Mi sobrina y su prima del pueblo 4

Mi sobrina y su prima del pueblo 4


Aclaración: El relato no es mío, pero me encanto y me pareció muy buena la historia.



Gozaba mucho con mi sobrina y su mejor amiga Sonia, estaban locas por mí y mi polla, cada vez teníamos mejor sexo, y más duro. Esther se volvía loca de placer al ser sometida, y en la intimidad de su habitación, sometía a Claudia. Mi polla quería someter a Claudia, cada vez nos habíamos distanciado más, y eso no podía ser.
    Las chicas charlaban y reían, y Claudia miraba la tele, en su mundo interior, sin que pareciera que la molestara tanta risa y cachondeo. Le dio al pause a la tele y vino a la cocina a por algo de beber. Me vio fumando en la penumbra y encendió la luz yendo a la nevera.
- ¿Qué ves? Le pregunte.
-Un documental sobre la política en Australia.
-Joder que divertido- dije con sorna.
-Lo tengo que aprender para un trabajo- me contesto, afirmando que era un rollo.
- ¿Por qué te tenía por ceporra tu prima? Desde que te conocí nunca me lo has parecido- le pregunté extrañado.
-Porque lo era, pero supe de sus mejoras en los estudios, vi las notas que le mandaba su madre orgullosa a la mía, y entre los celos y mi madre pegándome la bronca, me puse las pilas. – me explico, haciendo que encajaran las piezas.
Había logrado, sin querer, que una chica de pueblo, destinada a tener hijos joven, y servir a su marido, a girar su universo y acabar en la universidad con un futuro mucho mejor.
-Pues me tienes que dar las gracias. Su mejora y sus buenas notas son gracias a mí y, por ende, las tuyas, y no estar ahora preñada pelando patatas, rezando porque tu marido no llegue borracho a casa- le dije sorprendiéndola.
Pensó, relaciono las cosas y con los ojos brillantes me dijo:
-Joder Pender, es verdad. Ahora empiezo a entender tu “juego” con mi prima.
La acerqué a mí, le puse las manos en sus caderas, y le dije:
-Es un juego muy antiguo, y bien jugado, da buenos beneficios a sus jugadores – le explique bajando mis manos a su culo.
Pego un saltito al notar mis manos en su culo y me dijo:
-Me tengo que ir, no quiero problemas con ellas. - y la deje ir sonriendo.
La inteligente Claudia, quería mi polla, pero le daban miedo mis chicas y sus consecuencias al acercarse a mí. Aunque lo deseaba, no le compensaba. Ya vio como la sometió Sonia, y si Sonia, tan dulce y poca cosa, la había tratado asi, le daba miedo lo que le haría su prima. Sonreí pensándolo, y esperé, como buen cazador.
Llego mi sobrina y me dijo colándose entre mis piernas, como siempre:
He pedido la cena y mucha, mucha cerveza. Quiero celebrar mi desvirgamiento, y que se vaya mi madre al pueblo dejándote en paz. Me dijo sonriendo.
-Jajaja, estas más loca que yo cariño. -le dije abrazándola, cogido a su culo de diosa.
-Es verdad, ya verás como se va y te deja en paz.
-Vero cariño, antes de desearte y quererte. Te quería y te cambiaba los pañales, te llevaba a urgencias por la fiebre, y demás cosas que no pudo hacer tu pobre padre. Y tu madre no se va a ir, quiere hacerme chantaje. Pero tranquila que le hare cambiar de idea.
Mi sobrina no lo entendía bien. Creía que su madre se iría y nos dejaría en paz, pero no sabía que, si se iba al pueblo sin ella, la acabaría reclamando con el tiempo, su abuela no consentiría que estuviera en Barcelona, aunque fuera conmigo. En el pueblo hablarían, y preguntarían por ella. Y al final la abuela haría que fuese al pueblo con ellas. No le iba a explicar esto, porque no iba a pasar, pero le iba a salir caro a mi cuñada tal chantaje, sabe lo que la quiero, y era jugar sucio por otro polvo, por muy buen polvo que fuera. Las mujeres despechadas hacen lo impensable.
Mi sobrina no sabía todo esto, pero su cerebrito pensó también en la solución más rápida y me dijo:
-Bueno, pégale otro polvazo como la otra vez y se dejara de tonterías. -me dijo resignada.
-En esencia es eso mi niña, pero me temo que tendré que ser duro, tu madre juega sucio y eso me dice que seguirá dando problemas.
Me miro asustada y me dijo:
- ¿Qué le vas a hacer?
- ¡jajaja! Joder tranquila, no temas, pero mejor que no lo sepas. Nos dejara tranquilos. -le tranquilice acariciando su culo de piedra.
Me abrazo más fuerte, me beso y me dijo:
-Confió en ti mi amo- y nos besemos con pasión.
-Por cierto, hoy el tema cojines, será con Claudia en medio y me hare una cubana con los cocos de Esther mientras os veo someterla. No empecéis a saco, pero darle caña que la quiero pillar ya bien follada por vuestros dedos.
Abrió los ojos sorprendida, y me dijo:
- ¡Es verdad, te falta Claudia! No me había dado cuenta, que puta como se ha escapado.
Y reímos los dos.
Llego la pizza y un montón de cervezas, y cenemos en el sofá, discutiendo por la película para ver. Mi sobrina desbocada celebrando su coñito desvirgado, acompañada por Sonia, bebían birra tras birra bailando y riendo juntas. Claudia y Esther no sabían que se celebraba, pero necesitaban desahogarse también. Y acabaron todas con las camisetas pegadas al cuerpo y yo supercontento con las vistas.
Al final, por votación de los que sabíamos que iba a pasar, y la que no tenía ni idea, se decidió por otra película de miedo. Se fuero colocando y Claudia quedo entre mi sobrina y Sonia, que ya había sido informada, y después yo con Sonia y Esther a cada lado.
Empezó la peli y Esther me fue a agarrar la polla y recibió un buen pellizco de Sonia que deseaba tenerla para ella, hacia días. Retiro la mano asustada y me la metió bajo la camiseta besándome el cuello, llamando mi atención.
Había pensado en hacerme por fin la cubana con los cocos de Esther, pero sabía que Sonia me necesitaba dentro de donde quisiera, su conejito o su culo. Ya le tocaba a la pobre. Y besándole el cuello con una tetita suya en mi mano le dije:
-Acabo una cosa y te la meto donde quieras hasta las pelotas cariño.
Se giro, y sin importarle si Claudia la veía, me beso con fuerza y pasión, sorbiendo mis labios y me soltó la polla.
Claudia lo vio, sintió celos, y dándose cuenta de que estaba en medio, le entro miedo y también se puso cachonda, esperando que le hicieran mis dos gacelas.
Yo cogí la cabeza de Esther, sabiendo que le encantaba ser usada, la llevé a mi polla, y me empecé a follar su boca poco a poco. Esta deseaba que le mandara algo, y agradecida se dejó hacer, gozando con mi gran mano en su cuello, apretando y forzándola.
La primera fue Mi sobrina, sin mucho miramiento, sabiendo que tenía que hacer que se corriera un par de veces antes de pasar por mi polla, le puso una pierna encima, obligándola a abrir las piernas y al rato ya le tenía el muslo cogido y la acariciaba con descaro. Claudia no se escandalizo, ya sabía que su dulce primita era un peligro, y mejor no rechazarla.
Sonia no tenía que andarse con rodeos, sabia, desde que se sentó a su lado, que volverían a jugar. Y ya le sobaba una teta bajo la camiseta.
Claudia se empezó a calentar imaginando cuatro manos, y dos bocas dándole placer. Y se empezó a poner muy cachonda. Y lo mejor es que le bajo su mano por el muslo a Sonia y dio con su coñito. Se apresuro, por si la apartaba y le separo la braguita llegando a su humedad.
Sonia enfadada, oía a Esther follada por la boca y deseaba que me corriera para tener mi polla dentro, Claudia sería más divertida mientras me la follaba, ahora era una jodida mojigata que no sabía ni pajearla. Le agarro la mano y le fue indicando que hacer, maltratando su pecho en su otra mano.
Mi sobrina fue más práctica, sabía que hoy no dormiría con mi lefa saliendo de alguno de sus agujeros, y algo borracha, se cansó de sobarle la teta y levantándose un poco, se apartó la braguita y le llevo la cabeza de Claudia, muy sorprendida, a su coñito. Claudia se asustó de su descaro, pero le puso más cachonda. Puso en práctica lo aprendido con Esther, la única que ella pensaba que no sabía que pasaba, que tragaba mi lefa con ansias mientras se pajeaba con rabia.
Me corrí en la maltratada boca de Esther y se oían los gemidos de todas, apagados por los gritos de la película. Sonia se follaba con tres dedos de Claudia mientras le sobaba las tetas de una a otra rabiosa. Claudia comía, sorbia y lamia el coñito de mi sobrina, que la agarraba la cabeza y la guiaba. Y la primera fue Mi sobrina, agarrando con rabia la cabeza de su prima se empezó a correr con los ojos cerrados.
Claudia hacia lo que podía y la siguio Sonia, agarrando su mano y moviéndola a su gusto mientras se corría mirando como Esther me lamia la polla juguetona.
Claudia se quedó sin orgasmo, las tetas rojas maltratadas, y su coño ardiendo. Pensó en Esther y que podría jugar con ella después, a solas.
Paso un rato y nos fuimos recomponiendo, menos Esther y Claudia que seguían cachondas.  Me levanté y fui a fumar. Me siguio Sonia enfadada y dispuesta a una locura. Mi sobrina, satisfecha, después de su orgasmo, le sobaba las tetas a Claudia por el cuello de su camiseta y sonreía orgullosa de que las suyas eran más alargadas y mucho más duras. Esther no sabía que hacer y temiendo a Sonia, se quedó acariciando su coñito necesitado y relamiéndose mi lefa.
Me senté en el taburete y llego Sonia con una cara que comprendía. La abrace, la bese con cariño y la cogí de los sobacos levantándola y sentándola en mi pierna diciéndole:
-Perdona cariño, ya sé que te he tenido descuidada -y le besé y lamí el cuello.
-Joder que hasta Esther lo ha pasado mejor que yo- me dijo estirando el cuello dejando que siguiera besándoselo y lamiéndoselo.
Sonia tenía un “sexapil” que cada vez me ponía más, era alocada y divertida. Su pequeño, pero perfecto cuerpo, lo compensaba con su esencia y su fuerza, su manera de moverse y su cara de pilla. No podía hacer que siguiera enfadada por culpa de una gorda estrecha y una flaca masoca.
Besándonos con pasión, le aparté la braguita empapada y le empecé a frotar el coñito con cariño, ella me busco la polla y me la sobaba impaciente, la deseaba, y mucho.
Me levante con ella encima y me baje el pantalón ayudándome y liberando ella ansiosa mi polla, paso una pierna a mi otro lado y agarrada a mi polla, se levantó agarrada a mi cuello y se la empezó a meter suspirando.
- ¡Mmmmh! ¡Joder que calentita! ¡Aaaaah! ¡Que gustazo tito! ¡Mmmmh! ¡Aquí me quedo hasta mañana! ¡Aaaaah! ¡Siii, joooder! ¡Aaaah! -decía cabalgándome lentamente, con mis manos agarradas a su culo de piedra y aguantando su peso.
Mi sobrina ya había avisado a Esther, que la pillaría por acercarse demasiado a mí. Se había sentado al lado de claudia y le había hecho ponerse de rodillas delante de ellas. Le llevaba la cabeza por los pelos de su coño al de Claudia, que se escandalizo por como la trataba. Pero Esther gozaba comendo coños, y se imaginaba que yo aparecería en cualquier momento, y le follaría cualquier agujero. Comía, lamia y sorbía sus coñitos, y al final mi sobrina la dejo con el coñito de Claudia y se puso a sobarle el culo plano, y las tetas por detrás con rabia y sin miramientos. Esther gritaba de dolor a veces y mi sobrina sonreía maliciosa.
Sonia me seguía cabalgando lentamente, quería gozar un buen rato y nos besábamos con mucho cariño. Me miraba agradecida a los ojos y me acariciaba la nuca con una mano, agarraba la polla con la otra para no meterse toda. Eso la pondría mucho más cachonda, y se acabaría este momento de sexo lento y besos apasionados.
Mi sobrina se fue calentando otra vez y recordó que tenia que hacer que Claudia se corriera un par de veces y soltó a Esther y sus tetas colgando, se sentó al lado de claudia y le empezó a frotar el clítoris comiéndole las tetas con rabia, mientras Esther seguía con su lengua y tres dedos follandola. Claudia cumplía un sueño erótico y gozaba con las dos dándole placer. Hacia lo que podía y metía mano a una u otra, pero estaba en éxtasis. El maltrato de mi sobrina en su botoncito surtió efecto, y agarrándole la mano intentando que parara o aflojara, se empezó a correr.
- ¡Ya, ya, prima, ya me viene! ¡Aaaaj! ¡Mmmmh! ¡para, para! ¡Me viene, me viene! ¡Aaaaaj! ¡Mmmmh! ¡Para que me meo! ¡Aaaaj! ¡Oooooj! ¡Oooooj! - le decía a mi sobrina, avisándola. Que aparto la mano con asco diciéndole:
- ¡No te vayas a mear guarra!, ¡joder que asco! -Y le tiro de los pezones con rabia, para aplacar su orgasmo.
Claudia paso de gozar e intentar no mearse mientras se corría a sentir calambres en sus pechos. Abrió los ojos y le cogió las manos a su sobrina diciéndole:
- ¡Vale, vale! ¡Mmmmh!¡Ya está, ya! ¡Aaaaj! ¡No me meo, para, para! ¡Aaaaaj! - le suplicaba acabando de correrse.
Mi sobrina se apiado, y mirandola con asco la soltó. Esther muy cachonda por la visión de los pezones estirados sin compasión de Claudia, deseo haber sido ella la maltratada. Había soltado el coñito de Claudia, al oírle gritar y casi se levanta y le pide a mi sobrina que se lo hiciera a ella. Tenia su pobre conejo empapado y quería que le hicieran correrse. Mi sobrina le vio la cara de salida y le dijo:
-Lámele los pezones a la meona esta, que le falta correrse otra vez.
Claudia la oyó, y no entendía porque se tenia que correr otra vez, pero se dejo hacer agradecida por el detalle de su prima, y agarraba ya la cabeza de Esther, que le lamia con cariño los pezones doloridos. Mi sobrina estaba también cachonda, y atrajo el culo plano de Esther y le metió dos dedos por cada agujero con muy poco miramiento.
- ¡Aaaaj! ¡despacio por favor! ¡Mmmmh! ¡Aaaaaj! - le pidió deseando que empujara más fuerte, aunque le doliera horrores.
Sonia ya me cabalgaba más animada. Casi tenía ya toda mi polla dentro, jadeaba y me hacía difícil no soltarle el culo y dejar que le entrara toda. Era ella, y me contenía lamiéndole el cuello y los hombros como si fuera un helado. Me sonreía por las cosquillas y me lamia a mí también. Me beso agarrando mi nuca y me dijo:
-Méteme un dedito que me quiero correr con tu polla dentro mi amo.
Le sonreí y le aprete un cachete del culo, se lo pellizqué y fui acercándome a su agujerito, que estaba empapado de nuestros jugos, le entro poco a poco, con ella recibiéndolo, ya entrenado a recibir mi polla.
- ¡Mmmh! ¡Un poco más! ¡Mmmmh! ¡Aaaaj! ¡Asi, asi, déjalo asi! ¡Mmmmh! ¡Gracias tito! ¡Aaaaj! ¡Que gustazo! ¡Mmmmh! ¡Joder que rico! -me decía aumentando su cabalgada.
Mi sobrina follaba descontrolada a Esther sus dos agujeros chocando sus nudillos, y Claudia le agarraba la cabeza en su coño con rabia. Esther gozaba y gritaba en el coñito de Claudia con sus cocos bamboleándose. Gozaba y ya se había corrido un par de veces, pero mi sobrina no tenia piedad y no bajaba su ritmo. Le había cogido la mano y tenia dos dedos en su culo de diosa, que hacia follarla a su gusto. Claudia no pudo más, y apartándola, se empezó a pajear ella corriéndose a su gusto. Esther la miro desconcertada y se acerco a comerle sus grandes tetas.
Sonia gemía y se corría como me había dicho, con mi polla dentro ya toda, quieta y temblando con su gran orgasmo. La acariciaba y le follaba su culito lentamente con mi dedo y mi polla notaba sus espasmos. Apoyada a mi pecho, gozaba del largo orgasmo, y jugaba con la lengua en mi pezón. Alargo la mano y me saco el dedo en su culo, lentamente, mordiendo suavemente mi pezón y riendo. Yo no tenía prisa, y había gozado follandola como dos enamorados. No lo éramos, pero se parecía mucho. Se agarro a mi cuello y se fue levantando, sacándose mi polla diciendo:
- ¡Mmmmh! ¡Aaaaah! ¿te a crecido o qué? ¡Aaaaaj!
Reímos los dos y se volvió a tirar en mi pecho aun con espasmos.
Mi sobrina se corría en la boca de Esther, que cada vez le gustaba mas el sabor de los coños, y le sorbia y lamia su coñito con cariño. Claudia resoplaba después de su orgasmo y se fue al baño a hacer pis y refrescar su coñito dolorido. Mi sobrina acabo, y aparto a Esther dejándose caer en el sofá resoplando. Esther se quedo de rodillas sonriendo y tomando aire. Se sentó en el sofá, se palpo sus agujeros, no vio sangre, sonrió, y se puso a mirar la tele.
Sonia me la chupaba con ganas, sabiendo como hacer que me corriera y me sonreía viendo mi cara de gozo. Se había recuperado rápido con mi polla chafada en su barriga y de un salto, bajo al suelo y se la metió en la boca con pasión.
- ¡Mmmh! ¡si, asi, muy bien cariño! ¡Aaaaaj! ¡si, joder como sabes puta! ¡Aaaaaj! ¡Mmmmh! ¡sigue, sigue, mas rápido! ¡Aaaaaj! ¡Que gustazo! -le decía yo agradecido y gozando.
Apareció mi sobrina, caminando como una gata en celo, se acercó a besarme y acariciar a Sonia. Bajo a mis pezones y los empezó a mordisquear como sabe que me gusta, levanto su camiseta y pego sus pechos de piedra a mi cuerpo, los note ardiendo. No tarde mucho en correrme.
- ¡Aaaaj! ¡Que cabronas, como me poneis! ¡Mmmmh! ¡Ya viene! ¡siii! ¡Joder me volvéis loco cabronas! ¡Aaaaj! ¡Traga, traga cariño! ¡siii! ¡Mmmmh! ¡Asi, asi! ¡Aaaaj! ¡Mas fuerte! ¡Asi, asi! ¡Ooooj! - les decía gozando al fin de un buen orgasmo.
Sonia sonreía triunfante, y mi sobrina se reía lamiendo mi pezón. Se subieron cada una a una pierna y se abrazaron a mi acariciándonos. Al rato pregunte:
- ¿Como va el plan?
- ¡¿Ya!? Pero si te acabas de correr. - dijo Sonia.
- ¡Jejeje! No joder, mas tarde, ahora estoy en la gloria- le respondí apretando sus culitos.
-Ya lleva dos, o más. No sabría decirte. Y la mosquita muerta lo menos catorce orgasmos. -dijo mi sobrina riendo todos.
-Sera multiorgásmica- dije entre risas.
-Y le va la caña dura, no veas como goza con el dolor la tía- añadió mi sobrina.
-Si, ya me lo pareció en el coche. Se queja, pero no se aparta- dijo Sonia.
Claudia volvió al sofá, ya refrescada, y Esther se levanto para ir al baño. Claudia le cogió del brazo y le dijo:
-De esto ni una palabra a nadie.
Esther le sonrió y le dijo:
-No, no, si tampoco me iban a creer.
Y rieron las dos.
Saltaron mis dos gacelas y me puse bien el pantalón y la camiseta. Le di un trago largo a la cerveza y fuimos al salón. Claudia nos miraba sonriente y se fueron sentando en el sofá apoyadas en mi pecho, ahora sin cojines. Volvió Esther también sonriente y se sentó en el final. Claudia mas suelta se apoyó en el hombro de su amor prohibido y esta le sonrío. Le dio al pley y vimos la peli “tranquilamente”.
Mi sobrina siguio con su celebración y seguimos con las cervezas que no se acababan nunca. De la película pasaron, no se bien como a la música y los bailes de “tik-tok”, las pueblerinas también se sabían algunos, y yo disfrute del espectáculo, y de mas de una caída, entre risas y mucha más cerveza. Miraba lo bien que se movían y sus tetas botaban al compas de sus culos. Había bailes muy descarados y mi polla saltaba alegre al verlas. Se fueron cansando y volviendo al sofá charlando y cambiando opiniones de tal o cual baile.
Claudia no era tonta, se dio cuenta de porque se tenia que correr dos veces, y tenía más miedo que atracción a mí. Sabia que, si Esther ya estaba asi de sometida, ya habría pasado por mi polla, y recordó el día que fue a la papelería y lo cambiada que vio a Esther al volver. No quería acabar como ella, cogida de los pelos y usada. Si fuera follar normal, ella encantada, pero en esta casa no se follaba normal. Tenía miedo.
Esther se quedo dormida esperando volver a ser usada y mi sobrina la mando a la cama. Obediente dio las buenas noches y se fue. Claudia vio la oportunidad, y esperando que le agarrase Sonia, se levantó también despidiéndose. No paso nada y se fue también a la cama aliviada. Cerro la puerta y puso una silla detrás. Igual la violaría en la noche, temió.
Mis chicas se estiraron, mi sobrina me pego con una teta en la cara y me dijo:
- ¿Vamos a dormir?
Hice que se la iba a morder y le dije levantándome:
-Ya veremos.
Sonia, como cada noche que dormía en casa, se subia a mis espaldas y la agarraba de su culito de piedra. Su peaje eran mis pellizcos muy cerca de su coñito, y las bofetadas de mi sobrina en sus cachetes, reía y protestaba, pero pagaba encantada.
Esther ya casi dormida nos oyó pasar sintiendo envidia, se planteó hasta venir con nosotros, pero se quedo dormida. Claudia también sintió envida, pero también alivio. Sabia que mis chicas me dejarían seco, y mañana seria otro día.
Sonia estaba servida, pero mi sobrina no. Y entre los dos le besemos, mordimos y lamimos hasta que se me puso dura y empujándome sonriente, se subió encima y me empezó a cabalgar sin prisas. Cogí a Sonia y le atraje poniendo su coñito en mi boca. Se acomodo y me fue guiando lentamente por donde quería. Mi sobrina la abrazo y le sobaba sus pechitos. Lo hacía con más rabia de la habitual, le mire a los ojos, se dio cuenta y aflojo sus manos rabiosas. Sonia en cambio le reclamo que siguiera como antes y mi sobrina me sonrío y volvió a amasárselas con rabia. Yo amasaba las de mi sobrina y asi gozamos y follamos hasta que uno tras otro nos corrimos y ayudemos al siguiente a correrse. Se me acomodaron y dormimos con una sonrisa.
Los humanos somos animales de costumbres, y Claudia no era una excepción. Iba al baño casi cada noche de las 3 a las 4 de la madrugada. Mi reloj empezó a vibrar a las 3 y me desperté sonriendo. Me levanté y fui a tomarme un café y un cigarro, mientras ponía mi oído en la puerta de Claudia y Esther.
Poco antes de las 4 salió Claudia medio sonámbula, entro en el baño, y fui a esperar que saliera. Ya llevaba un rato despertando a mi polla, y la tenía bastante despejada ya. Sonó la cisterna, el lavamanos y abrió la puerta.
Cabizbaja por el sueño, lo primero que vio fue mi rabo apuntándola. Parpadeo y levanto la vista. Se quedo paralizada, me miraba con miedo, pero sus ojos no tenían miedo.
-Tengo novio- me dijo.
-Yo también- le respondí.
-Tengo que seguir virgen- me mintió.
-No vas a seguir siéndolo- le conteste.
Bajo la vista a mi polla y le dije.
-Cógela, no muerde.
-Otro día ¿vale? - me dijo intentando pasar por mi lado.
La pare cogiéndola entre las piernas y agarrando su chochito. Se paro en seco. Le hice fuerza y levanto los pies de puntillas, y le empecé a frotar el coñito sobre sus braguitas.
Estaba inmóvil, y no me miraba. Me estaba cortando el rollo la puta “Pegui” de pueblo. Seguí pajeándola, y esperé que se calentara y al fin agarrase mi polla con ansias. Pero solo gemía en la oscuridad con las manos quietas.
Claudia creía que, si le hacía caso a su coñito ya cachondo, acabaría como Esther. Y resistió estoica mi mano en su coñito y mi respiración agitada en su cuello. Se quería lanzar a comer ese gran rabo, pero resistió bien.
Me canse de esperar, aumente mi ritmo muy rápido, hasta que se le apartaron las braguitas, y resbalaba mi mano en su coñito y empezó a gemir. Pero no me la cogía. Pare de golpe y la solté, volviendo a la cocina a fumar.
Claudia se quedo un rato en el pasillo a oscuras, intentando recobrar la compostura. Sabía que la había cagado, creía que la acabaría violando contra la pared, y una vez cachonda, aceptaría lo que le pidiera. Pero no, la había dejado y me había ido. Y no contaba con eso, ahora si seria como Esther, o peor. Se metió en su habitación y se tapo hasta la cabeza llorando.
Yo fumaba, forzando a relajarme y sonreía pensando en la puta “Pegui” de pueblo. Es lesbiana, deduje. Se a enamorado de Sonia, y no se a lanzado a mi polla, cuando al fin podía sin mis chicas viéndola. No entendía porque me miraba con deseo, y deje de darle vueltas.
Me levanté y fui a su habitación. Abrí la puerta a oscuras y moviendo mi muñeca se encendía la pantalla de mi reloj unos segundos. La encontré en su cama boca abajo y me puse encima. Le bajé la sabana, el pantalón y las braguitas, y cooperaba diciendo algo que no entendí. Metí mis dedos y busqué su coñito, follándolo con dos dedos. Enseguida levanto el culito y coopero. Seguí más rápido, quería que se mojara, empezó a gemir y mover sus caderas. Le saque la mano y le empuje mi polla y dijo:
- ¡Mmmh! Hola- y se la dirigió a su coñito.
Note su calor y empuje sin piedad agarrado a su culo.
- ¡Mmmmh! ¡Aaaaaj! ¡Aaaaj! ¡Aaaaj! – gemía quejándose.
Ya con mas de media polla, le aplasté la cabeza contra la almohada y empecé a follarla a mi gusto.
- ¡Aj! ¡Aj! ¡Aj! ¡Aj! ¡Mmmmmh! ¡Aaaaj! ¡Mmmmh! – después de protestar y gritar, levanto más su culito y se dejó hacer ya gozando.
La bombeaba con rabia y gozaba de su coñito estrenado por mí. Ella ya me acariciaba las piernas y gemía fuerte contra su almohada.
Al rato, ya me faltaba poco y le avise. No me podía correr en su coñito:
- ¡Mmmh! ¡Aaaaj! Ya casi estoy puta, ¡Aaaaj!  Prepárate.
Levanto la cabeza y me dijo:
- ¡Aaaaj! En el culo, la quiero en el culo ¡Mmmmh! Suéltamela dentro de mi culo ¡Aaaaaj! Dentro ¡Aaaaaj! ¡Mmmmh!
Obediente, le escupí un par de veces en un cachete y le mojé su agujerito con prisas. metí un dedo, lo moví y acabo entrando hasta mis nudillos, se lo gire un par de veces y luego empuje dos, que me costó mas y la hice gritar.
- ¡Joooder! ¡Aaaaaj! ¡Buuuf! ¡Sigue, sigue! ¡Aaaaaj! – me pidió.
Le saqué la polla del conejo, ya a punto de correrme y le abrí los cachetes empujándola por su agujerito brillante.
- ¡Aaaaaj! ¡Aaaaaj! ¡Ostia puta! ¡Aaaaj! ¡Mas, mas adentro! ¡Mmmmh! ¡Aaaaj! -me pedía.
-Puta masoca ¡Aaaj! ¡Toma perra! ¡Aaaaaj! - le dije metiendo mas de media polla y follandola sin compasión.
- ¡Mmmmh! ¡Aaaaah! ¡si, llénamelo! ¡Mmmmh! ¡Córrete mas adentro! ¡Aaaaaj! - me pedía.
La follaba y le entraba mas cada vez, alucinaba y gozaba abriendo su culo que me quemaba la polla, y ella gemía más que gritaba. Afloje el ritmo para disfrutar un rato más y oírla gemir bajo la almohada.
- ¡Mmmmh! ¡Si, asi follámelo lo que quieras! ¡Aaaaj! ¡Mmmmh! Me lo puedes follar cuando te de la gana ¡Mmmmh! ¡sí, asi hasta el fondo! ¡Aaaaj! ¡Joder la noto toda! ¡Aaaaj! -me decía la perra cachonda.
Mi reloj lanzaba destellos según me movía, y la vi mirándonos, sudada y frotándose el coño con rabia. Me vio y no me aparto la mirada, bajo su sabana y me mostro como se pajeaba y sobaba sus grandes pechos. La miré con asco, y le dije levantándome:
-Ahora te jodes puta ¡Mmmmh! ¡Toma, esto es lo que te has perdido! ¡Aaaaaj! ¡Mmmmh! – le decía a Claudia, que se había levantado ansiosa a chupármela, pero que pare agarrando su cabeza, y le solté mi lefa en la cara.
Abría la boca sin soltar su coñito, quería metérsela en la boca. Pero solo recibió lefa por toda la cara, y cuando acabe, se la restregué por la cara, la aparte y me gire a Esther que ansiosa se lanzo a chupármela. Se había corrido tres veces, y dos fueron cuando le follaba el culo. Miraba triunfante a Claudia, que estaba inmóvil de rodillas con mi lefa resbalando por su cara y sus tetas.
Me la dejo reluciente y le dije:
-Muy bien putita, me encanta tu culo plano tragón.
Me sonrió y se volvió a tumbar en la cama satisfecha.
Claudia quería pedirme perdón, quería venir tras de mí, pero no hizo nada. Me vio irme y ahí se quedo de rodillas en el suelo.


Continuará.


Autor: CacharroLoco 

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