En la oficina y hasta con mi suegro

Debo confesar que tuve mi época de perra libertina. Fue cuando empecé a vivir sola. Estaba en la Facultad.
Ya me había separado de mis viejos y manejaba mi vida como se me ocurría a mi.
Había aprendido que una linda mujer que sabe manejar sus encantos puede conseguir muchas cosas.
Trabajaba, me acuerdo, en una empresa Constructora, era secretaria, tenía un buen sueldo y eso me permitía pagarme mis estudios y mi estilo de vida.
Además de mi cheque tenía algún que otro extra y todo se debía a mi jefe, a quien vamos a llamar Pereyra, para no quemarlo con su verdadero apellido.
La llave que abrió la puerta a los favores de mi jefe se dio una tarde/noche en que nos habíamos quedado a trabajar más de la cuenta. Él me tenía re junada hacía tiempo y siempre que podía me tiraba galgos por todas partes.
Así que ese día se me acercó por detrás a donde estaba sentada terminando de redactar un memo y me dijo
—Hoy no te escapás—
Me reí, le dije que se dejara de joder, que era tarde y me quería ir a mi casa.
—Mirá pendeja, soy tu jefe y esta relación puede ser un calvario, todo depende de vos.
—Ok tiene razón, ¿que quiere?— pregunté sabiendo la respuesta, Pereyra no iba a ser ni el primero ni el último que me cogería para lograr algo.
—Así me gusta bombón, nos vamos entendiendo, no quiero nada raro, que se yo, algún favor de vez en cuando y yo puedo ser muy bueno con vos.
Así que por detrás de mí como estaba empezó a abrazarme y a manosearme las tetas como desesperado, mientras me metía su lengua en la oreja.
Me deje hacer, resignada, relajada. Mucho no iba a durar, Pereyra era de esos tipos cincuentones que se ve que ya ni cogen y cuando lo hacen lo efectúan como un trámite.
Así que mientras el me ponía frente a él, me fui desabrochando el vestido. Solté mi corpiño y le ofrecí mis tetas y el como un adolescente se me abalanzó de manera torpe. Empezó a chupar y a chupar como desesperado. Cerré los ojos y dejé hacer, cuando consideré que era suficiente tener a ese viejo verde encima mío lo separé, lo tomé de la cintura le bajé la bragueta y le agarré el pito. Me reprimí para no reirme, era chiquito, colorado con una pelambre rala que solo causaba gracia. Me lo metí en la boca y creo que estuve menos de un minuto chupando, Pereyra se fue en una eyaculación tímida, escasa.
—Ay pendeja que puta que sos, como me gustás.
—Tranquilo Pereyra, vaya al baño y limpiesé, mañana nos vemos.
Así empezaron a transcurrir mis días en esa oficina.
De vez en cuando generalmente de tarde Pereyra me llamaba y yo debía ir a su oficina a calmarle las tensiones, una mamada, un polvo, una paja, cualquier cosa. Esos trámites tuvieron, obviamente sus beneficios, empecé a cobrar ciertos viáticos, a tomarme algunas mini vacaciones, o sea la pasaba bien.
Yo en esa época salía con Ezequiel un lindo novio con el que tenia una relación de un poco más de un año, no era el amor de mi vida ni mi futuro esposo, pero la relación llevaba una formalidad natural, yo iba a su casa y su familia me había adoptado de muy buena manera.
Eze era un buen chico y en lo que al sexo respecta tenía algunas falencias.
Ojo, era joven , lindo, tenía una linda pija, pero no la usaba tan bien como debería. Me echaba un polvo a lo sumo dos, muy pocas veces me hacía sexo oral o me pedía que se lo hiciera, del culo ni hablar, ni me lo tocaba. O sea mi polvo diario con él lo tenía o sea que yo no tenía poco sexo si no que era malo o no tan bueno como yo quisiera. Si quieren pueden decir que en esa época de mi vida yo era la famosa “malcogida”. Tal vez por eso, quizás, era que no me perdía ninguna y me entregaba a cualquiera que me gustara con tal de pasar una buena noche de sexo.
Una tarde estaba en la oficina quince minutos después del cierre terminando de mandar unos mails a un estudio de Arquitectura cuando siento en el intercomunicador del teléfono.
—Fionna, bombón podés venir un segundo.
—Ya voy Pereyra.
Imaginé que el jefe me pediría algún trabajito, así que me abrí un botón de la camisa, me acomodé las tetas y fui a la oficina.
—Qué pasa Pereyra, qué necesita?
—Tengo que pedirte un favor Fionna— me dijo mientras me servía un vaso de Whisky.
Le hice señas con la mano en donde debía detenerse, pensé que me quería emborrachar, pero enseguida descarté eso ya que él no necesitaba de extras para que nuestro “contrato” funcionara.
—Mirá, necesito un gran favor de tu parte— dijo mientras depositaba el vaso en mi mano —y obviamente descontá que el beneficio va a ser mayor que de costumbre— agregó.
—Que quiere Pereyra, sin rodeos— lo apuré.
—Mirá mañana van a venir dos tipos, un arquitecto muy importante y su contador, para aprobar o no un proyecto que nos dejaría mucha guita y además nos posicionaría muy bien dentro del mercado.
—Ahá muy bien y yo?— pregunté sabiendo la respuesta
—Y vos sos la que va a definir las cosas, si sos buena conmigo, también vas a ser buena con ellos ¿o no?
—Ok, pero eso me imagino va a tener una buena recompensa, trabajo especial bonificación especial, lo justo es justo— dije.
—Si princesa, ya te dije que sí, si firmamos ese contrato te doy dos semanas de vacaciones y una porcentaje. chico, pero porcentaje al fin.
—Ok, Pereyra no se preocupe, ¿mañana a qué hora?
—Los cité a las siete cuando no hay nadie en la oficina.
Ese día me pasó a buscar Eze fuimos a comer y después a mi casa a tener sexo y le dije que al otro día no podríamos vernos ya que estaría trabajando hasta tarde. Así que quedamos en vernos el sábado a la tarde en su casa para comer un asado. Tal vez este dato les parezca irrelevante, pero les aseguro que para nada lo es.
Al otro día, ahí estaba yo con mi mejor ropa interior. Una tanga roja hilo dental para el infarto y un corpiño, rojo también de encaje que dejaba ver mis pezones.
Pereyra me llamó a su oficina.
—Quedate acá que ahí están subiendo.
—Me senté y puse mi mejor cara de póquer.
En eso golpean la puerta y ahí empezó la novela.
El primero en entrar fue el arquitecto, 47 años, bajo, sin pelo solamente unos mechones en las sienes y en la nuca, panzón y como jorobado, o sea no era un regalo de la naturaleza, si no más bien todo lo contrario. Pero sabía que debía hacer de tripas corazón así que esperé que entrara el otro, el contador.
Ahí se me vino el mundo abajo.
El famoso contador no era otro que el papá de Ezequiel.
Abrí los ojos como no queriendo creer lo que estaba pasando.
El me miró tranquilo, los ojos le brillaron, pero no dijo nada. Le sobraba calidad, creo que a esa altura, Fernando, así se llamaba, tenía más caravana que toda la familia Ingalls.
Confieso que me sentí incómoda, pero ya estaba jugada y sin fichas.
Empezaron a hablar de negocios y no tardaron mucho.
El arquitecto enseguida preguntó
—Quién es esta belleza?
—Fionna mi secretaria, mi mano derecha, mi más fiel empleada— me ensalzaba Pereyra.
—No sabía que en esta empresa tenían empleadas tan lindas—
Ok, en esa época yo era muy linda, lo sigo siendo, ojo, pero en ese entonces unos años menos, las carnes más duras y producida para ser la más perra, desapercibida no pasaba nunca.
Pereyra se me acercó por detrás, me tomó de los hombros, me paró
—No solo es linda además es muy eficiente y muy gauchita. o no Fionna?
Asentí con la mirada mientras no separaba la vista de mi suegro que sobraba la situación y mantenía una mueca parecida a una sonrisa en su boca.
—Demostrale al arquitecto lo eficiente que sos— y mientras decía esto empezaba a desabrocharme la camisa, yo sumisa me dejaba desvestir.
Mi corpiño rojo dejaba ver mis pezones y enseguida la mirada del Arquitecto Scotti se iluminó, un ataque de líbido se apoderó de él y se me avalanzó como para partirme en cuatro, metió su cabeza entre mis tetas y empezó a chupar como loco.
—Cuidado arquitecto, le va a dar un infarto, sea prudente— decía Pereyra mientras se reía y le acercaba un vaso de whisky a mi suegro.
Scotti se aflojó la corbata, se sacó el saco y me sacó el corpiño.
Me empezó a chupar las tetas de manera salvaje parecía que me las quería arrancar.
Siempre noté la desesperación de los hombres con las tetas parece que entran en trance cuando tienen que chuparlas o acariciarlas. Es más si los hombres tuvieran tetas serían más cuidadosos a la hora de tratarlas porque sabrían lo que duelen, pero bueno ese es otro tema.
La cuestión es que Scotti, frenó en seco su trabajo se paró frente a mi, se aflojó el cinturón y bajó sus pantalones.
Que poronga mi Dios. Inmensa, jamás pensé que detrás de aquel hombrecillo deforme podría ocultarse una poronga tan grande como esa. Enseguida vino a mi mente la película Páprika de Tinto Brass, la escena en que la protagonista es cogida por el dueño del cabaret en donde trabaja, un enano contrahecho y jorobado pero con un instrumento tamaño familiar.
—A ver como la besas hermosa— me dijo.
Mientras no dejaba de admirar ese pedazo hermoso me lo llevé a la boca como desesperada, empecé a chupar como una perra, haber visto ese pedazo me había puesto cachonda. Chupé, chupé y chupé, Scotti me agarraba del pelo y me empujaba la pija cada vez más adentro, no se cuanta leche debería caber dentro de ese instrumento la cuestión es que en un momento me sentí ahogada, parecía que el arquitecto no paraba más de tirar leche, no dejó que ni media gota se me escapara.
Juro que me cansé. perdía uno a cero y esto recién empezaba. Arrodillada como estaba, me agache para toser, tomar aire y volver en mi, cuando volví a levantarme a mi lado estaban Pereyra y mi suegro ambos en bolas y con sus vergas tiesas a escasos centímetros de mi cara.
Ahí me di cuenta a quien salía tan pijudo Eze. Don Fernando tenía una linda poronga, ni tan grande, ni tan chica, justa sería la palabra, como hecha a mano.
Ahí en mi posición empecé a chupar, primero a mi suegro, después a Pereyra.
Mi jefe me acabó en la boca, mi suegro prefirió mi cara. Así como estaba, me paré y me tomé el sorbo de whisky que quedaba en mi vaso.
Y ahí estaba Scotti, desnudo en el sillón de cuero del despacho de Pereyra trabajándose la pija con la mano, era un cuadro dantesco que esa persona tan ridícula como conjunto tuviera esa bendición entre sus piernas. Me dijo que me acercara. Me sacó la minifalda y la tanga, me hizo sentar arriba de él, juro que sentí miedo, pensé en que si me la metía toda me iba a operar de apéndice, pero yo ya estaba entregada. Scotti igualmente sabía lo que hacía, entro a darme con los dedos mientras me abría las piernas y me empezó a pasar la lengua por la concha. Por Dios como chupaba ese hombre me mojé toda. Empecé a gemir.
—Estás lista hermosa?
Asentí con la cabeza y los ojos cerrados, me tomó firmemente de la cadera y me hizo montarlo. Entró toda de un saque y como entró. Pegué un grito mezcla de dolor y de placer. Abrí los ojos de golpe y ahí estaba Pereyra y mi suegro riéndose de mi. De afuera debe haber sido cómica la situación, era ver a una pendeja rica como yo siendo cogida por algo parecido a Dany De Vitto.
Empecé a subir y bajar por esa pija alocadamente. Scotti estaba en otra cosa, disfrutando muy internamente porque no se le escapaba un ruido al desgraciado. Cinco minutos meta subir y bajar le pedí por favor que no acabara adentro ya que no me cuidaba, me sacó de encima suyo me hizo arrodillar y me acabó en las tetas. Brutal el guascazo, casi me tumba.
Me levanté tambaleando, como perdida, Pereyra me llamó y también me hizo montarlo, ahora parecía no tener nada dentro mío la diferencia entre mi jefe y el arquitecto eran abismales. Pero Pereyra empezó a trabajar y trabajar como siempre y con sus manos empezó a abrirme el culo yo subía y bajaba, cuando de repente me siento puerteada por atrás, era mi suegro que le me estaba metiendo por el culo. En ese entonces mi experiencia anal no era mucha por lo que al principio costó y me dolió un poco.
Así estaba, clavada de ida y vuelta por mi jefe y por mi suegro. Ustedes se preguntarán si alguien puede disfrutar de tremendo cuadro, yo me preguntaba lo mismo, así que cerré los ojos y me dejé llevar. Pereyra como siempre hizo su “trámite”, se levantó y me hizo tragar su leche mientras mi suegro me la seguía dando por el culo, me tuvo diez minutos serruchándome yo estaba gozando hasta que sentí la explosión de esa verga, fueron tres chorros espesos y clientes de leche dentro mío, gritamos casi a la vez con Fernando. Tuve un orgasmo exquisito.
Quedé tirada en el suelo por unos segundos aunque pareció una eternidad. Esperé que el alma me volviera al cuerpo y pedí ir al baño.
Me ayudaron a pararme, caminé lentamente como podía. Mi jefe me abrió la puerta y entré.
Me senté en el inodoro para hacer pis. Nada mejor que mear después de tener sexo.
—No pará que hacés?!— gritó Scotti, haceme pis a mi se tiró al suelo y me hizo poonerme encima suyo. Obviamente empecé a orinar encima del arquitecto. Cuando estaba terminando, él puso su boca en el último chorrito ya casi sin fuerza y lo tomó. Noté que estaba erecto de nuevo.
Me hizo parar contra el lavamanos me hizo agarrar fuerte y empezó a chuparme el culo. Se venía lo peor. Me trabajó bien con sus dedos hasta que acomodó ese tremendo miembro en mi agujerito y empujó con toda la furia. Digo que si mi culo no se rompió ese día, no se rompe más. Grité como si me estuvieran degollando, me saltaron lágrimas, me mordí el labio inferior y hasta me salió sangre. Scotti ni enterado me agarró del pelo y con toda la furia me daba por atrás. Con su mano derecha me empezó a masajear el clítoris y ahí la cosa cambió. Empecé a disfrutar yo del polvo. Scotti iba y venía con una gracia inimaginable en ese hombre. Quince minutos fue lo que duró hasta acabarme, se paró en seco y mientras me metía la lengua en la oreja empezó a orinarse dentro mío, cosa que alguna vez me haría un policía de la bonaerense y algunos otros más, y yo sentí una ola orgásmica tremenda. Pegué un respingo con el cuerpo como si me hubieran descargado 220 voltios encima. No paraba de disfrutar.
Scotti, me besó el cuello y se fue del baño. Mi suegro y Pereyra me hicieron una pasada más por el culo y también fueron a vestirse.
Aproveché y me pegué una ducha en el baño de la oficina de Pereyra, lo hice sentada y como pude ya que no podía estar de pie.
Cuando salí, los tres estaban terminando las gestiones para la firma del contrato que se iba a celebrar al otro día en el Estudio de Scotti.
—Bueno Pereyra mañana nos vemos y a vos Fionna fue un encanto conocerte, que sigas bien y espero verte pronto— me dijo el Arquitecto, mientras me dejaba una tarjeta con su teléfono.
Pereyra me llevó a mi casa y me tiré a dormir, vestida y sin comer.
El sábado fui a almorzar a lo de Eze, Don Fernando me trató como siempre, como si nada hubiera pasado. A la hora del almuerzo y mientras nos preparábamos para comer un delicioso asado, mi suegro me miró y me dijo
—Fionna, ¿te doy carne?
Juro, que no pude evitar reirme y él creo que tampoco.

Fin

23 comentarios - En la oficina y hasta con mi suegro

palido
Bien che, bastante bien...por lo menos es entretenido, si en verdad te comiste todas las que te comiste y sacaste provecho de eso te felicito!!! La inteligencia de una hermosa mujer tambien puede centrarse en utilizar su belleza y sus mas bajos instintos para conseguir un favor!!! Felicitaciones, te dejo 5 palidines de recompensa, yo tambien escribo, pero trato de no publicarlos e ningun lado porque son bien degenerados y encima son verdad!!! 😀 😀 😀
Gastonzinho
Tengo una pyme y me hace falta una secretaria. si estas dispuesta podemos contactarnos. Exelente historia
DrAlban69
fionna que chanchota que sos para escribir, me calento!! ja. te mando unso puntines!
Canoplaverde
Ah bueno como disfruto tus historias, te extrañe estos dias. Segui asi.
rodolfo322
muy bueno.realmente tenes la capacidad de logra que uno sienta cada expresion como si mirara un cuadro..logrando llenar una vacia tela de hermosos colores .ademas me calentas con tus cuentos !!!!!!!!
ratata
muy wueno ,como siempre nos tenes acostumbrados,seguiremos a la expectativa de mas ,
pd. no nos dejes esperando mucho tiempo ....
trapo75
eselente relato,si es verdad, sos una perra hermosa y si es mentira sos una perra hermosa, segui asi, con la pi.. digo con lapicera en mano.:alaba::alaba:
titolandia
turraaaaaaaaa!!!! si volviera a nacer quisiera ser mujer y como vos turrita!!
titolandia
turraaaaaaaaa!!!! si volviera a nacer quisiera ser mujer y como vos turrita!!
titolandia
chacho de bouquet se la come!!!
Kerandil
La historia está buena, pero me llamó la atención eso de los policías, por qué no lo contás? Te dejo +2 si viene lo otro serán más...
citripio2
yo creo q sos un chavon y te gusta el pene
elleaime
una muy buena historia
🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️
sergioag77
jajajaja fiona
que buen relato ybue buen final,
me cague de la risa
mira que sos...
narosky
Muy bueno! pero inmediatamente pense en la secretaria de mi jefe que esta buenisima y 🤤 🤤 🤤 🤤
bombero_cba
debo confesar que me calente 😃
doblefilo2008
me acabo de hacer una paja terrible. que manera de calentarrrrrrr 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️
k0cHin0
citripio2 dijo:yo creo q sos un chavon y te gusta el pene

Fionna, yo que vos me ofendo, mal 😛 y por la ortografía no debe ser más que un pendejo que no tiene ni la menor idea de cuánto significa escribir.
AndresI
Excelente relato!!!
Muy pero muy caliente, me puso recontra al palo.
Gracias por el aporte 😉
AlejandroMillo14
Está para un 1000 pero como no hay foto tuya desnuda, puse un 9. Si querés espero fotos por privado