Mí vecina villera.

Esto ocurrió hace unos años, a inicio de la pandemia, en ese entonces yo tenia 29 años, ya tenia casa propia, y uno de mis ingresos venia de alquilar una casa que tenia justo al lado de la mia, la cual conseguí por que el terreno era de mi viejo hace años pero jamás lo uso, entonces me lo dio a mi para que hiciera lo que quisiera con el, con el tiempo, edifique una casa de dos habitaciones, cocina, baño y sala, además atrás quedaba un espacio para un patio decente, por lo que arranque a alquilarla para tener un ingreso extra que ahorraba, ya que al ser soltero, con el ingreso de mi trabajo principal me daba para vivir bien.
Hasta antes de la pandemia le alquilaba a una pareja hace varios años, pero meses antes de que reventara todo, se mudaron, desde ahí la casa estuvo vacía hasta luego del primer mes de pandemia, cuando todos estaban paranoicos y nadie salía, un día me llega una llamada de alguien buscando alquiler barato, entendía que la gente perdía el trabajo, así que le propuse que se mudaran y que pagaran la mitad de lo que salía el alquiler hasta que la cosa se arreglara, después de todo plata no me faltaba y tampoco soy codicioso.
Llego el día en que se mudaban, era una pareja joven con una hija, Maicol tenia 27 años, trabajaba en la construcción pero por la situación lo habían parado y vivía de changas, era el típico turro de barrio, su mujer, Andrea, tenia 25, 1.65 aproximadamente, piel blanca, pelo negro, de tetas estaba normal, eso si, tenia un ojete que se partía al medio, lo note enseguida al verla, llevaba una calza deportiva negra que le resaltaba ese terrible culo.
—Eh amigo vo so Carlos?— me dijo Maicol al verme salir de la casa de al lado.
—Si, soy yo.
—Eh mucha gracias por agarrarnos viaje, los otro rata te cortan enseguida cuando hablan de guita.
—Jaja no pasa nada, ya sabes, paga la mitad nomas hasta que te arregles.
—Joya, paso a ver la casa— dijo Maicol al entrar.
—Mucha gracias— dijo Andrea, al acercarse a saludarme por primera ves.
Cuando me saludo con un beso, pude oler su perfume.
—De nada, bueno, los acompaño a mostrarles la casa.
—Dale.
Le permití pasar primero, mientras detrás veía como el culo de la villera se movía con su caminar, en ese momento me calenté, pero obvio no iba a hacer nada, no parecía del tipo que agarrara viaje, aparte no quería perder clientes tampoco.
Les mostré la casa y ese mismo día se mudaron, ya había habilitado los servicios en la casa, asique no hubo problema alguno, desde ahí, interactuamos lo normal, cuando salía de casa y nos encontrábamos nos saludábamos, pero nunca fue una relación de cercanía, eso si, le relojeaba a Andrea cada ves que la veía andar por el barrio, siempre andaba de musculosa de mujer y calzas que le marcaban el culo, a veces podía notar que andaba bien entangada también.
Un mes después, Andrea toca mi puerta una mañana, con su típico aspecto de villera.
—Vecino.
—Hola Andrea ¿Qué paso?— le pregunte al abrirle, ya que ella no solia ir a mi casa.
—Maicol me dijo que te preguntara si no tenia pa cortar el pasto del patio.
—Aaah si si, tengo ¿la precisa ahora?
—No no, e pa estos día, viste que anda laburando en una changa que le salió.
—¿No queres que lo corte yo ahora?— le pregunte, ya que a esa hora realmente no tenia nada que hacer, hacia trabajo remoto recién a la tarde.
—No vecino deje que Maicol lo haga.
—Dale a mi no me molesta hacerlo ahora, aparte ando al pedo y quiero probar la maquina, hace tiempo no la uso— le respondí a la villera, mientras mi mirada se desviaba levemente a su escote.
—Bueno si quere no hay drama.
—Buenaso, ahora en un rato ando por ahí.
Y ahí, la observe alejarse, mientras sus hermosas nalgas se movían sensualmente, ahí pensé que a lo mejor podía tener suerte, no de cogerla, pero si de ver algo.
A La media hora caigo en lo de Andrea con la bordeadora para el pasto.
Ella me recibió con el mismo look que tenia antes, me guio hasta el patio para indicarme lo que quería, mientras yo le devoraba el culo con la vista.
Llegamos al patio, me sorprendió lo largo que estaba el pasto, antes de que se mudaran ya tenia meses sin cortar se ve.
—Gracia por la mano vecino— dijo Andrea sonriendo.
—No hay drama, es una pasada esto.
—Ah so bueno pal pasto.
—Para el pasto y otras cosas— le dije en doble sentido, pero sin mirarla fija para que dudara.
Ella se rio un poco.
—Bueno sigo limpiando yo, cualquier cosa avísame vecino.
—Dale.
Y Ahí vi como se metió a la casa.
Arranque a cortar, al final se me hizo mas largo de lo que pensé, tarde poco mas de una hora en terminar todo, pero quedo bastante bien.
Tras limpiar la mayoria, me metí a la casa para pasar un poco al baño a lavarme la cara, hacia bastante calor, hace rato no veía a Andrea.
—Che Andrea, ya termine— dije, pero no respondía.
Volví a llamarla pero nada, pensé que habría salido, bueno, decidí ir al baño, total no creo que tuviera problema si esa era mi casa.
La puerta del baño estaba entre abierta, adentro no escuche ruido.
Con total confianza la abro y escucho un grito.

Mí vecina villera.


Andrea pego un grito al verme entrar, ella estaba con audífonos, por eso no me escucho llamarla, pero lo primero que vi fue su prominente ojete bien entangado, llevaba una tanga rosada que se perdía entre esas nalgas blancas de la villera, arriba solo llevaba un sostén deportivo.
Me quede varios segundos embobado viéndole el culo.
—Salí de acá!— me dijo nerviosa, mientras se tapo el cuerpo con una remera.
—Perdón!— alcance a decir, antes de salir del baño y cerrar la puerta.
Me fui derecho al patio, como bala termine de limpiar todo y me fui sin avisar.
Algo nervioso, ya que no quería que Andrea pensara cualquiera y le contara a Maicol, que si, quería verla en pelotas, pero lo de hoy no había sido a propósito.
Luego del medio día volvieron a tocar mi puerta, era Andrea.
—Hola— le dije.
—Hola vecino, perdón por lo de hoy flashe cualquiera gritando.
—Jaja no importa, fue mi culpa por no tocar la puerta— le respondí mas tranquilo.
—No no vecino, yo por andar así limpiando, me olvide que tabas vo, pasa que me gusta tar comoda.
—Jaja no pasa nada Andrea, es tu casa.
“Aparte me re gusto ficharte el orto” pensé.
—Si pero igual no quería que pensaras cualquiera de mi— dijo la villera, como diciendo que no me haga la cabeza con que me quería calentar.
—No no Andrea, no te preocupes ya fue ¿y Maicol no llega todavía?
—No ese llega recién a las cinco, ta todo el día en la changa.
—Ah le mete horas.
—Si vite que como yo no tengo laburo ahora.
Ahí se me paso una idea por la cabeza.
—Che Andrea, ando con poco tiempo para limpiar acá, si queres podes venir unas tres veces por semana y te pago— mentí obviamente, pero luego de lo que vi hoy, estaba re caliente con esta villera y quería ver si tenia mas oportunidades.
—E enserio vecino? Si dale vengo y te limpio— me respondió feliz.
—Buenazo, veni mañana como a las 10 o a la hora que puedas.
Tras detallarle mas lo que debía hacer, la putipobre se fue a su casa, y yo decidí preparar todo para el día siguiente.

5 comentarios - Mí vecina villera.

robertgrande
No me dejes ahiii pone la segundaaaa!!!!
CrossaA
Yyyy? Cómo sigue?🔥