspecto de nervioso, miedo o susto. Su tío demostraba unaserenidad increíble transmitiéndole esa paz a su madre.
 
-          ¿Ya estás?
 
-          No. Perotenemos compañía. -Le hizo señas de que guardara silencio
 
Ella sólo reaccionó tapándose lentamente con la sábana. Élle sacó la polla y se quedó de pie mirando a Cielo Riveros, escudriñando cómosobrellevar la situación. Volvió a sonreír cuando Cielo Riveros bajó la miraday se quedó boquiabierta.
 
-          Ven. - Ledijo- y tiró de la sábana para volver a descubrir a su madre. Sus ojos decían“¿te he dicho que te taparas?”
 
Cielo Riveros obedeció sin pensar hasta llegar al borde dela cama. El corazón se le iba a salir del pecho.
 
Vio de cerca el cuerpo desnudo de su madre; Tenía el coñonegro y peludo, muy contrastado con su piel blanca como la nieve. Lo tenía muyabierto y rojo, empapado. A él le colgaba un rabo grande y también peludoapuntando al techo, con el glande rojo como el fuego. Salivó.
 
Le acarició la cara como haría con una niña y luego la hizobajar la cabeza hasta ponerse de rodillas. Tenía en frente la gran polla de sutío, brillante, apestando a coño. Le acercó la boca hasta la polla.
 
Primero lamió, luego se la metió en la boca torpemente.Tenía un sabor fuerte.
 
Su destreza aún dejaba mucho que desear; Su tío le acompasólos movimientos, tenía media polla en la boca y ya le llegaba a la gargantadándole arcadas.

Casi se ahoga. Se la sacó y por instinto buscó la ayuda desu madre en ese mal momento. Ella la miraba con pena; Quería detenerla porqueno quería ver a su hija haciendo esas cochinadas.
 
Dio un respingo de la cama y se sentó al lado de CieloRiveros. Madre e hija se miraron. A su madre le colgaban las tetas, ahoraagrandadas por la gravedad. Primero le hizo una carantoña en la cara, con gestotriste, luego cogió la polla y se la llevó a la boca con maestría, pajeándola ala vez que la chupaba cerrando los ojos. Cuando se la sacaba de la boca erapara agitarla con furia, clavándole los ojos. “¡Así se chupa hija!”
 
Luego miró a su tío con deseo, venía a decirle “¡Sólo amí!”. Él sonrió y cogiéndola de la muñeca la volteó de rodillas en la camadejando el trasero fuera.
 
Veía la negra pelambrera reluciendo, y una raya roja en sucentro. Su tío se colocó detrás, se echó saliva en dos dedos y los llevó alcoño. El mismo gesto y ensalivó la punta roja de su polla. La agarró y lacolocó en la entrada para después cogerse a las caderas y clavársela de unaestocada. Su madre gimió muy fuerte, ya sin miedo a que la escucharan. A cadapenetración, las tetas bamboleaban con fuerza adelante y atrás. Sólo miró a CieloRiveros una vez, con un gesto le indicó que se fuera pero ella quedó inmóvil
 
Cielo Riveros estaba que ardía, los gemidos, el olor, elruido de la polla chapoteando en el coño de su madre…en conjunto estaba loca ycachonda en extremo. Quería desnudarse y como si le leyera el pensamiento sutío le metió la mano por debajo del top, manoseándole una teta y levantando latela con el dorso. Cielo Riveros liberó la otra y él se las sobaba y miraba.“¡Buenas tetas!” Imaginaba que decía para sus adentros. Las penetraciones a sumadre eran cada vez más rápidas y profundas.
 
-          Aella….déjala…-Le suplicó entre gemidos. Su tío la ignoró
 
Cuando se hartó de sobarle las tetas, las caricias bajaronpor el estómago haciéndole cosquillas. Ella dio un paso para acercarse más. Lamano se metió entre las bragas hurgándole en los pelillos hasta llegar al coñoempapado y caliente. El dedo rápidamente encontró la raja y la repasó de arribaabajo, dando un respingo al rozarle el clítoris.
 
-          ¿Eresvirgen?- Le preguntó entre suspiros. Estaba jodiendo rápido a su madre quegemía y gemía como una loca
 
-         ….No….-Confesó. A su madre ahora mismo le importaba un rábano que sunovio la hubiera desflorado semanas antes en casa cuando no estaban.
 
-         Hija…..vete…- Suplicó de nuevo
 
Le metió un dedo con dificultad. “Ummmmm” Gimió al sentirsepenetrada. Cerró los ojos. Una mano tenía cerebro propio y se fue directa a unpezón tirando de él, después al pelo para apartarlo de su cara y recogerlo conuna goma que tenía en la muñeca.
 
Su tío tenía problemas para hacerle el dedo dentro del shorty las bragas. Agarró ambas e intentó bajarlas pero no podía. Cielo Riveros,usando sus pulgares, se las bajó y se espatarró. Después se agarró las tetaspellizcando los pezones disfrutando de los dedos de su tío penetrándola ydándole vueltas al clítoris con el pulgar. Su madre la miraba con decepción ypena.
 
-          Ah…ah…¡Ummm!...- Tuvo su primer orgasmo derramándose en la mano de su tío.
 
Después de correrla se dedicó en exclusiva a su madre. Laagarraba de las tetas y le daba a lamer la mano con el flujo de su hija,clavándosela muy adentro. Su madre chupaba los dedos con un morbo increíble.
 
-          ¡Oh! ¡Oh!¡Am! ¡Ohhhhh!- Gimió fuerte poniendo cara de descompuesta, moviéndose enexceso. Quería correrlo y que a ella la dejase en paz
 
Él, como buen macho, se la metió unas cuantas veces bien alfondo, estrujando las tetas hasta hacerle daño, y luego la empujó paraapartarla con desprecio.
 
Podía ver palpitar el rojo coño de su madre, saliéndole elsemen que empapaba los pelos negros y largos. Una toalla puestaestratégicamente cubriendo la cama recogió los restos que goteaban.
 
Fueron a lo sumo cinco minutos, cinco largos e intensosminutos que parecieron cinco décadas.
 
 Quedó frente a CieloRiveros, con la polla semi-erecta y aun rezumando semen y flujo. Su madre lesuplicaba que no lo hiciera pero no pudo resistirse; Se agachó y cogiéndola sela llevó de nuevo a la boca
 
-          ¡No,cariño! – Le dijo volteándose e intentando que dejase lo que hacía, pero su tíola detuvo
 
Al poco notó que la polla se ponía dura de nuevo en su boca,alegrándose por estar haciendo bien la mamada, aprendiendo de la maestra
 
-          Levanta- Leordenó. Cielo Riveros así hizo
 
Él la colocó de pie al borde de la cama casi donde estuvo sumadre. Ahora la tenía al lado. Los miraba con temor, acarició el torso de sutío pidiéndole que no lo hiciera. Sin embargo él la apartó de un manotazo y sepuso tras Cielo Riveros. Primero acarició su trasero, luego la raja del culo ymás tarde el coño, también peludo, de la joven. Se pajeaba deleitándose con lacarne tersa
 
-          No lohagas, por el amor de Dios…a mi hija no…- Le pedía haciendo el gesto de bajarsede la cama pero una mirada amenazadora la detuvo.
 
Frotó el capullo en su raja. Notó calor y presión. Y placer,mucho placer.
 
-          ¡Ahhhhh!-Chilló al sentir la polla entrarle. Su tío la metió poco a poco saboreando surico coño, bien agarrado a las caderas. Cuando la tuvo entera metida, CieloRiveros resoplaba. Él le dio unos azotes suaves. “Venga que ya está todadentro”
 
Sudaba a mares. Su tío le quitó el top y las tetas, grandesy duras, quedaron bien al aire
 
-          ¡Ahhhh!- Denuevo la sacó y volvió a meter con algo más de celeridad. Y otra vez, y otravez. Cada vez más rápido, bien agarrado a las tetas empezó un mete y saca duro,los gritos de Cielo Riveros iban en aumento- ¡Ohhhh! ¡Ahhhh!
 
-          ¡Le hacesdaño!- Suplicaba su madre agarrándose a su hombro, intentando que aquel machodejara a su presa.
 
Obviamente la ignoró. Es más, las penetraciones fueron másprofundas y rápidas cuando Cielo Riveros se estiró encima de la cama dejando eltrasero en alto, bien expuesto. Lo de “Le haces daño” quedó claro que no eraasí al verla abrirse ella misma las nalgas para que la jodiera más y mejor. Sutío la acabó de desnudar, así pudo abrirse mejor de piernas.
 
El cabecero golpeaba con fuerza la pared. Su madre parecíaun flan moviéndose encima. Se cogieron de la mano, madre e hija.
 
-          ¡Oh mamá!¡Qué gusto!- Balbuceaba con los ojos cerrados
 
Algo cambió en su madre al verla relamerse de placer; lasoltó empezó a acariciar los huevos de su tío cuando la penetraba y a ella labesó en su nalga, un beso suave y húmedo, lamiéndole la piel. Tras eso seirguió a besar a su tío sin soltarle las pelotas.
 
Se había desatado, le sacó la polla del coño y chorreandocomo estaba se la metió en la boca, le dio unas buenas chupadas y ella misma,mirando muy de cerca la abierta raja de su hija, se la encajó de nuevoacompañándola en la penetración.
 
Cielo Riveros notaba las fuertes penetraciones de su tío ylos mordisquitos en su nalga, cerca del coño. La volvió a sacar y se sintióvacía unos segundos hasta que notó algo cálido y húmedo recorrerle la raja.Miró atrás; su tío seguía de pie masturbándose, su madre estaba sentada alborde de la cama, de costado, con la cabeza entre sus piernas. Tembló de placeral notar su lengua comérselo. Paraba sólo para chupar polla.
 
Cielo Riveros se volteó, quería ver bien cómo la chupaba. Laveía pajearlo y comerse la punta, sacársela de la boca y darle más rápido conla mano. Ella se abrió de piernas mostrando su coño. “¡Eh que os olvidáis demí!”
 
-          Córrete enella…- Susurró soltándole la polla. Él se colocó entre las piernas agarrándosea las rodillas y la volvió a penetrar
 
-          ¡Ommm!¡Ahhh! ¡ufff!- Gemía Cielo Riveros
 
Su madre se movió por la cama, le acarició los senos y luegolos labios. La otra mano estaba en la pelambrera negra hurgando su propia raja
 
-          ¡Ohhhhmamá! ¡Qué bueno!....¡ohh!- Seguía gimiendo disfrutando de la follada, a puntode correrse.
 
Su madre siguió moviéndose por la cama. Semi incorporadapuso sendas rodillas a cada lado de la cara, abriéndose mucho el coño con dosdedos y se lo acercó a la boca.
 
-          Cómetelotodo mi amor- Le dijo como cuando era pequeña. Olía muy fuerte pero aun asísacó la lengua metiéndola lo que podía y moviéndola, intentando no ahogarse contanto pelo.- Así…ummm….así…todo, mi amor
 
Se tumbó a disfrutar de la comida de coño. Para CieloRiveros era la primera vez con una mujer y no parecía hacerlo mal.
 
Su madre se tumbó encima de ella. Cielo Riveros le metía losdedos y le comía el coño; Su madre le tocaba el clítoris y acariciaba la pollaque le entraba y salía
 
-          ¡Ah…sí!¡Oh…hija…así!- Gimió muy fuerte encastándole el coño en la cara y frotándoselo.Dejándose llevar le restregó con furia el clítoris y madre e hija se corrieroncasi a la vez
 
Su tío le daba cada vez más rápido, deslizándose confacilidad por la cantidad ingente de flujo, hasta que se corrió bien adentro deCielo Riveros.
 
Cuando la sacó, un espeso goterón empezaba a salirle delcoño. Su madre, aun bufando del orgasmo, lo tocó y restregó, lamiéndose despuéslos dedos, y miró a su tío con cara de “¿Estás contento?”. No pudo contenerse yde un maletón recogió todo lo que salía de su hija.
 
Ambas mujeres se sentaron en la cama avergonzadas. Quienrompió el silencio fue su tío
 
-          Vestíosanda, que no tardarán en volver- Y se dirigió a su madre- Sigues siendo tanguarra como cuando éramos chiquillos, y tu hija- Le acarició una teta a CieloRiveros- igual de puta que su madre. Nos vemos mañana- Sentenció recogiendo suropa y vistiéndose de camino a la puerta
 
Madre e hija, en silencio, se vistieron y volvieron a sus quehacerescomo si nada hubiera pasado. Hasta al día siguiente, y el otro, y el otro…

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