La vagina más deseada, mamá. Volver a entrar.

Considerando los mensajes recibidos a raíz de mi historia, y ante el impedimento de subir material que demuestre lo que escribo (porque ella no quiere que lo suba), he decidido escribir sobre como logré llegar a esto. Muchos años después de la primera historia, ya en plena adolescencia mi gusto sexual aún estaba enfocado en ella, y por todos los medios trataba de exponer lo que sentía. Constantes insinuaciones parecían no tener sentido, puesto que ella las ignoraba, y por eso solo encontraba una forma de calmar mi deseo, explorando su ropa interior. Convertirme en un espía o ninja fue efectivo durante un tiempo, ya que gracias a ello conseguí videos y fotos que me ayudaron muchas noches, mientras que cuando el deseo me superaba, existía la posibilidad de esperar a que ella estuviera profundamente dormida, y allí investigar su desnudez, donde entre pelos me enamoraba de su vagina, acariciando mi pene mientras observaba aquel lugar, deseando volver a entrar. Años de espera parecían ser un esfuerzo estúpido, eso hasta que a raíz de un problema la vi caer, sus problemas aumentaban exponencialmente, pero nadie la acompañaba en aquel camino, excepto yo, claro. De un momento para otro las insinuaciones obtenían respuestas, el doble sentido se había multiplicado y no de mi lado precisamente, lo que continuo unas pocas semanas. Precisamente un domingo ( lo recuerdo muy bien, ya que este tipo de cosas jamás se olvidan), nos encontramos en la sala, mirando la televisión, hablando sobre los problemas que nos aterraban aquel entonces, que poco a poco se transformaron en las ya conocidas insinuaciones, que al inicio referían a las parejas, y al ocaso de la conversación ya exponían sobre partes del cuerpo. Recuerdo que ella tenía un problema con su sostén, puesto que este tenía un gancho que decidió no cumplir su función, probablemente cedió por el peso de los pechos. Al intentar ayudarla, aquel gancho llegó al fin de su vida útil y los pechos cayeron por la fuerza de gravedad, y del enojo ella se los quito , y con rabia los tiro hasta otra habitación, por unos instantes pude observar como acomodaba esas preciosidades entre su remera, aquello parecía incómodo, puesto que apenas entraban y transparentaban por la remera. Totalmente perdido en aquellas curvas no fui consiente que me estaba mirando, cuando me percate de ello mamá miro hacia abajo esforzándose por acomodarse. Nervioso puse la mano entre mis piernas y allí caí en que estaba mojado, sobre un pantalón azul era evidente que ella lo hubiera notado, y al intentar solucionarlo note un movimiento extraño. Acto siguiente mamá me empieza a decir cosas calientes, las cuales harían sentir orgulloso a cualquier hijo, y ahora sus manos no se esfuerzan por la comodidad de la remera, sino por soltarse de ella. En unos segundos está semi desnuda, sus pechos parecían hincharse de leche, aunque ya no tuvieran, y entre palabras conseguí quitarme el pantalón, ya con el pene libre es que mamá extiende su mano, lo apreta y empieza a bajar y subir su mano. El movimiento constante y el placer que sentía parecía reflejarse en su cara, y en algo más, su mano "libre" ahora se ocupaba detrás de un jean negro algo apretado, donde frotaba aquel lugar que tanto he amado. El momento ya era perfecto, pero sería aún mejor cuando rápidamente quitó su pantalón, evidenciando unos labios carnosos del cual emanaban sus fluidos, parecían querer devorar algo, y lo consiguió. Ya en el sofá tomó mi pene, y con delicadeza se sentó en mis piernas, sus piernas rodeaban mi cintura, mientras encontraba refugio en un lugar que ya conocía previamente, ahogado en sus pechos disfrutaba perderme en los estímulos, su cara de placer al chuparlos, sus gemidos al verla saltar sobre mi, exprimiendo mi pene, gritando al meter mi dedo en su culo, mientras mis labios recorrían su cuello. Y aunque aquel día no fue en el que obtuve su virginidad anal, si fue la primera pero no única vez que tuve el placer de acabar dentro de ella, la vez que más disfrute volver al lugar donde nací, entrar con diferentes partes de mi cuerpo. Cosa que continuo hasta hoy.

Me encantaría saber tu opinión. Soy consiente que la historia no es tan detallada como la primera, y tiene su razón. En aquella primera el motor aún es la morbosidad, aquí me resulta imposible trasladarlo, puesto que es algo normal para mi. Aún así, si quieres saber algo puedes preguntarme por privado.

1 comentario - La vagina más deseada, mamá. Volver a entrar.

maclover77
Las tetas de nuestras mamás siempre son las mejores , bueno también las de nuestras hermanas !!