Mi Primer Relato. Espero que les guste.

-Hola, soy Carlos. Y el pasado martes me pasó algo que no puedo describir con mis propias palabras, algo alucinante. Tengo 18 años, y llevo 7 meses de pareja con Leticia, mi amor de secundaria, pero no sabía algo de ella, y es que en estos 7 meses no hemos hecho el amor, porque ella es muy creyente y hasta el matrimonio quiere mantenerse virgen. Total, el pasado marte me pasó algo increíble. Fui como todos los días a comprar el pan a la tienda en la que lo llevo haciendo desde los 9 años. A la tienda de Isabel, la madre de una compañera mía del colegio, Marta. Os cuento un poco. Marta es la chica en la que llevo enamorado desde los 3 años, desde la primera vez que la vi. Es una chica perfecta, ojos azules, pelo rubio liso, figura inimaginable, lo tiene todo, todo incluso novio. Bueno, fui a comprar a la tienda hace como una  semana, y en vez de Isabel, me encontré allí a Marta. Intercambiamos palabras y nos saludamos como siempre ya que somos muy buenos amigos. Al marcharme ella se me acercó y nos abrazamos pero en el abrazo ella empezó a llorar. Yo le pregunté que cual cosa era por la que lloraba.
Ella me contó que su novio le había sido infiel con otra chica, y que la había insultado llamándola paranoica entre otras cosas. Ellos habían cortado, y no sé porque mierda me alegré, tenía pareja.
Los siguientes días pasé visitándola ya que Isabel estaba enferma y ella estaría por ahí 2 semanas. Me quedaba hasta tarde con ella, hablábamos de nuestras cosas, le ayudaba a cerrar la tienda, la acompañaba a su casa. Todo iba bien, hasta que un día nos quedamos encerrados en la tienda. ¿Qué como era posible? tenía un sistema de seguridad muy avanzado y a la hora de cerrar tienes varios segundos para salir, sino la puerta se cierra hasta el próximo día. Estuvimos hablando de nuestras relaciones para que pasara el tiempo y ella me contó que llevaba sin tener  sexo hacía 3 semanas.
-Llevo sin sentir a un hombre dentro de mí mucho tiempo, de verdad necesito una verga en la que cabalgar-
Me quedé en shock, pero algo debajo de mis pantalones se había despertado, ella se dió cuenta de ello y siguió.
-Necesito una polla para chupar y que se corran en mis tetas- se las  frotaba de manera muy sexy y se acercó a mí -¿Quieres dormir acurrucado conmigo o prefieres encima mía?-
Me puse muy rojo y le conteste -¿Quieres eso de verdad? porque por mí no hay ningún problema- Me empecé a desabrochar la camisa y cuando menos me lo esperaba me besó, en ese momento no sabía que hacer, lo único que hice fue agarrarle el culo y sentarla encima mía. Ella me besaba el cuello mientras yo le quitaba el sujetador. Al fin le ví las tetas, esas preciosas tetas en las que me había imaginado comiéndomelas millones de veces, esa aureola de los pezones no se me va a olvidar nunca. Ella me bajó los pantalones poco a poco, mi polla latía con ganas de entrar en esa boquita. De repente la metió en su boca sin aviso y solté un gemido que hizo que ella lo hiciera más fuerte y rápido, estaba muy cachondo y con ganas de meterla en su coñito, llevaba un tanga azul que me ponía bastante. Ella acabó de chupármela y me tocó a mi comerle ese coño tan rico, en el momento en el que metí mi cabeza entre sus piernas arrancó con un gemido más fuerte que el mío, empezó a gemir y a gritar mi nombre. Eso me puso muy caliente, seguí comiéndole el coño, pero de pronto soltó un gemido muy fuerte y me ví con la cara llena de su squirt. Se había corrido conmigo comiéndoselo. 
-Carlos, déjate de tonterías y méteme la polla, ya.
Le hice caso, pero antes me puse un condón, llevo siempre uno en la cartera. Puse mi polla sobre su coño y empezó a respirar muy fuerte y acelerada. Le metí la puntita poco a poco, pero lo que quedaba se lo metí empujándola fuerte, ella gimió muy fuerte y me pidió que lo hiciese de nuevo más veces. Lo seguí haciendo.
Me dijo que le diera más fuerte, y eso hice, la seguí cogiendo con fuerza hasta que se corrió de nuevo. Ahora tuve que sacar la polla y de nuevo me llené de su squirt. Se la metí cuando acabó. 
Ya llevábamos 45 min y me había llenado de squirt unas 4 veces. Le seguí dando hasta que no pude más.
Antes de acabar ella me quitó el condón, se puso de rodillas y me empezó a chupar la polla de nuevo, lo hacía tan fuerte que no tarde mucho en correrme en su boca y en su carita de puta. Desde ese día todo ha cambiado en mi vida, ahora follo las veces que quiero.

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