Orgia en el micro de larga distancia

Hola, mi nombre es Daniela y quiero contarles una aventura que tuve en el mes de abril pasado; como dije, me llamo Daniela y tengo 32 años, mas bien alta y delgada, soy agradable y suelo atraer miradas pero nada muy especial, en fin soy lo que se puede decir una linda mina(mujer)que esta fuerte y punto. Soy una profesional que por motivos de trabajo se tuvo que desplazar a la Costa Atlántica por unos días a realizar una Auditoria sobre una empresa que se estaba por incorporar al grupo económico en el cual trabajo desde hace 6 años cuando me recibí, en esas circunstancias y debido a dos motivos, el primero y principal mi miedo a los aviones y segundo que se deben hacer combinaciones para poder llegar al destino de mi viaje, es que decidí hacerlo en Bus, ya que pasa por la ciudad a la que me dirigía y termina su recorrido en Mar del Plata, lo que hace un viaje de más de 20 hs y que fue lo que ayudó a que pasara lo que pasó y que les voy a contar después de darles algunos detalles más de vida, es decir de lo sexual, para poder hacerse un más claro panorama de mi persona. Tuve mi inicio sexual a los 17 años cuando estaba terminando el colegio secundario y con un compañero que fue el típico amor de estudiante, y duró eso, hasta que terminamos la secundaria e hicimos el viaje de egresados a Bariloche donde, como es común en estos viajes, y conocen todos los argentinos, los estudiantes se liberan y dan fin a su adolescencia con esos días sin control ya que para muchos, es la primera vez que viajan sin sus padres. Luego de esta experiencia y durante mis estudios universitarios, tuve relaciones más o menos prolongadas con tres amigovios que me produjeron muchas satisfacciones y aprendí a gozar del sexo plenamente pero siempre dentro de ese marco de que debe haber un sentimiento, algo que quede además del placer físico puramente animal y por suerte, todas estas relaciones fueron muy agradables y dejaron en mí recuerdos sumamente satisfactorias. Ya al finalizar mi carrera conocí a un muchacho recién recibido de ingeniero con el cual congeniamos espléndidamente y, al poco de recibirme, nos casamos. El matrimonio duró 4 años y nos separamos por que por su trabajo debió permanecer mechas veces varios meses fuera de nuestra ciudad y también del país, con lo cual la relación se fue transformando en una amistad ya que los dos nos respetábamos y no consentíamos la infidelidad con lo que la carencia de relaciones sexuales nos fue afectando a ambos. De esta separación han pasado ya dos años y en ese lapso sólo tuve sexo un par de veces en las vacaciones de invierno del año último, pero fue nada más que una aventura de vacaciones que sirvió para que me diera cuenta que las necesitaba, que necesitaba el sexo puro y que mi cuerpo lo pedía, aunque todavía luchaba por no dejarme arrastrar por el mero deseo físico, pero indudablemente esa batalla la tenia perdida. En el momento del viaje (como dije en el mes de abril) llevaba coches van con pocos pasajeros siendo en este caso sólo 5 aparte de mí en la parte baja, y 3 o 4 más en la alta; de los 5 pasajeros que subieron conmigo, 3 eran unos muchachos de alrededor de 20 años que terminados los exámenes de marzo en la universidad, se habían ido unos días de campamento por la montaña a escalar y desenchufarse, los otros dos eran viajantes que recorren la zona atendiendo a sus clientes cada 3 meses aproximadamente. Estos colectivos tienen en la parte baja cuatro filas de asientos dobles y 4 simples ya que además cuentan con el bar y el baño (me detengo en estos detalles porque tienen importancia en el desarrollo de los acontecimientos) quedando dispuestos de la siguiente forma; en el primer asiento doble, uno de los viajantes que llamaremos Miguel; en el segundo asiento simple el otro viajante – Antonio quedando vacío el primero que no se aprecia bien el T.V.; en el segundo asiento doble venían sentados Lito y Anibal, dos compañeros de Facultad y grandes amigos que preparaban las materias juntos y, en el tercer asiento doble Carlos y Yo, quedando libres la cuarta fila y el tercer simple. Cuando subió Carlos, me saludó muy amablemente y, luego me enteraría que compartía el departamento de estudiante con Lito ya que ambos eran de la misma ciudad y los tres eran grandes amigos, nos pusimos a conversar integrándose luego los otros dos chicos, así entre los
cuatro charlamos y me reí mucho con las anécdotas de estudiantes que me contaban mientras jugábamos a las cartas viendo pasar los kilómetros y, cada vez, se avanzaba más sobre aventuras típicas de estudiantes iniciando historias de relaciones con chicas, los famosos asados y otras fiestas, que levantaban intensidad a medida que las sombras comenzaron a cubrir el camino. Luego realizamos un alto para cenar en un parador de la ruta donde nos sentamos los 4 juntos y comimos bien con abundante vino ya que la zona es de la mejor del país y el de la casa era excelente. Cuando subimos, Anibal compró una botellita de whisky con hielo que nos dio el dueño del local, mientras seguíamos el camino, nos servimos en unos vasos de plástico y continuamos charlando ya con algunos efectos en mi cabeza, porque si bien suelo tomar de vez en cuando, esa noche supera largamente mi medida, sobre todo al tomarme el segundo whisky lo que no hago nunca. En esos momentos colocaron una película y poco a poco, fuimos callando y nos pusimos a verla cada uno en su lugar incluso los dos viajantes, que si bien no estaban integrados al grupo habíamos intercambiados todos algunas palabras y comentarios generales. La noche era totalmente obscura, muchas nubes cubrían el cielo y sólo cada tanto se asomaba la luna en un hueco entre ellas para desaparecer rápidamente; la temperatura exterior descendía rápidamente por lo que poco a poco todos nos fuimos cubriendo con la manta que nos había provisto el servicio. Así, con los asientos reclinados, las cabezas en la almohaditas y cubiertos con las mantas, nos fuimos sumergiendo en la película que, a contrario de lo que sucede normalmente en estos viajes, era buena e interesante; se trataba de una policial con buen suspenso y también bastante erotismo, muy bien, de vuelto audaz, la mano de Carlos también y comenzó a moverla por mi pierna entre la rodilla y la cadera, avanzando poco a poco hacia el centro donde se juntaban mis dos piernas, lo miré a los ojos y percibí su excitación, inclinó la cabeza y me besó suavemente en los labios y Yo respondí a ese beso, su boca se volvió más urgente y ya el beso fue ardiente, abrí mis labios y lo dejé avanzar al mismo tiempo que mis piernas, como por un efecto reflejo, también se abrieron y permitieron el acceso de la mano de Carlo Los soltaron de su encierro y comencé a acariciar mis pezones, los apretaba y soltaba, los dedos de Carlos me transportaban en una paja monumental, superior a todas las que en mi soledad me autobrindaba, sentí que corría por mi espalda, por mi columna vertebral un rayo que explotó en mi vagina y fundió los dedos que Carlos quiso sacar y no le permití, cerré mis piernas con fuerzas y atrapé sus dedos dentro mío, mi orgasmo no tenia fin, seguía descargando y descargando; sin parar solté uno de mis pechos y me animé a buscar entre las piernas de Carlos Y ENCONTRE LO QUE BUSCABA, no se cuando ni como, pero tenia su pene afuera, duro como una barra de hierro y caliente como una brasa, lo rodeé con mis dedos y apreté para sentir toda su dureza; estaba lubricado, Carlos estaba en un estado de excitación terrible, lentamente, sin dejarle sacar los dedos de mi vagina, me incliné sobre su vientre, saqué la manta y me tragué toda su arma, no soy una experta en la mamada, si bien tenia algo de experiencia, siempre fue como una gracia, un regalo al compañero, pero esta vez, no, Yo deseaba chuparla, sentir cada centímetro de su pene en mi boca, le corrí bien la piel y deje su cabeza libre para poder pasarle la lengua de arriba abajo, la solté y la recorrí a todo lo largo, era gruesa, firme, ancha en el centro lo que dificultaba el tragarla, sus testículos eran grandes y los tomé en mis manos para sentirlos, acariciarlos y besarlos; aflojé la presión de mis piernas y Carlos sacó la mano que estaba mojada hasta la mitad de la palma, la paso por mi cola y anidó en mi ano; sentí su dedo jugando nuevamente, pero esta vez en mi culo, instintivamente lo contraje pero inmediatamente me relajé y deje que siguiera su camino; su mano comenzó a recorrer el camino entre mi vagina y mi agujero trasero, arrastraba jugos y lubricaba mi entrada, pronto sentí que un dedo, el mayor se quería abrir camino y ¡¡pudo!!, entró todo y con el índice y el medio se introdujo en mi chocha, estaba siendo acariciada por mis dos agujeros y me gustaba, mucho me gustaba, sentía nuevamente que un millón de hormigas cabalgaban dentro mío y exploté en un segundo orgas
mo que me hizo contraer mi boca y chupar más fuerte recibiendo la descarga de Carlos entera, no dejé escapar nada, había un hilo invisible entre mi ano, concha y la pija de Carlos en mi boca, que me conectaba con el paraíso. Me tragué todo y poco a poco le limpié el pene hasta dejarlo brillante; todas mis sensaciones eran táctiles ya que la oscuridad era grande y agachada sobre él menos podía ver, pero era un miembro hermoso que me resistía a soltar pero al fin lo tuve que hacer y levanté mi cabeza sonriendo y ……… me encontré con los que me aplastaban, Lito y Anibal estaban allí con sus vergas dispuestas a todo, y abrí todo lo que puede mi boca y logré tragar la de Anibal, me dolían las paredes de mi cara, mis mandíbulas estaba a punto de romperse, pero era genial, creo que no entraba en la boca de un vaso, me la saqué y comencé a besarla, a pasarle la lengua, a morderla a todo lo largo (no era muy larga, su cabeza era descomunal) y me la volvía a meter y a chupar; sentía la pija de Lito en mi sexo, sus manos aferraban mi cintura y tiraban para atrás, mi boca se prendía al mástil de Anibal y chupaba; Lito me la metía y sacaba, Anibal me aferraba la cara y gemía; Lito explotó dentro de mi concha, Anibal inundó mi boca con su semen y YO, Yo volé en otro orgasmo interminable que arrancó gritos que se ahogaron por la pija de Anibal en mi boca; los deje descargar tranquilos, me chupé todo el semen en mi boca y apretaba mientras Miguel me cogía, ahora era el turno de Antonio que estaba parado mirándome y con su miembro en la mano, un rayo de luna entró por la ventanilla y lo pude ver, era una pija hermosa, de buen tamaño, gruesa y dura, me dijo date vueltamientras me acariciaba la cabeza, lo hice sin saber bien que quería pero pronto lo supe, repartió jugos por mi cola y apoyó la cabeza en mi agujero; mi culo no era virgen, pero sí con pocas visitas y luego de tanto tiempo…. dudé pero sólo un instante y me abrí bien para facilitarle la entrada y no esperó, empujó fuerte y firme, sentí la cabeza en mi agujero y como este cedía, metió toda la cabeza pero paró ahí, la sacó y nuevamente con la misma pija recogió jugos de mi vagina y volvió a apoyarla, empujó de nuevo y se volvió a meter, esta vez hasta la mitad de su pija; un gemido de placer se escapó de mi boca y Antonio, sin piedad me la metió entera. Con mi ano lleno, sintiendo esa barra entrar y salir de mi culo, comencé a volar y acababa sin parar. Antonio seguía bombeando, entraba y salía cada vez más fácil y rápido y me lleno el culo de semen, su leche se derramó cuando la sacó, mientras yo me aferraba a la cabecera de los asientos. Todos me gozaron, ahí estábamos en medio de la ruta, 5 hombres y Yo, satisfecha como nunca en mi vida, desatada y libre, con mi vagina ardiendo y mi culo abierto y lleno de semen; mi boca acarreaba el sabor de las acabadas que tuvieron dentro, los miré a todos, Carlos me sonreía y acariciaba su pija, quería más, ya se había recuperado. Pedí una pequeña tregua, fui al baño y me lavé el culo y la vagina lo mejor que pude, tomé agua y me limpié la boca y volví por más. Carlos me la dio por el culo y Miguel también a continuación, Lito me lo hizo por adelante y Anibal también opto por mi culo lo que fue terrible por el tamaño de su cabeza que pareció partirme pero provocó un placer único, tremenda pija desplazándose en mi ano me provocó varios orgasmos sin parar; Antonio, que era el que faltaba de la segunda vuelta, mientras Anibal me daba por el culo estando yo parada entre las filas de asientos, se tiró al piso arriba de unas mantas y me pidió que me acostara sobre ellas penetrándome por la vagina y Anibal arriba me daba por el culo; nunca en mi vida había tenido dos pijas a la vez y fue grandioso, acabé con el orgasmo de cada uno. Nos acomodamos como pudimos, la noche era cerrada y todavía faltaban un par de horas para mi destino, era la única que bajaba en esa parada, nos acostamos todos, cansados pero felices y a las 8 de la mañana me despedí de todos hasta la próxima, bajé con mi sexo abierto totalmente, mi ano estaba irritado y me provocaba dificultades para caminar y durante dos o tres días para sentarme, pero mi felicidad no tenia parangón. Estoy esperando las próximas vacaciones de invierno en julio, para ir a vis
itar a los chicos a su departamento de estudiantes en Mar del Plata…. a lo mejor la paso rebién ¿¿¿no creen????

3 comentarios - Orgia en el micro de larga distancia

drcarlosmvidal +1
Excelente relato, como me hubiese gustado ser parte del pasaje. Van 10