Link a la Primera parte: http://www.poringa.net/posts/relatos/5474775/El-morbo-del-trio-nos-salvo.html
En medio de la «dura» sesión de cópula que me estaba dando Alfredo esa noche, yo había asentido a cada una de sus preguntas que me susurraba al oído con un Siii, que se iba incrementando en el tono, fuerza y deseo de los alaridos que yo daba como respuesta.
Resumiendo las inquisiciones en la torturante sesión de pija que me inflingía mi marido esa noche, fueron: te gustaría que Seba te vea mientras te cojo, que te toque y te chupes las tetas, que te meta mano en la concha, le vas a chupar bien la pija a full, hacer un trio y que los dos te llenemos de leche, ser la hembra en una noche de telo desenfrenada, donde la única regla era que yo sería la puta al servicio de dos machos alzados y llenos de sémen a los que yo debía atender y recibir en mis cavidades toda esa masculinidad acumulada en ambos.
También me dijo: ya sabes que Seba no usa forro, no le gusta, así que te va a coger en pelo y te va a acabar todo bien adentro... y así, a toda esa serie de preguntas y advertencias yo respondía una y otra vez con un Siii cada vez más desenfrenado.
La cuetión era que, lo que una dice mientras está siendo sometida a una dura sesión de pija, mientras estamos calientes, se podría tener como un simple juego de palabras que no necesariamente debieran trascender de ese momento. Eran cosas que eventualemente yo podría negar y/o hacerme la loca con todo lo que había consentido, pero esta situación aún incierta tuvo un punto de quiebre, un parte aguas que confirmaría todo lo aceptado.
Cuando Alfredo comenzó a chatear con Seba, me preguntó si le quería enviar «foto» a lo cual no solamente accedí sino que yo misma decidí elegir que foto le enviaba al amigo de mi marido. En ese preciso instante estaba reconfirmando -por segunda vez- todo lo que había asentido y lo más importante era que en mi mente había aceptado ser la puta de dos machos en un telo. La idea me exitaba mucho.
Antes de enviar la foto, como dudando de todo lo anterior, Alfredo me dice: estas segura? mirá que una vez que envío no hay vuelta atras, a lo que yo firmemente respondí: si estoy segura.
La confirmación -por tercera vez- de todo lo dicho y asentido por mi era plena y absoluta. En ese instante sentí que me coroné de puta, porque en mi mente había aceptado serlo. Deseaba tener para mi sola esos dos machos y que hagan conmigo todo lo que ellos quisieran.
Yo misma me ocuparía de sacarles hasta la última gota de fluido que tuvieran acumulada en sus órganos varoniles y lograr que se descarguen completamente en mi, en cada cavidad, en cada lugar profundo, oscuro y caliente de mi hermoso, frágil y bello cuerpo de mujer. Deseba absorber y disfrutar de toda esa inmensa y hermosa energía acumulada en las entrañas masculinas mas profundas, deseaba ordeñar completamente sus testículos y obtener la recompensa, el «agua de vida» de dos hombres, por primera vez para mi sola.
Despúes de todo, no es más que cumplir el mandato de la naturaleza, las hembras estamos para ser servidas por los machos, debemos estar disponible para ellos, para que descarguen con fuerza su poderío de macho fuerte en nuestra integridad y nosotras debemos recibirlos con gratitud y gozo.
Continuará...
Si te gustó, apoyame con puntines y comentá para seguir generando nuevo material.
Gracias.
En medio de la «dura» sesión de cópula que me estaba dando Alfredo esa noche, yo había asentido a cada una de sus preguntas que me susurraba al oído con un Siii, que se iba incrementando en el tono, fuerza y deseo de los alaridos que yo daba como respuesta.
Resumiendo las inquisiciones en la torturante sesión de pija que me inflingía mi marido esa noche, fueron: te gustaría que Seba te vea mientras te cojo, que te toque y te chupes las tetas, que te meta mano en la concha, le vas a chupar bien la pija a full, hacer un trio y que los dos te llenemos de leche, ser la hembra en una noche de telo desenfrenada, donde la única regla era que yo sería la puta al servicio de dos machos alzados y llenos de sémen a los que yo debía atender y recibir en mis cavidades toda esa masculinidad acumulada en ambos.
También me dijo: ya sabes que Seba no usa forro, no le gusta, así que te va a coger en pelo y te va a acabar todo bien adentro... y así, a toda esa serie de preguntas y advertencias yo respondía una y otra vez con un Siii cada vez más desenfrenado.
La cuetión era que, lo que una dice mientras está siendo sometida a una dura sesión de pija, mientras estamos calientes, se podría tener como un simple juego de palabras que no necesariamente debieran trascender de ese momento. Eran cosas que eventualemente yo podría negar y/o hacerme la loca con todo lo que había consentido, pero esta situación aún incierta tuvo un punto de quiebre, un parte aguas que confirmaría todo lo aceptado.
Cuando Alfredo comenzó a chatear con Seba, me preguntó si le quería enviar «foto» a lo cual no solamente accedí sino que yo misma decidí elegir que foto le enviaba al amigo de mi marido. En ese preciso instante estaba reconfirmando -por segunda vez- todo lo que había asentido y lo más importante era que en mi mente había aceptado ser la puta de dos machos en un telo. La idea me exitaba mucho.
Antes de enviar la foto, como dudando de todo lo anterior, Alfredo me dice: estas segura? mirá que una vez que envío no hay vuelta atras, a lo que yo firmemente respondí: si estoy segura.
La confirmación -por tercera vez- de todo lo dicho y asentido por mi era plena y absoluta. En ese instante sentí que me coroné de puta, porque en mi mente había aceptado serlo. Deseaba tener para mi sola esos dos machos y que hagan conmigo todo lo que ellos quisieran.
Yo misma me ocuparía de sacarles hasta la última gota de fluido que tuvieran acumulada en sus órganos varoniles y lograr que se descarguen completamente en mi, en cada cavidad, en cada lugar profundo, oscuro y caliente de mi hermoso, frágil y bello cuerpo de mujer. Deseba absorber y disfrutar de toda esa inmensa y hermosa energía acumulada en las entrañas masculinas mas profundas, deseaba ordeñar completamente sus testículos y obtener la recompensa, el «agua de vida» de dos hombres, por primera vez para mi sola.
Despúes de todo, no es más que cumplir el mandato de la naturaleza, las hembras estamos para ser servidas por los machos, debemos estar disponible para ellos, para que descarguen con fuerza su poderío de macho fuerte en nuestra integridad y nosotras debemos recibirlos con gratitud y gozo.
Continuará...
Si te gustó, apoyame con puntines y comentá para seguir generando nuevo material.
Gracias.
13 comentarios - Morbo del trio nos salvó (2da parte)
Te rompieron la cola
Me exito la manera que lo redactaste
No se te da por escribir un compilado de relatos sos muy buena