Matías, mi amante 13

Matías mi amante 13

El jefe me dijo que le había llegado la orden de acompañarlo a mi marido, en la misma sucursal tenían unos problemas que él tenía que atender así que iban a viajar juntos, J… estaba viniendo igual, es decir que iba a estar toda la semana trabajando en capital con él. Me sentía caliente, no sé porque me calentaba tanto estar solo con J… y que el jefe viajara con mi marido, el lunes a la mañana, me arreglé súper producida, lo acompañe a mi marido a aeroparque, ahí se encontró con el jefe que apenas me saludo, me fui al trabajo, J… llegaba en el vuelo de la tarde y se iba directo al hotel. Estuve todo el día concentrada en el trabajo, cerca del horario de salida, recibí un mensaje de J… quería que cenáramos juntos
-Me encanta la idea… estoy solita...
-Para que vine yo… para hacerte compañía, y que no te sientas solita…
-Que bueno que es ud señor…
La empresa le había dado un auto, me pasaba a buscar por casa. Fuimos al resto que voy siempre con Mati y al que fui con mi marido, el mozo me miraba de a ratos, era obvio que me reconocía, como jugueteábamos con J… toqueteándonos le llamaba la atención, me encantaría saber que estaría pensando. La cena fue tranquila, y al final se me cruzó la idea de que fuéramos a casa a hacerlo, me calentaba mucho hacerlo en mi cama, si bien era riesgoso por los vecinos, pero me excitaba un montón la idea, J… estaba encantado. En el auto le dije
-Tu esposa hará lo mismo…??
-Que mala sos…
Los dos nos reímos. Cuando llegamos a casa, estacionó en la otra cuadra le dije que caminara un poco atrás mío, si veía que no había nadie, entrabamos, sino que siguiera caminando, en el ascensor nos fuimos apretando, llegamos al piso y entramos rápido al departamento. Enseguida estábamos los dos desnudos, lo senté en el sillón, su pija estaba bien dura, lo monté de una, me comía los pechos, me mordisqueaba los pezones, nos comimos las bocas los dos recalientes, yo lo cabalgaba bien duro, de a ratos el me agarraba y me apretaba contra él sin dejarme mover, decía que lo iba a hacer llegar enseguida. Yo miraba las fotos mías con Carlos y me excitaba un montón, me calentaba hacerlo en casa, pero sabía que era riesgoso y obviamente eso me excitaba más.
-Nunca lo había hecho con alguien más en mi casa… solo con mi marido…
-Soy el primero que le mete los cuernos en tu casa…
Me salí de encima de él y lo llevé a la cama, me acosté y le pedí que viniera a montarme, me daba bien duro parando de a ratos para no llegar, lo que me calentaba darle lengua, a pesar de ese aliento pesado que tenía, cuando lo sentí llegar enseguida mi orgasmo se acopló al de él. Quedó acostado del lado que duerme mi marido, yo fui a buscar algo para beber, tomamos unas bebidas blancas, descansando un rato, era cerca de medianoche, no había hablado con mi marido, fui a buscar el celular, y lo llamé, mientras empecé a chuparle la pija a J… , el atendió…
-Hola amor… -dijo
-Dormías…?
Cada vez que él hablaba la chupaba despacio, suave, sin hacer ruido.
-No, tuve un día complicado, pensaba como resolver un montón de problemas que encontré, me cuesta bastante dormirme… y vos…
La pija de J… empezaba a reaccionar
-Bien… acá en la camita…
-Me extrañas…?
-Un montón… pero no me voy a hacer la pajita como vos…
-Que mala sos…
-Como te trató el señor R…?
-Cenamos juntos, no paraba de hablar de lo eficiente que sos… de lo responsable y bien dispuesta que sos en tu trabajo… -lo miré a J… los dos nos calentamos más.
-No te mintió… soy re eficiente… y siempre trato de hacer lo mejor…
-También se disculpó por el tema de mi despido… me dijo que no se hubiera perdonado si la empresa me hubiera perdido…
Me puse de costado en la cama y le pedí a J… que me la diera por atrás, se acomodó y la fue metiendo de a poco. Que sensación, esa cabeza la sentía como una invasión pero me encantaba.
-Y que onda conlas chicas…? Alguna te tiró onda…? –giré la cabeza y lo besé a J… que empezaba justo un bombeo muy suave y parejo.
-No seas tonta… sabés que solo tengo ojos para vos…
-Bueno amor… me voy a dormir que mañana me tengo que levantar temprano, no te hagas el lindo… un besito, que descanses…
J… quiso que me ponga un vestido corto, quería hacerlo apoyada sobre la mesa y ver como se me levantaba el vestido, me puse unos zapatos de tacón alto y unas medias a medio muslo también. Estaba encantado. Corrí las cosas de la mesa y quedé apoyada, entregada sobre la mesa, se arrodilló y estuvo chupándome un montón de tiempo. Después se acomodó, tomó mis manos y las llevó hacia atrás, me agarraba de ellas y me daba bien duro, entró fácil esta vez, me movía a mi, atrayéndome y alejándome, sentí el sonido de mis caderas golpeando contra sus muslos, después me soltó las manos y empezó a cachetearme la cola, duraba un montón después de haber acabado antes.
-Que hembra deliciosa sos… tenes un culito hermoso… delicioso…
-Tu pija es una delicia… lo que se pierde la boluda de tu mujer…
Se acomodó sobre mi y se quedó besándome y acariciándome la espalda y la nuca con su pija bien metida dentro de mi.
-Me gustaría limpiártela y que me la des en la boca…
-Espera un rato más… me encanta sentirte…
Giré la cabeza y volvimos a besarnos. Estuvo un rato más hasta que se salió, me arrodillé delante de él, su pija estaba un poco sucia, pero no me importó, la chupe igual hasta que lo sentí llegar, lo miraba todo el tiempo a los ojos mientras lo chupaba, después le mostré su corrida y me la trague,, me ayudo a levantarme, me atrajo hacia él, nos besamos y acariciamos, fuimos a bañarnos, su pija no reaccionó pero nos acariciamos y besamos un montón. Se cambió y le dí un juego de llaves, al día siguiente me las devolvía, no quería que nos viera nadie a esa hora, sin prender la luz del pasillo, me asome, vi que no había nadie, el salió sin prender la luz tampoco, cuando empezó a bajar por la escalera salí al pasillo y le prendí la luz.
Al día siguiente me levanté indispuesta, estaba dolorida, de pésimo humor, me sentía más inestable emocionalmente que nunca, siempre me pega mal, pero esta vez era mucho peor, hablé con J… disculpándome, le dije que no me sentía bien, el Miércoles él decidió volver, adelantando su viaje, la semana se me hizo triste y llena de culpa me sentí, el sábado a la mañana me sentí, mejor, el domingo fui a buscar a Carlos al aeroparque, esa noche, lo hicimos muy tiernamente, muy dulcemente, casi como recién casados.




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