Mi vida infiel 2

CAPITULO 4 Elcompromiso
 
La aventura con Pablo siguió adelante. Nos veíamosa escondidas, ya no solo le era infiel a mi marido con un hombre, lo era condos, y también le era infiel a mi amante.
Pasaba noche en vela recostada junto a mi maridodeseando estar con otro hombre, generalmente con Pablo. Milagrosamente elembarazo tan temido no se produjo, pero comenzó un capitulo en mi vida que meobligo a dejar atrás a Pablo.
 
Hacia ya varios meses que no viajábamos con Julio.El hecho de coger en su casa, no hizo necesario alejarnos. Las relacionessexuales con el se habían convertido
en algo necesario para mí. Ya mi cuerpo habíaadoptado el tamaño de su pene, tanto vaginal como asnalmente, y tantasatisfacción había traído un amor intenso entre nosotros. Ya era su mujer paraaquella época, incluso algunas noches con falsas excusas puestas a mi marido,hacia el papel de esposa con Julio. Bañándonos junto en la ducha, durmiendocompletamente desnudos después de que el me tomara.
 
Un día me llamo que necesitaba hablarme. Me comentoacerca de sus creencias religiosas, su apego a una secta budista y suscostumbres acerca de la adoración de dioses. Me pregunto si me parecía que enuna ceremonia nos uniéramos en matrimonio bajo esos designios. Mi amor me cegócompletamente y acepte sin dudarlo. Me dijo que se sentía feliz de que aunque seade esa forma, pasáramos a ser una pareja mas unida, con un compromiso contraído.Nos besamos durante una hora aproximadamente y mi corazón explotaba defelicidad.
 
Hay algo mas que me gustaría explicarte me dijo. Elhecho de consagrarnos como pareja en el altar del dios Buda, nos comprometía a  procrear hijos en los proximos 5 años. De nopoder lograrlo nos ibamos a ver en la obligacion de realizar y participar delos ritos sagrados de la religión. Le conteste que no tenia problemas, que siera su esposa bajo esa creencia aceptaba, esos ritos.
Le pregunte que ritos. Me contesto que eran ritossexuales en los cuales la mujer era la que participaba. Pero como esposa debessaber antes de serlo que te será adjudicado un numero, un orden, que en elfuturo, sin fecha precisa y cuando toque ese numero, tendrás que entregarte ensacrificio al dios. Lo unico que puede salvar esa situación es un embarazo.
Se me helo la sangre, pero a su vez la excitaciónse apodero de mi cuerpo. Fue tal la sorpresa que manifesté, que tomándome delas manos, me explico que era un privilegio para la esposa, llegado su momento,partir al mas allá de forma pura, sin tener que padecer enfermedades nisufrimientos y quedando a la espera de mi partida para unirnos nuevamente. Peroque intentariamos que quedara embarazada de el, no me importaba ya mimatrimonio con mi esposo.
Mi corazón pudo más que mi mente, y mi respuestafue un profundo beso y un apretado abrazo
Me dijo que me agradecía mi fe, ya que Maira nuncalo pudo aceptar.
Viendo mi curiosidad, me contó a grandes rasgos quellegado mi turno, seria llevado por los 4 sacerdotes de Buda a un lugar sagradoque no debía develar, que seria tratada como una diosa, que recibiría antes departir los mayores placeres corporales, tomada por el sumo sacerdote, y despuésseria sacrificada en el altar de Buda. El cuerpo luego seria despostado ycremado en el caldero sagrado.
 
Le dije que si inmediatamente. El hecho de vivir sintiéndomela esposa de Julio, compensaba ese final, el cual con el correr del tiempo empecéa desear.
 
Capitulo 5. elmatrimonio.
 
Nada me importaba con tal de sentirme su esposa, sumujer. Deje de pensar en el riesgo que se descubriera mi infidelidad, que serompiera mi familia.
Siempre los consejos de el, eran que pusiera al tantoa mi marido de lo que estaba pasando. Poco a poco fui introduciendo el tema.Primero como una fantasía, la de cómo vería el, que su esposa se entregara aotro hombre. La complicidad con el hizo el resto.
Hasta que una noche plagada de sexo, se lo confesé.
Le conté de mis deseos, de mi amor a otro hombre.Al principio el no me contesto, pero luego me pregunto que quería hacer.
Conservar a los dos fue mi respuesta. Y así nacióel compromiso del matrimonio abierto que facilito las cosas.
Otro suceso cambio las cosas. La separación deJulio y Maira. Sus desavenencias su descuido de su matrimonio por ocuparsesolamente de mi, termino con la separación.
 
 
 
 
 
 
Ahora el era libre y eso cambio su postura ante mi.Me pidió que abandonara mi esposo, mi hogar. Mi respuesta fue que no estabapreparada para eso. Que estaba dispuesta a vivir dos parejas a la vez. Lo quelo tranquilizo fue mi propuesta.
Le prometí hablar con mi marido y pedirle maslibertad. Que habría noches que dormiría con el, fines de semanas completospara el, vacaciones con el.
 
La hora del rito matrimonial habia llegado. Sedesarrollo en un centro de la religión en las afueras de la ciudad.  El viernes a la tarde fui preparada por dosmujeres, mis asistentes para la boda. Fui bañada en una fuente de aguacaliente. La desnudez mia y de las dos mujeres me hizo ir excitandome para elrito. Me tocaron entera, limpiandome pense al principio, pero después me dicuenta que era para que sintiera placer. Las caricias en las tetas se hicieronmas intensas y desembocaron en la succion de los pezones. Duros como piedrasfui chupada y tocada, lo que me produjo un inmenso placer.
Senti sus manos en mi ingle y ano, y no paso muchotiempo para que me penetraran los dos agujeros. Varias veces estuve a punto deacabar, pero la sabiduría de ellas lo impedia. Dejaban de excitarme un momentopara que me relajara y comenzaban de nuevo.
Luego de eso, salimos del agua, me secaron congrandes toallas, y procedieron a depilarme todo el cuerpo. Mis axilas y laingle fueron sometidas a compresas calientes y luego aplicaron un gel que hizoque mis bellos cayeran de mi cuerpo.
Mientras ellas trabajaban en mi cuerpo , unatercera mujer llego a la habitación con la tunica nupcial para la boda. Doraday larga hasta los pies, se cerraba por delante con botones hasta el cuello y unlazo en la espalda.
 
Al terminar mi depilación, una de las mujeres tomouna jarra con dos mangueras que salian de ella. Iba a ser sometida a una enema.Me explicaron que era para vaciar mis riñones y el intestino, lo quefacilitaria el coito con mi esposo. Boca arriba como estaba, intodujeron unamanguera en el orto y la otra en la concha y levantando la vasija, comence asentir la entrada de liquido en mi cuerpo.
Después de 5 minutos, me sentia llena de liquido.Diciendome que aguantara desagitarme, me levantaron entre las mujeres y mesentaron en una especie de banqueta con un gran hoyo en el centro. Abri losmuslos y mi vagina y mi ano quedaron posicionados para evacuar. Sueltalo medijeron, y gran cantidad de agua empezo a salir de mi cuerpo. Del ano,mezclados con materia fecal dura y de la vagina un liquido amarillento . Unavez terminado ese proceso, con el cuerpo totalmente aliviado, me hicieronrecostar nuevamente.
Aparecio en el lugar un hombre que me acompañariaen mi vida a partir de ese momento. Se presento con el doctor . Me aconsejorelajarme y comenzo a examinar mi cuerpo. Toco mis senos diciendome que losveia aptos para el amamantamiento
Y que podia albergar gran cantidad de leche materna.Examino a continuación mi utero y me pregunto sobre mi ultimamenstruación.  Extrajo unas tablas decalculo y luego de unos minutos me dijo, que estaba atravesando un proceso defecundidad y quizas esa misma noche podia quedar preñada.
La excitación se apodero de mi, queria que en esemismo momento Julio me tomara y me fecundara.
Me colocaron la tunica sin ropa interior y unassandalias que dejaban mucho pie desnudo.
 
Comenzamos a caminar rumbo al templo. Atravesamosun gran patio al aire libre y corriendo unas cortina entramos en el lugarsagrado.
 
Alli me esperaba mi hombre, mi futuro proximoesposo.
El sumo sacerdote comenzo a leer los libros de laceremonia, la cual no duro mucho. Fuimos bendecidos con agua en nuestro cabezay declarados esposos, y convidados por una pocima dulce y empalagosa querapidamente hizo efecto en mi.
A partir de ahí y sorpresivamente para mi, fuedespejado el altar de los libros y acercandose a mi, mis asistentes procedierona dejarme desnuda y ayudandome me recostaron en el altar. La pocima que tomehacia efecto. Un estado de ensoñacion se sumaba a una gran excitación y deseo.
Julio tambien fue despojado de su tunica quedandocompletamente desnudo. No menos de 30 hombres y mujeres contemplaban nuestroscuerpos desnudos.
Y Julio recostandose junto a mi comenzo a hacermeel amor.
 
Nos acariciamos como nunca, nos besamos el cuerposin parar, hasta que ambos dirigiendonos una mirada complice, tomamos posiciónpara el acto sexual.. Abri mis piernas y el colocandose en medio, me penetro.Me senti llena de el al instante y el roce de los sexos se hizo insoportable.Tras dos minutos de contacto, y escuchando sus quejidos , senti el semencaliente de Julio dentro de mi, lo que me produjo una gran estimulacioncorporal y mental. El hecho de sentir su eyaculacion y el pensamiento de que meestaba fecundando, me hizo explotar en un gran orgasmo.
 
Mientras nos relajabamos nos comimos a besos y nosdeciamos palabras de amor, mientras toda la concurrencia cantaba salmos enhonor al dios por la nueva pareja.
 
 
Así fue como comencé una nueva vida. Con dosparejas, dos hombres que me amaban y a los que yo a mi manera también losamaba.
 
Pero asi como disfrutaba de eso, comence a notarque no podia quedar embarazada de mi nuevo marido.
 
Fue la época mas intensa sexualmente. Requerida amenudo por los dos, mi cuerpo era poseído muy asiduamente. Al final era lo queyo necesitaba. La variedad pero con amor.
 
Tuve que atravesar etapas difíciles con ambos reclamándomemás y más. Hasta que llego el momento de hablar.
 
Les dije a ambos que así no podíamos seguir que debíamoscoordinarnos y la reunión con los dos que tanto evite se produjo.
 
Julio nos invito a cenar en su casa. Allí fuimos .El ambiente era tenso, con mucho pudor de mi parte. Hasta que Julio tomo lapalabra y le pidió a mi esposo un trato, un arreglo para que todos estuviéramosbien. Así llegamos a ponernos de cuerdo, e que ciertos días yo dormiría conJulio, y otros en casa con mi esposo. Que fin de semana por medio estaría conuno y con el otro.
 
Brindamos para sellarlo, y Julio tomándome porsorpresa se acerco y me dio un beso intenso en la boca. Cuando lo soltéesperaba una reacción de mi marido, pero la tranquilidad se había sentado sobreel..
Entonces sentándome en medio de ellos, me ofrecí aambos.
 
Se alternaban en besarme y tocarme, y así fuiperdiendo mi ropa. Llego el momento de más pudor al verlos a ambos desnudos.
Me recosté entregándome, y cada uno de ellos se ocupóde mis partes más sensibles. Julio en mis tetas, succionándolas como a mi megusta, y mi marido en la ingle, pajeandome y chupando a la vez.
 
Cuando y a no pude resistir mas, me abrí ofreciéndome.Fue Julio quien tomo la iniciativa, subiéndose en mis muslos y apoyando su pijaen mis labios vaginales.Era tal la humedad, que fácilmente resbalo dentro de mí,y así comenzaron los movimientos rítmicos del coito.
Nunca estuve tan excitada. Mientas julio me tomaba,mi marido succionaba los pezones. Cambiamos de posición varias veces, pero sindejar que fuera Julio quien me cogia. Hasta que me monte en el. Mi marido tomolos pechos desde atrás y con esa caricia mas el roce en la vulva, acabeintensamente. Mis espasmos vaginales inducieron a Julio a acabar, y lo hizointensamente en mi interior vaciando sus huevos .
Luego de retirarme de el, le ofrecí la vulva a mimarido, y no se hizo rogar. Montándome me penetro profundamente y en dos roces tambiénecho la leche en mí.
Terminar la noche durmiendo de a tres y con laleche de mis dos hombres dentro, fue lo máximo.
 

0 comentarios - Mi vida infiel 2