El Visitante - parte 2

Lo cierto es que subimos a mi auto para dirigirnos a casa y él aprovechó para poder sacarme radiografías visuales, dado que estaba ocupada manejando. Llegamos a casa y me dijo que quería darse un baño, así que aproveche que hacía mucho calor para ponerme una solerita un tanto escotada y un short de jeans que me super ajustaba la cola. Me acerqué al baño para preguntarle a mi primo si necesitaba algo, pero mi curiosidad pudo más y espie por la cerradura, ya se había dado vuelta y sólo pudo observar su cola redonda y dura, eso me produjo calor en todo mi cuerpo, por lo que salí corriendo al dormitorio y comencé a jugar con los deditos en mi clítoris, haciendo círculos muy suaves, sintiendo como la respiración se me entrecortada, imaginaba al grandote sobre mí apoderándose de mi cuerpo sin poder hacer nada. Comencé a gemir casi imperceptiblemente no quería que me oyera e imaginaba que recorría con sus labios todo mi cuerpo hasta llegar a mi vulva donde comenzó a jugar con su lengua. Poco a poco llegaba a mi clima, hasta que finalmente estallé como hacía rato no sucedía y me quedé recostada unos segundos hasta que escuche la voz de mi primo que me decía si quería que tomáramos algo. Salgo de la habitación y lo veo, con el pelo mojado, con el torso totalmente desnudo y la toalla cubriéndole el resto del cuerpo, por unos segundos mi inconsciente me juega una mala pasada y no emito palabra alguna, hasta que veo que se sonríe e intento disimular la situación, preguntándole que le gustaría tomar. Servimos unas cervezas y comenzamos a charlar de cosas vividas juntos y anécdotas de adolescentes, hasta que irrumpe el sonido del timbre. Voy a abrir y era Diego, por lo que mi cara de sorpresa no la podía disimular, refiriendole simplemente que hacía un Viernes a la noche por mi casa, habitualmente ya estaba en su casa con su pareja. Me dijo, pase un rato para verte porque tengo un evento en el salón hoy a la noche, el era Dj, así que, puedo pasar o no?. Seguro, contestó, lo que sucedió después es difícil de expresar con palabras, porque la cara que puso Diego cuando lo vio a mi primo sentado semi desnudo en mi sillón, era como si el mismísimo demonio se le hubiese presentado en ese momento. Mi primo se sonrió y lo saludó y luego de intercambiar algunas palabras me dijo que se tenía que ir al salón, así que lo acompañé a la puerta. Muy pintoresco tu primo, le dice, a lo que respondo con otra pregunta, te parece?. Esta noche espero que vengas a acompañarme al salón como siempre, me quedo pensando unos segundos y le digo, no creo tengo esta mi primo en casa y no lo quiero dejar solo, además vamos a ver algunas películas o por ahí lo llevo a conocer algún bar. Me miró como nunca lo había hecho, los celos lo devoraban y salió velozmente con su moto sin siquiera saludarme, mi plan estabas dando resultado, pero pronto sabremos si fue así o no... continuará.
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