swinger en Santiago de Chile

 
Llevamos juntos hace ya bastante tiempo, somos una pareja bien particular. En este relato hemos cambiado los nombres ylas edades; Juan  tiene 62 años y yo María tengo 42. Tenemos una relación abierta, es decir nos permitimos tener sexo con otras personas y también en grupo. Hemos practicado tríos y durante algún tiempo tanto Juan como yo hemos tenido amantes. Nos complace mucho contarnos lo que hacemos, también nos gusta mucho que nos vean y mirar a otras parejas. Hace cuatro años más o menos que a través de un matrimonio amigo que vive en España (Marcia y Carlos) pero nos visitó, Juan comenzó a verse con parejas, que se reúnen en un grupo de amigos swinger, yo me resistí por mucho tiempo. Pero acepté en ese momento tener sexo con José y mi esposo Juan, un trio y la verdad es que fue una buena experiencia. Hasta el día de hoy José viene a mi país y lo recibimos en casa, 5 a 7 dias, en ricas sesiones de sexo en trio, ha sido mi primera aventura realmente fuerte en materia sexual.  Aprendí a gozar el sexo anal.
 
Todo iba muy rápido; el grupo es bastante selecto y cuidadoso, las pocas veces que fui a sus cenas y cokteles, habían hombres realmente atractivos y todo estaba muy cargado de sexo.
 
Juan ha estado con muchas parejas de ese grupo, él mismo ha perdido la cuenta de cuantas mujeres ha follado. Yo conozco a algunas y son realmente hermosas y bastante calientes, aunque no parecen putas yo diría que llegando la noche se transforman. Hay viejitas y algunas mas jóvenes.
El año pasado acepté sexo entre parejas, fue impresionante. Al tipo lo había visto solo un par de veces, era casi un desconocido. El hombre me hizo de todo, quede muy contenta y satisfecha y mi marido también follándose a una señora de unos 55 años. Lo malo que el hombre insistió en pagarme, y me quería hacer sentir como puta. No los vimos más.
Tengo tetas pequeñas, un trasero bastante abudante y una fina cintura que es mi orgullo. Mi marido es delgado, alto y dueño de un pene de respetables 21 centimetros. Tenemos sexo de muy buena calidad y sabemos disfrutar aunque por un problema hormonal mis deseos de sexo no siempre estan en los niveles que yo quisiera. Sin embargo aprovechando que los hombres se sienten atraidos por mi traserito, he aprendido a sacarle provecho. Este año invitamos a una pareja a almorzar a nuestra casa, ella grande gruesa de unos 48 años y con cara de caliente, él de 55, un encanto de hombre, noté que estaba loco conmigo; acepté sexo, Raúl era realmente delicioso, estuvimos los 4 follando en nuestra casa, pero la tipa era grosera, neurótica y desagradable, creo que los celos la invadieron cuando me vio follarme rico a su maridito. Raúl me hizo cosas deliciosas y desató mi instinto mas animal. Mi marido se tiro esa noche a la tipa, y también quedo maravillado con ella. De caliente que soy salí después con Raúl un par de veces solo a tener sexo fuerte. Mi marido es una joya, pacientemente me esperaba, a cambio siempre tuve que contarle lo que hacia y siempre terminamos teniendo sexo. Por culpa de la mina, a esa pareja no la vimos más. Una pena, el tipo estaba exquisito. Me hizo como 6 orgasmos en cadena, impresionante. Me sacó provecho…jii.
 
En mayo de este año, organizamos una reunión con otra pareja que conocimos, son extranjeros, ella una belleza, él hermoso ejemplar masculino aunque algo bajito para mi gusto. Fueron dos cenas y un almuerzo, hasta que mi ropa atrevida y mi cuerpecito  dejaron las cosas claras: Mario (he cambiado los nombres) estaba caliente conmigo, mi esposo me había confesado que meses antes ya se había follado a Tania, la mujer, y estaba caliente por ella. Me mostró fotos de ella desnuda y en pleno coito y es hermosa y no representa la edad.
 
La cosa es que esa tarde después del almuerzo, nos pusimos todos calientes, las mujeres mostramos todo y los hombres tocaron todo.
 
Cerca de las 4 de la tarde ya habíamos almorzado y yo estaba sobre la alfombra junto a Mario, mi marido en el futón con Tania. Nuestro invitado que se creía un sultán, me hablaba y me sonreía. Yo mostraba las piernas, andaba con un vestido de mezclilla corto. Mario nervioso. Tania se acercó y se sento junto a su marido en la alfombra para tocarlo. La calentura flotaba, de pronto Mario estira mano y me toca los muslos Al sentir la mano eché la cabeza hacia atrás  y cerré los ojos, Mario entonces me rodea por el cuello y mete la mano hasta tocarme las tetas. Yo ya tenia las piernas abiertas y estaba lista. Tania mira y se sonríe, se da cuenta que era hora de retirarse; se levanta y va al baño. Mario y yo aprovechamos de besarnos. Cerré los ojos y Mario me sube la blusa y entonces, mis pequeñas tetitas quedan al aire, el hombre me las muerde y me chupa los pezones. Con la otra mano Mario me toca las piernas.  Mi marido miraba la escena loco de caliente , pero se levanta cuando escucha a Tania acercarse a nuestro sitio ; siento que mi marido le habla, luego silencio, besos y gemidos.
 
Mi marido me contó que desnudó a la mujer y se acostó para penetrarla mientras ella cabalgaba, yo oia todo desde el sofá donde Mario me tenia piernas abiertas y me chupaba mi vagina.
 
 Estoy hirviendo me dijo Mario, se desnudó y le pedi que se pusiera un condon. Me desnudó entera. Me beso y me chupo el cuerpo entero, me lamia las piernas, la espalda, el cuello, la vagina. Es un tipo exquisito. Entonces levanto una de mis piernas y me comenzó a penetrar, exquisito pene, duro firme, grueso, me fascina oler un pene, esta tenia rico perfume de hombre, preciosas sus grandes bolas. De pronto vi que su mujer estaba buscando algo cerca de mi, buscaba su teléfono, pero aprovechó de mirar de cerca la escena. La pude ver desnuda y aunque es algo gordita tiene buen culo y preciosas tetas, mi marido debía estar feliz con esa mujer. Quedé hirviendo al saber que ella me miraba. Abri mas las piernas para que me viera bien.
La mujer desaparecio y de lejos escuche sus gemidos mientras mi marido se la culiaba.
Pasaron varios minutos. Cambiamos la postura: Me apoyé en la alfombra y me puse en cuatro patas apoyando mi cuerpo sobre el sillón, Mario se movía entrando y saliendo de mi cuevita humeda. Escuche gritos de placer de la mujer, al parecer Juan le estaba dando verga.
 
Paso un rato y  noté que se acercó mi esposo, venia desnudo. Me calentó mucho que me viera en lo mas intimo de mi acto sexual.  Mario me abre las nalgas y se agacha para besarme suciamente frente a mi marido, muy exitante.
Obviamente mi marido había acabado su pene estaba fláccido. Duraron poco pensé.
Seguimos culiando con Mario y mi marido se acerco para tocarme, estábamos felices. Se quito el condon y frente  a nostros  se limpio con papel, entonces mientras Mario me follaba le hice sexo oral a mi esposo.
Al parecer Tania estaba en el baño, mi marido comenzaba a erectarse de nuevo (cosa rara, suele no tener dos erecciones en una sesión). Mario comenzó a gemir fuerte, yo comencé a disfrutar un orgasmo delicioso. Me gusta decir groserías cuando tengo un orgasmo asi que grite fuerte “culeame conchetumadre,  dale…rico …culeame…vamos culeame  fuerte… déjame bien culiada…eso eyacula… culeame duro, que verga rica WEON….me gusta el pico, …me gusta el pico, me gusta que me culeen” . Acabé rico.
 
Quedamos tirados sobre la alfombra. De pronto miro y Juan y mi marido siguen erectos.
 
Juan le dice a Mario que se acueste.
Me doy cuenta que quieren darme de a dos. Le explico a Mario que se acueste para cabalgarlo, le explico que mi marido entrará por atrás.  “doble penetración, tontito” le digo. Me monto, me trago por la vagina la verga de mi invitado, me muevo, me la disfruto y me siento culiada entera. El tipo muy caliente me muerde las tetitas y me deja a punto.
 
 Cuando estoy bien penetrada, me acuesto sobre Mario, levanto mi rajita y veo que mi maridito se acerca por atrás, y pummm, me penetra por el ano. Me balanceo lentamente y siento que los trozos de carne masculina me tienen dominada. La doble penetración profunda es maravillosa. No estoy muy caliente, pero me siento realmente mujer, plena, completa, satisfecha, poseida.
 “ay…lindos…hermosos…soy su puta,” les digo a ambos, y les agradezco que me tengan asi. Me gusta esa sensación de dominación y entrega.
 
Pasan los minutos. Me dan entrando y saliendo con una coordinación exquisita. Se nota que mi marido manda en esto. Da instrucciones, ordena, controla el ritmo, la presión del polvo.
Juan comienza a gemir fuerte, siento dentro de mi cuerpo que se endurece todo, Mario grita, ambos penes alcanzan un grosor que me aterra, pido que paren pero están eyaculando ambos. Nunca había sentido esa sensación de que te parten, no es dolor, es raro, como si se te fuera  a salir todo disparado.
 
 Mi marido me tiene sujeta de las nalgas, Mario me sujeta de la cintura. Caigo sobre su cuerpo y mi marido se sale. Tengo ambos orificios abiertos, increíblemente abiertos.
Me tiro sobre la cama, ambos hombres están agotados…. se salen y se quitan el condon. Mi marido está sucio con mi intimidad anal y parte a bañarse. En la puerta esta Tania mirando todo, semidesnuda con un vaso de agua en la mano.
Nos limpiamos, nos vestimos y preparamos café. Todo vuelve a la normalidad. El sexo ha sido maravilloso.  El olor a semen en la pieza era increíble.

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