Mis amadas hijas I

Muchas gracias a todos los que han estado apoyando mis posts, se los agradezco infinitamente. Hoy voy a empezar con una serie de relatos eróticos 100% FANTASÍA. Remarco la palabra "fantasía" porque en mi perfil anterior estaban jodiendo que eso nunca había pasado. No amigo, aquí puedes leer miles de historias de fantasía o de realidad, escoge tu gusto.

En fin, sin más que decir, espero que disfruten de esta su historia. Sin más, comencemos...
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CAPÍTULO I

Esta historia se puede contar desde dos puntos de vista, pero este en particular me parece más atractivo.

¿Es posible equiparar el amor de una madre hacia su hijo varón con el de un padre hacia su hija? O en este caso, ¿Hijas?

Marcus Stain fue un exitoso empresario, dueño de un imperio de ropa interior para dama y caballero así como lencería para mujeres que diseñaba su esposa Kendra Prime. Ambos se conocieron en la universidad cuando tendrían 19 años los dos, y podemos decir que fue amor a primera vista que eventualmente se transformó en una relación tan estable y duradera que contrajeron nupcias cuando tendrían 25. Marcus y sus hermanas Penelope y Giselle fueron bastardos a temprana edad así que la única familia que tenían eras su madrastras Kristy y Britney a quienes dejó de ver después de tener un pleito familiar, pero eso no le impidió progresar en el mundo empresarial y fundar una de las marcas de lencería que Playboy utiliza en la mayoría de sus sets.

El negocio prosperó y creció tan rápido que muy pronto se vieron envueltos en fama y riqueza excesiva. Las hermanas de Marcus fueron sus modelos de confianza desde entonces y siempre estuvieron dispuestas a ayudar a su hermano menor. Kendra estuvo con él desde siempre, incluso cuando estuvieron a casi nada de perderlo todo por errores administrativos, siempre mostró lealtad, amor y confianza para con él y viceversa. Muy pronto se convirtieron en una de las parejas más famosas y exitosas en el mundo de negocios, pero no solamente exitosos en los negocios, sino en la cama. Su primer hija llegó cuando tendrían 30 años ambos a la que llamaron Selena, y dos años después llegó Hanna, con quien Marcus llegó a tener un vínculo más cercano que con Selena. Ambos padres amaron y criaron a sus hijas para ser herederas de su propio imperio.

Normalmente, las cosas en el matrimonio de este tipo de familiar iría al carajo después de los cinco años de su primogénito, pero en el caso de Marcus y Kendra no fue así, pues siguieron teniendo una vida sexual tan activa que ella se hizo una cirugía especial para quedar completamente estéril. Claro, parecería estúpido que ella lo hiciera en lugar de él, pero ella estaba perdidamente enamorada de Marcus que no lo pensó dos veces, además, le encantaba tener sus 15.5cm de carne dura y caliente bombeante de semen espeso y líquido entre sus piernas. Tenían sexo en cualquier lugar, no importaba qué tan concurrido había de gente. Ya fuera en su recámara cuando tenían la casa sola, bañándose juntos, en el auto deportivo, en la camioneta, en su oficina con su baño privado, en la bodega de vestuario o incluso en el avión donde a Kendra le gustaba mucho que se la metiera en el ano mientras le comía la vagina a una azafata, le encantaba la sensación de su ano abriéndose tanto al momento en que él eyaculaba dentro de ella.

Sí, eran unos adictos al sexo, incluso veían pornografía juntos como una especie de domingo de Netflix. Por otra parte, Selena y Hanna no conocían nada más que el amor incondicional de sus padres hacia ellas.

Fueron criadas bajo el seno de su madre quien siempre vio por su educación y ciertamente inculcó un sentimiento de rivalidad entre ambas chicas. Selene por ser la mayor debía poner el ejemplo a su hermana quien siempre le guardó cierto rencor, añadiendo que Selene era la favorita de Kendra porque logró todo lo que ella hizo cuando tenía su edad. Bailarina, campeona de matemáticas, capitana del equipo de voley, modelo juvenil en ascenso, estudió negocios internacionales en una de las mejores universidades privadas dedicadas al área. Sí, Selene era la hija modelo que siempre presumió Kendra, pero jamás se preocupó por preguntarle lo que ella quería en verdad, aunque amaba el modelaje, no se sentía satisfecha y quería probar más cosas. Mientras tanto Hanna siempre intentó igualar a su hermana, aunque también entró en el mundo del modelaje, siempre se sentía frustrada por no poder ser igual a su hermana, pero eso a su padre no le importaba, pues Hanna era perfecta a sus ojos, su princesa, ambos tenían el cabello tan oscuro como la noche aunque la piel de Marcus era morena la de Hanna era un poco más clara, y la piel de Kendra era un poco bronceada y la de Selene era más clara que la de Hanna pero no tanto como la de su madre.

Selene fue lo que su madre estuvo buscando en las modelos de bikinis. Cabello castaño, un poco largo, ojos claros, figura escultural natural (el apetito de Selene era demasiado para alguien de su edad incluso y nunca subía un gramo), tetas medianas en desarrollo perfecto a sus 18 años cuando incursionó en el modelaje de bikinis. Por otro lado Hanna, era un tanto más delgada, pero era natural en ella, no tenía ningún desorden alimenticio así que eso también la ayudó mucho aunque a su madre no le caía tan bien como Selene. Marcus siempre vio por Hanna, desde siempre. La vida de ambas chicas era perfecta desde siempre, con un penthouse en la zona más exclusiva de la ciudad, tres mansiones modernas y lujosas las cuales estaban: una en las afueras de la ciudad, otra en la costa Oeste y la tercera cerca de las montañas del norte. Autos deportivos, avión privado, joyas y dinero por montones. Sí, la vida era perfecta... Hasta aquella noche de Julio.

CAPÍTULO II

Se acercaba el cumpleaños de Selene, que casualmente era 10 días después del aniversario de bodas de sus padres. Esa noche no la olvidarán sus hijas. Hanna estaba en la terraza viendo su celular, ya era de noche cuando Marcus llegó con un ramo de flores, tulipanes azules, los favoritos de su madre. Subió a su habitación donde se escuchaban ruidos extraños, se asomó a la habitación de Selene donde estaba escuchando música con su audífonos mientras hacía su tarea pero no era ella. Entonces se acercó más a su habitación y los ruidos aumentaban, un gemido masculino se escuchó por el pasillo. Abrió la puerta y era su mejor amigo eyaculando en la cara de su esposa, ambos estaban completamente sudados y excitados. Kendra realmente no había abierto tanto la boca por un poco de semen como lo hizo con Robert, entonces ella miró a la puerta y sintió como una cubeta de agua fría recorriera su cuerpo. Marcus soltó las flores y vio a su "amigo" al momento en que Kendra se levantó para intentar calmar a Marcus pero éste no la podía ver a los ojos.

Los gritos de la discusión se escucharon incluso hasta la terraza donde Hanna se asomó por las escaleras para ver qué sucedía y Selene se asomó por la puerta de su habitación y, al ver a su madre desnuda y a su padre en shock no pudo evitar sentir un temor extraños. Marcus empujó a Kendra y se fue de la habitación, Selene lo siguió hacia abajo y Hanna al ver a su padre furioso y triste intentó hacerlo entrar en razón, pero vio en sus ojos su determinación en dejar la casa. Kendra lo siguió hasta afuera del departamento completamente desnuda, lo abrazó para detenerlo y ambos empezaron a llorar. Kendra rogó por su perdón pero no había nada qué hacer, sus hijas estaban mirando y Marcus se sintió sumamente decepcionado consigo mismo por no darles el hogar que ellas se merecen y por haberles dado a una zorra por madre.

Volteó a ver a Kendra y aún con semen en su boca pasó sus dedos y lo embarró en su cuello como si quisiera ahorcarla. Marcus era un hombre fuerte francamente hablando, para sus 50 años se veía de apenas unos 40 pero con el pelo un poco canoso. Kendra pensó que sería lo mejor que la ahorcara en ese momento que la perdonara, pero Marcus no pudo, sus hijas intentaron impedirlo. Marcus rompió en llanto, tomó el elevador directo al estacionamiento y con él sus hijas de inmediato. No volteó a verlas en lo absoluto, solamente vio a Kendra quien se quedó en el pasillo llorando por piedad.

Mientras Marcus manejaba Hanna intentaba preguntarle hacia dónde se dirigían pero él no mencionaba ni una palabra en lo absoluto. Siguió conduciendo y Hanna se abrazó a Selene porque tenía miedo de lo que podía pasar. Entonces llegaron a las afueras de la ciudad, a la mansión que estaba cerca del lago. Los tres bajaron y Marcus se dirigió directo a su habitación sin ver a sus hijas ni decirles nada. Hanna intentó hablar con él pero Selene la detuvo, entonces Hanna quería llorar pero Selene la consoló, tratando de hacerla entrar en razón pero incluso ella no sabía qué sucedía y porqué sucedió.

Conforme el tiempo pasó las cosas se calmaron. Marcus le habló a su hermana Penelope quien se convirtió en abogada de tiempo completo dejando de lado su profesión de modelo. Al intentar explicarle a su hermana éste no pudo contenerse y rompió en llanto, su hermana lo consoló esa noche, en la cama, Marcus descargó su ira en Penelope al cogérsela tan duro por el culo que la dejó irritada, y una vez terminada la sesión él le pidió que fuera su abogada para el divorcio a lo que ella aceptó y entonces comenzó un calvario para él y sus hijas, pues Kendra pediría más de la mitad de las posesiones que ambos compraron (un mal acierto por un matrimonio sin bienes separados). Kendra no mostraría piedad y eso destrozó a Marcus quien se cuestionó por días y noches si fue algo malo que hizo para que su esposa le hiciera lo que le hizo.

Mientras el proceso de divorcio seguía Penelope tuvo sexo tanto como le fue posible con Marcus, mientras no estuviera ocupada con algo del caso ella lo visitaba en las noches o incluso los días y ambos cogían en las recámaras, los baños, en la cocina o en el auto hasta que él drenara su pelotas. Selene al parecer los vio hacerlo en el auto un día que llegó de la escuela. Su padre estaba cogiéndose a su tía tan duro por el ano que Penelope se tenía que cubrir la boca para no hacer ruido. Esto no le pareció asqueroso pero le pareció algo vergonzoso, es decir, es su padre, tiene necesidades y pues en muchas ocasiones lo escuchó a él y a su madre tener sexo. Desde luego no se lo dijo a Hanna para no hacerla sentir mal. Y conforme los días pasaron Penelope dejó de ir a la casa, para esto ya había pasado un mes desde aquella noche. Marcus empezaba a tener problemas con su pene por sus constantes erecciones, se masturbaba con pornografía pero no lo lograba, en la ducha tampoco y mucho menos en el auto. Fue un día, después de su práctica con el equipo de porristas que Hanna se asomó a la puerta de su padre y pudo ver el trozo de carne adherido a su cuerpo que se cargaba desde la cintura. Por un momento pensó que era falso, pero se veía tan real que no lo creía. La manera en que agarraba con su mano su enorme pene lo movía de arriba para abajo, y Hanna no pudo evitar tocarse mientras lo veía hacerlo a lo que Selene la atrapó y casi arruina el momento.

Selene era un poco más madura que su hermana así que pensó "por qué no" ir a ver que ocurría y entonces se sorprendió igualmente con semejante masculinidad que traía su padre. Ambas no pudieron evitar masturbarse por más de 10 minutos hasta venirse, pero él nunca eyaculó. Las chicas siguieron espiándolo por semanas hasta que ambas se apiadaron de él y decidieron poner manos a la obra para ayudar a su querido padre.

Tres meses después de la trágica noche...

CONTINUARÁ...

1 comentario - Mis amadas hijas I

tersiuskalet +1
Segunda parte por favor
Maurice_Mosqueda +1
Ya está completa. La estaré subiendo en este fin de semana, espero.