Una chica sencilla (12)

Me desperté atemorizada por el brusco sonido de mi alarma. Para peor, también irrité a Nadia quién volviendo a su actitud inicial de la noche anterior, me gruñó por tal forma de amanecer. 


- "Ay puta madre, me tengo que ir a cambiar e irme a la Rural! Me quiero morir..." dije mientras aún sentía mi cuerpo destrozado por la noche de sexo que esta chica me había regalado. 

- "shhh" respondió ella mientras me tapaba (o me pegaba?) la cara con la almohada. 

- Casi susurrando respondí "perdón, es que me comprometí a trabajar, me tengo que ir urgente"

- "Antes quiero que me la chupes otra vez"

- "QUÉ?" Repetí en un susurro que quería simular un grito de sorpresa.

No me lo repitió, Nadia sabía que había escuchado bien, sabía que me tenía que ir pero poco le importó. Llevó mi cabeza hasta su entrepierna y yo como si me hubieran drogado con ese aroma femenino, sólo cerré los ojos y empecé a chupar. 

Los gemidos de ella no se hicieron esperar, ni tampoco la humedad que empezó a sentir mi lengua mientras recorría sus labios. 

Me había olvidado de todo, mi mera existencia en ese momento se basaba en dejar conforme a ella. Realmente me perdí entre sus piernas y sus gemidos. Estuve así un buen rato hasta que tirando de mis pelos, levantó mi cabeza, me miró y me llevó hasta su boca, me dió un beso y agregó:

- "No llegues tarde, solo quería ver si hacías caso". 

En el momento no entendí, incluso me causó gracia porque pensé que era un juego infantil. La dejé caliente a mitad de chupada y me fuí juntando mi ropa y cambiándome mientras caminaba. 

Vestida como estaba, paré un taxi que habrá supuesto que era una prostituta o una facilita que se fue con el primero que la arrimó (fue algo así la verdad, pero no era él, era ella). 

El señor taxista a pesar de ser las 8:15 am, no perdió tiempo en mirar todo lo que pudo por el espejito retrovisor. Yo sentía que emanaba olor a sexo por los poros. Todavía tenía calambres por la noche anterior y arrebatos de calentura cuando recordaba partes de la noche, incluso, el sabor en mis labios de la mañana. 

A todo esto, recordé mirar el teléfono después de semejante corrida. Tenía varios mensajes del grupo de los chicos y de Fede. Sentí culpa por primera vez en ese momento. Si bien no éramos nada, pensé que eso podría traicionar su confianza.

Entre mis pensamientos,  llegamos a la residencia donde me duché y cambié en tiempo récord. Apenas si tenía un remeron largo y una calza que vaya a saber Dios si combinaban. Volví a subir a otro taxi (si, la mitad de lo que gané ese día lo perdí en taxis) y me dejó finalmente en la Rural a las 8:59 am. Mejor imposible. 

En la puerta para acreditarme estaba la misma chica de RRPP que en el otro evento. Me miró con el mismo desprecio que aquella vez, me dió mi uniforme y las credenciales que necesitaba. 

El uniforme era el mismo, camisa blanca con el logo de la empresa y un pantalón de vestir negro. Ambos, nuevamente con el mismo problema, súper entallados para mí y mis tetas parecían estar a punto de explotar un botón. Por suerte otra vez tenía puesto el corpiño blanco que hacía juego con la camisa. 

El evento pasó de la mejor manera. Mi rol fue el mismo también, acreditar personas que fácilmente se veían atraídos a mi escote (para qué mentirles). 

Mis pies durante la última media hora me mataban, quería salir de esos tacos con urgencia y sólo podía pensar en irme a dormir una siesta después de la noche de sexo que había tenido con Nadia. 

Ya a minutos del cierre, el reloj parecía haberse detenido. Ya las miradas pajeras y los comentarios de "galanes" me irritaban de sobremanera, de todos modos, manteniendo el profesionalismo y sabiendo que no me querían ahí por mí cerebro, sonreí y me reí de cada chiste. 

Por fin! Llegó la hora! 

Me fuí a cambiar y agarré mi teléfono. Fede me preguntaba si me podía pasar a buscar e irnos a su casa. 

Fuck! 

Yo solo quería ir a dormir... Pero se lo debía. O eso sentía. 

Respondí, me saqué la ropa quedando en tanga y corpiño, me puse a doblarla (ya que la tenía que volver a usar al otro día) y en ese momento, entra la chica de RRPP. 

- "Hola Sandra. Me dijo Miguel que te pregunte si tenés un minuto"

- "Soy Cecilia... Segura que era conmigo?" Respondí algo ofuscada. 

- "Si, puede pasar?" ignorando completamente mi corrección. 

- "Si, bancá que me termino de..." se dió media vuelta y escuché "Si pasá".

Intenté rápido ponerme el remeron pero entre el caos que tenía no llegué a tiempo...

- "Uy Ceci, perdón, Anto me dijo que pase, no me aclaró que no te habías cambiado, te venía a saludar"

Ya está, para "Anto de RRPP" yo era un gato y Miguel me había visto en circunstancias peores... Qué más daba?

- "Ay Migue, si ya fue jajaja" y lo abracé..

Lo primero que sentí, fue su perfume de siempre que me encantaba. Lo siguiente fue la sorpresa de sentir su bulto marcado tan rápido contra mi ombligo. 

Me agarró de la cintura con mucha naturalidad y me dió un beso en la mejilla muy cerca del labio. Todo esto sin soltarme ni disimular la erección que hacía presión contra mi cuerpo semi desnudo. 

Ya antes de que entre alguien o la situación se vuelva aún más incómoda, decidí dar un paso atrás y soltarme. 

- "Qué tal les fue Migue?" con una sonrisa grande a pesar del notorio cansancio.

- "Bien gracias! Y vos sos parte, realmente siempre logramos más inscriptos!" En un acto fallido, mientras dijo eso sus ojos fueron a mis tetas.

- "jajaja me imagino porqué" generando la risa en él y una nueva mirada a mis pechos. 

- "Mañana hay más! Después si querés te invito a cenar, te parece?" 

Entre mi cansancio de ese momento y la necesidad de terminar esa charla... Mi respuesta fue algo evasiva y poco clara...

- "No te molesta si te confirmo mañana? Hoy terminé muerrrrrrta!" 

- "Obvio Ceci, yo por las dudas reservo para nosotros dos acá en la Costanera y sino se cancela"

- "Sos un amor! Gracias!" 

Ahí terminó nuestra conversación y él se fue supongo disimulando su erección de alguna manera (o eso quiero creer).

Finalmente salí y Fede ya me había mandado su ubicación. Me sentía súper rara. Estaba muy motivada con verlo, pero por otro lado, sólo quería dormir después de haber pasado una noche increíble con Nadia. Sumado a ésto, venía de sentirle la erección a un señor que me duplicaba la edad y me había invitado a cenar al otro día. 

- "Hola hermosa!" con su entusiasmo y sonrisa de siempre. 

- "Hola!!" y ya con toda mi ropa, le dí un abrazo a mi "algo". 

Fuimos charlando de todo un poco y llegamos a su casa. 

- "Fede, no te jode si me tiro un ratito aunque sea?" obviamente su respuesta fue que descanse todo lo que necesite aunque sobre el final... "Después me contas qué tal te fue anoche!"

Dios, qué iba a hacer? Mentirle? Decirle la verdad? Qué se suponía que se hace en esos casos? Por qué nadie me preparó para ésto? El es tan bueno conmigo, yo soy la mala? 

Esas preguntas y mil más pasaron por mi cabeza hasta quedar sumamente dormida. 

Me desperté ya de noche, tal como me acosté, mi remeron, la tanga blanca y boca abajo dando una vista fabulosa a quién entrara por esa puerta. 

Fede estaba con la computadora a poca distancia mía, por lo que con la mayor de las voces de ultratumba pregunté qué hora era. Cuánto habré dormido? 

Ya eran 22:30hs, mi siesta había durado al menos unas 4 horas. Nada mal. 

Fede dejó la computadora a un lado y entendió que ese era su momento. Empezó a darme besos en las piernas, subiendo muy suave... Cada beso que me daba, incluía más lengua que el anterior. Fue subiendo hasta llegar a mi entrepierna. Sentí el calor de su aliento casi por sobre mi tanga. Él, casi en una suerte de tortura, eligió esquivar y subir directo a mi pelvis. De ahí ya abandonó la estrategia de los besos y con su lengua fue subiendo por mi pancita, mientras sus manos me iban arrebatando el remeron. Casi al llegar a mis tetas se frenó. 

- "Debes tener hambre después de esa siesta..." 

Me había calentado porque quería que se la chupe. Qué atrevido. 

Eso hice. Entendiendo el juego, le bajé su pantalón, dejando su verga frente a mi cara y con mucho cariño chupé su miembro ya erecto. 

Mientras yo me ocupaba de darle lo que me pedía, el llevó sus dedos a mi boca siendo el único momento en que solté su pija, después de eso, ya con sus dedos húmedos fue a correr mi tanguita y jugar con mi clítoris que ya daba señales de mucha calentura. 

Apenas sentí el contacto, mi cerebro me jugó una mala pasada y empecé a recordar momentos con Nadia. Sus formas de manejarme y la bestial cogida que me había dado. No podía dejar de pensar en eso mientras sus dedos jugaban ya con mi conchita, entrando y saliendo cada vez más mojados. 

No podía resistir más, lo tumbé y dándole la espalda, mientras yo misma apretaba mis tetas como si fuera la primera vez que tenía unas entre manos, me enterré su pija hasta el fondo largando un suspiro de placer y alivio. Como si acabara de aplacar un fuego interior. Incendio que había provocado otra persona. 

Salté sobre él como nunca. Mientras mi cola chocaba con su pelvis como si buscara casi lastimarlo, mis manos jugaban con mi clítoris y pezones. Mis gemidos eran escandalosos. 

Sentí a Fede acabar enormes chorros de leche dentro mío. Creo que me había dicho que estaba por acabar, la verdad estaba en mi mundo y no podía recordar nada. 

Casi como si no hubiera existido aquél momento, lo seguí cabalgando. Sentía sus espasmos por mi insistencia y su verga casi pidiendo clemencia, entraba y salía a mi gusto. A un ritmo frenético que ya me hacía acalambrar las piernas de semejantes sentadillas. 

Finalmente logré lo que tanto necesitaba. Empecé a acabar y caí sobre él de espaldas con su pija aún metida y dando saltitos dentro mío. O quizás era yo que daba pequeños espasmos. 

Fede me besó y me agradeció semejante arrebato. En ese momento, a mí me entró la culpa, una culpa enorme. En ningún momento había pensado en él, solo en Nadia. 

Para peor, Fede me sacó de encima suyo y se fue a la cocina. A su vuelta me trajo 1/4 de helado! Me quería matar de amor y de culpa.

Ambos desnudos en la cama disfrutamos de ese manjar helado y por suerte el tema de la noche anterior no se volvió a tocar. 

Con la panza llena, volví a dormir hasta la mañana en la que bien descansada salí directamente de su casa con la ropa de la empresa puesta. Llegué puntual y el día se dió tan bien como ayer. Incluso, pasó rápido supongo por mi mejora en el tema del sueño. 

Lo que entre pensamientos de culpa y flashbacks sexuales me había olvidado, era de la cita que me pidió Miguel!

Apenas faltando 10 minutos para que se termine el día me dí cuenta. Tenía que responderle algo. Qué debía hacer? Lo normal, sería rechazar la oferta. Pero y si no era nada sexual? Al final, era un restaurante. 

Con enorme timing, sentí de atrás:
- "Pudiste decidir con la almohada si vamos a cenar?"

- "Ay Migue! Qué susto jajaja"

- "Che que no soy tan feo..."

- "No para nada! Si con oler tu perfume ya..." Qué estás diciendo Cecilia por Dios!? En ese momento me frené a buscar alguna forma de terminar mi frase. "Ya te reconozco" fue lo mejor que pude elaborar...

- "A qué bueno eso entonces! Me alegra que te guste" 

- "Bueno, lo de hoy a la noche, obvio lo que sí, me tengo que ir a cambiar que no traje otra ropa que esta" señalando el outfit de la empresa (otra vez, aprovechó para ver mi notorio escote)

- "Hagamos algo, salimos de acá y te compramos algo directamente. Te parece?"

- "Noooo estás loco! Gracias pero no, mirá si vas a gastar en eso!"

- "Olvidate, resuelto"

Y se fué. 

Recién lo volví a ver para irnos, que me llevó a un shopping cerca de la Rural, posiblemente imaginarán cuál. Yo estaba muerta de vergüenza, me preguntaba cada dos minutos si eso era un sugar daddy, si yo era un gato, si estaba mal lo que le hacía a Fede, tenía mil dudas en mi cabeza.

Entramos y me dijo "elegí". No sabía ni de marcas, ni en mi vida había ido de shopping de esa manera. Me parecía todo muy de película. Supongo mi cara de no entender me delató y él me llevó a un local que dijo "le parecía muy linda la ropa y seguro me iba a quedar increíble". 

Entramos y sólo estaban dos chicas que atendían, muy lindas ambas. Con el tiempo aprendí que eso te daba a imaginar qué tan caro te iba a salir. 

- "Migue, te soy sincera, con la ropa soy lo peor. Al final vos vas a comprar y me invitaste a cenar. Lo más justo es que vos elijas!" 

Su carita se iluminó. Claro, en el momento lo dije con mucha inocencia. Me parecía lo más lógico, me pondría lo que más atractivo le parecía o lo que me recomiende para el lugar. Después por su rostro entendí que le había dado rienda suelta a cualquier cosa, casi regalandome. 

Eligió dos vestidos y me acompañó hasta el probador. Entré y me saqué todo salvo la tanga. Ambos vestidos eran para usarse sin corpiño.

El primero que me probé, era negro con un ligero corset y largo hasta los pies. Terminaba recto de tal forma que mis tetas se hacían muy voluminosas. Me gustaba como me quedaba, salí a mostrarle y sus ojos me recorrieron de arriba a abajo. 

- "Sos increíblemente hermosa" me dijo. 

- "La verdad! Usted es muy afortunado!" dijo la chica que atendía asumiendo que éramos pareja. 

Volví a entrar y me probé el otro. 

Era verde oscuro con un efecto algo raro, la pollera ya era más ajustada en la cola, pero también largo. Ahora, el escote... Prácticamente estaba en tetas, la espalda era totalmente descubierta y se ataba al cuello, siendo solo dos tiras gruesas que tapaban mis tetas y dejando la panza al aire. Dichas tiras, para alguien con menos busto quizás eran poco reveladoras, para mí, era una invitación a no privarse de nada. 

Apenas salí, en sus ojos ví que eso era lo que quería. No pudo decir nada, pero su gesto dió a entender todo. La vendedora tampoco habló. Supongo que si lo hacía, tenía que decirme algún sinónimo elegante de puta. 

- "Por tu cara, creo que es éste, no?" Rompí el silencio. 

- "Dejatelo puesto directamente jajaja".

Así fue como me llevé ese vestido junto a los tacones que hacían juego. 

No pudo sacarme los ojos de encima ni cuando manejaba. Era la primera vez que era tan abiertamente sexual conmigo. Hasta ese día, nunca me había mirado o tocado con tanta lascividad. 

Ya en el lugar, varias fueron las parejas que me miraron con desprecio asumiendo que era trabajadora sexual o estaba con él por la plata. Lejos estaba de ambas. Quizás de la primera no tanto, pero de la segunda había un abismo de distancia, nada era tan distante de mi propio ser que un interés económico. 

La charla como siempre fue muy divertida pero también me permitía aprender mucho con él. En varias oportunidades sentí que quiso introducir el tema del "postre" y yo con la máxima gracia posible, lo esquivaba o salía con otro tema. 

Ahora estábamos de manera literal a punto de pedir el postre, aproveché para ir al baño y en mi teléfono, busqué alguna respuesta milagrosa a mi dilema. Tenía varios mensajes de Fede que elegí ignorar por no saber qué responder a un simple "qué hacías?". 

En eso... +54 11... Me escribía un número desconocido.

- "Soy Nadia. Hoy hacés algo?" me lo había mandando 21:15 hs aprox, una hora atrás. 

- "Estoy en una cena! Podés en un ratito? Estoy en Costanera"

El milagro había llegado. 

Volví radiante a la mesa, no por escaparme, Miguel me parecía un encanto pero realmente me costaba entender su relación conmigo y elegía pensar que no me veía como alguien comprable, sino que él lo hacía de amable. 

Aproveché y le dije:

- "Una amiga mía de mi ciudad me dijo que está acá en Buenos Aires por esta noche!"

Si, fue una mentira. Me costó decirla, afortunadamente, él con mucha ternura incluso se ofreció a acercarme a dónde ella esté. 

Así fue como este hombre casado que me duplicaba en edad, decidió llevarme de Costanera a Villa Crespo. El viaje fue lleno de insinuaciones de su parte. Fue la primera vez que lo ví como un "viejo pajero". Esto espero no se malinterprete, con él pasaron cosas, sí. Pero siempre fue su respeto el que hizo que terminen pasando. Por primera vez sentí que no me veía como un igual. 

Sin mayor suerte que algunas caricias que me dió en el trayecto, bajé de ese auto y toqué timbre a Nadia. Ella bajó a abrirme con un pantalón holgado y una musculosa sin corpiño ajustada al cuerpo y todo negro. Mayor fué su sorpresa al verme así vestida. 

- "jajaja de dónde venís? De un teatro de revista?" 

Me reí y la abracé. Su chiste sólo me hizo entender que ése era mi lugar correcto. No una cena elegante ni un vestido que costaba varios pasajes de vuelta a mi ciudad. 

2 comentarios - Una chica sencilla (12)

Pervberto +1
La búsqueda se vuelve fácil cuando se torna al revés. Es bueno encontrarse y nejor en medio de opciones atractivas.
BohemianFantasy +1
♥️♥️
bale06 +1
se le acumulan las opciones ceci.. está que no puede parar un segundo
BohemianFantasy
😇 tranqui, ya les voy a contar como sigue