Historias de un español (I): El Campamento de verano

Hola Comunidad!

Después de muchos años leyendo y disfrutando de vuestras historias, llega la hora de aportar algo y empezar a contar las mías. Aclaro que todas las historias son reales, excepto los nombres y pequeños detalles que pueda cambiar para mantener la privacidad de las personas. 

Soy Español, tengo 29 años y vivo en Madrid. Siempre me he considerado una persona muy curiosa y activa en el sexo, pero también muy liberal y abierto de mente. Eso me ha llevado a tener un montón de situaciones morbosas, trios, orgias, sexo con personas trans, BDSM-sumision, cuckold… Me considero hetero, no me atraen los hombres, pero tampoco me causan rechazo, lo probé cuando era adolescente y no me gustó. Pero no tengo ningún problema es compartir a una mujer con algún amigo (esto lo he hecho varias veces). También durante los 3 años que viví en Berlín, fui asiduo al famoso club Kit-Kat, mezcla de club de techno berlinés con club swinger. Zona de baile, dos pisos, piscina, sauna, jaulas, shows de bondage y tolerancia a las drogas. Contaré también algunas de las historias mas interesantes que viví ahí. 

Físicamente soy normal, moreno, barba corta, y en la última época me he puesto mas en forma. Lo que mas destaca de mi es que tengo la suerte de tener una polla bastante grande y bonita de 20 centímetros. Aunque me ha servido mas tener una mente muy abierta e imaginativa, aprender a dominar con las palabras, crear juegos en el sexo y saber llevar a otras personas a explorar sus limites desde la confianza y el respeto.

Aclaro que en algunas historias era especialmente joven, por lo que no podré poner la edad, pero se puede intuir, como en esta que viene a continuación y que fue de las primeras experiencias.

Era verano, yo todavía era virgen, había acabado el instituto y me iba a ir 15 días de campamento con mi amigo Nacho. Con el he compartido muchas de las historias que iré contando, entre las que se encuentran compartirnos a las novias, por lo que lo voy a presentar. Tan pervertido como yo, de origen chileno pero creció en España desde niño, alto y moreno, nos conocimos en el instituto y todavía somos buenos amigos. Los campamentos es a donde íbamos muchos veranos los chavales, con gente de nuestra edad, sin los padres. Era en la montaña y dormíamos en tiendas de campaña mixtas. Nosotros estábamos en la edad pajera total, así que decidimos hacer una competición sobre quién sería capaz de hacerse mas pajas en los 15 días. La verdad que mi amigo ganaba en aguante, y a la semana o así me rendí. La competición se había hecho bastante famosa en el Campamento (seríamos como 100 chavales de diferentes edades), y muchas veces se nos acercaban chicas de otros grupos con mucha curiosidad a preguntarnos si era verdad la competición, y yo notaba que alguna queria pedir permiso para mirar, pero no se atrevía (los chicos de la tienda podían estar como jueces, las chicas no). Eso nos lleva al último dia, cuando a mi amigo y a mi se nos aceraron dos chicas mas pequeñas y nos dijeron que querían ver como lo hacíamos. Así que nos fuimos los 4 a una tienda vacía en una zona mas alejada de gente que ya se había marchado, y entramos los 4 sin que nos vieran. Ellas estaban muy cortadas pero se veia que tenian ganas de mirar, así que nos tumbamos y nos empezamos a acariciar por encima de los pantalones… a mi se me empezo a marcar muy rapido, a mi amigo no tanto (la tiene algo pequeña, sin ser preocupante, pero come muy bien el coño y lo compensa con eso). Les dije que se acercaran, y se puso una a cada lado nuestro. Yo le dije a la mía que me bajara los pantalones, pero no se atrevía, así que me los bajé yo y salio como un resorte. Se quedó impresionada, y me la empecé a acariciar poco a poco mientras la miraba. Ella no apartaba la vista de la polla, y mi amigo estaba igual con la suya. Yo quería avanzar a que nos hicieran algo, pero tenía que ir con cuidado y hacer que se calentasen primero. Así que empecé a gemir mientras me la acariciaba despacio pero con firmeza, para que la vieran bien. Pensaba en lo mojadas que estarían en ese instante sus braguitas y todavía me ponía mas cachondo y se me ponía mas dura. Decidí levantarme y dejarsela a la chica a la altura de la cara, ella seguía de rodillas, aparté la mano para que quedase totalmente erecta delante suyo, ella sonreía con timidez. “Agarrala, quiero que notes lo dura que está”. Ella lo hizo con delicadeza. “Puedes apretar un poco”, le dije. Así lo hizo, después puse mi mano sobre la suya y empecé a moversela por mi tronco, bien cerca de su carita. Mi amigo miraba mis avances, y la chica que estaba con él también los de su amiga, que no quería quedarse atrás y empezaba a tocar también la polla de Nacho que seguía tumbado. Recuerdo lo caliente que estaba y la suerte que tenía por que me haya caído algo así del cielo. La chica seguía moviendo su mano sobre mi polla, ya sin mi ayuda, y yo cada vez gemía más fuerte para ponerla cachonda y que sintiera que lo estaba haciendo bien. Me la quedé mirando desde arriba, le acaricie la cara y le dije “dale un besito”, parecía que estaba deseando que se lo pidiera, por que casi sin pensarlo puso sus labios en la punta de mi glande, les dio un besito, y sin separar los labios sacó su lengua y empezó a pasarla por la punta suavemente. Estuvo así unos segundos, mientras me llevaba al cielo y seguidamente abrió la boca y empezó a metersela. Me estaban haciendo mi primera mamada. Ya me había olvidado de mi amigo ni sabía en que punto estaba, solo disfrutaba del momento mientras con mi mano acompañaba ligeramente su cabeza en sus movimientos. Solo quería que no parase, sabía que no iba a aguantar mucho, en la tienda hacía mucho calor y me quite la camiseta, ella me miraba de vez en cuando mientras seguía chupando, como buscando mi aprobación, y lo cierto es que para ser la primera lo hacía genial, aunque no se la podía meter muy al fondo era suficiente. Veía que iba a acabar, así que se la saque de la boca y me toqué un poco hasta que me corrí en la colchoneta de la tienda, ella se quedo mirando fijamente como salía todo. Le dí las gracías y le dí un beso. Miré a mi amigo, que seguía tumbado, y vi como acababa poco después, mientras su chica le hacía una paja y se la chupaba a ratos a la vez.

Luego les propusimos seguir y devolverles el favor, pero no quisieron, así que como era el último día antes de volver todo quedó ahí. Prometimos no decir nada a nadie y guardar todos el secreto, tenían miedo de que las trataran de putas, pero nosotros respetamos eso y no se lo contamos a nadie.

Al año siguiente yo volví a ir al mismo campamento (mi amigo no), y la chica que me la había chupado también volvió (su amiga no). Pero ese año había una chavala de mi grupo que me tenía loco y la quería como novia, así que no hice nada con la del año anterior. A día de hoy me arrepiento, pero cuando somos pendejos como dicen ustedes, dejamos pasar muchas oportunidades.

Espero que les haya gustado. Iré contando mas historias y cuando pueda adjuntaré fotos de las chicas o capturas de whatsapp. A cambio dejen sus puntos! De momento subo un video mío de hace un año y medio, antes de empezar a ir al gym.




https://www.xvideos.com/video65621487/hombre_jugando_con_su_polla_de_20_centimetros


0 comentarios - Historias de un español (I): El Campamento de verano