Tras la nochecita de cumpleaños, inesperada, claro está. Dejé pasar unos dÃas antes de volver a contactar con mis amigos. Estábamos casi a mediados de Diciembre. cuatro dÃas más tarde de aquella noche, como no recibÃa mensaj es de Raúl ni de Eva le envié un w hats app a Eva, de mañana, sabiendo que Raúl trabajaba...
"Hola! Qué tal estás, amiga?"
Al cabo de unos minutos me contestó:
"Bien, aqui con el dia a dia"
"Guay. Me alegra saber que os lo pasasteis bien la otra noche" - solté
"Si, estuvo bien, pero no se"
"como que no sabes? no entiendo" - escribÃ
"estuvo bien, disfrute mucho, pero luego... ya sabes"
"tuviste problemas con raul?"
"algo asi"
"te llamo" - dije
Ya al telefono pregunté:
- Eva, qué pasó?
- Pues nada, que al dÃa siguiente por la noche, cuando llegó de trabajar y habiamos acostado al nene empezó a preguntarme, que si tu me gustabas, que habia alguna cosa que no se acordaba muy bien... y que igual teniamos que haberlo hablado mas a fondo.
- Joder, pero eso lo hablasteis, no?
- Si si, pero no sé, es asi... tiene dudas.
- Ya - dije -y te ha supuesto un cabreo con el?
- Le expliqué con calma lo que habia ocurrido, decia que sà se acordaba de lo que te dijo en el baño y de cómo acabó la noche, dice que lo tiene difuso, pero que recuerda algo como que te dijo que yo podÃa masturbarte con la mano, no con la boca.
- Entonces?...
- Duda de si hicimos bien, que quizas llegamos lejos, dice.
- Ah... joder, y qué le dijiste tu?
- Que no pasaba nada, que disfruté mucho, que habia sido excitante, distinto, pero que eso no cambiaba mi relacion con él, ni tampoco queria que la cambiasemos contigo.
- Claro. Al fin y al cabo... solo me tocaste la polla un minuto o dos, jaja. Vale que luego... acabé encima tuya, pero no sé, Eva... Oye ¿qué te dijo él cuando os fuisteis al baño?
- Pues casi lo mismo que te dijo a ti, supongo. Que dudaba, que era como compartir su mujer con un amigo, que si despues iba a ser todo igual.
- Y que le dijiste tu para que al final entrase por el aro? - pregunté intrigado
- Pues... que me ponÃa mucho veros a los dos en este plan, que ya se habia corrido en mi boca y en mi cara, pero que si me daba mi regalo... iba a volver a hacérselo, pero esta vez para que el lo viera, y que me lo tragarÃa todo.
Me quedé un momento en silencio, sin saber que decir, ya me empezba a poner palote total, jajaja. Eva siguió:
- Ya sabes, le puse las tetas por delante... le toqué un poco la polla... y le rogué que queria hacerlo asÃ, que queria acabar con él lamiendome, en su boca, y contigo al lado, o cerca, y que queria ver como te corrias.
- Que dijo el cuando le dijiste esto ultimo?
- Resopló, estaba cachondo... cansado pero cachondo, y creo que le puso más oirlo de mi boca.
- uufff, vaya... sà que sabes convencerle.
- SÃ, pero Rober... creo que hemos llegado a un punto dificil. Nosotros nunca hemos tenido algo asÃ, al menos... ya me conoces.
- SÃ, hija, sÃ... pero como estás leyendo esos libritos... jeje (refiriendome a Grey)
- Bueno, igual es que estoy viviendo un despertar sexual, yo que se, jajaja (y por primera vez rió)
- Eso no te lo niego, jajaja. Oye...
- Que? - dijo
- Ya viste como me puse cuando me pajeaste... no duré nada.
- ya ya, deuda saldada, ¿no?
- Tu consideras que si? - pregunté.
- SÃ, creo que sÃ.
- Crees...
- Rober, estoy casada con tu amigo y tenemos un peque.
- Ya, pero esto es solo un juego. Ya me dijiste que estás bien con el.
- Bueno, no del todo, pero sÃ, aunque él ya andaba raro antes de mi cumpleaños.
- Temas de trabajo, seguro - dije-, ya sabes.
Por supuesto, no le iba a contar a Eva lo que habia pasado entre mi amigo y su compañera de trabajo, eso podÃa provocar una debacle, y traicionaria la confianza que el habia depositado en mi al contarmelo. Por otra parte... Eva tenÃa bastante jeta, jaja, porque de repente habia estado tonteando con dos tios, su marido y yo, y tonteando a solas conmigo, y podia parecer que se pondria mala de los nervios y de celos si Raul llegase a estar con otra tia...
- Es que piensas que hay alguien mas? - le pregunté de sopetón.
- No sé, no lo creo... igual son imaginaciones mÃas.
- Claro mujer -. dije-. No te preocupes. te gustó lo del otro dÃa ¿eh?
- Siii, ya lo creo.
- Volverias a repetirlo?
- No sé, Rober, serÃa dificil.
- Te pusiste muy cachonda, me la hubieras chupado si Raúl hubiera dado el visto bueno?
Ella permaneció en silencio.
- Apuesto a que sÃ, lo estabas deseando.
- Me daba mucho morbo, fue algo...
- Por qué no lo pruebas?
- El qué?
- ya sabes...
- SerÃa atravesar la lÃnea, Rober.
- Luego puedes volver. Además, no serÃa atravesarla del todo, podemos seguir... masturbandonos, el uno al otro, sin nada mas, te pasearia mi polla por el coño, sin metertela. Imaginate... la cabeza de mi polla dandote en el clitoris, hasta que te corras...
- Joder, Roberto, ya... para. Lo pienso y... no sé, no me gustarÃa que él me lo hiciera a mÃ. Que estuviera con otra tÃa.
- Sabes que seguiré poniéndote cachonda, verdad?
- Eres un cabrón... pero... yo también lo puedo ser contigo.
- Ya lo estás siendo, Eva. Me privas de poder disfrutar contigo. No sabes lo que me entró al ver que tu marido se corrÃa en tu cara y que luego cogà su polla y te la metà en la boca para que la limpiaras...
- Cállate... TodavÃa puedo ser mas cabronas contigo.
- Ya veremos... igual me follo a alguna de tus amigas cachondas, para que luego te lo cuente. Me la follo, y me corro en su boca, asà se lleva lo que tu no quieres coger ¿Tus amigas se lo tragan?
- Vete a la mierda... te tengo que dejar, tengo que ir a por el peque.
- Vale, jajaja - reà y colgué.
Al dÃa siguiente por la tarde llamé a mi amigo. Lo saludé y actué como si nada hubiera pasado. Si el sacaba el tema hablaria si no... no. QuerÃa preguntarle por el curro y por Susana, la compañera guarra que tenia.
Me contó que en Enero se iba, ya tenÃa fecha, justo el dÃa 2, una putada. Le pregunté si irÃa solo, me dijo que no, que eran al menos 6, y una de ellas Susana... asà que la conversación derivó rápido al tema...
- Joooder, tÃo. Que caña. Vamos, que vas a tenerlo dificil para mantener la polla dentro de los pantalones, jaja.
- Pues espero que no se complique la cosa. Pero... seguro que será asÃ.
- Bueno, mientras cuides a Eva y sepas hasta donde llegar...
- SÃ, claro... de eso querÃa hablarte, Rober.
- Dime - dije predispuesto a escuchar lo que fuera.
- Lo del otro dÃa...
- SÃ, el cumpleaños. Fue excitante ¿eh?
- SÃ, sÃ... lo pasamos bien, no duramos nada.
- Verdad, ninguno además.
- No veas, tÃo...
- Raúl... quieres decirme algo, que te arrepientes, o que me pasé...
- No, estuviste bien, te di permiso, de eso me acuerdo... pero tÃo, no veas cómo pusiste a Eva, jeje.
- Ya, no te dije lo que iba a hacer, acabar en sus tetas... eso te molestó...
- En el momento no, luego me sentà raro.
- Bueno, es normal, Raúl. pero ya sabes lo que te dije... es la novedad. na vez también compartà en ese aspecto a una novia que tuve, la primera vez es un poco raro... pero luego... todo bien. Pero hablamos de dejarlo ahÃ.
- SÃ, pero sabes qué?
- No, dime - dije intrigado...
- Que no estoy seguro, el gustazo que sentà al correrme... fue brutal, sabiendo que tu estabas ahÃ.
- No entiendo con eso de que no estás seguro...
- Digo que... igual te pido algo, probar algo...
Dijo aquello y yo sentà un cosquilleo por dentro, ¿?estaba a punto de pedirme que me follara a Eva, a su mujer?...
- A qué te refieres, Raúl?
- Mejor lo hablamos en persona.
- Vale, vienes luego a mi casa?
- Bien, con media hora será suficiente, aviso a Eva de que llegaré más tarde.
- Vale, tÃo, te espero.
Si era algo importante como para tener que verme... seguro que Raúl me pedirÃa algo más que verles follar... De la impaciencia me puse nervioso, y eso que estarÃa en mi casa en un par de horas como mucho. Hice tiempo y esperé. Yo trabajaba de noche ese dÃa, tenÃamos tiempo de charlar.
Pasó el tiempo y llamaron a la puerta. Era él.
Lo hice pasar hasta la cocina y abrà dos cervezas de marca, de esas que cada botella es medio litro, jeje.
- Bueno, tú verás - dije de forma un poco desinteresada mientras recogÃa unos cubiertos del recogeplatos.
- Verás... ya sabes la duda que tengo.
- SÃ, sÃ.
- Pues quiero despejarla.
- No entiendo, ¿cómo? - pregunté.
- He estado pensando que podrÃas hacer algo por mÃ. Por eso quiero pedÃrtelo.
- Muy bien - dije-. Somos amigos, cuéntame.
- Como quiero saber hasta donde llegarÃa mi mujer si yo no estuviera presente en estos "juegos"... quiero que un dÃa de estos, con el tacto que tú sabes... vayas entrándole, a ver si da pie. Ya sabes.
- Ah - dije yo bebiendo un trago-. Lo que tú quieres es que yo pruebe a Eva, en el sentido de que sepamos si ella caerÃa con un tÃo como yo, vamos... si te pondrÃa los cuernos.
- SÃ, eso es - y bebió un trago.
Me quedé un momento pensativo... pasaron por mi cabeza mil cosas. TenÃa que enfocarlo de una manera en la que pudiera sacarle provecho a todo esto y que nadie saliera perjudicado, ni siquiera yo.
- Bien, creo que será fácil. Y supongo - continue-, que lo que quieres y esperas de mà es que si Eva da signos de caer en mis redes... corte en ese momento el juego y te lo diga, sin decirle nada a ella, claro.
- Exacto! - dijo mirándome muy serio.
- Bien, de esa forma tú sabrás si tu mujer te es fiel o no.
- Eso es, Rober.
- Vale pero... joder, tÃo, Raúl, eso es peligroso. Ya sabes... yo te seré sincero, pero tú... ¿qué harás si finalmente Eva cae en mis redes? Está claro que yo pararé, no haré nada con ella, ya buscaré una excusa para desaparecer, una llamada de movil, un mensaje que me tenga que ir rapido y una disculpa luego... pero... ¿tú qué?
- Yo nada, ya me arreglaré yo, pero necesito saber esto, porque la vi disfrutar tanto corriendose cuando le lamà el coño y cuando tu te corriste encima... que no sé, Rober, no sé.
Volvà a beber. Estaba claro que el cabrón de Raúl me habÃa puesto en una encrucijada, y yo pensaba que me iba a pedir follarme a Eva... y era todo lo contrario, jaja. QUe no lo hiciera, incluso que la calentase por si caÃa... ¡y eso era justo lo que estaba haciendo en el ultimo mes!! jajaja.
Estaba claro que a Raúl, por mi parte, solo le iba a decir una cosa: Eva le era fiel, y no cayó en mis redes.
Esa era la respuesta que tenÃa que darle. Si le daba otra... su matrimonio se vendrÃa abajo. Y yo serÃa el causante. De modo que ya sabÃa lo que iba a hacer... Después de pensarlo le dije:
- Raúl, amigo, no te preocupes. Haré lo que me pides. COnfÃa en mÃ. Somos amigos, ya lo sabes, desde hace años. Te diré lo que pase con Eva. Pero ya te digo, créeme que estoy en lo cierto, que ella te será fiel. Y que lo del otro dÃa se quedó en eso, en el morbo, en el juego, como si fueramos de nuevo adolescentes, pero con la experiencia que nos da los años.
- Eso espero... aunque... tampoco tenemos tantos!
- Jajaja, cierto, casi cuarenta no es nada. Te avisaré por telefono cuando vaya dando pasos con tu mujer ¿de acuerdo? Asà estás al tanto. Igual comienzo mañana, asà vas saliendo de tus dudas, tÃo.
- Vale... gracias, tÃo.
- De nada, de nada.
nos acabamos las cervezas, como él se tenÃa que ir nos despedimos y yo, de camino al trabajo, ya sabÃa que iba a hacer al respecto. Pensé que si me quedaba callado y seguÃa con mi juego con Eva... siempre podÃa ir diciendole a Raúl que no sucedÃa nada, pero corrÃa el riesgo de que él, un dÃa cualquiera, le largase todo aquel montaje a Eva, le dijese que si yo la estaba seduciendo era porque él me habÃa pedido que la pusiera a prueba. Eso provocarÃa la sorpresa en Eva, y probablemente, además del cabreo con él, también conmigo, por no contárselo. De modo... que opté por otra cosa:
Decirle a Eva lo que estaba pasando.
Tracé un plan dentro del plan de Raúl.
IrÃa a casa de Eva y le contarÃa lo que me habÃa dicho su marido, y que para que no sospechara nada y se le quitasen las dudas al cabo de dos o tres dÃas quedarÃa con él para decirle que su mujercita era la esposa más fiel y casta que habÃa en todo el paÃs, jejeje. TenÃa que hacerlo bien para que Eva no se enfadase conmigo, y para que tampoco le dijera nada a Raúl, nada de que yo se lo habÃa contado a ella... un lÃo de cojones, vaya... y yo que pensaba que me iba a tirar a Eva delante de mi amigo...
Esperé al viernes para contactar con Eva. La llamé directamente al móvil. La saludé, me dijo que estaba con su hijo en el parque. Le dije en un tono un poco serio que tenÃa que hablar con ella, que me pasarÃa el sábado por la mañana por su casa (sabÃa que mi amigo trabajaba), ella me dijo que no, que mejor quedábamos en el centro, en alguna cafeterÃa, porque dejarÃa al peque con una de sus hermanas para realizar unas compras, me preguntó de qué se trataba. Yo le dije que era sobre su marido, pero que no se asustara, no era nada grave, pero era importante que él no supiera nada de que Ãbamos a quedar. Se quedó un poco extrañada.
Llegó el sábado por la mañana y nos vimos sobre las doce en la cafeterÃa. Como hacÃa frÃo venÃa con un abrigo que no dejaba entrever nada, una vez entramos, como estaba puesta la calefacción, se lo quitó y de nuevo me deleitó con su figura, delgadita, piernas torneadas... y con esas tetas que incluso con un jersey grueso puesto estaban imponentes. Mientras nos traÃan algo comencé a contarle lo que estaba pasando.
Es decir, le conté que Raúl habÃa venido a verme por el tema de los celos o las dudas hacia ella. No se extrañó nada, porque conocÃa a su marido y sabÃa que iba a venir a mÃ, pero no se esperaba lo siguiente. Puso mala cara inmediatamente nada más yo contarle que Raúl me habÃa confiado la misión de seducirla hasta ver donde llegaba ella, hasta qué punto, si podÃa resistirse a mà o caer en mis redes y acabar follando. De inmediato levanté la mano en señal de que parase.
- Cambia la cara, Eva, por favor. No te cabrees.
- Pero... es que lo de Raúl... es muy fuerte, ¡Rober, te ha dicho que intentes acostarte conmigo para ver si yo serÃa capaz!
- Baja la voz, anda - dije-. No te enfades, Eva. He decidido contártelo precisamente para evitar que más adelante te enteres por él y que todo se vaya a la mierda. Piensa... si yo no te hubiera dicho nada tú nunca lo hubieras sabido. De esta forma lo sabes, sabes cuánto te quiere él, y lo que se preocupa.
- Ya pero...
- Además, joder... fÃjate en él. Ha permitido que tú... estés con dos tÃos, vamos, no del todo, pero ha permitido que yo esté jugando con vosotros. ¿Tú permitirÃas lo mismo? ¿PermitirÃas que él introdujera a una tÃa en vuestros "temas" si te lo pidiera? Aunque fuese solo una vez, y sólo un rato.
- No - contestó tajante.
- Pues ahà lo tienes. No tienes que cabrearte, es normal que él dude, joder, somos tÃos... y más viendo cómo te corriste y lo que disfrutaste, son palabras de tu marido, me las dijo el otro dÃa.
- ya entiendo.
- Además - dije más tranquilo - esto es bueno para todos.
- A qué te refieres?
- Ahora pasan unos dÃas, en los que tu marido cree que yo estoy intentando que tú seas infiel y que estés conmigo a solas, que follemos, una vez pasados esos dÃas yo le digo que no ha pasado absolutamente nada. Seguramente lo notarás en él, o lo que es más seguro todavÃa: te lo cuenta. Porque estoy seguro de que te lo va a contar.
- Seguro - dijo ella muy atenta.
- Tú no te vas a cabrear, sólo tienes que poner atención en lo que te diga y te cuente. Y ser mimosa con él, tú sabes hacerlo. Comprenderle y decirle que no se preocupe, que jamás serÃas infiel, que lo del otro dÃa fue eso, un juego, un regalo de cumpleaños, que no pasó nada más , sólo lo que él vio, y ya está.
- Joder... cabrón, lo tienes todo pensado.
ReÃ.
- Si lo quieres ver asÃ... vale, lo tengo pensado, jajaja. Pero no me digas que no he hecho bien!!!
- SÃ, sÃ... pero... a donde nos lleva esto?
- Ayyy, Eva, Eva, Evita... - dije mientras le daba un sorbo a mi café.
Ella me miraba.
- Esto nos lleva a que tú lleves la sartén por el mango, todo el tiempo.
- Ya, pero no acabo de entender.
- No has leÃdo al grey ese? No quieres ser un controlador como él?
- SiiiÃ...
- Pues a ver, no conozco nada de esos libros, igual no tiene nada que ver con lo que te cuento pero...
Ella se inclinó, interesada en lo que iba a decirle. SeguÃ:
- Pero esto te va a dar todo el campo abierto para pedirle a tu marido todo lo que quieras hacer con él... y conmigo.
Se me quedó mirando. Lo habÃa entendido, pero no decÃa nada.
- Es decir - seguà -, que como él ya va a confiar en ti plenamente... podrás pedirle que yo sea vuestro invitado de excepción. Cada vez que tú quieras, tÃa.
Empezó a reÃrse, luego paró. Yo me quedé mirándola sonriendo.
- Eres un cabronazo, Rober. Esto... realmente lo haces por ti... ¡Qué hijo puta! - y alargó los brazos para darme golpecitos con la mano en el costado y en los hombros.
Acabé riéndome y pidiéndole que parase.
- Lo hago por ti y por mÃ, Eva, y también por Raúl. Por los tres - dije mirándola.
- Desde luego que sabes ponernos a mil a los dos, cabronazo.
Tomé otro sorbo de café.
- Vamos a esperar una semana si te parece. Él te va a preguntar qué tal hoy conmigo, que donde has ido, etc. Tú dile que has estado conmigo dando un paseo, con el peque luego, etc. Todo normal, que él no sospeche nada. De todas formas yo voy a ir informándole de cómo voy contigo. Aunque no nos veamos por las mañanas tú y yo... puedo decirle que sà que hemos quedado, y además para no matarlo de la intriga le diré que no está pasando nada ¿ok? Asà llega el sábado próximo... quedo con él, y le largo todo, que eres una santa - e hice broma con lo del aura que rodea a los santos por la cabeza, jaja.
Ella rió.
- No te pases más, Rober.
- Vaaaale, pues eso. Está todo bien ¿no?
- SÃ, sÃ.
- Cada dÃa estás más buena - le dije levantándome para pagar, y luego me bajé y le dije al oÃdo-: Ahora mismo te meterÃa las manos por ese jersey y te sobarÃa las tetas... hasta que me pidieras que te lamiera enterita. Sabes como lo hace tu marido, pero no te haces una idea de cómo me como yo los coños. Y las ganas que tengo de comerme el tuyo.
Ella sonrió y se le puso una cara de guarra que no podÃa con ella.
- Tengo que ir a recoger a mi hijo - dijo cuando volvà de pagar de la barra.
Continuará...
"Hola! Qué tal estás, amiga?"
Al cabo de unos minutos me contestó:
"Bien, aqui con el dia a dia"
"Guay. Me alegra saber que os lo pasasteis bien la otra noche" - solté
"Si, estuvo bien, pero no se"
"como que no sabes? no entiendo" - escribÃ
"estuvo bien, disfrute mucho, pero luego... ya sabes"
"tuviste problemas con raul?"
"algo asi"
"te llamo" - dije
Ya al telefono pregunté:
- Eva, qué pasó?
- Pues nada, que al dÃa siguiente por la noche, cuando llegó de trabajar y habiamos acostado al nene empezó a preguntarme, que si tu me gustabas, que habia alguna cosa que no se acordaba muy bien... y que igual teniamos que haberlo hablado mas a fondo.
- Joder, pero eso lo hablasteis, no?
- Si si, pero no sé, es asi... tiene dudas.
- Ya - dije -y te ha supuesto un cabreo con el?
- Le expliqué con calma lo que habia ocurrido, decia que sà se acordaba de lo que te dijo en el baño y de cómo acabó la noche, dice que lo tiene difuso, pero que recuerda algo como que te dijo que yo podÃa masturbarte con la mano, no con la boca.
- Entonces?...
- Duda de si hicimos bien, que quizas llegamos lejos, dice.
- Ah... joder, y qué le dijiste tu?
- Que no pasaba nada, que disfruté mucho, que habia sido excitante, distinto, pero que eso no cambiaba mi relacion con él, ni tampoco queria que la cambiasemos contigo.
- Claro. Al fin y al cabo... solo me tocaste la polla un minuto o dos, jaja. Vale que luego... acabé encima tuya, pero no sé, Eva... Oye ¿qué te dijo él cuando os fuisteis al baño?
- Pues casi lo mismo que te dijo a ti, supongo. Que dudaba, que era como compartir su mujer con un amigo, que si despues iba a ser todo igual.
- Y que le dijiste tu para que al final entrase por el aro? - pregunté intrigado
- Pues... que me ponÃa mucho veros a los dos en este plan, que ya se habia corrido en mi boca y en mi cara, pero que si me daba mi regalo... iba a volver a hacérselo, pero esta vez para que el lo viera, y que me lo tragarÃa todo.
Me quedé un momento en silencio, sin saber que decir, ya me empezba a poner palote total, jajaja. Eva siguió:
- Ya sabes, le puse las tetas por delante... le toqué un poco la polla... y le rogué que queria hacerlo asÃ, que queria acabar con él lamiendome, en su boca, y contigo al lado, o cerca, y que queria ver como te corrias.
- Que dijo el cuando le dijiste esto ultimo?
- Resopló, estaba cachondo... cansado pero cachondo, y creo que le puso más oirlo de mi boca.
- uufff, vaya... sà que sabes convencerle.
- SÃ, pero Rober... creo que hemos llegado a un punto dificil. Nosotros nunca hemos tenido algo asÃ, al menos... ya me conoces.
- SÃ, hija, sÃ... pero como estás leyendo esos libritos... jeje (refiriendome a Grey)
- Bueno, igual es que estoy viviendo un despertar sexual, yo que se, jajaja (y por primera vez rió)
- Eso no te lo niego, jajaja. Oye...
- Que? - dijo
- Ya viste como me puse cuando me pajeaste... no duré nada.
- ya ya, deuda saldada, ¿no?
- Tu consideras que si? - pregunté.
- SÃ, creo que sÃ.
- Crees...
- Rober, estoy casada con tu amigo y tenemos un peque.
- Ya, pero esto es solo un juego. Ya me dijiste que estás bien con el.
- Bueno, no del todo, pero sÃ, aunque él ya andaba raro antes de mi cumpleaños.
- Temas de trabajo, seguro - dije-, ya sabes.
Por supuesto, no le iba a contar a Eva lo que habia pasado entre mi amigo y su compañera de trabajo, eso podÃa provocar una debacle, y traicionaria la confianza que el habia depositado en mi al contarmelo. Por otra parte... Eva tenÃa bastante jeta, jaja, porque de repente habia estado tonteando con dos tios, su marido y yo, y tonteando a solas conmigo, y podia parecer que se pondria mala de los nervios y de celos si Raul llegase a estar con otra tia...
- Es que piensas que hay alguien mas? - le pregunté de sopetón.
- No sé, no lo creo... igual son imaginaciones mÃas.
- Claro mujer -. dije-. No te preocupes. te gustó lo del otro dÃa ¿eh?
- Siii, ya lo creo.
- Volverias a repetirlo?
- No sé, Rober, serÃa dificil.
- Te pusiste muy cachonda, me la hubieras chupado si Raúl hubiera dado el visto bueno?
Ella permaneció en silencio.
- Apuesto a que sÃ, lo estabas deseando.
- Me daba mucho morbo, fue algo...
- Por qué no lo pruebas?
- El qué?
- ya sabes...
- SerÃa atravesar la lÃnea, Rober.
- Luego puedes volver. Además, no serÃa atravesarla del todo, podemos seguir... masturbandonos, el uno al otro, sin nada mas, te pasearia mi polla por el coño, sin metertela. Imaginate... la cabeza de mi polla dandote en el clitoris, hasta que te corras...
- Joder, Roberto, ya... para. Lo pienso y... no sé, no me gustarÃa que él me lo hiciera a mÃ. Que estuviera con otra tÃa.
- Sabes que seguiré poniéndote cachonda, verdad?
- Eres un cabrón... pero... yo también lo puedo ser contigo.
- Ya lo estás siendo, Eva. Me privas de poder disfrutar contigo. No sabes lo que me entró al ver que tu marido se corrÃa en tu cara y que luego cogà su polla y te la metà en la boca para que la limpiaras...
- Cállate... TodavÃa puedo ser mas cabronas contigo.
- Ya veremos... igual me follo a alguna de tus amigas cachondas, para que luego te lo cuente. Me la follo, y me corro en su boca, asà se lleva lo que tu no quieres coger ¿Tus amigas se lo tragan?
- Vete a la mierda... te tengo que dejar, tengo que ir a por el peque.
- Vale, jajaja - reà y colgué.
Al dÃa siguiente por la tarde llamé a mi amigo. Lo saludé y actué como si nada hubiera pasado. Si el sacaba el tema hablaria si no... no. QuerÃa preguntarle por el curro y por Susana, la compañera guarra que tenia.
Me contó que en Enero se iba, ya tenÃa fecha, justo el dÃa 2, una putada. Le pregunté si irÃa solo, me dijo que no, que eran al menos 6, y una de ellas Susana... asà que la conversación derivó rápido al tema...
- Joooder, tÃo. Que caña. Vamos, que vas a tenerlo dificil para mantener la polla dentro de los pantalones, jaja.
- Pues espero que no se complique la cosa. Pero... seguro que será asÃ.
- Bueno, mientras cuides a Eva y sepas hasta donde llegar...
- SÃ, claro... de eso querÃa hablarte, Rober.
- Dime - dije predispuesto a escuchar lo que fuera.
- Lo del otro dÃa...
- SÃ, el cumpleaños. Fue excitante ¿eh?
- SÃ, sÃ... lo pasamos bien, no duramos nada.
- Verdad, ninguno además.
- No veas, tÃo...
- Raúl... quieres decirme algo, que te arrepientes, o que me pasé...
- No, estuviste bien, te di permiso, de eso me acuerdo... pero tÃo, no veas cómo pusiste a Eva, jeje.
- Ya, no te dije lo que iba a hacer, acabar en sus tetas... eso te molestó...
- En el momento no, luego me sentà raro.
- Bueno, es normal, Raúl. pero ya sabes lo que te dije... es la novedad. na vez también compartà en ese aspecto a una novia que tuve, la primera vez es un poco raro... pero luego... todo bien. Pero hablamos de dejarlo ahÃ.
- SÃ, pero sabes qué?
- No, dime - dije intrigado...
- Que no estoy seguro, el gustazo que sentà al correrme... fue brutal, sabiendo que tu estabas ahÃ.
- No entiendo con eso de que no estás seguro...
- Digo que... igual te pido algo, probar algo...
Dijo aquello y yo sentà un cosquilleo por dentro, ¿?estaba a punto de pedirme que me follara a Eva, a su mujer?...
- A qué te refieres, Raúl?
- Mejor lo hablamos en persona.
- Vale, vienes luego a mi casa?
- Bien, con media hora será suficiente, aviso a Eva de que llegaré más tarde.
- Vale, tÃo, te espero.
Si era algo importante como para tener que verme... seguro que Raúl me pedirÃa algo más que verles follar... De la impaciencia me puse nervioso, y eso que estarÃa en mi casa en un par de horas como mucho. Hice tiempo y esperé. Yo trabajaba de noche ese dÃa, tenÃamos tiempo de charlar.
Pasó el tiempo y llamaron a la puerta. Era él.
Lo hice pasar hasta la cocina y abrà dos cervezas de marca, de esas que cada botella es medio litro, jeje.
- Bueno, tú verás - dije de forma un poco desinteresada mientras recogÃa unos cubiertos del recogeplatos.
- Verás... ya sabes la duda que tengo.
- SÃ, sÃ.
- Pues quiero despejarla.
- No entiendo, ¿cómo? - pregunté.
- He estado pensando que podrÃas hacer algo por mÃ. Por eso quiero pedÃrtelo.
- Muy bien - dije-. Somos amigos, cuéntame.
- Como quiero saber hasta donde llegarÃa mi mujer si yo no estuviera presente en estos "juegos"... quiero que un dÃa de estos, con el tacto que tú sabes... vayas entrándole, a ver si da pie. Ya sabes.
- Ah - dije yo bebiendo un trago-. Lo que tú quieres es que yo pruebe a Eva, en el sentido de que sepamos si ella caerÃa con un tÃo como yo, vamos... si te pondrÃa los cuernos.
- SÃ, eso es - y bebió un trago.
Me quedé un momento pensativo... pasaron por mi cabeza mil cosas. TenÃa que enfocarlo de una manera en la que pudiera sacarle provecho a todo esto y que nadie saliera perjudicado, ni siquiera yo.
- Bien, creo que será fácil. Y supongo - continue-, que lo que quieres y esperas de mà es que si Eva da signos de caer en mis redes... corte en ese momento el juego y te lo diga, sin decirle nada a ella, claro.
- Exacto! - dijo mirándome muy serio.
- Bien, de esa forma tú sabrás si tu mujer te es fiel o no.
- Eso es, Rober.
- Vale pero... joder, tÃo, Raúl, eso es peligroso. Ya sabes... yo te seré sincero, pero tú... ¿qué harás si finalmente Eva cae en mis redes? Está claro que yo pararé, no haré nada con ella, ya buscaré una excusa para desaparecer, una llamada de movil, un mensaje que me tenga que ir rapido y una disculpa luego... pero... ¿tú qué?
- Yo nada, ya me arreglaré yo, pero necesito saber esto, porque la vi disfrutar tanto corriendose cuando le lamà el coño y cuando tu te corriste encima... que no sé, Rober, no sé.
Volvà a beber. Estaba claro que el cabrón de Raúl me habÃa puesto en una encrucijada, y yo pensaba que me iba a pedir follarme a Eva... y era todo lo contrario, jaja. QUe no lo hiciera, incluso que la calentase por si caÃa... ¡y eso era justo lo que estaba haciendo en el ultimo mes!! jajaja.
Estaba claro que a Raúl, por mi parte, solo le iba a decir una cosa: Eva le era fiel, y no cayó en mis redes.
Esa era la respuesta que tenÃa que darle. Si le daba otra... su matrimonio se vendrÃa abajo. Y yo serÃa el causante. De modo que ya sabÃa lo que iba a hacer... Después de pensarlo le dije:
- Raúl, amigo, no te preocupes. Haré lo que me pides. COnfÃa en mÃ. Somos amigos, ya lo sabes, desde hace años. Te diré lo que pase con Eva. Pero ya te digo, créeme que estoy en lo cierto, que ella te será fiel. Y que lo del otro dÃa se quedó en eso, en el morbo, en el juego, como si fueramos de nuevo adolescentes, pero con la experiencia que nos da los años.
- Eso espero... aunque... tampoco tenemos tantos!
- Jajaja, cierto, casi cuarenta no es nada. Te avisaré por telefono cuando vaya dando pasos con tu mujer ¿de acuerdo? Asà estás al tanto. Igual comienzo mañana, asà vas saliendo de tus dudas, tÃo.
- Vale... gracias, tÃo.
- De nada, de nada.
nos acabamos las cervezas, como él se tenÃa que ir nos despedimos y yo, de camino al trabajo, ya sabÃa que iba a hacer al respecto. Pensé que si me quedaba callado y seguÃa con mi juego con Eva... siempre podÃa ir diciendole a Raúl que no sucedÃa nada, pero corrÃa el riesgo de que él, un dÃa cualquiera, le largase todo aquel montaje a Eva, le dijese que si yo la estaba seduciendo era porque él me habÃa pedido que la pusiera a prueba. Eso provocarÃa la sorpresa en Eva, y probablemente, además del cabreo con él, también conmigo, por no contárselo. De modo... que opté por otra cosa:
Decirle a Eva lo que estaba pasando.
Tracé un plan dentro del plan de Raúl.
IrÃa a casa de Eva y le contarÃa lo que me habÃa dicho su marido, y que para que no sospechara nada y se le quitasen las dudas al cabo de dos o tres dÃas quedarÃa con él para decirle que su mujercita era la esposa más fiel y casta que habÃa en todo el paÃs, jejeje. TenÃa que hacerlo bien para que Eva no se enfadase conmigo, y para que tampoco le dijera nada a Raúl, nada de que yo se lo habÃa contado a ella... un lÃo de cojones, vaya... y yo que pensaba que me iba a tirar a Eva delante de mi amigo...
Esperé al viernes para contactar con Eva. La llamé directamente al móvil. La saludé, me dijo que estaba con su hijo en el parque. Le dije en un tono un poco serio que tenÃa que hablar con ella, que me pasarÃa el sábado por la mañana por su casa (sabÃa que mi amigo trabajaba), ella me dijo que no, que mejor quedábamos en el centro, en alguna cafeterÃa, porque dejarÃa al peque con una de sus hermanas para realizar unas compras, me preguntó de qué se trataba. Yo le dije que era sobre su marido, pero que no se asustara, no era nada grave, pero era importante que él no supiera nada de que Ãbamos a quedar. Se quedó un poco extrañada.
Llegó el sábado por la mañana y nos vimos sobre las doce en la cafeterÃa. Como hacÃa frÃo venÃa con un abrigo que no dejaba entrever nada, una vez entramos, como estaba puesta la calefacción, se lo quitó y de nuevo me deleitó con su figura, delgadita, piernas torneadas... y con esas tetas que incluso con un jersey grueso puesto estaban imponentes. Mientras nos traÃan algo comencé a contarle lo que estaba pasando.
Es decir, le conté que Raúl habÃa venido a verme por el tema de los celos o las dudas hacia ella. No se extrañó nada, porque conocÃa a su marido y sabÃa que iba a venir a mÃ, pero no se esperaba lo siguiente. Puso mala cara inmediatamente nada más yo contarle que Raúl me habÃa confiado la misión de seducirla hasta ver donde llegaba ella, hasta qué punto, si podÃa resistirse a mà o caer en mis redes y acabar follando. De inmediato levanté la mano en señal de que parase.
- Cambia la cara, Eva, por favor. No te cabrees.
- Pero... es que lo de Raúl... es muy fuerte, ¡Rober, te ha dicho que intentes acostarte conmigo para ver si yo serÃa capaz!
- Baja la voz, anda - dije-. No te enfades, Eva. He decidido contártelo precisamente para evitar que más adelante te enteres por él y que todo se vaya a la mierda. Piensa... si yo no te hubiera dicho nada tú nunca lo hubieras sabido. De esta forma lo sabes, sabes cuánto te quiere él, y lo que se preocupa.
- Ya pero...
- Además, joder... fÃjate en él. Ha permitido que tú... estés con dos tÃos, vamos, no del todo, pero ha permitido que yo esté jugando con vosotros. ¿Tú permitirÃas lo mismo? ¿PermitirÃas que él introdujera a una tÃa en vuestros "temas" si te lo pidiera? Aunque fuese solo una vez, y sólo un rato.
- No - contestó tajante.
- Pues ahà lo tienes. No tienes que cabrearte, es normal que él dude, joder, somos tÃos... y más viendo cómo te corriste y lo que disfrutaste, son palabras de tu marido, me las dijo el otro dÃa.
- ya entiendo.
- Además - dije más tranquilo - esto es bueno para todos.
- A qué te refieres?
- Ahora pasan unos dÃas, en los que tu marido cree que yo estoy intentando que tú seas infiel y que estés conmigo a solas, que follemos, una vez pasados esos dÃas yo le digo que no ha pasado absolutamente nada. Seguramente lo notarás en él, o lo que es más seguro todavÃa: te lo cuenta. Porque estoy seguro de que te lo va a contar.
- Seguro - dijo ella muy atenta.
- Tú no te vas a cabrear, sólo tienes que poner atención en lo que te diga y te cuente. Y ser mimosa con él, tú sabes hacerlo. Comprenderle y decirle que no se preocupe, que jamás serÃas infiel, que lo del otro dÃa fue eso, un juego, un regalo de cumpleaños, que no pasó nada más , sólo lo que él vio, y ya está.
- Joder... cabrón, lo tienes todo pensado.
ReÃ.
- Si lo quieres ver asÃ... vale, lo tengo pensado, jajaja. Pero no me digas que no he hecho bien!!!
- SÃ, sÃ... pero... a donde nos lleva esto?
- Ayyy, Eva, Eva, Evita... - dije mientras le daba un sorbo a mi café.
Ella me miraba.
- Esto nos lleva a que tú lleves la sartén por el mango, todo el tiempo.
- Ya, pero no acabo de entender.
- No has leÃdo al grey ese? No quieres ser un controlador como él?
- SiiiÃ...
- Pues a ver, no conozco nada de esos libros, igual no tiene nada que ver con lo que te cuento pero...
Ella se inclinó, interesada en lo que iba a decirle. SeguÃ:
- Pero esto te va a dar todo el campo abierto para pedirle a tu marido todo lo que quieras hacer con él... y conmigo.
Se me quedó mirando. Lo habÃa entendido, pero no decÃa nada.
- Es decir - seguà -, que como él ya va a confiar en ti plenamente... podrás pedirle que yo sea vuestro invitado de excepción. Cada vez que tú quieras, tÃa.
Empezó a reÃrse, luego paró. Yo me quedé mirándola sonriendo.
- Eres un cabronazo, Rober. Esto... realmente lo haces por ti... ¡Qué hijo puta! - y alargó los brazos para darme golpecitos con la mano en el costado y en los hombros.
Acabé riéndome y pidiéndole que parase.
- Lo hago por ti y por mÃ, Eva, y también por Raúl. Por los tres - dije mirándola.
- Desde luego que sabes ponernos a mil a los dos, cabronazo.
Tomé otro sorbo de café.
- Vamos a esperar una semana si te parece. Él te va a preguntar qué tal hoy conmigo, que donde has ido, etc. Tú dile que has estado conmigo dando un paseo, con el peque luego, etc. Todo normal, que él no sospeche nada. De todas formas yo voy a ir informándole de cómo voy contigo. Aunque no nos veamos por las mañanas tú y yo... puedo decirle que sà que hemos quedado, y además para no matarlo de la intriga le diré que no está pasando nada ¿ok? Asà llega el sábado próximo... quedo con él, y le largo todo, que eres una santa - e hice broma con lo del aura que rodea a los santos por la cabeza, jaja.
Ella rió.
- No te pases más, Rober.
- Vaaaale, pues eso. Está todo bien ¿no?
- SÃ, sÃ.
- Cada dÃa estás más buena - le dije levantándome para pagar, y luego me bajé y le dije al oÃdo-: Ahora mismo te meterÃa las manos por ese jersey y te sobarÃa las tetas... hasta que me pidieras que te lamiera enterita. Sabes como lo hace tu marido, pero no te haces una idea de cómo me como yo los coños. Y las ganas que tengo de comerme el tuyo.
Ella sonrió y se le puso una cara de guarra que no podÃa con ella.
- Tengo que ir a recoger a mi hijo - dijo cuando volvà de pagar de la barra.
Continuará...
13 comentarios - La Tetona ( . )( . ) mujer de mi amigo😈11