Amar es compartir 8 (No hay retorno)

Estaba incómodo, sentía que no tenía poder de decisión dentro de la pareja. Paula había tomado la determinación por sí misma y pretendía hacerme creer que había sido una iniciativa de la pareja. Apenas le sugerí que no estaba del todo seguro, que podíamos probar con juguetes, o con algún muñeco, o algo que no tuviera que involucrar terceros, me dijo muy canchera y sobradora que ella necesitaba contacto humano, relacionarse socialmente, que el sexo era más que frotar genitales.

Incluso cuando pasó lo de los juegos donde pajeó a Horacio, a pesar de en cierta forma lo consentí, tenía toda la impresión de que Paula se había aprovechado de una situación donde todos estábamos borrachos y calientes,

Pero decidí dejar pasar todas mis inseguridades y abrir la cabeza, estar abierto a lo que el destino pudiera deparar.

A las pocas semanas de mi diagnóstico en un almuerzo de domingo, Paula me sorprendió diciendo.

─ El miércoles va a venir mi amiga Fiorella, me va a aliviar un ratito, espero que no te joda. Sabés que también soy bisexual y pensaba que te jodería menos que empecemos con alguna mina. ─dijo, tan segura y soberbia como siempre

─Ok

─¿Que te pasa?

─Me pasa que nunca me tenés en cuenta para las decisiones que tomás, ahora vas a traer una mina a la casa y tenés todo hablado, todo cerrado. Me gustaría que hablemos las cosas como una pareja. Sabés que estoy mal de salud y de lo único que te has preocupado es de que no vas a coger unos meses.

─Perdón bebé, es obvio que estoy preocupada por vos. Por eso busqué a mi amiga, quería no fuera demasiado todo esto para vos, y que lo puedas madurar de a poco. ¿Te gustaría más que trajera dos chabones y me hagan sanguchito sin charlarlo? Dale mi amor, lo hago por vos también, por que sé que a los tipos los re calienta ver minas cogiendo y tocándose, a Fiore dice que no le jode que mires.

─Si vos lo decís

─Dale, vení que te hago una pajita. sacáte el pantalón

Hice lo que me pidió tal cual, y como siempre me perdí en la paja y se me pasaron todos los enojos y dudas que tenía.

─Amor, ¿viste como la tenía Horacio? Era un animal salvaje eso jaja ¡Tremenda! Encima como es así tan canchero me calienta más. ¿Te imaginás que le hiciera un pete a Horacio? Para calentarme más tendrías que acomodarme el pelo para que no moleste. Me hago una cola de caballo bien apretada si no. Vos te arrodillás al lado mio y me mirás, me empujás la cabeza, ¿te parece? Me hacés ahogar mientras el me la mete hasta la garganta. Después me la saco y chapamos, me encantaría que me des besos bien zarpados con gusto a la pija de otro o la leche, si querés podés compartir la lechita. Creo que eso te debe unir como novios para siempre. Hay un antes y un después de compartir la leche del macho, es como un pacto de sangre. Un pacto de leche sería jajaja

Entonces acabé, las ideas de Paula eran bastante originales y alocadas, y sabía exactamente que decir para sacarme de mi lugar.

Hasta que llegó el día en cuestión, finalmente la amiga de Paula trajo un montón de juguetes y se la cogió con ellos, no era nada parecido a lo que hubiese imaginado.

Paula la esperó salida de la ducha con un toallón, ella pasó a la habitación y le ordenó que se ponga en cuatro. Sacó un consolador de un maletín y la masturbó con eso unos 20 minutos, mientras mi novia se retorcía como una serpiente. Después le acercó un masajeador de clítoris de treinta centímetros apoyándolo en la entrada de su vulva y le metió un tapón en el culo que tenía un brillante muy bonito en la punta. Paula lloraba de placer, hasta que su amiga le sacó el plug y le metió un consolador doble que le llenó la concha y el culo. Y se empezó a poner más agresiva y dominante. le decía:

─Bebita, ahora vas a ser mía. ¿Te gusta como te entran las dos pijas? Vas a ser la puta de mami y cuando me haga falta plata te voy a prostituir con unos amigos que tengo y me vas a hacer ganar platita. ¿Sabés cuantos son? Un equipo de futbol del ascenso, pero no te asustes, no todos van a venir, unos ocho más o menos. Se van a turnar para cogerte de a dos como estás ahora. Te gusta.

─Si señora. Soy su puta si quiere venderme soy suya.

─Así me gusta nenita. Te voy a dar permiso para que acabes, solo por que mami es buena.

Acabó muy rico Pau, todo en mi presencia. Fiore me preguntó si me había gustado, le dije que si, y me pidió disculpas por si se había pasado de la raya.

Nunca fui muy amante del sexo lésbico, pero me había calentado mucho como Paula continuaba con su rol de sumisa fuese quien fuese el rol dominante.

Fiore se quedó a dormir en el cuarto de invitados por que ya era tarde.

Al otro día me desperté y me encontré con un diálogo muy particular.

─Si, para mi te convendría un tipo casado. Los casados son los menos problemáticos, te cogen y no joden para nada. Este tipo Braulio tiene experiencia cogiéndose casadas, es famoso en el ambiente por la pija que tiene. Imaginate que cuando vivía en España le decían “el mandingo blanco”. No le van los juegos tipo BDSM, es más de cogerte y te humilla con ese tronco enorme, no necesita condimentos. ─ dijo Fiore, como hablando del clima, con una trivialidad increíble. Era evidente que tenía experiencia con éste tipo de charlas de parejas, swingers, dotados, etc

─Pasa que si no me pegan me cuesta un poco calentarme. Me tendría que pasar la pija por la cara por lo menos. ─ dijo Pau con un sesgo de preocupación

─Si, si no le pagás de última y capaz el chico te puede fajar. Pero le vas a tener que pagar para que haga algo que no le va así de movida.

─Mi novio tiene plata, no es ese el problema.

─Entonces yo te diría que compres mucho lubricante y algo de gel con anestecia para el anal. De última que tu novio ayude con el tema de la lubricación, que te toque un poco primero y te ponga aceites, eso es algo que se acostumbra hacer.

─Si, es un amor él, cualquier cosa que le pida va a hacer sin problemas.

─Es un amor pero no te alcanza, ¿no?

─No es eso, es que estar con esos tipos con pijas enormes y huevos gigantes, que te cogen y te mueven todo es como jugar el mundial o la Champions con mi novio es como jugar un picado con amigos, así me siento, como que simulo estar cogiendo cuando por mi experiencia sé lo que es coger de verdad.

─¡¿Sos perrita, eh?! ─bueno, vemos como va lo de Braulio, si les va bien conozco dos tipos cuarentones que son hermanos y se dedican a coger minas. Son especialistas en DP, así se presentan por más ridículo que parezca, pero bueno, vayan despacio.

Entonces me hice una paja a escondidas pensando que a Paula la cogían esos tipos y le escupían la cara y le tiraban del pelo, se turbaban para darte cachetazos, meterle la mano en la boca y hacerle dar arcadas y la obligaban a gatear por toda la casa mientras la insultaban antes de penetrarla entre los dos disponiéndose uno en cada agujero y alternando.

El hecho de que ella había masturbado a un tipo delante de varias personas y se había cogido una mina conmigo presente cambiaba todo. Se había cruzado el limite de la imaginación para llegar al fragmento de realidad necesario para que no haya vuelta atrás. Esa puerta se había cerrado y estabamos encerrados en un laberinto cuya salida nunca aparecería si no recorríamos los distintos espacios que nos quedaban por recorrer.

Como novedad, se había dado el hecho de que comenzara a molestarme que Paula quisiera decidir todo, creo que se abusaba de mi permisibilidad, me había arrepentido creo que de todo, desde la primera vez que jugamos con actos de exhibicionismo hasta cualquier cosa relacionada a que ella esté con otro tipo, o cualquier juegos con juguetes donde ella terminaba “enfiestada”, creía que en parte era mi culpa. Entonces me di cuenta que parte de lo que me exitaba era justamente ese dolor que me generaba todo eso, por que estando ese elemento ausente eramos otra pareja liberal más, pero a mi me exitaba la humillación que ella infringía sobre mi.

Por otra parte, las cosas que me generaban odio hacia ella (una sensación también nunca hasta esos momentos), me hacían dar muchas ganas de cogerla con violencia y sacarle esa postura arrogante que tenía, pero como sabía que con mi pene normal era imposible, empecé a desear que la humillaran, que la maltrataran, que la hicieran una puta gratis, y le bajaran todo ese aire soberbio que tenía, entonces no podía esperar que terminara con el culo roto, y estuviera unos buenos días sin sentarse, así aprendía a que todo lo que uno desea se puede hacer realidad.
Empecé a desear con ganas de que Braulio se la cogiera con esa pija enorme y le hiciera daño, el daño que yo no podía.

2 comentarios - Amar es compartir 8 (No hay retorno)