Mi tía, mi tío, mi primita y yo (4)

Al día siguiente no se tocó el tema de lo que había pasado el día anterior. Los adultos se hicieron bien los boludos. Ya durante lacena, Cele y Rodrigo se emborracharon bastante. A veces pasaba. Les gustaba tomar vino con la cena, y después un whisky o alguna cosa así. A nosotros a veces nos dejaban probar, con la condición de que no le dijéramos nada a nuestros papás


Y estábamos bastante seguros de que se drogaban a veces, marihuana o algo así, por el olor. Esa noche estaban bastante en pedo, y en un momento se empezaron a toquetear un poco de más delante nuestro. A la pasada Rodri le mandaba una mano en el culo, y Cele se reía. Pero mal, en una por unos segundos le metió la mano adentro de la bombacha y por el movimiento que hizo fue una tocada anal directa. Nosotros nos mirábamos con Mica con mirada cómplice. En un momento se levantaron y se fueron a la pieza. Los dos sabíamos lo que iba a pasar. “Van acoger” dijo Micaela. Así que nos fuimos rápido a la pieza nosotros también, para escuchar. 


Nos acostamos en mi cama, para estar más cerca de la pared. Yo no sabía bien como manejarme todavía, pero Mica con toda naturalidad en cuanto se acostó se bajó la bombacha y el pantalón hasta las rodillas. Me estremecí al pensar que su culito desnudo estaba en contacto con mi cama, me dieron ganas de oler las sábanas cuando se levantara. Con un poco de suerte se iba a mojar y también me iba a dejar un poco de esa humedad. Como si leyera el pensamiento me dijo “uh, pongo una toalla abajo mío”. Le dije que no, que no me molestaba. Sonrió y me dijo “que chancho que sos”. Yo no me bajé la ropa tanto como ella, pero saqué la pija en la oscuridad. Los tíos no nos decepcionaron. Pronto empezamos a escucharlos coger. 


Fuerte desde el comienzo, la borrachera evitó los juegos previos parece. Ya estábamos re metidos en la paja cuando a los varios minutos se escuchó clarito que Cele dijo entre gemidos “estos guachitos están escuchando” yambos rieron. Nos paralizamos. “Escuchen guachitos, esto va dedicado a ustedes” dijo mi tío, ahí largamos una carcajada, ellos la escucharon y también se rieron. De ahí la cogida fue subiendo en nivel, parecía realmente una porno, una porno hecha para nosotros. Celeste ya no era la tía Cele medianamente recatada que a veces el tío estimulaba sin mucha suerte para que fuera más sexy, ahora gemía como una putita, le beboteaba, le pedía la leche, estaba completamente desatada


Nosotros, en silencio, en la oscuridad, continuábamos con nuestra paja adolescente. Creo que la idea implícita era acabar cuando acabaran ellos, pero acabaron tan de golpe que nos dejaron confundidos. De pronto se terminaron los gemidos. “Que pasó, terminaron?” me susurró Mica. Antes de que pudiera responderle se abrió la puerta de la pieza. Recortado contra la luz del pasillo vimos a Rodri, totalmente desnudo, con la pija colgando, riéndose, que nos tiraba algo y cerraba de un portazo. Lo que nos tiró, un pedazo de tela o algo así, cayó sobre el pecho de Mica. Lo agarró, lo miró, dijo “que hijde puta, es la bombacha!”. Había cumplido con lo que había dicho Cele, en chiste, el día anterior. Con Mica interrumpimos la paja y nos quedamos mirándola bombacha. “¿Te animás a olerla?” dijo Mica. “Sí” dije yo, y me la llevé a la nariz. 


El olor a sexo que tenía esa bombacha me explotó los sentidos, por unos segundos sentí que necesitaba cogerme a Micaela ahí nomás, y que mis tíos escucharan todo. “Yo también me animo” dijo Mica, y se la llevó a la nariz. Me miró con ojos de picardía y me dijo “viste el video porno ese del chabón y la mina que cogen mientras se besan a través de la bombacha de ella?”. Yo no lo había visto, pero dije que sí. “¿Hacemos eso? No coger, besarnos a través de la bombacha y acabar. Bah, no sé”. “Sí” le dije, encantadísimo de la idea perversita que había traído. Nos dimos vuelta, para quedar frente a frente. Mica puso la bombacha entre nuestras caras, y empezamos a besarnos a través de la tela. Se podía sentir, muy suave pero muy claro, el olor de la concha y de la cola de la tía Cele, y me ponía loco sentir con la lengua la tela que había estado en contacto íntimo con ella segundos atrás, y del otro lado sentir la lengüita de Micaela.


A mi me ponía a mil, y se ve que a ella también, porque su mano empezó a trabajar con todo ahí abajo. Yo me pajeaba pero más lento, con miedo a acabar antes de tiempo. Igual no duramos casi nada. A los dos minutos o algo así ella empezó con unos gemidos que anunciaban lo que se venía. Y cuando ya estaba empezando a acabar sacó de un tirón la bombacha de Celeste (nuestras lenguas se alcanzaron a tocar fugazmente) y mientras con una mano se pajeaba con la otra, muy hábilmente, me envolvió la pija en la bombacha y me pajeó. Llené de leche la bombacha. 


Nos quedamos un ratito callados, y del otro lado se escuchó que mi tío decía “chanchooossss, todos acabados los chanchitos estos!!!” y Cele se cagaba de risa. Nos reímos. Micaela me dijo “vas a tener que lavar la bombacha, la acabaste toda mal, chancho lechoso”, lo dijo con una sonrisa que me hizo derretirme de amor.

8 comentarios - Mi tía, mi tío, mi primita y yo (4)

Marucojs37 +1
Terrible relato! Me deja la pija al palo
ElRobinDark
Necesito más !! Me está encantado
charo86 +1
Quiero el siguiente! Esta excelente!
Ivanfmm19 +1
Queremos la 5 parte excelente relatos se pone mas interesante
matias_boca96 +1
No puedo.esperar para el numero 5
Son buenísimos +10
ElRobinDark
Bro el nro 5 se está haciendo esperar, muero por leerlo, muy bueno tu relato!!!