La tía y los siete enanitos

Si de suerte se habla, puedo decir que tengo algo de suerte. 

Hace un año más o menos conocí a una mujer en un boliche, pegamos onda desde el primer momento y desde ahí no paramos de coger, le gusta todo y le gusta tomar riesgos. Lo hicimos en el auto del marido, en espacios públicos, baños de bares, plazas, parques. También lo hicimos con el marido en la habitación de al lado, siempre rozando el riesgo y todo iba creciendo, cada vez más. Hasta que un día toco todo limite y un poco me acobardé pero acepté.

Terminamos de coger una noche, estábamos en un telo y apareció la pregunta. Tengo un sobrino, se está por recibir de la secundaria y quiero darle un regalo, me dijo. Cuando termino de escuchar, me dije, esto va a ser un problema. El tema es que el sobrino ya tiene más de 18 años con lo cual zafaba pero bueno, no dejaba de ser algo complicado. Deje que siguiera hablando y me dice, quiero invitar a él y sus amigos a casa y quiero que vos organices todo y estés ahí para ayudarme en caso que los chicos se vuelvan locos. Dudé, le dije que me diera un tiempo para responder, era difícil porque no sabía si todos los pibes eran mayores de edad, todo un problema. Cuando supe que eran todos mayores, dije que sí, acepté la propuesta y entonces comenzamos a planificarla.

Nos juntamos en su casa, el marido tenía viaje por trabajo y entonces aprovechamos. La idea era que fuera una sorpresa entonces íbamos a invitar al sobrino y sus amigos para que se juntaran en su casa para que no molesten en la casa de él pero teníamos que limitar la cantidad de chicos, no iba a poder con muchos entonces le dijimos que solo podía invitar a 6 chicos. En ese momento, lo llama y le hace la invitación, estaban cerca de terminar las clases y entonces ese viernes hacían la previa en la casa de la tía y después salían.

Llegó el día, viernes 21hs ya estaban todos en la casa de la tía y yo me sumé, dije que era un amigo de la dueña de la casa y pase. Mientras nosotros estábamos en la cocina, ellos en el comedor tomando, comiendo y riendo. A eso de las 23hs algunos ya querían irse y ya no había tiempo, la tía tenía que aparecer y darlo todo. Y fue así.

Apagamos las luces, prendimos una luces tenues color rojo, pusimos música y entra la tía al comedor con un conjunto negro de porta ligas, medias, tanga y corpiño y una máscara. Comenzó a bailar a los presentes, los tocaba y los chicos comenzaron a volverse locos, bailaban y algunos comenzaron a tocarla, ella se dejaba. Comenzó a desnudarse y algunos de los chicos la siguieron, se desnudaban y quedaron en calzoncillos, ese fue el quiebre.

La tía comenzó a bajar calzoncillos y a chupar pijas, los pibes se acercaban y ella no daba abasto, todo oscuro, mascara y alcohol se desmadró todo. Los chicos ponían sus pijas duras por todo el cuerpo de la madura, la acostaron en el piso y la desnudaron, estaban excitados y locos. Uno abrió las piernas de la tía y comenzó a cogerla, mientras los otros le daban la pija en la boca y uno se subió a las tetas y comenzó a cogerlas. Mis ordenes fueron claras, no intervenir bajo ningún aspecto y eso hice. Se peleaban por cogerla y de a poco iban acabando en la boca, en la concha, en el cuerpo. Quedó uno solo sin cogerla y este se tomó el tiempo la dio vuelta y comenzó a cogerla por el culo, la tía gemía y gritaba de dolor pero el pibe con algo de experiencia había buscado un gel en el baño, entró y la cogió ante la mirada de los demás que estaban exhaustos. El ultimo era el sobrino y acabó adentro. 

Cuando terminó, la madura me pidió prender las luces y eso hice. Solo quedó la música a un volumen más bajo. Cuando las luces se prendieron y la tía se sacó la mascara fue todo una sorpresa. La tía dijo que los felicitaba por terminar las clases y que este era su regalo, les deseó buena suerte. Todo miraron al sobrino que no sabía qué decir. La tía se acercó le habló al oído y los dos sonrieron. 

¿Cómo terminó todo? Se fueron y me la cogí de lo caliente que me dejó. 

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