Paula 48 años

Recuerdo, no hace mucho, entable una relación con una dama que en pocas palabras se convirtió rápidamente en una amiga sexo afectiva, con la cual tuvimos una relación que fue escalando en la lujuria. Inicialmente llegamos a la intimidad con algunas advertencias que solamente preludiaban un sexo simple y convencional. Algo que en lo personal no me entusiasmaba ya que mi intención, aceptando los riesgos que una relación así presentaba, era sumergirme aún más en los placeres de la lujuria y el deseo.
Aceptando su invitación me presente en su departamento de la calle Uruguay en plena capital.
Era un día de semana sin más que lo habitual. Paula me recibió muy Casual Day, un shorts de jean desilachado una blusa con un escote reservado y sandalias. Para una mujer de cuarenta y algunos años, no era más que un outfeed regular y nada sensual como quizás pensé durante la previa a llegar a su domicilio. Una melena tornasolada entre castaño y rubio, tomada en cola de caballo, daba más la imagen de entre casa.
Me recibió un generoso living de sillones amplios y cómodos, mobiliario antiguo pero bien mantenido. Me invitó a iniciar la visita en ese lugar.
Paula es una mujer separada, viviendo en un departamento de la familia, sus hijos viven en el exterior y esto hizo que se replanteara su vida matrimonial al punto de separarse. Demasiados datos para mí, cuando en realidad, el motivo real para ambos era compartir una copa de vino y dedicarnos a darnos placer sexual profundo.
Pasaron unas horas de charla nutritiva entre comentarios banales y picarescos. Hasta que nos decidimos achicar distancias entre nosotros sentados en el sillón y hacer contacto físico.
Mientras ella se dedicaba a comerme la boca, su frenesí leguiril me daba la pauta de aucensia de cariño en su vida le seguí la contineda y jugamos. Conforme y progresivamente aumentaba su exploración lengual en mi boca, yo me dedique a exponer sus tetas a través de la blusa que llevaba, particularmente no se resistió,.más bien ayudo a desprender los últimos botones. No me costó mucho endurecer los pezones a través de pellizcos y caricias, si bien sus tetas no tenían la firmeza veinteañera estaban de un tamaño, tersura y erección que a mí me fascinaban. 
Decidí probarlas con mi boca y me deslice por su hombro y pecho hasta ellas….allí estaban mostrándose tal cual las había imaginado cuando las acariciaba. No tarde en llevarmelas a la boca y lamerlas suavemente. Sus pezones ahora húmedos de saliva se erectaban aún más sumado al gemido de placer que ella sostenía mientras me aferraba la cabeza contra sus tetas.
Pase de lamer esos pezones por un buen rato, a dejarme caer hacia su vientre. Sabía que no tendría mucho terreno de acción, Belén seguía con los shorts de jean puestos y ya me había advertido que no le gustaba que le hicieran sexo oral. 
Desobediente me propuce sacar el short y avanzar. En pocos minutos de lucha con una prenda intolerante y con la ayuda de la dama. Llegué a dejarla en ropa interior. Una tanga simple, negra, que cubría bastante la zona. Definitivamente una ropa interior que no estaba pensada para la ocasión, si para la cotidianidad.
Con besos suaves llegué a su ombligo sintiendo pequeños espasmos mezcla de cosquillas y excitación que Belén me ofrecía. Ya cerca de su pubis y aún por encima de la prenda interior, sentí la limitación de sus manos marcando el final de mi recorrido. Me invito a volver hacia su boca y retomar esos apasionados besos. No me quedé solo con eso, decidí dar cariño digital al triángulo de placer que portaba bajo la tanga, y urgue para superar el escollo de la prenda. Me encontré con un monte de venus bien depilado, suave a mi contacto, húmedo, latente, con labios prominentes que no quise urgar aún.
Al cabo de algunos intercambios de lengua volví a intentar bajar nuevamente hacia su vientre, está vez besando el cuello, acariciando sus pechos….ella hace rato que frotaba mi pene por más que aún estaba bajo los pantalones, pero su dureza era parte del paisaje.
No me costó mucho empezar a sacar la tanga que aún ocultaba parte de lo que yo anhelaba, la blusa había desaparecido y sus tetas flotaban sobre el pecho mientras ella suplia mis caricias por las suyas, parecía pellizcar con mayor vigor sus pezones.
Mi camisa también había dejado de vestirme y me encontraba en cuero rozándo mi vellosidad pectoril sobre su cuerpo, al parecer eso la calentaba mucho más que a mí.
Ya casi había desaparecido la tanga y sus caderas se empezaron a mostrar. Siguió deslizándose hasta quedar recostada en el sofá. Yo arrodillaso a su lado admiraba su cuerpo, ella cual diva se dejaba mimar, acerque mi mano aún más a su monte de venus y no dude en ingresar entre labios hacia su vagina…roce su clítoris el cual más allá de lo grande que estaba, se ocultaba muy bien bajo dos carnudos labios…lo frote suavemente y los espasmos salieron a la luz inmediatamente, una de sus piernas escalo hasta el respaldo dejándome expuesta toda su concha, lista para mi…deseosa de que la poseyera. Comcense a besar sus cercanías, note algo de tensión en ella…así que empecé a masturbarla, alternando penetrarla con mis dedos y frotando su clítoris suavemente. El ejercicio fue relajandola mientras aprovechaba la situación para acercarme con besos pequeños…ella posó sus manos en mi cabeza queriendo guiarme mientras la cogia con los dedos y la lamía suavemente. Poco a poco la lucha entre acercar mi lengua a su vagina y la limitacion que ella me ofrecía con sus manos, fue cediendo con el nivel de excitación que mis dedos le infringian a su vagina. Hasta que todo explotó….llegué a su punto G y jugué con el, hasta escucharla gritar de placer. Fue ese el momento en dónde supe que ya tenía rienda libre para saborear su concha como quisiera y así lo hice. Urge con mi lengua entre los labios de su vagina, jugué con su clítoris, lo mordí suavemente lo chupe…baje y reemplace mis dedos por la lengua, sentí al cabo de unos minutos como el suave y cálido jugo que emanaba de la profundidad de concha, me indicaba el objetivo logrado…estaba acabado mientras me comía su fogosa concha…
No quería irme un instante de allí, así que sume más placer a la contienda, moje mi dedo mayor con saliva y flujo y comienze a cogerle la cola…suave pero cada vez más profundo. Ella respondió apretando y frotando con más ímpetu mi pija que estaba a punto de salirse de mi pantalón por la dureza que tenía.
La coji sin cesar en un frenesí insostenible…podía ver cómo se sostenía las tetas mientras se sacudía abierta de piernas en ese sofá. Acabo…un mar de relajo la invadió…impabida no entendía que fuerte fue el placer que mi sexo oral le había dado, porque se había negado tanto???
Me pidió que me parará junto a ella…desabrochó mi flojo pantalón y salió a la luz mi dura erección frente a ella…levanto la vista y la cruzo conmigo como diciendo en silencio “ahora me toca a mi” y comenzó a cojerse la boca con mi pija…me chupaba, me mordía suavemente, movía su lengua frotando la cabeza de mi pija….me hacía temblar…nunca hacia recibido un sexo oral de ella de esa magnitud….me chupaba profundo caliente suave…su mano jugaba con mis testículos…los frotaba…siguió cojiendose la boca con mi pene…entraba y salía rítmicamente…sentía el calor y las venas que llenaban su boca…dejo de jugar con mis huevos…y se dedicó a urgarme la cola….eso me enloqueció…llegó el punto que le advertí que acabaría….saco mi pija de su boca y con su mano termino la faena, haciendo que acabará parte en su cara y parte en sus tetas….restregó el semen caliente y mirándome me dijo…me cumpliste la fantasía.- 👿

2 comentarios - Paula 48 años

mdqpablo +1
Muy buen relato , bien narrado