Todo se soluciona en la cama (1ra parte)

Después de una fuerte discusión acontecida en la sala, nosdisponíamos a tomar una siesta para calmar los ánimos. Visiblemente molesta, minovia se acostó dándome la espalda, en una clara señal de que buscaba evitarme.Mientras rodaba por la cama, buscando una posición cómoda, me sorprendí cuando notéuna protuberancia en mi entrepierna: una erección fuerte erección se hizopresente. Vaya momento. Sin pensarlo demasiado, e impulsado por mi crecienteexcitación (cuya razón la desconozco), aproximé mis labios al cuello de minovia y comencé a besarlo lentamente; mi lengua jugueteaba alrededor de susoídos y la respiración de ella se agitó. Dándome cuenta de esto, subí laintensidad. Con mis manos acariciaba su espalda, mientras que aproximaba mibulto a sus nalgas, en una danza rítmica adelante-atrás.

Después de un par de minutos, la gire de modo que quedamosfrente a frente. Al mirar su rostro supe que había logrado calentarla. Me lancea sus labios; mientras me los comía, tocaba sus pechos con una de mis manos,mientras que con la otra sobaba su vagina por encima de su pants. El movimientode sus caderas me pedía a gritos que pasara al siguiente nivel. Introduje mimano por debajo de su pants y al tacto con su braga, le seguí dando placer,sintiendo como esta se iba humedeciendo poco a poco. No aguante más y me salte eseúltimo obstáculo; al sentir su escaso vello púbico mi cuerpo entró en erupción,mi calentura era inmensa. Intercalaba entre su clítoris y su vulva; mis dedosse encontraban empapados de jugo.

Procedimos a desnudarnos… Hasta aquí la primera parte,comenten si les gustaría que continúese con este relato.

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