De Vacaciones en la costa.

Lo escribo como me salió. Va sin editar.


De vacaciones en la costa:

Había llegado el día de emprender el viaje que habíamos planeado con ansiedad, la vacaciones eran un hecho cada vez más real. Y con esta certeza se despertaba en ella otra mujer, la que se aletargaba por la rutina y el estrés del día a día. En cuanto a mi, yo vivía caliente y, las vacaciones, era la oportunidad de tratar de explotar la hembra que habita en ella. 
Con respecto a mi hermosisima esposa: un físico que es una montaña rusa del erotismo, tiene todo. Pero lo mejor, lo que más me calienta es que me cuente lo puta que era antes de conocerme, la cosas que hacía, como se había comido a todos los compañeros, y alguna compañera también, de la facultad. Como había cogido en la playa, en boliches, autos, como le  había chapado la pija al conductor del automóvil en el cual había emprendido algún viahe, y hasta la vez que se la garcharon en la punta de un faro. Ni había de el trío que hizo una vez y, finalizado este, se fue a otra habitación a seguir garchando con otro pibe.
Todo esto me calentaba mucho, y quería vivir todo esto yo también pero junto a ella que es mi fetiche, mi diosa y mi amor. 
Y llegó el día, cargamos las cosas...

Este verano, como oros tantos, arrancamos para la costa mi novia y yo. Siempre secos fuimos a parar a lo de un amigo de ella. Siempre vamos a algún lugar de algún conocido de ella o mío. 
El amigo en cuestión nos recibió re bien, fuimos a la playa y, a la vuelta compramos la cena y algunas cervezas. Cenamos, jugamos cartas hasta que nos fuimos a acostar.
Es en la cama que yo le comento que percibía cierta complicidad o reencontrarse entre ella y el, el amigo en cuestión. 
Aclaro que mi novia tuvo muchísimos "novios" y yo le había dicho que todo bien pero que no quería estar frente a algún 9 compartiendo con algún ex suyo sin saberlo, que su me enterase me haría sentir mal. 
Es entonces cuando me dice que no fue del todo sincera, que había tenido algo con el y que le sigue gustando pero como eso, un chape.
Siempre, en la cama ella me cuenta sus aventuras ya mi me calienta muchísimo. Y esta confesión me había hecho saltar como un resorte la pija. 
Posta me decis que te lo chaparias? Le pregunté. A lo que me respondió haciéndose la bebota: obvio, si vos me dejas me lo chaparia.
Ahora mismo? Le pregunté. Claro que si, me contestó. 
Estiba
Entonces le propuse que haga de cuenta que yo duermo, que no se nada. Que se vaya a la pieza del loco y que haga lo que quiera. Eso sí: que deje las puerta algo abiertas para que yo pueda escuchar algo, que si el preguntara por mi que me diga que no hay forma de que me despiertes por que tomo frecuentemente algo para dormir y que,  más importante,  ni bien acabe su "chape" venga inmediatamente para la habitación nuestra.
Asintiendo con un beso salio de un salto de la cama y se fue. 
Que contarles que no daba más de calentito calentura mientra escuchaba murmullos, risas, gélidos y jadeos hasta que escuché el típico sonido de un hombre acabando. 
Inmediatamente escucho una puerta cerrándose y ella que entra en el cuarto, desnuda como se fue cerrando tras de sí la puerta de nuestra habitación.
Al darse vuelta hacia mi me mira con una sonrisa pícara. Su mentón brillaba y entre sus pechos también. Se abalanza sobre mí casi encajando mi pija en su entrepierna mientras me comía la boca de un profundo beso y me pegoteaba  el pecho con algo que estaba untado en sus enormes y hermosas telas, todo al mismo tiempo que buscaba con su mano agarrar mi falo para clavarselo en su concha.
Seguis caliente.  Es lo primero que se me ocurrió decirme. Es que yo no cogí, me contestó, eso lo reservé para nosotros. 
Entonces? Pregunté ridículamente.
Ella solo me miró para luego mirarse las telas que colgaban sobre mi pecho y, de esta manera, lograr que mi vista se fijará en lo que, claramente era, semen del amigo.
Yo la miré y, sin darme tiempo a reaccionar, me vuelve a dar un profundo beso que me disipó cualquier duda de lo que había pasado por que el gusto a leche que tenia en su boca no dejaba dudas de lo que había ocurrido.
Y mientras se empezaba a contornos sobre mi pubis yo le agarraba las telas y se las chupaba y ella me iba dando detalles de lo que, instantes antes, había sucedido en la otra habitación.
De más está decir que el polvo que hechamos fue, sin dudas el más antológico que viví.

3 comentarios - De Vacaciones en la costa.

pulporubio +1
Me encanto esa experiencia que relatas