Mara y sus vecinos 2

Juan se paró, agarró su miembro y lo acercó a los labios de Mara, pero no a los de su boca. Fue frotando su cabeza entre los labios, por el clítoris, de arriba a abajo empapando así su glande en jugos y una vez que creyó que estaba bien lubricado, empujó un poquito para entrar a la cuevita de Mara.
Ella que se estaba recuperando del orgasmo ,gimió al sentir como la penetraban esa vara de carne, era grande pero no tanto como para que moleste. Juan empezó muy despacio a moverse, entraba de a poco y salía, cada vez más profundo, hasta que quedaron sus pelvis juntas. Cuando la tuvo entera dentro de Mara, se acercó a su boca y la besó, un beso cien por ciento pasión y después de a poco comenzó a tomar ritmo, cada vez más rápido y salía y entraba casi todo, se empezaba a escuchar los "aplausos" que hacían sus cuerpos. Fran miró un poco como su amigo complacía a la hermosa vecina y se le ocurrió ayudar a la chica a conseguir otro orgasmos, así que se acercó y comenzó a jugar con sus pezones. De pronto Juan metió la mano debajo de la espalda de Mara y la levantó en el aire, la tenía ensartada y agarrada, mientras seguía con su mete y saca. La chica estaba empezando a sentir que se estaba acercando al segundo orgasmo, cuando sintió otro cuerpo pegado a su espalda, el morocho amigo de su vecino, se puso detrás de ella, le daba besos en el cuello y espalda, y le tocaba las tetas. De pronto le sacó el corpiño y le fue más fácil de conseguir sus pezones. Ella le daba besos a los dos mientras sentía que la penetración y las caricias la llevaban al segundo orgasmo y cuando sintió a su compañero eyacular dentro, ella también explotó. Cayeron los dos al sillón, pero está vez Juan debajo y la hermosa chica sentada sobre él. Su miembro seguía dentro de ella, no estaba perdiendo tamaño y seguía con las convulsiones del orgasmo, el rubio la tenía bien apretada y le daba besos en el pecho y chupaba sus pezones un poco de sensibles ya.
Mara sintió caricias en la espalda que bajaban hasta su cola, y de pronto sintió como un dedo muy lubricado entró por su ano. Su vecino seguía dentro de ella y el amigo por lo visto pensaba entrar también. Ese dedo que entraba y hurgaba en lugares donde otros no habían estado llamó a otro y de pronto dos dedos entraban y salían por la puerta trasera de la chica. Ella empezó a agitarse de vuelta, buscó girarse un poco para buscar la boca de su segundo amante y la encontró, el morocho la beso y metió su lengua en su boca y con un movimiento ubicó su falo en la entrada secundaria de Mara, que se recostó sobre su vecino para dejarle mejor ángulo. Muy despacio y lubricado, el miembro de Fran fue entrando. Era cuidadoso ya que sabía que si se apuraba o lastimaba a la chica la diversión terminaría.
Mara sentía volar su cabeza, tenía una verga en su cuevita y otra estaba entrando por detrás , cosa que se sentía muy estimulante. De pronto el miembro de Juan volvió a moverse un poquito, ya que no tenía tanta libertad de movimiento y las sensaciones de Mara se multiplicaron por mil, los amigos parecían sincronizados y cuando uno entraba el otro salía y Mara registraba todo en su cuerpo. Cuando Juan chupó de nuevo su pezón izquierdo Mara empezó con lo que le pareció unorgasmo que duró varios minutos, creía que su cuerpo se había desprogramado y sentía todo un millón de veces aumentado, no sabía si podría aguantar mucho. De pronto los dos entraban y salían juntos y cada tanto uno se quedaba quieto y el otro era el que bombeaba.
Mara no podía dejar de morder el hombro de Juan y Fran la tenía agarrada con una mano del culo y otra del hombro, Juan no dejaba de comer sus pechos y de pronto ella explotó en un orgasmo y se le salió un chorro de orina a presión y sus sensores exploraron. Juan y Fran acabaron casi juntos dentro de ella dejándola toda llena de semen que buscaba salir por algún lado. Quedaron en sandwich en el sillón y después de dos minutos de recuperar el aliento, Fran salió de dentro del culo de Mara, delicadamente y se sentó en el piso. Ella se dejó caer al sillón al costado de Juan dejando libre el miembro semi flácido del blondo, que estaba todo lleno de flujos, de ella, de él y de su amigo.
-vamos a la ducha?
Dijo Juan levantándose y extendiendo una mano a su amigo y otra a Mara y así los tres fueron a limpiarse. A Mara le palpitaba la cola de tanto bombeo y se sentía muy cansada. En la ducha los tres se lavaron, ella a ellos y ellos a ella, las caricias y los besos no faltaron, Mara no los dejó entrar a los dos a la vez de nuevo, estaba todo muy sensible para eso en ese momento, pero se turnaron para hacerla acabar de nuevo y ella les dejó que en claro que también quería que exploten de placer, chupando sus pitos hasta el final. Después se bañaron y se secaron, mara se vistió y la invitaron a ver una película.
A la madrugada se despertó entre sus dos amantes, suavemente se retiró y se fue a su casa nuevamente sin que nadie se entere que había pasado y pensando en el ascensor y el dpto del vecino se durmió y tuvo sueños húmedos, aunque su zona estaba irritada de tanta fri
cción.

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