Comienzo un nuevo trabajo - Parte 1

Era un domingo espléndido y tranquilo, mi esposo miraba fútbol mientras mi bebé dormía. Era mi día de descanso. Tres veces por semana cuidaba a una señora mayor por la noche y por la tarde cursaba mis últimas materias de la facu. Así que terminaba la semana agotada y solo quería descansar.

Mientras ordenaba ropa en la habitación, a eso de las 19 hs suena mi celular y veo que era Gerardo, decido ignorar la llamada y no atender. Inmediatamente recibo un mensaje de Whatsapp y dice: Atendeme, no hagás que vaya a buscarte. Entré en pánico, le tenía miedo y ya sabía lo violento que podía ser. Llama nuevamente, atiendo y brevemente dice:

- Lo del cliente se adelantó, alistate rápido, en 40 minutos te busco en la esquina, y cortó.

Temblaba de miedo, estaba presa de pánico y pensaba que no me podía estar pasando esto, hasta que mi mente reaccionó y caigo en cuenta que el tiempo corría.

Entré alborotada al baño y cierro con llave. Me meto a la ducha y comienzo a bañarme rápido. En eso me doy cuenta que estaba velluda, rapidamente tomo la depiladora y me comienzo a rasurar. Antes solo me retocaba pero está vez, no se porque, decidí quitarme todo y quedé totalmente depilada. Me sentía extraña, como si esa vagina no era mía.

Al salir del baño mi marido que había escuchado el teléfono pregunta quien llamó, pensando que era alguien de la familia a lo que dije:

- Era Gabriela, la otra chica que cuida a la señora y me preguntó si la puedo cubrir ya mismo un par de horas porque tuvo un contratiempo. Le dije que si, el otro día ella me cubrió a mi -Bien dijo el como desentendiendose de la situación... eso fue lo primero que se me vino a la cabeza, mi esposo no sospecho nada y comencé a cambiarme rápido.

Estaba nerviosa y asustada, no sabía bien como manejar la situación. Me puse una tanguita negra con encaje muy sexy, pollerita corta, corpiño con aros, camisa de seda blanca y sandalias normales. Agarré un bolsito y metí un par de zapatos con tacos aguja, medias negras largas, bastante bijou y un perfume que me encanta. Tome de la mesita de luz una cajita de preservativos que eran de mi esposo y salí raudamente a la esquina de la vuelta de casa, porque faltaban tan solo 5 minutos del tiempo que me había dado. Me despedí de mi esposo con un beso frio, distante. En el fondo sabía lo que estaba a punto de hacer y me sentía sucia.


Nuestra situación económica no era la mejor, puesto que a él lo habían despedido y por lo pronto vivíamos de nuestros ahorros -los que en gran parte eran de la indemnización- que por cierto se iban agotando y a esto le sumabamos lo poquito que yo ganaba.

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Esos días, luego de la «situación» con Gerardo -que ya la narré- me quedó dando vueltas en la cabeza la idea de que quizá era posible generar algunos ingresos extras, solo por un tiempito por supuesto. Gerard me había comentado que él tenía contacto con gente de un hotel donde llegaban extranjeros. La idea no era la mejor pero por ahora era la única salida.

El trayecto de cuadra y media hasta la esquina se me hizo interminable, a pesar de que caminaba lo más rápido que daban mis piernas. No quería llegar tarde. Tenía miedo de la reacción de mi «ex-amigo», ahora «mi proxeneta». Veo el auto estacionado, apuro el paso y subo. Partimos rumbo a capital.

- Casi llegas tarde me lanzo, a lo que respondí - Me faltó tiempo, apenas me preparé.

En ese momento veo que me mira de arriba a abajo como desaprobando mi forma de vestir y antes de que diga nada exclamo

 - Traje cosas en mi bolso, no puedo llamar la atención al salir de casa, y comienzo a sacar las medias negras, el zapato con taco aguja, en fin todo lo que alcance a cargar.

- Dale, terminá de vestirte en el viaje me ordenó de modo cortante.

Me puse las medias, los zapatos, unos hermosos aritos, cadenita, pulseras y un par de anillos. Me maquille lo mejor que pude, un poco de labial y por último un rico perfume en muñecas y en los lóbulos de las orejas. Finalmente estaba lista.

Estabamos en la autopista y el tránsito fluía rápido. Ibamos en silencio, hasta que dijo:

- Soy un tipo de negocios, me gustan las cosas claras de entrada y me miró, a lo que asentí con la cabeza inmediatamente.

- Para hoy hay un cambio de planes me dice, y continúa

- En principio era un solo cliente, extranjero...

- Pero por suerte al rato tenemos otro, en el mismo hotel, ambos pagan en dólares

Mi corazón latía a mil, la adrenalina no paraba, tenía miedo, inseguridad y al mismo tiempo algo me exitaba, y Gerardo continuó diciendo:

- Como te acabo de decir, conmigo las cosas claras, esto es 50/50, vos ponés lo tuyo y yo pongo los clientes.

Luego de decir eso me miró fijamente como para saber si quedó claro..

- Si está bien dije, con un tenue hilo de voz.

Llegamos al hotel e ingresó al estacionamiento sin ningún inconveniente, evidentemente el personal de seguridad ya lo conocía.

Tomamos el ascensor y llegamos al lobby, a lo que me indica que tome asiento en un sofá con una hermosa vista a un jardín de invierno con variedad de plantas y una cascada artificial que era realmente hermosa. El va directo a la recepción y logro ver que conversa con un hombre canoso que vestía un traje impecable y por la manera de manejarse se notaba que tenía autoridad sobre el resto del personal.

Al rato vuelve y me dice:

- En media hora pasas. Es americano, habla muy poco español.
- El turno es de una hora. Si quiere más tiempo te quedás me ordenó... y sigue con el resto de las indicaciones
- No le cobres nada en efectivo, paga con tarjeta directamente al hotel, ellos arreglan conmigo.
- Por cada turno de acá vos te llevas 50 lucas y yo mi parte, así que cuanto más salgan mejor sentenció.

Mi cabeza no paraba de pensar... era mucho dinero, si con solo dos turnos eran 100 y así... Ya no sería problema pagar el alquiler a fin de mes, ni saldar la tarjeta, ni la prepaga, y una larga lista de etcétera se sumaba a mi pensamiento cual quimera mágica como solución a los problemas económicos.

Comenzaba a ver los beneficios del gran negocio al que mi ex-amigo y ahora proxeneta, me invitó duramente a ingresar.

Mientras volaba con mis pensamientos confusos, el señor canoso se aproxima con un andar pausado y elegante, se detiene a unos pasos de distancia y dice:

- Buenas noches señorita, adelante por favor y señala el camino con la palama de la mano, abordamos el ascensor y marca el 7º piso.


Continuará...

5 comentarios - Comienzo un nuevo trabajo - Parte 1

marrrr77 +1
donde hay que contratar esos servicios tuyos 😉 😏
gust7387 +1
Uy qué interesante se pone esto. Las cosas de la vida siempre dan sus giros. Espero el siguiente relato
jarpix +1
Me dejaste con ganas de más de esa historia !! Muy buena !
nacho_2015 +1
Muy exitante.... el deseo y la curiosidad me sobrepasa la mente y lo desconocido genera mucho morbo...... @Catalyn muy bueno ojalá que llegue pronto el final de esa primera experiencia 😘