Puta, infiel y sumisa parte 5

Rápidamente me puse en 4 sobre la cama, también me sorprendió que lo hice rápido como si apenas fuéramos a empezar a follar, no estaba cansada, creo que mi cuerpo también pedía más, el negro se colocó detrás de mi, juntó mis piernas, puso una de sus manos en mi nalga izquierda y colocó su pene en la entrada de mi hambrienta vagina y me la dejó ir hasta el fondo, solté un grito desgarrador, a pesar de lo lubricada y abierta que estaba me dolió mucho, sentí su pelvis y testículos chocar contra mi, fue tan brusco que me empujó hacia enfrente y casi me caigo, hasta se escuchó un fuerte golpe de la cabecera con la pared, sus embestidas eran muy bruscas, me dolían y comencé a llorar de nuevo, se subió a la cama y se sujetó de mi cintura y dejo caer su peso en cada embestida, me dolía, era rico pero me dolía mucho, en una embestida no pude más y me hice hacia adelante, su pene salió y yo casi caigo a la cama.
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Y - Lo siento...

N - Que?? no huyas maldita puta.

Me tomo de la cintura nuevamente y me jaló hacia arriba, volví a ponerme en 4, junte mis piernas y crucé mis pies, nuevamente me metió durísimo su pene haciéndome doler y llorar, no aguanté mucho, solo un par de embestidas y camine con mis manos para escapar pero me tenía muy bien agarrada de la cintura y caí a la cama con el arriba de mi - que no huyas maldita perra- lo dijo como con odio, hasta me espanto, para desquitarse hundió sus manos en mi cintura haciendo que arquera la espalda y levantará la cola, me sujetó de nuevo de la cintura y siguió dandome violentas cogidas - Esto querías no??? querías que te metiera toda la pija, puta zorra que no aguanta una verga de verdad - parecía que lo habían cambiado por otro, el agradable negro que subió a mi camioneta ahora era un animal que buscaba hacerme daño pero yo estaba tan perdida y entregada a él que solo me dejé hacer, quedé casi a la orilla de la cama, me aferré a las cobijas mientras el negro se acomodó y me volvió a bombear, si pene me lastimaba pero también me sentía en la gloria, tuve otro fuerte orgasmo, la cama tronaba y se movía mientras ese penesote negro entraba una y otra vez sin parar, era de lo más rudo y delicioso que he experimentado.
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El negro apoyo una mano en mi espalda baja y con otra me sujetó del cuello apretándolo, ahí tuve otro orgasmo delicioso y aún que sentía que me faltaba el aire, no me importo yo solo estaba ahí para complacerlo y que el hiciera de mi todo lo que quisiera. Pasó sus manos hacia mi vientre, di una gran bocanada de aire para recuperarme, el negro me jalo del vientre hacia arriba y siguió bombeando, parecía no tener fin, yo ya estaba agotada, no podía seguir, aún que seguía teniendo orgasmos, el dolor también era más fuerte y aún que yo ya no podía el negro seguía y seguía follandome a su antojo.
Se salió de mí y yo caí rendida, así como estaba me dió la vuelta para quedar boca arriba, paso mis piernas sobre sus hombros y se subió en mi llevando mis rodillas a la altura de mi cabeza y doblandome toda, me lo metió hasta adentro, creo que fue lo que más me diolio, tanto que solté un grito de dolor, de inmediato se puso a trabajar, bombeaba a un ritmo loco y desesperado, su pene lastimaba una y otra vez mi vagina pero aún así alcance otro delicioso orgasmo, el negro me tomo de la nuca y dando una estocada profunda se empezó a correr dentro de mi, el negro agachó la cabeza hasta que nuestras frentes se tocaron, gruñía y jadeaba mientras su pene soltaba chorros calientes de semen que llenaban mi vagina, que sensación tan deliciosa, lentamente fui bajando las piernas y el recargandose en mí hasta que los dos quedamos completamente recostados, el sobre mi, yo lo abrace y volví a subir mis piernas, rodeándolo con ellas y acariciaba su cabeza mientras el respiraba agitadamente, se recostó sobre mi pecho, mire hacia el espejo del tocador nuestros cuerpos sudorosos contrastaban por los tono tan diferentes de piel, su verga palpitante seguía expulsando semen, ya no a chorros pero sentía como continúa vaciandose, estaba tan cansada que no me di cuenta en qué momento me quedé dormida con él sobre mí y su pene adentro.
Un llamado de mi hijo nos despertó, diciendo mamá, tenemos hambre, nos preparas algo de comer, el pene del negro seguía dentro de mi y el sobre de mí, a pesar de que ya no estaba erecto tenía tal tamaño que aún en reposo me sentía llena y no se salió a pesar de estar ambos dormidos, mi hijo nos volvió a hablar y ambos reaccionamos, salí del cuarto, ni me peine ni nada, sólo me levanté y me puse mi tanga que estaba en el piso y una blusa un poco larga, mi entrepierna estaba toda mojada, era la corrida del negro que estaba saliendo de mi vagina y la tanga obviamente no contenía nada de eso, pero no me importo lo que ya quería era darles de comer a mis hijos.
La vagina me dolía al igual también tenía dolor abdominal por el mismo tiempo de las embestidas tan fuertes de mí magnífico semental negro que me cogió y me trató como su muñeca de trapo, estaba completamente sudada, con la cara escurrida de mi maquillaje y mis nalgas marcadas con las manos de mi negro, a causa de las nalgas que me dió, las tenía rojas, pero conforme pasó el tiempo se hicieron moretones y tenía que ocultarlos de mi esposo, no podía cambiarme enfrente de él ni bañarme, ni usar bikini por un tiempo por lo moretones.
Bajé y les empecé a hacer de comer a mis hijos, cuando bajo mi amante negro en su puro bóxer y me pidió comer, yo le serví su plato y al llevárselo, me tomó de las nalgas y me jalo hacia el dándome un beso en l boca mientras abría mis nalgas, yo lo agarré del cuello y fue un beso muy apasionado.
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Nos terminamos de besar y nos sentamos a comer, mientras estábamos en la mesa comiendo le dije al negro, porque no te quedas a dormir, mi esposo hoy no regresa a casa y te quedas conmigo, a lo que el respondió, me gusta la idea pero con la condición de que me vuelvas a dar la cola, yo le dí una patada por debajo de la mesa y le dije que no dijera eso enfrente de mis hijos, pero me dijo, será otro día porque hoy tengo que ir con mi familia y no puedo quedarme, yo le dije está bien, pero dame tú opinión para volvernos a ver, intercambiamos número y se despidió con un beso en mi boca, pero antes de irse me agarró de la cintura y me cargó, sentándome en la mesa de agachó quedando su cabeza a la altura de mi vagina y recorrió mi tanga hacia un lado y se metió en mis piernas, comenzando a chupar mi vagina.
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Lo tomé de la cabeza y lo jale hacia mi para que entrara más su lengua en mí, estaba sintiendo muy rico, no podía contenerme y empecé a gemir fuerte y diciendo, chupanela toda, mete toda tu lengua, soy tu puta, mientras mis hijos seguían en la mesa comiendo, sólo se me quedaban viendo extrañados, a mí ya no me importó y seguía gimiendo excitada.
El mientras con sus manos apretaba mis tetas mientras seguía chupando.
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Ya no pude aguantar más y terminé corriéndome, me vine en su cara, quedé temblando en la mesa de la cocina.
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El se levantó con su cara llena de mis fluidos y me besó como despedida, se vistió y se fue, yo todavía me quedé acostada en la mesa de la cocina escurriendo de mi vagina, exhausta y temblorosa, con mis piernas abiertas, mientras mis hijos me veían gemir y llena de placer.
Recuperé el aire y mi temple y me levanté, acomodé mi tanga y mi blusa y nos fuimos los 3 a mi cama donde me habían follado de una manera brutal, todo ese día me quedé con mi tanga nada más llena de semen y mi blusa sin bra de lo cachonda que seguía, no me bañé hasta el otro día, me fuí a dormir con el semen de mi negro adentro de mí.

1 comentario - Puta, infiel y sumisa parte 5

Jess1809
Que rico putita, eres una traga vergas