Nunca pensé que mi vida se desmoronaría al subir una escalera. Yo era una chica tranquila, o eso intentaba creer, hasta que me crucé con *Alejandro*. Él no era solo un vecino; era el fantasma de mi pasado, el bully que me hacía la vida imposible en la escuela y que ahora, con solo una mirada, me recordó que yo nací para estar debajo de su bota.
Ese día salí a caminar intentando ignorar su presencia en el edificio. Me puse un conjunto ajustado que resaltaba mis curvas, algo que me hacía sentir poderosa, pero que frente a él solo servía para marcar mi vulnerabilidad. *Caminaba sintiendo cómo la ropa se pegaba a mi cuerpo*, resaltando mi culo y mis pechos, pero cuando lo vi apoyado en la pared del pasillo, supe que estaba perdida. Sus ojos me recorrieron como si fuera un pedazo de carne. "Ese culito me pertenece, pitochico", me gritó, y el miedo me recorrió la espalda.
Me obligó a entrar a su departamento bajo amenaza de mostrar mis secretos. Una vez adentro, el aire se puso pesado.
— Arrodillate, putita. Mostrame qué tan bien aprendiste a servir —me ordenó con esa voz que me hacía temblar.
Me puse de rodillas, sintiendo el frío del suelo en mis piernas. *Le bajé el pantalón lentamente* y, cuando su verga saltó frente a mis ojos, me quedé paralizada. *Me sorprendí por su tamaño*; era una bestia, oscura y venosa, que hacía que mi propia hombría pareciera un chiste. Era tres veces más grande que lo mío. Mi boca se abrió involuntariamente por el shock.
Alejandro no tiene piedad. Sacó un collar de cuero negro con una correa larga.
— Ponete esto. A partir de hoy, no sos una persona, sos mi mascota —me dijo mientras me abrochaba el cuero al cuello.
Me obligó a ponerme *en cuatro, con la cara pegada al piso y la correa tirante*, mientras él sostenía el mando. Me sentía una basura, una perra entregada, escuchando cómo él se reía de mi degradación mientras preparaba la cámara para registrar mi derrota.
Después de un rato de usarme, me soltó la correa pero me agarró del pelo. Me obligó a *caminar en cuatro como una perra por todo el living, mientras él caminaba a mi lado con la verga afuera, rozando mi espalda. **Me tironeaba del pelo hacia atrás y yo, totalmente perdida en mi papel de esclava, sacaba la lengua*, jadeando, haciendo parecer que estaba desesperada por otra dosis de su leche. Mi dignidad había desaparecido; ahora solo quería complacerlo.
Me tiró al suelo boca arriba, pero no para ser dulce. *Me agarró del pelo con fuerza, me abrió de piernas* y, sin usar lubricante, volvió a invadir mi culo. La posición me dejaba totalmente expuesta, viendo cómo su cuerpo se fundía con el mío en un acto de posesión anal violento. Yo solo podía gemir su nombre, aceptando que él era mi dueño.
Cuando sintió que estaba por terminar, me sacó la verga del culo y me obligó a arrodillarme de nuevo.
— Mirame a los ojos, puta —me dijo con la respiración agitada.
*Se corrió sobre mi cara*, chorros espesos y calientes que me nublaron la vista y me mancharon la peluca y el maquillaje. Me quedé ahí, quieta, recibiendo cada gota de su victoria.
— Limpiate y no te olvides de quién sos —susurró mientras se iba, dejándome rota, humillada y convertida oficialmente en su putapersonal.
Este relato me ayudo hacer
https://www.poringa.net/Ale_Alfa3
Ya hice otros relatos con el si les gusta este tipo de relato vamos a seguir haciendo...
https://www.poringa.net/posts/relatos/6212485/Alejandro-Y-Sabrina-El-Regalo-De-Navidad.html
Vayan a ver su ultimo relato el especial de navidad y luego me cuantan que tal estuvo a mi me encanto
Felices fiestas y feliz navidad y año nuevo
Vere si hago un relato junto a Ale_alfa3 para navidad
Ese día salí a caminar intentando ignorar su presencia en el edificio. Me puse un conjunto ajustado que resaltaba mis curvas, algo que me hacía sentir poderosa, pero que frente a él solo servía para marcar mi vulnerabilidad. *Caminaba sintiendo cómo la ropa se pegaba a mi cuerpo*, resaltando mi culo y mis pechos, pero cuando lo vi apoyado en la pared del pasillo, supe que estaba perdida. Sus ojos me recorrieron como si fuera un pedazo de carne. "Ese culito me pertenece, pitochico", me gritó, y el miedo me recorrió la espalda.
Me obligó a entrar a su departamento bajo amenaza de mostrar mis secretos. Una vez adentro, el aire se puso pesado.
— Arrodillate, putita. Mostrame qué tan bien aprendiste a servir —me ordenó con esa voz que me hacía temblar.
Me puse de rodillas, sintiendo el frío del suelo en mis piernas. *Le bajé el pantalón lentamente* y, cuando su verga saltó frente a mis ojos, me quedé paralizada. *Me sorprendí por su tamaño*; era una bestia, oscura y venosa, que hacía que mi propia hombría pareciera un chiste. Era tres veces más grande que lo mío. Mi boca se abrió involuntariamente por el shock.
Alejandro no tiene piedad. Sacó un collar de cuero negro con una correa larga.
— Ponete esto. A partir de hoy, no sos una persona, sos mi mascota —me dijo mientras me abrochaba el cuero al cuello.
Me obligó a ponerme *en cuatro, con la cara pegada al piso y la correa tirante*, mientras él sostenía el mando. Me sentía una basura, una perra entregada, escuchando cómo él se reía de mi degradación mientras preparaba la cámara para registrar mi derrota.
Después de un rato de usarme, me soltó la correa pero me agarró del pelo. Me obligó a *caminar en cuatro como una perra por todo el living, mientras él caminaba a mi lado con la verga afuera, rozando mi espalda. **Me tironeaba del pelo hacia atrás y yo, totalmente perdida en mi papel de esclava, sacaba la lengua*, jadeando, haciendo parecer que estaba desesperada por otra dosis de su leche. Mi dignidad había desaparecido; ahora solo quería complacerlo.
Me tiró al suelo boca arriba, pero no para ser dulce. *Me agarró del pelo con fuerza, me abrió de piernas* y, sin usar lubricante, volvió a invadir mi culo. La posición me dejaba totalmente expuesta, viendo cómo su cuerpo se fundía con el mío en un acto de posesión anal violento. Yo solo podía gemir su nombre, aceptando que él era mi dueño.
Cuando sintió que estaba por terminar, me sacó la verga del culo y me obligó a arrodillarme de nuevo.
— Mirame a los ojos, puta —me dijo con la respiración agitada.
*Se corrió sobre mi cara*, chorros espesos y calientes que me nublaron la vista y me mancharon la peluca y el maquillaje. Me quedé ahí, quieta, recibiendo cada gota de su victoria.
— Limpiate y no te olvides de quién sos —susurró mientras se iba, dejándome rota, humillada y convertida oficialmente en su putapersonal.
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Ya hice otros relatos con el si les gusta este tipo de relato vamos a seguir haciendo...
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Felices fiestas y feliz navidad y año nuevo
Vere si hago un relato junto a Ale_alfa3 para navidad
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