Cielo River-os mis aventuras sexuales con viejos 8

Cielo River-os mis aventuras sexuales con viejos 8
Mientras tanto claudia ya aburrida de estar haciendo fila en los atestados baños veía por finque ya estaba próxima a entrar a estos para calmar su atestada vejiga que le protestaba con dolores el por qué no vaciaba su contenido.
–- Uffffff por fin yano aguanto las ganas de orinar, pensaba en sus adentros sin imaginarse por lasituación que pasaba en esos momentos su amiga Cielo Riveros.
Mientras tanto allá enun lugar alejado y casi en penumbras de la feria solo alumbrado por la lunallena que majestuosa se asomaba esa estrellada noche, nuestra hermosaprotagonista vivía una situación  angustiante al tener que estarsoportando al degenerado viejo de don pedro quien estaba fascinado y casi babeaba porlas tremendas redondeces de la  escultural jovencita y por ese aire deingenuidad e inocencia que se desprendía de ella.
La tenia bien agarradapor ese fino y firme talle que estaba al aire, donde se apreciaba su vientreplano sin un gramo de grasa y coronado por su sexy ombligo que atrapabahipnóticamente la atención.
El sátiro se la comía con los ojos mientras su mente maquinaba ideas perversas para con la hermosanena
–-Yo…yo…. ten... tengoque irme, por favor, suélteme-- suplicaba la mama sota con esa deliciosa vozmelosa e inocente
–-No…cosita rica,hasta que acabe la tanda mi reina.
El degenerado viejo aprovechando la pasividad de la encamable jovencita la apretaba contra elhaciéndola sentir su dura erección en su entre pierna de la mamasota.
Para acabarla defastidiar, la tanda una tras otra de las románticas baladas parecía no tenerfin, ante la desesperación de Cielo Riveros y deleite del viejo y de suscompinches que se agarraban la verga, sobándosela sobre su overol, al ver como su jefe se volvía cada ves más atrevido con la deliciosa chamaca con la quebailaba.
Luego le dijo el viejosin despegar la mirada de los mamables senos de la jovencita con totalmorbosidad
–-¡Qué hembra tan infernal eres mamacita! desde que llegaste te hemos estado siguiendo, no pienso en otra cosa que en meter mi verga en ese divino culo- todo esto sin dejar deapretarla contra él, sintiendo ella la empalmada verga.
]El viejo estaba embelesado ante las dos tremendas tetas de la jovencita que, al tenerlas tancerca, se quedaba endiosado con esos erguidos y rotundos senos que prometían unsin fin de placer y gozo para quien los tuviera.[/size][/font]
Sólo escuchar laspalabras del viejo descarándose ya en sus sucias intenciones con ese vulgarlenguaje, el cuerpo de la chica se tensó y notaba cómo una sensación de miedo,casi de terror, crecía dentro de ella incontroladamente.
–-Por favor… don Pedro,no me falte al respeto, yo no le he dado motivos para que me diga esasvulgaridades-- dijo la curvilínea jovencita con voz tenue y tensa a la vez.
El viejo se aventó unaterrorífica carcajada al escucharla, el escalofrío fue total, el miedo erainsoportable, sus comentarios morbosos le asustaban más a cada segundo quepasaba, no sabía que hacer, ese viejo la tenía bien agarrada sin soltarla ni unsegundo, no tenía muchas opciones.
 Dueño de lasituación el asqueroso viejo le dijo.
–- ¡Pero si túmamasota nos diste entrada para que te faltemos al respeto, zorra calientevergas!
Ella desconcertada porla aseveración del viejo y cada vez más asustada por la caliente situación lecontestó
–-No… no… sé a qué serefiere señor-, dijo con voz muy quedita.
–-¿Ah no?... putita rica ¿nolo sabes? y cuando tus y las zorras de tu amiga se pararon a medio puenteenseñándonos todo, sin dejar nada a la imaginación no es eso provocarnos ydecirnos que quieren una buena verga de macho, me dejaste caliente desde que tevimos arriba del puente enseñándonos todo mi reina, dime no es eso provocarmamasota.
Cielo Riveros sintióque la cara le ardió al oír estas palabras del viejo, al mismo tiempo que elcorazón le daba un vuelco, las impactantes palabras del asqueroso viejo fueroncomo un cubetazo de agua fría, ¿que podría argumentar en su favor? dijera lo quedijera esos horribles viejos no le creerían, el viejo tenía razón su acción enel puente la condenaba.
Y no soportando ver lacara lujuriosa de triunfo del viejo al notar que no tenía argumentos dedefensa, la escultural jovencita bajo la mirada agachando la cabeza, sushermosas mejillas adquirieron un color rojo.
Y sintiéndose cada vezmás caliente y dueño de la situación al ver su pasividad sus roñosas manos quele acariciaban la suave y tersa piel del talle hacían cada vez círculos másgrandes abarcando más de esa deliciosa y suave piel al tiempo que lepreguntaba.
–-Que pasa zorrita ¿nome vas a contestar?
Ella solo con su vozmuy quedita apenas y visiblemente nerviosa murmuro  –-heee eesteeeyooo  yooo, sus hermosos y grandes ojos verdes parpadeaban muy rápidoevidenciando su tremendo miedo que sentía la nena.
El lujurioso viejo lelevanto la voz fuertemente asustando aún más a la jovencita
–-¡Queeeeee no te oigozorra dime tengo razón o no puta calienta vergas!
Solo el silencio de lavoluptuosa jovencita fue más que obvio que no sabía, que no tenía que contestartoda la evidencia contundente la condenaban.
El horrible viejode don Pedro más que satisfecho con su reacción le dijo
–-El que calla otorgami reina y tomándola del mentón la obligo a levantar la mirada diciéndole–“entonces vamos a disfrutar estas nalgotas y estas chichotas que ya me andapor mamarlas mamasota.
Al levantarle el viejoel mentón a la escultural jovencita noto en sus ojos un par de lágrimas y sucarita una expresión de mucho miedo que solo excitaba más al degenerado de donPedro.
La nena veía conhorror que todo se le empezaba a ir de las manos, no veía como saldría de esacaliente situación, sabía por experiencia propia de otras situaciones similarespor las que había pasado, que a esos degenerados ya nada los detendría hastaobtener lo que querían.
Estaba muy tensa ynerviosa, sentía que cada vez se hundía en un profundo agujero y nada ni nadiela podrían salvar.
 La deliciosajovencita, en un último intento de recomponer todo ese mal entendido, suplicóal sátiro viejo muy angustiada.
–-Nooo don Pedro, lodel puente fue una equivocación, déjeme explicarle.
Pero el viejo al saberque tenía a su alcance ese exuberante, fresco  y juvenil cuerpo de laadolescente, ya no la oía y sucumbió a su deseo irrefrenable de poseerla, sinimportar si para ello debía forzarla.
 La chiquilla almismo tiempo trataba de separarse de él, más de pronto una terriblesensación de pánico se apodero de la jovencita, cuando sintió que las manos quele estrechaban su cintura, bajaron hacia su redondo y respingado trasero y loagarraron fuertemente; como la tela de la mini  era muy delgada, sentíaclaramente como hundía sus dedos en sus duras nalgas y hacía tanta presión quela vergota del viejo la sentía mas grande en su pelvis.
Paralizada de miedosólo pensaba en sus adentros.
– Cielo Riveros Ohdios mío… me… está… tocando. ¿Qué hago?
El viejo acariciabalas majestuosas curvas de las nalgas con las dos manos, introdujo sus arrugadamanos bajo la mini,  la piel rugosa y áspera de sus viejos dedos norecordaban haber tocado algo tan suave, tan delicado como la piel de esacriatura.
–-Jooooodeeeeerr, peroqué clase de culo tienes mamasota, eres una diosa-- las manos del viejo noparaban de estrujarle las nalgotas a la chica, se las masajeaba con lasdescascaradas palmas de la manos bajo la minifalda sintiendo la deliciosa pieldesnuda y suave de la nena.
Cielo Riveros,reaccionando, le daba de golpes en el pecho al viejo tratando de que lasoltara, pero para el caliente y rudo sexagenario esos golpes eran caricias yseguía con su manoseo al formidable trasero de la colegiala, la muy cortaminifalda y por ser de esas de vuelo facilita en mucho el manoseo del viejo.
Aprovechaba para ponersu mano en las tersas piernotas, acariciaba la suave y tibia piel de esosmuslos hasta llegar a la redondez de sus nalgas y, sintiendo la turgencia deesas tiernas carnes tan hermosas, embriagado por el perfume que emanaba de esacriatura, se tenía que contener para evitar una corrida.
– Cielo Riveros -Noooooosuuuéeelteeemeeee pooor faaaavor, no haaaaga esooo.
Pero el viejo estabaembrujado por ese trasero formidable, suave, duro, redondo.
–-Qué culote tan ricotienes mamasota, para meterte la verga una y otra vez.
Ella se sentía impotentee indefensa, estaba en las garras de ese viejo caliente, no podía hacer nada,él tenia mucha más fuerza que ella.
Ella lo miraba a losojos suplicándole con la mirada que parara, pero el viejo se seguía deleitandocon esas espectaculares nalgotas; estaba fascinado con la redondez y textura deese par de juveniles y soberbias nalgotas.
Entonces las arrugadasy peladas manos se comenzaron a deslizar lentamente hacia arriba llegandopronto a la desnuda y breve cintura de la nena, pero no se detuvieron ahí ysiguieron su delicioso viaje por la suave piel de la chica, con las clarasintenciones de llegar a las redondas tetas de la jovencita; el rostro del viejomostraba una mueca enfermiza, sus ojos se estaban poniendo vidriosos y hasta sele caía la baba y no era para menos imagínense tener varios meses en ayunosexual y de pronto tener en sus manos un forrazo de jovencita.
.. Cielo Riveros."n-no...n-no… e-espere...n-no...no
La aterrada colegialaentonces tomó las manos del viejo por las muñecas deteniendo por un momento sucaliente avance a la altura de las costillas, en una reacción natural dedefensa, pero para el rudo viejo esto no era nada, considerando que tenía muchamás fuerza que ella, para él eso no era obstáculo sino todo lo contrario, erancaricias el sentir las suaves manos de la chica en sus muñecas.
A continuación, elviejo inclinó su arrugado y barbudo rostro hacia el cuello de la joven pegandosu asquerosa boca mal oliente a cerveza y cigarro en el muy sensible y esbeltocuello de la nena; dándole una succión con los labios, sacó su asquerosa lenguay la pasaba por el muy sensible cuello de la voluptuosa jovencita, quiencerro los ojos ante las deliciosas sensaciones que la invadieron notando cómose le erizaron todos los vellos de su cuerpo.
El viejo sintióclaramente esta reacción en la piel de la chica porque sus manos continuabansobre los costados de la nena y esbozó una media sonrisa siniestra, sabía queiba por buen camino con ese bombón de chamaca y continúo con más énfasischupeteando el sensible cuello de Cielo Riveros, llenándola de múltiplesescalofríos.
– Cielo Riveros -Ooooh…Nooo…ooooohhhh…don Pedro, por favor deténgase.
Suplicaba la mamasota,sabiendo que esas sensaciones que la empezaban a abrumar no llevaban a nadabueno; ahorita que todavía no estaba entregada a esos placeres, se conocía muybien y sabia adonde la llevaría todo eso si despertaba su ardientetemperamento, le horrorizaba visualizarse en una cama cogiendo con eseasqueroso viejo y sus compinches.
–-Estás muy buenamamasota y se ve que te encanta la verga, ahorita te resistes, pero al rato vasa estar gritando de placer como una zorra.
Y a continuaciónarremetió de nuevo al sensible cuello de la nena, haciéndola sentir escalofríosy sensaciones agradables, esa lengua y esa barba que le atacaban el cuello sinpausas.
La chica sentía cada vezmás que ese viejo conseguiría sus propósitos al estar ella en desventaja,luchaba contra ese viejo que la forzaba y contra su propio cuerpo que poco apoco aceptaba las arremetidas de ese asqueroso viejo, notando que el asco y elrechazo a ese degenerado viejo disminuían y en su lugar se apoderaba de sucuerpo una agradable sensación de placer que, como una droga, luchaba poradueñarse de su voluntad.
Pero ella continuabaluchando a pesar de estar en desventaja, alzó sus manos y las puso en el pechodel viejo y trataba de hacer fuerzas para separarse de él, éste disfrutaba lalucha que le quería dar la nena, esto le dejó las manos libres al viejo que,sin pérdida de tiempo, la agarró del breve talle sin ninguna delicadeza y se repegó de nuevo al voluptuoso cuerpo de la nena sintiendo ella la dura tranca delviejo en su entrepierna.
El viejo, sonriendo,le miraba su carita espantada y viéndole esos gruesos y carnosos labios se ledespertó un gran deseo de besarlos, entonces aferrado a la cintura de lacolegiala trató de alcanzar esa deliciosa boquita con su asquerosa lengua.
– Cielo Riveros -Nooo,déjeme...nooo-..viejo…degenerado…-- luchaba ella forcejeando y
 moviendo sucabeza para ambos lados, tratando de evitar que el asqueroso viejo le robara unbeso de sus frescos labios.
Ella, así dominadacomo estaba, sólo podía mover su rostro de un lado a otro tratando de evitartan repugnante beso.
–-Mamacita estás muybuena y yo muy caliente, déjame darte un beso.
Cielo Riveros –-Nooo….suélteme….don Pedro….suélteme-- pero el viejo más la apretaba del talle ybuscaba afanosamente robarle un beso a la sabrosa adolescente.
Mientras tantoel  maestro Tulio y el cojo Juan  se paseataban por los stands dondese reunían los jóvenes y se metían a ellos buscando entre la turba de jóvenesque bailaban y se embriagaban, a la escultural Cielo Riveros, saliendo este parde degenerados de uno de los últimos stands de jóvenes con cero resultado de lamamasota.
–- Parece que se latrago la tierra a la zorra, decía el maestro tulio
–-Así es maestro nisus luces de la chamaca y mire que la hemos rastreado como perros y nada, decíael cojo Juan.
–- Ya vimos todo estosputeros donde llegan chamacos y no está, vamos ahora por rumbo a los juegosdamos una vuelta y de ahí nos vamos por donde está el toro mecánico, de quetenemos que hallarla la tenemos que hallar dijo el maestro tulio y hacia alláse dirigieron.
 Cielo Riveros sentíauna impotencia tan grande; el viejo era demasiado fuerte para ella y el hedor acerveza que provenía de su aliento era insoportable, su lengua asquerosa, en unmomento en el forcejeo, lamieron los labios de la chica, los cuales ellamantenía muy apretados para evitar que el viejo metiera su asquerosa lenguaentre ellos.
Cielo Riveros –-Deejeemeepooor faavooor don Pedro- y entonces sucedió lo impensable, el borracho viejose cansó del forcejeo y la soltó un momento, tratando de agarrar aire; estoporque habían tenido mucho trabajo armando los juegos y casi no habíandescansado, aparte de que habían estado tomando cerveza desde temprano sinparar ni un momento, y todo eso vino a repercutir en ese momento del forcejeocon la  encamable colegiala.
La nena se desconcertóal sentir que de repente el viejo la soltaba y tratando de alejarse de él fuedando pasitos hacia atrás al mismo tiempo que se bajaba y se acomodaba la mini,ya que por el manoseo del viejo se le había subido hasta la cintura, hasta quese topó con la mesa de madera donde había estado recargada cuando llegó.
El viejo al notar estose acercó de nuevo a ella no queriendo que la sabrosa presa se le fuera ahuir,  y puso sus dos sucias y peludas manos sobre la mesa a ambos ladosde la nena, dejándola encerrada en medio de sus brazos y sin nada de espaciopara maniobrar; él jadeaba tratando de agarrar aire.
 –- uffff uffff--respiraba todo agitado, estaba muy lejos de terminar la caliente situación,sólo era una breve pausa.
Los otros viejos,divertidos por todo lo que estaba pasando, decían burlonamente.
 –-Ja ja jacompadre, te salió respondona la palomita, jajajaja ya te cansó, si quieres teayudamos ya estás viejo para estos trotes.
Herido en su orgulloles contesto el degenerado don Pedro.
–-Están pendejos…ahorita van a ver que puedo con esta chamaca y otras que me pongan enfrente.
 La nena mientrastanto al ver que el viejo la tenía aprisionada con sus dos peludos y sudadosbrazos a cada lado de la mesa se dio vuelta dándole la espalda para que noviera que se sentía atrapada, craso error, y se quedó quieta, petrificada,apenas y respiraba, el miedo la tenía paralizada.
El degenerado viejosintió que la sangre le hervía de deseo y que nuevas fuerzas se reinyectaban ensu seboso cuerpo al sentir lo cerca que estaba de la colegiala y ver lasdesprotegidas y tremendas nalgotas indefensas a sólo unos centímetros de él,sólo era cuestión de dar un muy cortito paso para sentir esas soberbiasnalgotas en su tieso miembro, esa espectacular visión le dio renovadas fuerzaspara continuar su ataque a la indefensa jovencita.
Podía ver el viejocómo esas voluptuosas nalgotas temblaban por el gran miedo que la nena sentía,ella tenia ambas manos en su cara y sollozaba quedadamente, estremeciéndosetoda.
El degenerado viejoveía con lujuria cómo la corta mini falda se levantaba por efecto del tremendoy respingado trasero de la adolescente, que muy apenas lograba cubrir, la vergala tenía como fierro por efecto de contemplar las suculentas curvas de lajovencita.
  
Y pensaba eldegenerado --¿cuándo yo tendría a una mujer así de buenota?, al menos por lasbuenas nunca.
El viejo poco a pocorecuperaba las fuerzas y al estar encorvado agarrado de la mesa con ambasmanos, no le quitaba la vista al apetecible culazo de la nena.
Eso lo hizo ponersemuy enardecido al tener la visión de esas pecaminosas carnes, donde seapreciaba claramente el pequeñito y sexy bikini que luchaba estirándose almáximo y que hacia resaltar aún más las duras y redondas nalgas.
Don Pedro tenía laverga al rojo vivo y sentía que le latían los testículos por la excitación detener esa maravillosa visión.
-¡Qué culazo puta!,ahorita vas a sentir la verga de un macho caliente- dijo el abusivo viejo convoz  carrasposa.
La nena seguía deespaldas, arrinconada, sollozando, entonces el viejo se comenzó a incorporar ysin despegar la vista del tremendo culazo que tenía al frente, se comenzó adespojar del overol cayendo al piso, dejando al descubierto un repugnantecalzoncillo que alguna vez fue blanco y que cubría las partes asquerosas de esedesagradable hombre.
Se podía ver como elcalzoncillo en la parte de enfrente la gran erección que tenía el degeneradoviejo, parecía una carpa de circo, la tela del calzoncillo se podía apreciarclaramente  manchas de humedad, seguramente líquido preseminal que el muydegenerado había secretado al estar manoseando a la sabrosa colegiala y sentirsus deliciosas curvas y firmes carnes.
Sniff…..sniff….snifff…sollozaba la colegiala, con espasmos alternados, al imaginarse lo que vendría acontinuación, sus intenciones de esos viejos eran claramente obvias, al haberrecibido el primer ataque del viejo Pedro, al estar conciente de su situaciónsus  finas manos que estaban en su hermoso rostro le comenzaron a temblarde miedo, los latidos de su corazón se aceleraron y su mente la ubicaba en unaterrible realidad, no había salida , alejada totalmente de la gente en eseparaje solitario  casi oscuro y perdido no había nadie que pudiera rescatarlade esos degenerados.
Salvando la breve distanciaque lo separaba de la jovencita y, sin poder esperar más el viejo, se abalanzósobre ella apoyando su tremendamente erecto miembro en las redondas y durasnalgas de la jovencita.
Al haberse despojadodel grueso overol de mezclilla y quedarse en calzoncillo solamente, laspercepciones de las agradables sensaciones al pegarse al curvilíneo cuerpo dela deliciosa chica se multiplicaron al 300 por ciento para beneplácito deldegenerado
Sintiendo en su verga,al contacto con las nalgotas, una placentera sensación que lo invadió comonunca antes había sentido, de unas ricas y duras nalgas que de tan combadas lassentía como algo tremendamente desquiciante.
Sus peladas y suciasmanos le rodearon por el fino y breve talle que conformaban ese vientre planocasi perfecto, estrechándola hacia él y acariciando su suave abdomen,recorriéndolo, mientras el tieso miembro se hundía en el culazo de CieloRiveros.
Ella, al sentir que elviejo se le arrimó y le apoyo su palpitante verga, abrió los ojos como platos ydio un respingo por la sorpresa de la acción del abusivo viejo.
– Cielo Riveros -Aaaaahhh, ahhhhhhh deeeteengaaasee doon dooon  Pee Peedroo, nooo ¿quéé haacee?suélteme.
–-Ya no aguantomamasota, me tienes calientísimo, ya no te resistas y disfrútalo.
Ella bajó sus manos ylas puso encima de las manos del viejo que, aparte de deleitarse con lasredondas nalgas punteándolas y repellandole su erecto miembro, disfrutaba de latersa y suave piel del sexy abdomen de la nena; la chica puso sus manos encimade las manos del viejo tratando de parar esas mórbidas caricias a su juvenilcuerpo, pero sus finas manos eran arrastradas por las calientes y rasposasmanos del viejo que no dejaban de recorrer la fina y tersa piel de la chica, almismo tiempo que su trasero recibía una y otra ves las estocadas del viejo.
Decir que era unaexquisitez, sería poco decir, era una cosa maravillosa, sentir ese fabulosocuerpo ahí forzándolo contra su voluntad y abusando de ella.
 
La claudia salía delbaño público por fin y se dirigió adonde había quedado de verse consu amiga, al mismo tiempo que le llamaba desde su móvil para avisarle que yaiba hacia allá.
–- Que raro, no mecontesta, pensaba la escultural Claudia al mismo tiempo que deducía que por lamúsica ella no oía su móvil y sin más preocupaciones se dirigió hacia el toromecánico.
El viejo tenía tangran erección que sentía que iba a romper el calzoncillo, su verga que estabatotalmente agitada, bramaba por entrar en esas exuberantes carnes.
– Cielo Riveros -Nooooonoooo- musitaba Cielo Riveros con esa voz aniñada y tratando de apartarsecontorsionando su culazo, en un desesperado intento de parar los embates delviejo, logrando sólo que al viejo lo calentara más todavía ese movimiento.
Y poniendo su boca muycerca de su oreja derecha de la chica le dijo.
–-Aaahh mamasota, tevoy a culear, te voy a violar, te voy a llevar conmigo y nadie te encontrará,vas a ser mi mujer, perra calienta vergas, hasta que me harte de ti.
La chica totalmenteespantada por las palabras del viejo musitaba.
– Cielo Riveros -sniffsniff... por favor no ...no por favor…p..oo..r.......fa......v...oo..rrr....nooooo, suplicaba  angustiada.
En medio de toda estavorágine, la chica oía que su móvil sonaba una y otra vez y pensaba.
–-Hay dios,seguramente es Clau, ha de estar preocupada por mí y yo sin poder escapar deestos viejos-- eso le daba mucha tristeza porque ya se imaginaba siendosecuestrada por esos asquerosos viejos y siendo violada hasta que se hartaran ymás tristeza le daba por su mamá que seguramente se moriría al no volver asaber de ella y se preguntaba por qué tenía que sufrir eso, por qué sufrirsiempre de los abusos de los hombres.
Don Pedro continuabaembistiendo implacablemente con su verga endurecida las firmes nalgotas de lachica, a la vez que le atacaba con su barbona boca el hombro casi desnudo de lanena, lamiéndoselo y recorriéndolo con su rasposa lengua hasta su cuello y suoído para enseguida regresar de nuevo a su desnudo hombro, en un ir y venir que llenabande escalofríos y que exasperaban a la nena.
– Cielo Riveros -Noooooooooooo……paaaareeee……dooon….Peeeedrooo.
El viejo seguíadeleitándose con la chamaca, sintiendo en su erecto miembro la desquiciantedureza y curvatura de ese juvenil culazo, al mismo tiempo que su apestosa bocano paraba de lamerle los casi desnudos hombros  ya que la blusa quellevaba Cielo Riveros al ser casi un top y en los hombros sólo dos delgadostirantes, la dejaba toda desprotegida.
Con una habilidad que sólo se da cuando la adrenalina de la calentura se inyecta en el cuerpo,usando su apestosa boca y la rasposa lengua, el viejo luchaba contra elelástico del delgado tirante de la blusita de la chica, buscando un resquiciopor dónde meter la lengua y así poder jalar el tirante por los hombros ydeslizarlo por su brazo, con la intención de dejar desnudos los senos de lajovencita, cosa nada fácil ya que la blusa al ser elástica y muy pequeña seestiraba al máximo por las protuberancias de la niña y ambos tirantes estabanmuy tensados.
Esta labor hubiesesido no tan difícil si el viejo hubiese tenido su dentadura completa, ya quecon los dientes hubiese tomado el elástico y con un movimiento de cabeza lohubiese arrastrado al hombro para deslizarlo hacia abajo, pero así con lalengua era una labor complicada, pero eso al viejo no le importaba, él teníapaciencia, además de que sus fosas nasales eran inundadas continuamente con elexquisito aroma del perfume que emanaba del cuello de la nena.
Mientras tanto lassucias manos, con la piel de las palmas horrorosamente descascaradas,continuaban su labor de acariciar ese abdomen plano con las manos de la chicaencima arrastrándolas sin poderlas ella detener y por momentos la apretabahacia él para sentir todavía más fuerte, en su tieso miembro, la punteada quele daba al sabroso culote de la chica.
– Cielo Riveros -Dééjeemee…dééjeemee don Peedroo pareee aaaahhhhh…deténgase…aaaaahhhh-
Cielo Riveros –-Aaaaaaahhhhh….Aaaaaaahhhh-- gemía la colegiala en cada nuevo repelón que le daba la vergotadel viejo, ya que sin ninguna consideración hacia movimientos salvajes con sucadera de atrás para adelante y la punteaba fuertemente, sintiendo yabsorbiendo el impacto las redondas nalgas de Cielo Riveros.
El viejo cada vez másdesquiciado dirigió una de sus manos hacia arriba tratando de alcanzar losturgentes senos de la chica, ella muy angustiada al darse cuenta de susintenciones, con sus dos manos las puso sobre la del viejo que subía haciendofuerzas para detener la invasora, a sabiendas de que si esas manos llegaban asus redondos senos y, peor aún, a sus hipersensibles pezones, todo acabaríapara ella.
La reacción de ella eslo que quería el lleno de mañas y degenerado viejo, quien con un movimientorápido atrapó ambas manos de la nena por las muñecas reteniéndolas férreamente,con una mano el viejo tenía más fuerza que la fina y delicada Cielo Riveros,neutralizándole ambas manos, ante la impotencia de ella; todo esto lo calentabamás, y dirigió hacia abajo la mano que le quedó libre, el elástico de la minide la chica no fue obstáculo, fácilmente se introdujo y, deslizándose, bajó unpoco más ante el horror e impotencia de la chica.
Muy pronto alcanzó el bordesuperior del pequeñísimo y sexy bikini de la encamable jovencita ylentamente metió la escamosa mano allanándolo ante la enorme desesperación dela nena.
Cielo Riveros -Nooooooooo…deetééngaasee… paaareee…nooo…loo..haaagaa.
Mientras tanto la bocadel asqueroso viejo seguía luchando con el tirante que no cedía ni un ápice,haciendo muy complicado su intento de despojarla de su blusa a la nena.
En eso el viejo sintió debajode su boca algo de lo que no se había percatado, esto porque el sedoso yhermoso cabello de la nena lo tapaba, un botón de esos que se traban a presiónen la parte de atrás de la blusa de la nena, unos 5 centímetros abajo delhombro en su espalda, dándose cuenta de que de ahí se trababa el tirante de lablusita de la chiquilla.
Se dio entonces a latarea de jalar con las encías afanosamente el botón que no resistió mucho losviolentos jaloneos del desquiciado y caliente viejo.
“Clik” se oyó y eltensado tirante izquierdo de la blusa, como si fuera una liga a la que se tensay se suelta de golpe, salió disparado yendo a acabar sobre el seno semidescubierto de la jovencita.
El viejo entonces sefue sobre el otro tirante y con la boca lo forzaba vigorosamente paradestrabarlo, pero no cedía a pesar de que lo jalaba afanosamente, parecía queel botón se resistía a dejar a su dueña desnuda de la cintura para arriba.
Mientras tanto alláabajo del ombligo de la nena se desarrollaba otro drama, los sudados ytemblorosos dedos por la emoción del viejo, ya estaban adentro del bikini de lanena y moviéndose como si fuera una araña buscaban la entrada de su rajaditaante la enorme desesperación de la curvilínea jovencita, quien se meneabaangustiosamente tratando de evitar esa profanación, el viejo le seguíaagarrando sus manos por las finas muñecas dejándola indefensa y la otra manocon todo el camino libre y con paciencia buscaba su clítoris.
Cielo Riveros sabía que,si el viejo se apoderaba de su sensible y muy perceptivo clítoris entonces si,adiós voluntad propia y bienvenido gozo, placer y disfrute a manos llenas.
Cielo Riveros "P-porfavor... deténgase... se lo suplico..." imploraba desesperada la mamasota,pero el caliente viejo la  ignoro, como si no escuchara sus  ruegos.
Cielo Riveros Mmmmmh...Por favor... no me toque... ahí... aaaah..."
Contoneaba yculebreaba todo el cuerpo y hacia las nalgotas para atrás en un vano intento deevitar que esa arrugada mano cumpliera su caliente misión.
Todo ese contoneo dela voluptuosa anatomía de la colegiala enardecía aún más al viejodepravado, sintiendo cómo ese redondo culazo se le repellaba una y otra vez asu erecto miembro llenándolo de deleites y placenteras sensaciones.
Cielo Riveros -Nooooo……nnooo..por…favor…nooo…Don…Peeedrooo…aaaaahhhhh.
- Ssshhhh..entrégatechiquita….se que lo deseas…entrégate…disfruta el placer que te daré, mamasota-le dijo y se fue de nuevo a seguir su labor de destrabar el botón de la blusacon la boca.
Su mano notaba conmucho agrado cómo la zona de la entrepierna de la chiquilla estaba casitotalmente libre de pelos, apenas unos finos vellos percibía, sus dedos prontoencontraron la entrada de la intimidad de la chica y los más largos se metieronentre sus labios vaginales, la nena al sentirlos, junto sus piernas yatrapó a la invasora mano, en un último y desesperado acto de defensa, a la vesque suplicaba.
Cielo Riveros Noooo…porr…faaavoorr ….aahh…paaareee….ahhhhh….alli..nooo
Estaba realmentedesesperada la encamable colegiala al ver lo inútil de sus esfuerzos, sabía quesolo era cuestión de tiempo para que esa mano se apoderara de su intimidad.
El viejo gozaba contoda esa resistencia de la nena, eso lo calentaba más al degenerado.
 El mañoso viejole dio un mordisco en el cuello haciendo que la nena aflojara la presión quesus hermosas piernas le hacían a la mano.
-Tu panochita estahúmeda y caliente zorrita, lo estás disfrutando puta-- le decía al oído elviejo, a la par que sus dedos se apoderaban del muy sensible clítoris de lacolegiala.
Cielo Riveros cerrabasus hermosos ojos verdes y se mordía los labios de lado, al sentir como esemagreo la comenzaba a enardecer incontrolablemente haciéndole perder la razónenloqueciéndola, el viejo alternaba los masajes al cada vez más hinchadoclítoris con dedeadas a la conchita virgen, le metía los dedos hasta tocar ladelicada membrana del himen de la chica, con cuidado para no romperlo, eseprivilegio quería que fuera para su verga.
La nena trataba dereprimir las cada vez más fuertes y agradables sensaciones que se apoderaban deella cada segundo que pasaba, tratando de pensar en su mamá, en su casa, en sunovio, etc., pero el viejo continuaba moviendo hábilmente sus dedos en suvagina, que estaba que ardía.
Ella se sentía sola,abandonada y cada vez más exhausta por tanta lucha, su voluntad muy debilitadatambién y con pocas fuerzas para seguir resistiendo.
“Clik” sonó el segundobotón del tirante de la blusa de la nena al destrabarse saliendo volando hastael pecho de la colegiala, dejándole sus hermosos y redondos hombros desnudos.
Ella ya casi sinfuerzas para luchar cada ves más débil por las dedeadas que le daban, sóloprotestó muy quedadamente.
- Cielo Riveros "Nooooo….déééjeeemee….suuuéélteemee…..-se oían los quejidos de la nena, ya que a pesar de estar en una situación nadaagradable su  curvilíneo cuerpo empezaba a reaccionar a las dedeadas deltipo en su vagina.
 
- Cielo Riveros -"Aaaaahhh!...aahhh!...aahhh!...noooooood...aahhh....gemíasuplicante la mamazota  .
De-detengase...p-porffavor...aahhhhggggg!...mmmmgghhhh!...aahhh!...d-diosss..exclamaba entregemidos
Las redondas tetas dela chiquilla luchaban por no quedar desnudas, estoicamente detenían la blusitaque las cubrían casi casi, con los pezones resistiéndose a mostrarse a esosdegenerados.
El viejo acerco suhorrible, arrugado y barbón rostro al cuello de la jovencita posándose en sudesnudo hombro, sintiendo ella su aliento que exhalaba fuego, llenándola deescalofríos que le transmitía el transpirado viejo.
Ella al percibir lacara del viejo en su redondo hombro y sentir como le chupeteaba su sensiblecuello y el lóbulo de oreja, instintivamente inclinó su cabeza de lado al mismotiempo que cerraba sus ojos, dejándole al viejo a su disposición toda esa zonade su cuerpo; la boca y la tupida barba de éste recorrían todo esa exquisitapiel que subyugaba al viejo, erizándole a la nena todo los vellos de su cuerpo,estremeciéndola; la jovencita le estaba cumpliendo al sexagenario sus fantasíasmás morbosas.
La inquieta boca quele lamía los hombros y la oreja, dejaba en su recorrido un camino de asquerosasaliva que resbalaba, por efecto de la gravedad, hacia los pechos y abdomen dela nena.
El viejo se deleitabacon el dulce y agradable perfume que emanaba de la nena, inundándole las fosasnasales, disfrutando de ese rico aroma que lo sumergía en todo ese gozoso frenesídescontrolado, cuya fuente era la sabrosa chamaca y en lo único que pensaba eraen que todo aquello durase eternamente.
El viejo entonces pudosentir cómo aflojaba la chica sus manos que tenía retenidas, soltándolas,cayendo ambos brazos pesadamente a cada lado de la nena, sin ningún signo dequerer seguir oponiéndose a sus deseos.
Tomando la blusa conla mano libre sin ninguna dificultad se la quitó, despojándola y dejándole lasformidables tetas completamente desnudas, desde el hombro que chupeteaba teníael viejo una vista espectacular de esos dos redondos melones al descubierto,sin nada que los ocultara.
Completamenteembelesado contemplaba esos espectaculares senos en toda su maravillosadesnudez, se erguían turgentes, redondos, macizos y provocadores; a pesar de sutamaño la gravedad no les afectaba, se manifestaban totalmente levantados, lospezones de un color oscuro, hinchados por toda la turbación y el magreo.
Subían y bajaban lasredondas tetas al compás de la agitada respiración de la chiquilla, parecíanestar para ser mamados y estrujados por primera vez, era imposible no clavarinevitablemente la mirada en aquellos maravillosos melones., eran demasiadoimponentes, demasiado soberbios para no babear por ellos.
-Mamita rica…susurró,en el momento que su mano libre se apodero del turgente seno palpándoloprimero como no creyendo lo que sus ojos veían para a continuación estrujarlo yrecorrerlo por todo su contorno.
Después con sus dedoscoge el pezón hinchado y le comienza a dar un suave masaje a la delicada ehipersensible extremidad de la chica a la par que le decía al oído.
-Qué buenas tetastienes chamaca, vas a ver cómo me las voy a comer- y gruñendo como un animalsalvaje, mete luego su lengua caliente y húmeda en la oreja de la colegiala,lamiéndosela como un poseído, llenándola de múltiples escalofríos que laturbaban enormemente, al mismo tiempo que le estrujaba una de las tremendastetas y con la otra mano la seguía dedeando allá abajo sin tregua llenándola ala casi sin voluntad colegiala de múltiples estremecimientos e instintivamentearqueaba la espalda al sentir un placer infinito que salía de su interior.
Cielo Riveros sienteque su corazón late a mil por hora, mientras entre sus piernas siente tambiénel palpitar húmedo de su cosita, caliente como un volcán listo para explotar.
Cielo Riveros -Oohhhhhhhhhhhh oohhhhhhhhhhhhhhh  aahhhhhhhhhhhhhhh -- se oían los gemidos de la boca dela chica que trataba de reprimir, pero era imposible parar de gemir, era algoen lo que poco a poco ella perdía el control.
 El depravado le decía aloído.
–Mamazota, vas a verqué culeadas te voy a dar, te voy a volver una puta en la cama y me voy allenar las bolsas de billetes contigo, diosa.
Aquel lenguaje soez y vulgar laponía más cachonda aún y subía el culote instintivamente para sentir aún másfuerte la vergota que la punteaba y empezó a contonear las caderas ya muyexcitada, sentía que la sangre hirviendo le fluía como una corriente de aguasimpetuosas.
Cerraba sus hermososojos verdes pues el gusto por todo eso iba en aumento cada segundo que pasaba,los latidos de su corazón se aceleraban por momentos y su estrecha y virginalrajada se humedecía por ráfagas , ella tenia sentimientos encontrados por quequería que todo aquello acabase pero por otro lado deseaba que no tuviera fin.
Literalmente el viejotenía sus 5 sentidos totalmente enajenados y enardecidos por el placenteromomento.
La vista: sus ojos noparaban de deleitarse con los fabulosos senos de concurso y ver ese hermosorostro de la chiquilla, excitándolo al saber que tenía esa preciosa jovencitaen sus garras.
Olfato: desde quecomenzó todo el magreo su nariz no ha dejado de deleitarse con ese deliciosoaroma que emana de ese cuerpo de infarto, un aroma a pulcra higiene, un aromade un cuerpo joven fresco y en plenitud de desarrollo, un aroma a miedo y temory un aroma de su delicado perfume original que sólo usaba en ocasionesespeciales la nena.
Tacto: este, ni sediga, es el que más se ha estado deleitando, sintiendo esa lozana y tersa pieljoven, sintiendo el par de nalgotas de concurso de la chiquilla, sintiendo comose estremece su cuerpo en cada escalofrío que él hace que le de, sintiendo lahumedad de su vagina, etc.
Oído: su aparatoauditivo se ha deleitado desde que la oyó hablar por primera vez con esa dulcey melodiosa voz de una niña ingenua e inocente, se ha deleitado cuandosuplicaba que no le hiciera nada o que parara de los manoseos y también cuandode repente se le escapaba un gemido de placer.
Gusto: este sentido hasido el que menos ha entrado en acción, pero también tendrá buena participaciónpara deleite del viejo, este sentido se ha deleitado al saborear la piel frescay joven de la chiquilla al lengüetearle los hombros, el cuello y las orejas,gustando el delicioso sabor que irradia esa cuerpo joven y exuberante, ahí lescuento cuando pruebe los carnosos labios de la deliciosa boca de la nena ocuando mame y pruebe el sabor de los dos senos de la chica.
–- Qué tetas mamasotason enormes y qué duras están…. decía el viejo babeándose al estrujarlas ymasajearlas alternadamente.
El abusivo ypervertido de don pedro sentía como la deliciosa colegiala vibraba y se estremecía portodo lo que le hacia, percibiendo como a cada segundo que pasaba la jovencitaoponía menos resistencia a sus abusivas acometidas.
Cielo Riveros P-porfavor…. de-déjeme...por favor Don pedro…aaaaaaaahhhhhhh.
Mamasota… eres laperra… mas rica de este mundo, te voy a meter la verga zorra calienta machos.
Enseguida los intrusosy experimentados dedos en estas lides del degenerado entreabrían los labiosvaginales de la adolescente buscando afanosamente el delicado botón de su sensibleclítoris y al encontrarlo recomenzar a frotarlo, ocasionando que laencamable jovencita se contorsionara y en su cara se dibujara unrictus de placer.
Aaaaaaahhhhh…p-pooorr…ffaaaaaaaaa….vvoooorrr…paaarreee..aaaahhh
 El viejo sentíaclaramente como arqueaba su cuerpo por instinto la escultural jovencita y comoesas carnosas y deliciosas nalgas  se le re pegaba aun mas para enorme gozo de su endurecido miembro que yacía visible bajo el elástico delcalzoncillo, el vejete se había sacado la  erecta verga por sobre elelástico del asqueroso calzoncillo y se internaba bajo la mini de la chica parasu morboso placer.
Basss…taaa, porrrfaaa...vooor…suplicaba la mamasota entre jadeos
Las muy experimentadasmanos y boca del viejo estaban terminando con los últimos reductos deresistencia de la colegiala, toda esa estimulación al mismo tiempo la estabanacabando.
La mano derecha delvejete totalmente apoderada  de su clítoris dándole un masaje queestimulaba  muy placenteramente al ya duro cartílago, la mano izquierdaestrujaba ambos senos alternadamente y por momentos con las yemas de los dedosle daba un suave masaje a los durísimos pezones y la barbuda y sin dientes bocay lengua recorrían  afanosamente todo el cuello y los desnudos hombros dela  rica jovencita y por momentos se apoderaba  del lóbulo de laoreja de la chica dándole suaves mordiscos , ella ladeaba su cabeza parapermitirle al viejo más  facilidad en su labor.
Todo eso la estabamatando de placer a la escultural jovencita, ella apoyaba sus suaves ydelicadas manos sobre los peludos y sudados brazos del vejete a la alturade su muñeca de el, pero no para detener las acometidas del lujurioso viejo, sino que cerraba sus finas manos y le daba suaves apretones a esas sucias manosque le daban degeneradas caricias.
Su resistencia físicaestaba totalmente vencida, solo por momentos entre gemidos pronunciaba algunaspalabras de que el vejete parara todo ese abuso a su escultural cuerpo.
De-dejeemee….aaahhhhhhh….poooor…favor…..don….peeedrrooo…seoía  de su boca muy débil solo como un susurro.
-Que tiernecita estasputita, te voy a meter la verga por todos tus huecos puta, vas a gritar deplacer mamasota te voy hacer mujer.
Esa golosa boca en sucuello, la mano en su vagina y la otra apretando su seno estaban desquiciandode placer a la nena que, involuntariamente, empezaba a gozar de aquello, sumente sabía que debía resistir, pero su cuerpo decía lo contrario.
La respiración de lachica era cada vez más profunda, presa de todo ese magreo que la llenaba deoleadas placenteras cada vez más fuertes; los escalofríos que recorrían todo sucuerpo hacían que los finos vellos de su piel estuvieran permanentemente erizados.
Cielo Riveros sentíaque su cuerpo empezaba a encenderse incontrolablemente, el fogoso temperamentode su cuerpo le ganaba la batalla a su mente que trataba de reprimir esassensaciones, no tenía como resistir todos esos estímulos, era demasiado.
 El viejo lasentía vibrar, estremecerse por todo el magreo del que era objeto por eldesgraciado y aprovechado vejete, ella con los ojos entre cerrados sentía queya no podía luchar mas, su cuerpo la había vencido.
La jovencita no cesabade retorcerse, pero ya no tanto por oponerse al abuso del viejo, sinoporque sentía en su cuerpo un delicioso hormigueo desde su panochita, que se extendíapor toda su curvilínea anatomía, haciéndola estremecerse, llenándola de untremendo placer y gozo; dejando de luchar, se abandonó totalmente a loslujuriosos deseos del viejo.
Cielo Riveros comenzóa gemir de placer, ya entregada al viejo para su asquerosa satisfacción.
–-Ahhh ahhh ahhh ahhhhhh  asii asiii oohh oohhhhhhhhhhhhhh.
Al viejo, al darse cuenta sureacción, se le dibujó una siniestra sonrisa en los labios imaginándose yasaciando sus mas bajos instintos en su jugoso y suculento cuerpo que para esosmomentos ya estaba a punto...listo para ser poseído a la par que pensaba.
–- Je je je…este arrozya se coció, le voy a dar una culeada a esta chamaca que no lo olvidaránunca…   je je je je.
La chiquilla no cesabade jadear, ya sin ningún recato, dejando escapar todo ese fuego que trataba decontener y que le quemaba por dentro de su cuerpo, ella sentía cómo todo esoera mucho más que cuando se masturbaba en la soledad de su recámara; sentir lasmanos que la acariciaban, la estrujaban, la dedeaban; sentir esa apestosa bocacómo le chupeteaba el cuello y las orejas, llenándola de sensacionesagradables; sentir el erecto miembro del viejo cómo le punteaba sus nalgotas,excitándola; sentir ese miembro que estaba como fierro y saber que era  porella y sobre todo oler el sudor del viejo, oler ese aroma a hombre, a machocaliente…. todo eso la enardecía, no tenia comparación; de cuando se masturbabasola, esto era definitivamente mucho más.
Cielo Riveros –-Oohhhhhhhhhhhh……aahhhhhhhhhhhh…….diiioooos…..mmm,uhmm.
El viejo sentía lamano con que la dedeaba, totalmente empapada de los flujos de la chiquilla y ledecía al oído:
–-Esta panochita tienedueño de ahora en adelante zorra.
Cielo Riveros –-Oooohhhhhhh…si, siiiiii……don …….Pe..Pee…Peeedroo,… Uussteeed …es …su…suduuuueeeñoo…., al mismo tiempo que hacía para atrás sus nalgotas para sentir másfuerte las punteadas que le daba el viejo.
El hermoso rostro dela jovencita tenía esos bellos ojos verdes entre cerrados por las oleadas deplacer que le llegaban en forma constante una detrás de otra y que le nublabanla razón, los húmedos  labios abiertos gimiendo y jadeando, presa ya suvoluntad del deseo y las placenteras  sensaciones que le daba el sátiroviejo, ya no le importaba nada, tan solo saciar esa incontrolable calenturacasi anormal que la invadía en toda su escultural anatomía  y que lallevaban a actuar como la más puta de las putas.
Ver esa escultural yhermosa adolescente, ingenua y casi inocente gimiendo sonoramente de placer, leinspiraba un morbo de estratosfera al viejo de don pedro, los minutos siguieronen intensos chupeteos, caricias, manoseadas y dedeadas aquel exquisito ydelicioso cuerpo de la colegiala.
–-Qué culo más ricotienes mamasota!! y estas chichotas están hechas para darme placer, putabarata, zorra!!.
–-Esos insultosprendían más a la deliciosa adolescente, llenándola de sensacionesindescriptibles, le excitaba sentirse humillada y en manos de ese sátiro,sentía cómo la erecta verga del viejo palpitaba en sus nalgotas como si tuvieravida propia, ella se sentía esclava, emputecida y ese sentimiento la hacíavibrar.
El depravado lesusurraba roncamente al oído al percibir en sus 5 sentidos cómo se estremecíala escultural jovencita.
–-¿Ya ves cómo tegusta nena?...todas son unas putas baratas, primero no quieren y despuésaflojan solitas… te voy a culear mamasota ¿quieres que te meta la verga?
Cómo la prendía oír alvejete con ese lenguaje soez y vulgar cerca de su oído; cómo la calentaba esasensación de estar indefensa, sin salida en manos de ese caliente vejete.
Cielo Riveros –-Ahhhhhhhhhhhh……siiii…..don..Peedroo…..métamela…..hágamesu mujer.
Estaba irreconocible CieloRiveros, ¿dónde había quedado aquella jovencita bien portada, limpia, de buenossentimientos, nada vulgar y que detestaba todo lo pornográfico?, en otrascircunstancias jamás hubiese dicho eso Cielo Riveros, pero en esos momentos eldeseo, la calentura, la lujuria la tenían completamente dominada.
El viejo entonces ledio vuelta quedando de frente a ella y veía embelesado a la hermosa jovencitaya totalmente entregada a sus mas depravados y sádicos deseos, losojos del degenerado viejo le brillaban con siniestra maldad al imaginarseya culeándose a ese tremendo bombón de jovencita................

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