El casamiento II

El casamiento que había arrancado lindo se había puesto mejor. No voy a negar que el proceder de la rubia me había puesto nervioso, me daba "cosa" que la gente que estaba alrededor se hubiera dado cuenta de como me había manoseado el orto descaradamente y al mismo tiempo me excitaba su actitud y los ratones comenzaron a ponerse locos en mi cabeza. Ella después de tocarme el culo nuevamente puso sus manos en mi cadera y empezó a moverse al ritmo de la canción que nos invitaba al trencito.. "lo tira pa' lante, lo tira pa' tras..." sonaba de fondo y ella aprovechaba para pegarse a mi y así como quien no quiere la cosa tuvimos nuestro primer roce. No entendía nada, mi cabeza se nublo y si bien soy boludo no lo soy tanto, en mi mente empezó a rondar la idea de que la noche podía ser distinta.
Termino el trencito, volví a la mesa acalorado, nervioso y me tomo de un solo tragoeln vaso de birra, le di un beso a mi esposa, le hice un chiste mi pequeña sobrina y volví a bailar al centro de la pista, pero esta vez mas cerquita de la rubia y sus amigas. Ulises Bueno fue la excusa para mover las patas sin ningún tipo de vergüenza, la sonrisa se había apoderado de mi cara y si bien quería que la rubia me mire no quería ser evidente, así que intente no cruzar mirada, ser sutil, insinuar sin caer en la desesperación, cosa para la cual los hombres no nacimos cuestión de la cual me iba a enterar un rato más tarde. La cosa es que la primera tanda de baile termino y volví a la mesa sin haber tenido ningún otro contacto con esta chica de la cual ni conocía el nombre pero que me estaba haciendo ratonear a full con sus movimientos de perra en celo pero delicada al mismo tiempo, con su carita de nena buena pero con una mirada que cada tanto transmitía que quería divertirse y no le importaba el como ni el cuando (y a Dios gracias para mi, tampoco le iba a importar mucho el con quien jeje).
Estaba sentado charlando con mi cuñado, tomando más birra para bajar el calor del baile cuando de golpe veo que la rubia se acercaba a la mesa, venia directamente hacia mi y el miedo se apodero de mi cuerpo, me inmovilice, no sé que cara abre puesto pero estoy seguro que no fui muy delicado, sin embargo ella no venia a hablarme sino que venia a saludar a mi esposa. Le dio un beso, se abrazaron como si fueran mejores amigas de toda la vida y se dieron las típicas palabras de compromiso: "hola cómo estás tanto tiempo? ¿"qué es de tu vida? ¡qué linda que estas!" y demás cuestiones que se dan en esos cruces fortuitos que nos presenta la vida. Una vez que terminaron con las palabras de cortesía la rubia giró, me miró y se presento: "hola soy Juli, encantada" fue todo lo que me dijo y me dio un beso en la mejilla de manera muy fresca y desentendida. No sé bien como hice pero reaccione rápidamente, el miedo se había diluido y actué de manera muy formal pero al mismo tiempo ameno y simpático "un gusto, Nicolás es mi nombre". Rápidamente mi mujer me explico que se conocían de zumba, que entrenaron juntas y demás pavadas (si bien ya me lo había comentado con anterioridad, el acting fue para que la rubia no se diera cuenta que ya habíamos estado hablando de ella y no de la mejor manera), Una vez terminadas las formalidades ella se retiro no sin mirarme a los ojos y decir "buenos, después nos vemos en la pista para poner al cuerpo en movimiento", las cartas estaban tiradas sobre la mesa ahora era cuestión de animarse a jugar y yo no me lo iba a perder.
Por suerte rápidamente llegó la comida y el clima cambió, volviendo a la realidad familiar, a la celebración del amor de los recién casados y al disfrute de la noche que recién estaba comenzando. Con la comida le afloje un poco al chupi porque no quería bardear tan temprano y menos que menos ser el borrachín de la noche -o no al menos el primero-. El agua saborizada me ayudo a bajar el calor corporal y sacarme la sed sin embargo acelero mis ganas de ir al baño, así que después de un ratito tuve que volver a pedir permiso e ir a mear tranquilo. Cruce el salón, entre al baño, hice lo que tenia que hacer, me lave las manos, me moje la cara, me emprolije y salí pero lo que no esperaba era cruzarme a la rubia en la puerta. "que rápido nos volvemos a cruzar" le dije sin ningún tipo de pudor, y ella me devolvió la pelota diciendo "Y lo mejor es que no tenemos a tu mujer cerca". Si no me esperaba cruzármela, menos aun soñaba que me dijera tal cosa, venia con todo la piba pero no me iba a achicar: "jaja no es un detalle menor, pero no te voy a mentir me gustaría estar solo con vos pero en un lugar mas tranquilo", ella se rió, no me dijo nada y paso a meterse al baño bamboleando el orto con un caminar hipnótico.
Volví a la mesa sintiendome Bradd Pitt pero al mismo tiempo con el corazón latiendo a mil, nunca fui el mas osado y no me sentía cómodo en este rol pero tampoco pensaba perder la oportunidad de experimentar cosas nuevas,
La cosa es que ya sabia que la rubia me miraba y no solo eso, estaba confirmado que me quería calentar, también era evidente que no le importaba que mi señora este cerca. Y yo bue, estaba regalado y no hay mejor compañero para estos momentos que el alcohol, así que empece a tomar de nuevo para sacarme la poca vergüenza que me quedaba jaja.
No la voy a hacer mas larga, durante el resto del casorio los roces siguieron, en algún momento bailamos juntos así como sin querer, nos mirábamos de mesa a mesa de manera cómplice y yo estaba cada vez mas mamado. En un momento nos encontramos ambos parados muy cerquita, en un costado de la pista y ella se me acerca al oído y me dice "si te la bancas, te espero afuera en 10 minutos, sé prolijo" y se fue. Tuve que respirar fuerte, y asumir que esa noche por primera vez iba a serle infiel a mi esposa...
Pasaron los diez minutos y salí del salón, un parque hermoso, lleno de plantas y elementos de decoración me estaban esperando. Y a lo lejos estaba la rubia, que cuando me vio se dirigió al sector del estacionamiento. La seguí despacio, sin hacer ruido pensando que me iba a comer a un caramelito hermoso. Ella se detuvo justo delante de un toyota ethios rojo, de los que son chiquitos, sin cola y yo me frene justo delante de ella, no nos dijimos nada y directamente nos fundimos en un beso de esos que demuestran que se estaba acumulando calentura. No nos importaba nada, ella me tocaba el culo (se ve que tenia algo con mi cola, no se onda porque no es de la mas carnosas jeje) y yo le devolvía la gentileza. Ella tenia un pantalón negro, de tela finita y brillante, acariciarla sobre el pantalón era tocarle una segunda piel, parecía que estaba desnuda pero no, rápidamente iba a comprobar que su piel era mucho mejor. En un momento ella se separa de mi y de no sé donde saco la llave del auto, lo abrió y me empujo al asiento del conductor. Se me abalanzó y atino a querer desabrocharme el pantalón pero entre el cinto y la camisa que estaba fajada era difícil así que la ayude, no había pasado ni un minuto que ya tenia el pantalón a la altura de los tobillos, el bóxer un poco mas arriba y la pija dura al aire libre. Juli me miro a los ojos y sin decirme nada se la metió de una en la boca empezando un pete de ensueño, su boca era chiquita, sentía el calor que emanaba y me encantaba como usaba sus labios como sopapa. Estaba en las nubes pero sabia que no contábamos con mucho tiempo, porque sino íbamos a empezar a llamar la atención. Así que lamentablemente para mi tuve que dejar de disfrutar de la hermosa chupada de pija que me estaba dando para ponerme de pie, de una manera nada sutil la hice girar, poniendo sus manos sobre el techo del auto y haciéndola sacar cola le baje el pantalón rápidamente. Quedo la rubia con su piel blanca y culo redondo, pulposo, durito propio de su edad y de toda una vida dedicada al baile, al aire libre, solamente cubierto por una tanguita chiquita y negra como su pantalón. Ni lerdo ni perezoso le metí mano, corrí la tanga para un costado y fui derechito a acariciar esa conchita que me imaginaba debía ser hermosa pero que por la oscuridad en la cual nos encontrábamos nunca pude ver y me tuve que contentar con imaginar. Cuando acerque mis dedos a su pelvis pude sentir que no había un solo bello púbico, y que de su cuevita salia un calor que demostraba que ella estaba igual de caliente que yo. Baje mis dedos, y suavemente comencé a moverlos en circulo, jugando entre sus labios vaginales, sintiendo su humedad y palpando su clítoris que estaba durito y erecto. Ella enseguida empezó a emitir pequeños y cortos gemidos, primero eran casi imperceptibles pero con el paso de los segundos y con el aumento de la presión de mis dedos comenzaron a ser mas y mas fuertes. Cuando me quise dar cuenta empece a sentirla temblar y sus palabras me confirmaron que había hecho las cosas bien: "hijo de puta, acabo, acabo" decía Juli mientras sus piernas parecías flaquear. Yo tenia la verga como una piedra, así que sin dudarlo la afirme sobre el auto, saque mis dedos de su conchita y empece a buscar meter mi miembro dentro de ella. Gracias a sus jugos y a mi calentura, mi verga entro rápido y muy fácilmente Parecía que su concha estaba hecha a mi medida porque su interior me recibía de la mejor manera, así que rápidamente empece a bombearla, meter y sacar, meter y sacar. Tranquilamente podría parecer que después de horas de comenzado el casamiento estábamos volviendo a hacer la coreografía de "Lo tira pa'lante, lo tira pa'tras" pero no era así, sino que le estaba enterrando toda la verga en la conchita mientras ella me decía "dame más cagón, dame más", buscando que termine de sacar todo lo irracional que había en mí , Obviamente le hice caso, le daba duro mientras la tenia tomada de la cintura, pero tanta era la calentura que sin pensarlo en un momento la nalguee, mi mano abierto golpeo su nalga derecha que en la noche fría de la city marplatense estoy seguro le debe haber quedado marcada. "Así, así me gusta a mi" me decía esta rubia hermosa que hasta hacia unas horas era una total desconocida. No se si recordaran pero en el "capitulo anterior" les comente que la piba tenia la espalda descubierta, porque la remera que tenia puesta era de esas de noche, escotada por delante y totalmente abierta atrás, y cogerla con la cintura quebrada y la espalda libre era mucha tentación, su cuello largo y fino con sus aretes colgando estaban a total disposición así que no dude en tirarme totalmente encima de su cuerpo, profundizando la penetración y acercando mi boca a su cuello, a los lóbulos de sus orejas. Quería olerla y sentirla en todos los centímetros de su piel... No se cuanto tiempo habría pasado pero mi excitación subía y lo estaba sintiendo, la sangre estaba cada vez más acumulada en la cabeza de mi verga la cual sentía que estaba por explotar, sentía que el momento de acabar estaba llegando y se lo dije despacito, en un susurro en su oído derecho: "estoy por acabar ¿dónde la queres?" fue todo lo que atine a comentar y ella entre gemidos y suspiros me dijo "me la quiero tomar toda", De un tirón la saque y ahora fue ella la que se sentó en el asiento del conductor y de manera veloz me agarro la pija, la sacudió dos veces y recibió los chorros directamente en su lengua, dándole vía directa hacia su sistema digestivo previo saboreo en la totalidad de su boca. Fue hermoso como Juli me succiono hasta la ultima gota, parecía una poseída sin ganas de soltarme la chota, una vampiresa que buscaba quitarme hasta el ultimo suspiro. Una vez que trago todo y me limpio la cabeza de la verga, me miro, me sonrió con la misma carita de mujer peligrosa que me había mostrado en la pista de baile hacia un rato y luego me dijo "gracias por tan rico polvo, siempre tuve la fantasía de hacerlo en un casamiento. Espero que se repita" .
Yo también me reí, le dije que sí obviamente mientras nos cambiábamos para volver al salón. Cuando regrese a la mesa le dije a mi mujer que había estado en el baño, que mezclar tanto alcohol me había hecho mal y que iba a parar de tomar un poco así podía tirar toda la fiesta y listo, a otro tema. Ella sabiendo de como es mi rutina con la comida, bebida y uso del baño supo entender y creo que me creyó El casamiento termino a las horas dejándome uno de los mejores momentos de mis últimos años y una experiencia que nunca había vivido: la infidelidad.
En el día de ayer recibí una solicitud de mensaje en Instagram, era Juli, de quien descubrí que también esta casada... veremos que nos depara el destino. Por ahí habrá otras historias que contar

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