Años de estudiante

Mi vecina...

Tendría yo unos 19 años, estaba cursando segundo semestre de mi carrera profesional, y muchas noches la pase trabajando en proyectos de la escuela, la ventana de mi estudio daba a la calle y muchos de mis amigos solo pasaban a saludarme por la ventana y se quedaban solo unos minutos a charlar, pues entre más tiempo yo perdiera, más tarde me iría a dormir, pero siempre hubo una visita que me gustaba recibir, y no era precisamente una amiga, ella era hija de la vecina de a 4 casas, era ya mayor, calculo unos 6 o 7 años más que yo, era una mujer casada y con una hija, pero siempre que veía mi ventana abierta y con música llegaba a saludarme y a provocarme, era habitual que ella anduviera con escotes, le encantaba mostrar sus pechos, y a mí me encantaba mirarlos, y más cuando quedaban entre los barrotes de mi ventana… era delicioso ver ese par de tenas grandes entre los barrotes, al principio ella no se percató de que me gustaba cuando sus pechos estaban entre los barrotes, yo trate siempre de disimular y verlos lo menos posible, pero llego el día en que ella se dio cuenta de que no dejaba de mirarlos y a partir de ese día comenzó a bromearme al respecto, se ponía blusas más escotadas, más transparentes y era a propósito el dejarlas dentro de los barrotes para ponerme lo más caliente posible, yo me percate de la situación y decidí no dejar pasar la oportunidad de mirarlas a mi gusto, si bien no podía tocarlas, cuando menos vería la majestuosidad que ella me regalaba.

Serían unos 3 o 4 meses de esto, poco a poco comenzó a tirarme indirectas y provocaciones, me decía: “¿Te gusta mi blusa de hoy?” o bien “Que lindo estas hoy, si fuera soltera no te dejaba ir…” así pasarían unas 2 o 3 semanas más, hasta que de pronto comenzó a tocarme del hombro, después a agarrarme de la mano y no soltarme, hasta que un buen día su esposo la vio, en mi ventana, tomándome de la mano, le hablo y se la llevo a su casa, cabe mencionar que no la vi después de eso por una semana entera, y la verdad es que extrañaba ver esas hermosas tetas, tan jugosas y enormes.

Llego el fin de semana y estaba esperando a mis amigos en una pequeña banqueta que había fuera de mi casa, la vi pasar por enfrente de la casa, me miro, la mire y me sonrió, le dije hola y la salude con mi mano, ella se sonrojo y me tiro un beso, quede enamorado en ese momento, espere una hora ahí en el mismo lugar y de lejos la vi que venía caminando por la misma será en que me encontraba, paso frente a mí y sentí que se iría de largo, así que la tome de la mano, ella se detuvo, la jale un poco para que se sentara y así fue… quedo sentada a mi lado, y vi cómo comenzó a salirse una lagrima de sus ojos, le pregunte el motivo y esto me contestó: “Me prohibieron que vuelva a hablar contigo, mi esposo me vio que te agarraba de la mano y me sermoneo toda la noche, la verdad es que tú no eres culpable de eso, yo sola me metí en este problema y me duele no poder platicar a diario contigo, me encanta hacerte desatinar con mis roces y mis comentarios, veo como me miras los pechos y sé que te gustan, yo pienso que me enamore de ti, pero no puedo corresponderte, me hago ilusiones a diario de que estés trabajando en tu cuarto, para poder platicar contigo y dejarte de regalo mis pechos en tu ventana, para que los veas y talvez algún día que seas menos tímido los toques, porque cuando me has rozado, la sangre se me sube a la cabeza y solo pienso en que sigas tocándolos, que me beses y no saber nada mas de mi vida de casada…” en ese momento no dude y la bese, ahí en la calle, sin importarme nada, fue solo un pequeño beso de 2 o 3 segundos a lo mucho, pero para mí fueron eternos, ella se levantó y me dijo: “Voy a resolver esto el día de hoy, y si todo sale bien, te veo mañana por tu ventana…”

Paso el domingo, el lunes y era martes casi las 8 de la noche, cuando sentí que me acariciaban el lóbulo de la oreja, volteé a ver y era ella, le dije “HOLA” y ella me sonrió, me tomo de la mano, me jalo hacia la ventana y nos dimos un pequeño beso nuevamente, y me dijo: “Todo está arreglado, me costó mucho alejar esos pensamientos que tenía mi esposo, pero al fin pude convencerlo de que tú y yo solo somos buenos amigos, que me encanta platicar contigo, porque eres muy inteligente y a mí me hubiera gustado mucho estudiar lo que tu estas estudiando, además de que lo convencí de que eras muy pequeño de edad y que jamás me fijaría en alguien tan chico…” se rio y me volvió a besar, quede en las nubes, estaba volando, en este beso hubo lengua, fluidos y toqueteo por parte de ella, pues metió la mano, agarro mis nalgas y las sobo por un rato, después dirigió su mano a mí ya erecta verga y comenzó a masajearla, yo no pude contener comenzar a masajear su enorme par de tetas, duras, jugosas, suaves, hermosas en verdad, todo esto en algunos 30 o 40 segundos, hasta que paso alguien y nos alejamos, me pregunto si podía pasar, porque eso era algo que le molesto a su marido, que estaba platicando desde la ventana y se veía muy mal, y yo en ese momento me encontraba solo en casa.. así que de 3 pasos llegue a la puerta y ella paso.

No terminaba de cerrar la puerta y ya estábamos envueltos en una abrazo candente, besos desesperados y toqueteos exóticos, llegamos a mi habitación, cerré la ventana de un manotazo, ella se desabrocho la blusa, se sacó el pantalón, se quitó el sujetador con una mano y arrojo de 1 patada su tanga, yo me desnude como pude, viendo a la maestra hacerlo, me aventó a la cama, se arrojó sobre mí, me beso apasionadamente y comenzó a bajar primero a mi barbilla, la cual seguía besando y chupando, después a mi cuello, mi pecho, mi abdomen y por ultimo a mí ya babeante miembro, el cual beso, chupo, lengüeteo, mamo succiono, estiro y exprimió por completo, esta era la primera vez que sentía la boca de una mujer en mi miembro, yo me sentía en extremo excitado, pasarían a lo mucho 3 o 4 minutos y una extrema eyaculación salió de mí, acompañada por un gemido de mi parte y un suspiro de alivio enorme, y ella trago todo mi semen, hasta la última gota, limpio todo mi miembro y siguió chupando.

“No pasa nada… estábamos muy calientes y reprimidos, es normal que suceda y a mí me encanta hacerte feliz” Exclamo ella, y se dirigió a mí, me puso sus enormes pechos sobre mi boca, como si estuviera amamantando a un bebe y me pidió que se las chupara completitas, así que mi tarea era acabármelas, comencé lentamente y fui subiendo el ritmo de las embestidas con mi boca, las mamaba, chupaba, mordía y jalaba y note que entre más brusco lo hacía, más se excitaba ella, además de que ella comenzaba a tocarse sus labios vaginales y clítoris frenéticamente, ella jadeaba, gemía y de pronto hasta un pequeño grito salía de su boca, yo estaba en extremo concentrado en chupar ese inmenso par de tetas deliciosas, quería comérmelas por completo, su pezón era grande y su aureola pequeña, de piel blanca casi rosita, bellísimo todo lo que me estaba comiendo, de pronto ella comenzó a moverse frenéticamente, se venía, yo solo la abrace y seguí chupando, tardaría unos 20 o 25 segundos en esa frenética venida, después de que dejo de convulsionarse tardaría un par de minutos más en recuperarse y volverme a besar.

Abrazados y besándonos comenzamos a tocarnos nuevamente, ella frotaba la cabeza de mi pene y yo su vagina, pasaba por los labios, círculos en el clítoris y de pronto metía uno o dos dedos dentro de su vagina, entre más caliente se ponía ella, más duro me ponía yo, me monte sobre ella, abrí sus piernas y comencé a introducir mí ya muy duro pene dentro de su vagina, ella lubricaba muchísimo, hacía que el entrar y salir fuera bastante fácil y placentero, la cogí de su cintura y me puse de rodillas, la subí de sus caderas y comencé a dar tremendas embestidas, al principio muy despacio pero profundas y aumentando el ritmo, por lo pronto yo veía como lo gozaba, tomaba su hermoso par de tetas y masajeaba de la base y hasta los pezones, jalándolos y dando molinetes en ellos, su cara era de satisdación total, sus gemidos eran un canto de sirenas, entre más fuertes y agudos, mas endiosado estaba yo y más fuertes mis embestidas, los gemidos pasaron a ser exclamaciones: “¡Dámelo todo!, ¡párteme en dos papacito!, ¡que rico coges mi amor!, ¡dame más fuerte, reviéntame!” después de unos minutos ella solo gritaba y me decía que se vendría y yo solo esperaba el momento para venirme, estaba que reventaba, pero quería venirme al mismo tiempo y aguante hasta que ella comenzó a convulsionarse y dar reparos, mi venida fue enorme, avente unos tres chorros dentro de ella y dos más al salirme debido a su meneo intenso, nunca había visto salir tanta leche de mi pene y tampoco había visto venirse de esa forma a ninguna mujer, aunque mi experiencia era muy limitada, aún tengo en mi mente su enorme venida y como se revolcaba en la cama, su cara de inmensa satisfacción y lo rico que gritaba.

Después de esta ocasión tuvimos unos 6 o 7 encuentros más, todos fueron acordados y en un motel, y aunque siempre fue delicioso tener sexo con ella, la primera vez fue la más excitante y caliente que tuve en mi juventud, y aunque ya pasaron más de 23 años de ese momento y no logro recordar su nombre, en mi memoria siempre estarán ese enorme par de tetas, sus juegos, y su forma de venirse.
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