Cómo cambió mi vida. Capítulo 7 B

Capítulo 7 B “Musa Nueva”
Los “militares” comentaron quela madre de Montse nos tenía invitados al día siguiente a un almuerzo y tardede piscina con barbacoa, a la que también estaban invitadas las chicas y yo,cosa que me sorprendió, pero qué podemos decir, la invitación fue celebrada portodos, pues era una estupenda invitación. Esa noche, todos nos acostamos adescansar, incluido yo, que solo abracé a Dani, acomodándome para solo dormir,el cansancio había superado a mi gran libido.
Afortunadamente el díasiguiente caía sábado, por lo que todos nos levantamos sin mayor dilación. Deboconfesar que no “ataqué” a tía Dani, pues aún mi amiguito no se recuperaba deltodo… tenía tal escozor que lo embetuné con una loción humectante… en todo casoa tía Dani también le escocía todo según ella.
A media mañana, tía Dani leprestó el coche a Juan para que fuéramos todos juntos a casa de Montse y no tuviésemosque atravesar la ciudad en autobús, pues su casa era distante y tomaría demasiadotiempo. Adelante iban Juan y Francisco por lo que me senté atrás entre mis Anie Isa, las que iban con unas preciosas minifaldas vaqueras y top ajustados,parecían hermanas, pero ellas así lo querían… el trayecto fue ameno ydistendido, por lo que no pude evitar colocar mis manos en sus piernas suavescomo la seda, Isa me miró con ojos fríos pero no comentó nada, Ani tomo mi manoy la afirmó con la suya, en la medida que avanzábamos por la ruta, mis manosavanzaban hasta el interior de las piernas de mis ángeles, Isa en un momento medijo al oído:
·        Isa: Basta que nos van a descubrir y puso sumano afirmando la mía que ya estaba bajo su falda
Casi llegando a nuestrodestino mis manos podían sentir el calor que manaba de los ansiados coños demis parientes, lamentablemente no logré apoderarme de ellos pero si pudeimaginarlos míos, como verán ya estaba muy caliente. Era recién iniciada latarde cuando llegamos a casa de Montse que nos esperaba junto a su madre Montserraty una amiga, las cual se llamaba Biocha. ¿Cómo describirlas?; la madre deMontserrat, era la mujer madura más bella que había visto después de mi madre,cabellos y ojos negros que enmarcaban un bello y sensual rostro; bajo el elegantevestido veraniego se adivinaba una figura llena de curvas, de 1,67 metros dealtura o algo así, casi tan alta como su hija, pero tenía una medidas de otromundo, diría que 100-58-90, catalogándola en mi ranquin como una mujervoluptuosa de Copa E, que nos dejó a todos incluyendo a mi hermana y mi primo,con la boca abierta, que les puedo decir el único no sorprendido era Juan quela conocía, jajaja… con lo salido que estaba yo, lo único que quería eraconocerla en profundidad, jajaja. Según supe por Montse, estaba casada con supadre un exitoso empresario que solía viajar mucho por el mundo; por lo queusualmente estaba sola, llenando esa soledad con rutinas de ejercicio yactividades relacionadas con la parroquia cercana y caridad.
Por otra parte, Biocha laamiga de Montse, era una voluptuosa joven de origen italiano que le pretendíanencajar a Francisco, está demás decir que era del gusto de todos los hombresdel grupo, pues era muy bonita. Como toda fémina con ancestros de la bellaItalia, era jovial, simpática y muy llamativa, aun cuando era algo gordita, talvez 4 a 5 kilitos demás, pero muy bien puestos, tanto que la hacíanapetitosamente deseable, todos sus atributos eran extra sobresalientes, con unaestatura de 1,72 metros y curvas de 110-68-98 yuna copa de 34 F. Francisco comenzó a cortejarla apenas la vio, sepavoneo todo lo que pudo, llegando a ser algo pedante, al igual que los otros, yoconversé lo que pude o permitió Francisco, fue tanto el atosigamiento que llegóun momento en que se aburrió y se fue a tender en unas reposeras cercanas a lapuerta de la cocina de la gran casa de Montserrat. Muy cerca de donde yoestaba, se giró y comenzó a conversarme:
·        Biocha: ¿Tu primo siempre es así de vanidoso?
·        Yo: No, es solo que lo impresionaste tanto quese puso estúpido, pero se le pasará, jajajaja.
·        Biocha: Así espero jajajaja.
Conversamos diferentes cosas,entre ellas de la secundaria donde asistiría con Ani y de la que ella teníabuen conocimiento por medio de una amiga que también asistía a ella, asípasamos un rato hasta que Montse la sacó de mi lado, dejándome solo, pero eneso veo a la madre de Montse en la cocina mirándonos por la ventana, por lo quedecidí hablarle.
·        Yo: Buenas tardes doña Montserrat, le puedoayudar en lo que está haciendo.
·        Doña Montserrat: No hace falta, si necesitaraayuda se lo hubiese pedido a la sirvienta, Joven.
·        Yo: Doña Montserrat, puede que no necesiteayuda, pero entre no hacer nada y ayudar a una bella señora, creo que ayudarlasería un placer para mí.
·        Doña Montserrat: ¿Cómo te llamas señoritolisonjero?
·        Yo: Claudio, déjeme tomar la bandeja conbebidas y la llevo donde usted diga.
·        Doña Montserrat: Esta bandeja son para todosustedes, pues hace bastante calor y no quiero que se deshidraten.
·        Yo: Gracias en nombre de todos, espero que nola estemos molestando.
·        Doña Montserrat: En general los amigos de mihija no me molestan y por lo pronto ustedes se han portado bien, al parecer notendré que ponerlos de patitas en la calle, jejeje.
·        Yo: Jaja...si mi ayuda permite que la agradezcamossu gentileza y consideración, permítame ayudarla insistí.
Le llevé la bandeja dondeestaba el resto que se ponía de acuerdo para jugar un partido de voleibol en lapiscina, para a lo cual se formaron dos equipos, uno integrado por Juan,Francisco, Montse y Biocha, el otro por Isa, Ani y yo, ante lo cual protestamospues era mucha la diferencia, por lo que insistí que debíamos emparejar lasfuerzas:
·        Juan: Pero ustedes tiene a Isa que sabe jugarmuy bien
·        Ani: Pero ustedes son gigantes
·        Yo: Voy a invitar a la mamá de Montse
·        Montse: Jajaja, mi mamá nunca se mete a lapiscina, dudo que además se meta con ustedes y menos contigo pardillo, jajaja.
·        Yo: Nada se pierde con preguntar, voy mientrasse toman los refrescos.
·        Montse: Si crees que lo lograras ve.
Me dirigí a la sala donde lamadre de Montse se encontraba leyendo un libro mientras escuchaba música suave,verla con su tranquila belleza me cautivó por un instante y me quedé mirándola,ella al sentirse observada levantó la cabeza y me miró.
·        Yo: Me permite doña Montserrat, quieropreguntarle algo,… en realidad hacerle una invitación…que no puede rechazar.
·        Doña Montserrat: Te pareces al “Padrino” VitoCorleone jovencito, pero pasa y dime.
·        Yo: Es que todos vamos a jugar un partido devoleibol en la piscina y nos falta un jugador y pensé en usted….
·        Doña Montserrat: No deseo jugar, pues estoyleyendo un excelente libro con mejor música y estoy muy grata aquí, además nosuelo departir con adolescentes.
·        Yo: Lo sé, me lo dijo su hija, pero pensé quesería bueno que usted conociera a los amigos de su hija y de pasada, como dicemi madre, pasar tiempo de calidad con su hija, que creo lo apreciará, jejeje.
·        Doña Montserrat: Pero no estoy vestida para esoy ustedes no tendrían la libertad de hablar cosas de ustedes.
·        Yo: Doña Montserrat, nosotros hablamos muchascosas, que, aunque no lo crea serían útiles para usted, pues le permitiríanentender a su hija y a nosotros. Además, con o sin usted, nos portamos bien yno decimos groserías.
·        Doña Montserrat: No te rindes fácilmente, peroaún tengo la limitante de no estar con bañador y tendría que ir a cambiarme.
·        Yo: No se preocupe, la esperamos, todos estántomando los refrescos que tan gentilmente nos ha brindado
·        Doña Montserrat: ¿Estás seguro? ¿y si soy muymala?
·        Yo: Sea buena o mala, lo pasará muy bien ypodrá contarle a su marido cuando llegue de la oficina, que jugó con su hija y lopasó estupendo.
·        Doña Montserrat: Mira Claudio, como decostumbre, mi marido está de viaje y no podré contarle, pero me convenciste, mevoy a ir a cambiar.
Regresé victorioso a lapiscina, donde todos los chicos me esperaban para reírse de la supuesta derrota,pero yo los sorprendí primero y quedaron mirando asombrados cuando les dije:
·        Yo: Esperemos a la mamá de Montse para que jugar,pues se fue cambiar.
·        Montse: ¿En serio que mi mamá te dijo que sí?
·        Yo: Si, y va a juagar por nuestro equipo.
·        Montse: Guau, eres demasiado convincente, y esoque no pareces un chico peligroso, jajaja
·        Ani: Ni que lo digas… murmuró, jejeje
·        Isa: No sea ridícula Ani, la recriminó en vozbaja
Unos minutos después llegó lamadre de Montse, vestida con un bañador de una pieza bastante discreto, peroque nunca podría disimular el voluptuoso cuerpo que poseía, logrado por lagenética y continuas horas de gimnasio.
·        Doña Montserrat: Hola chicos, su insistenteamigo me convenció para jugar con ustedes, ¿Cuál es mi equipo?
·        Yo: El nuestro, dije presentando a las otrasintegrantes.
·        Doña Montserrat: Como ustedes son más altos conla excepción de Montse y Biocha, jugaremos en la parte de acá que es un pocomás baja que el otro lado.
·        Juan: Okey, vale dijo ufanándose de su granestatura
Comenzamos el partido, ellosigual eran mejores, ocasionando varias intervenciones mías y de Isa paraintentar salvar nuestro equipo de una clara derrota, logrando mantener unmarcador decoroso, pero no todo fue agonía ya que en alguna ocasiones en missaltos y zambullidas tocaba a mis parientes disimuladamente, ocasionando sobresaltosy pequeños grititos en ellas, cosa que me causaba mucha risa y más de uno delos chicos me lanzaba puyas y bromas sobre lo pardillo que era.
Finalizado el primer set 25 a16, Juan pidió que cambiaran de lado, pese a la oposición de Isa y Ani, lamadre de Montse las convenció de acceder. Ella estaba bastante divertida yrelajada, mis parientes sin convencerse mucho del cambio de lado aceptaron másque nada por educación… ¡así nuestra derrota estaba asegurada!, pero igual lopasaríamos bien.
El partido siguió con miszambullidas y mis velados toqueteos a las parientes, hasta que doña Montserratse partió dando cuenta que yo, “el chiquillo inocente” que había vistoinicialmente, no era tan inocente. En una de las tantas jugadas salté muy altoy caí cerca de doña Montserrat pasándole a llevar su hermoso culo, tal vez fuela  primera vez en todo el partido que lohice sin intención, al sentir mi mano en su culo quedó algo alarmada, me quedómirando sin decir nada, dudando si el roce había sido accidente o no, igual quedóalgo inquieta.
El juego continuó y contratodo pronóstico el segundo set lo ganamos nosotros 25 a 22, por lo que nos abrazamosexultantes de alegría, primero abracé a Ani, rozándole el chochito con su duraverga y dejando caer una mano en su lindo culo, luego repetí la ceremonia conIsa, la que me miró con cara de espanto cuando fui a abrazar a doña Montserrat,yo sin ningún tapujo hice lo mismo que con las otras, ella quedó paralogizadacuando sintió mi dura verga que sin pensarlo le posé sobre su conchita,terminado el abrazo llegué hasta el término de su espalda, no me atreví tocarleel culo, aunque tuve ganas, debo decir que ninguna dijo nada.
El partido se reanudó con granentusiasmo, pero la caída de nuestro equipo era inevitable, la mala racha delotro equipo había pasado, por más esfuerzo de todos en el equipo, Juan yFrancisco eran jugadores que pesaban demasiado a la hora de ganar los puntos,como también las continuas distracciones que yo tenía, ya no solo con misparientas, si no que con doña Montserrat, por lo que más de una vez en vez deintentar agarrar una pelota, intentaba agarra un culito o una teta, ella seguíajugando sin reclamar.
Es así que casi sin darme cuentaen una de esas ocasiones volví a tocar el culo de doña Montserrat, a la cual yano le quedaba ninguna duda de lo salido que estaba “el chiquillo inocente”, osea yo, su compañero de equipo. Si bien la situación era para que ella montaraun escándalo y nos pusiera de patitas en la calle, me extrañó que no lo hiciera,creo que ella estaba deseando muy en el fondo que el jueguito continuara.
Terminado el partido devoleibol, a Ani se le ocurrió jugar al antiguo Marco Polo, que para aquellosque no lo saben, uno de los jugadores se queda ciego en la piscina mientras losotros huyen nadando en diferentes direcciones mientras el cegado dice Marco ylos otros deben contestar Polo, así el cegado se va orientando en supersecución; éste también puede preguntar ¿dentro o fuera?, ya que se puedesalir solo por algunos instantes para efectos de la escapatoria.
Primero le tocó a Ani, que fuela que lo propuso, luego a Juan, que me atrapó rápidamente. Tocándome a mí, cuandoya estaba cegado, pensé y elegí como blanco a doña Montserrat, nadé buscándolapor entre los otros, pero para no levantar sospechas hacía parecer queperseguía todos por igual, me fui acercando a donde escuchaba la característicavoz de doña Montserrat, que al ser de más edad que la de las otras chicas erainconfundible, en mi afán de atraparla, la tomé de una pierna, la arrastréhacia mí, ella intentaba huir ante las risas de todos y finalmente la abracé pordetrás tocándole las tremendas tetas que poseía la recién capturada, todo estosin que los otros se diesen por enterado por el fragor del juego y susrisotadas.
Sentí como doña Montserrat,nuevamente se conmovió por mi audaz toqueteo… ella en su turno no me persiguió,en cambio atrapó a Isa, la que siguió atrapando a Juan… el juego continuó porlargo rato, pero como todos los adolescentes, pronto nos aburrimos y cambiamosa uno nuevo la “batalla a caballito”, donde Juan hizo pareja con Montse,Francisco con Biocha Ani con Isa, y lo que causó mucha risas, yo con doñaMontserrat. Que les puedo decir, al tener sus piernas en mis hombros y su coñoen mi nuca, me tenía loco y creo que ella aún no podía creer que estabapermitiendo todo aquello, probablemente se preguntaba a sí misma, ¿quépensarían mis amigas o mi marido de esto?
Con doña Montserrat en mishombros, nos enfrentamos a Juan y su hija Montse, siendo nosotros losvencedores, fundamentalmente porque su hija se dejó vencer de buenas aprimeras. Luego enfrentamos a Ani e Isa, venciéndolas en reñido encuentro enque doña Montserrat logró derribara a Ani; yo sentía en mi nuca el roce de suspiernas por lo que sin dudas ella los sintió también, finalmente fuimosderrotados por Francisco y Biocha. Indudablemente doña Montserrat, si podérseloexplicar, estaba excitada como nunca, especialmente desde que sintió mi juvenilverga apoyada en su conchita, por lo que contrario a todas sus formas, me abrazóal término del juego, volviendo a sentir mi dureza, luego se excusó yagradeciendo el buen rato pasado se fue a cambiar.
A la hora de irnos, todos nosfuimos a cambiar, los hombres ocupamos un pequeño vestidor y baño a un costadode la piscina y las mujeres al cuarto de Montse. A mí los “militares” medejaron al último, por lo que fui a la cocina a beber agua mientras aguardaba,ahí me encontró con doña Montserrat que me dijo:
·        Doña Montserrat: ¡A ti te quería ver señorito!,dijo con una expresión que no puedo decir que fuese enojo… tengo que decirteunas cuantas verdades
·        Yo: Dígame doña Montserrat, ¿que sería?,contesté con la mejor cara de inocente que disponía.
·        Doña Montserrat: Pareces inocente, pero eres unpequeño demonio que no solo toquetea sus amigas si no que a mí también y ademáscuando me abrazaste, la tenías dura, eres un descarado Claudio.
·        Claudio: Perdón doña Montserrat, pero me escasi inevitable con tanta chica hermosa, y en especial usted que es bellísima,pero no me regañe, le juro que intentaré no hacerlo en la próxima…
·        Doña Montserrat: Ves eres un descarado, situvieses otra oportunidad lo repetirías
·        Yo: La verdad es que sí, ya que creo que austed también le gustó, dije con sinceridad, plantándome a escasos centímetrosde la dueña de casa
·        Doña Montserrat: Y crees que lo permitiría, merespondió…
Mirándola a los ojos y sinresponderle le di un atrevido beso.
·        Doña Montserrat: Pero….mmm… ¡¿Qué haces?!
No alcanzó a decir otra cosa, cuandola volví a besar, forzando la entrada de mí lengua a su sensual boca, deboreconocer que hubo una oposición inicial, que fue disminuyendo mientras laabrazaba contra mi verga, haciéndola sentir mi portentosa dureza. DoñaMontserrat, luego de un pequeño interludio, se unió con pasión a mi besofrancés, momento en que le agarré su tonificado culo y la apreté aún más;sintiendo mi verga más profundamente aún.
Doña Montserrat tenía una carade que no lo podía creer… tal vez por sentirse deseada… El morreo fue enprogreso, tanto como su excitación que le nubló su razón, y aunque yo fuese casiun niño, creo que se sentía atraída por mí.
Por mi parte, viendo que doñaMontserrat cedía a mi asedio, subí una de mis manos y comencé a amasarle una desus lindas tetas por sobre el vestido y sujetador. Pero de pronto, al sentir porel pasillo la animada conversación de Juan y Francisco que habían terminado decambiarse, ambos nos separamos como resortes, rojos como tomates y jadeantespor la excitación, sin de dejar de mirarnos a la cara nos separamos aún más, mientrasdoña Montserrat me decía:
·        Doña Montserrat: Creo que tus amigos hanfinalizado, te deberías ir a cambiar para que se puedan ir.
·        Yo: Sí tiene razón doña Montserrat, voy.
Al retirarnos, todos nos despedimosde las anfitrionas agradeciendo sus atenciones y lo bien que lo habían pasado. Yoen un momento me puse al lado de doña Montserrat le di los dos acostumbradosbesos españoles, y luego le cedí el turno al resto, sin que ellos notaran coloquémi mano el precioso culo de Doña Montserrat y se lo masajeaba mientras todos sedespedían… ella no dijo nada, solo que a la salida me tocó mi culo y me hizouna mueca a modo de sonrisa.
Una vez en camino, Juan yFrancisco nos comentaron a nosotros, los otros chicos, que pretenden ir devacaciones a una cabaña de unos familiares de otros cadetes militares por unosdías, para hacer cosas de hombres, por lo que nos piden que cuidemos de Montsey Biocha la nueva chica que pretendía Francisco.
·        Isa: Claro, lo haremos
·        Ani: Pero tienes que decirle a Claudio que solocuidarlas no apropiárselas, jajajaja.
·        Juan: Si te encariñas mucho con Montse, tetorturaré como cuando era más pequeño y te hacía el suplicio indio, dijo Juansiguiendo la broma.
·        Yo: Ante tal recomendación, solo la cuidaré,jajaja
El viaje fue largo, todosllegamos cansados pero felices. Terminado el tema de colgar los bañadores ytoallas, sentí que sonaba el teléfono y contesté el llamado, ya que los otrosse hicieron los desentendidos:
·        Yo: Hola con quién.
·        Doña Montserrat: ¿Claudio?
·        Yo: Si con él,
·        Doña Montserrat: Hola soy Montserrat madre
·        Yo: ¡Qué sorpresa, dígame!
·        Doña Montserrat: Primero te diré lo querealmente quiero y después pásame a tu madre o tu tía.
·        Yo: Dígame doña Montserrat, respondí temerosode lo que pudiese querer.
·        Doña Montserrat: Tenemos que hablar los dos enprivado, por lo que dime qué día puedes venir a mi casa
·        Yo: Cuando usted quiera, pues estoy devacaciones.
·        Doña Montserrat: Que sea mañana en la tarde,después de almuerzo, ya que estaré sola y no quiero dar explicaciones denuestra conversación.
·        Yo: Por supuesto, puedo preguntarle ¿cómo supomi teléfono? ¿Y para qué quiere hablar con mi madre? Volví a preguntar algonervioso.
·        Doña Montserrat: Se lo pregunté a Montse y paraefectos de no darle mayores explicaciones le dije que era para felicitar a tumadre y tu tía por el buen comportamiento que ustedes han tenido, aunque no seadel todo cierto y eso lo digo solo por ti.
·        Yo: Entiendo llamaré a mi madre…. ¡Mamá!!!....la madre de Montse quiere hablar contigo.
·        Mamá Julia: Gracias Claudio dame con ella… Julia:Hola doña Montserrat, ¿en qué puedo ayudarla?
·        Doña Montserrat: Estimada doña Julia soloquería felicitarlas a usted y a doña Daniela por los encantadores hijos quetienen, pues pasamos una estupenda tarde y decirles además, que tienen laspuertas de mi casa abiertas para venir cuando quieran.
·        Julia: Gracias Doña Montserrat, se lo diré alos chicos y a Dani…perdón Daniela mi hermana.
La cena fue tranquila y solocomentamos lo bien que lo pasamos y los pormenores de los resultados de losjuegos, nuestras madres reían con nosotros, luego nos retiramos. Mientras Anise queda unos momentos a solas con su madre pues quiere hablar algo en privadocon ella, a lo cual Dani accede y se quedan en la sala:
·        Ani: Mamá quiero decirte algo personal súperimportante y que me da un poco de vergüenza, pero quiero que tú lo sepas.
·        Dani: ¿Qué sería mi cielo?
·        Ani: Es que… desde que llegó Claudio y sufamilia…. Me pasan cosas.
·        Dani: ¿Te molesta Claudio?
·        Ani: No al contrario, el me gusta de una formaque no se explicarla y quiero tu consejo y autorización.
·        Dani: Consejo y autorización ¿de qué y paraqué?
·        Ani: Para ir algo más allá de ser simplesprimos, no sé algo como novios.
·        Dani: Pero has pensado que él es casi dos añosmenor que tú.
·        Ani: Si pero no por eso deja de hacerme sentirmariposas en el estómago cada vez que estoy cerca de él y quiero ser algo másque solo su prima.
·        Dani: Ya entendí que quieres ser su novia, yque no te importa que sea más joven
·        Ani: Si, eso quiero y además quiero entregarmepor completo a él.
·        Dani: Perdón que te pregunte pero ¿eres virgen?
·        Ani: Sí y estoy dispuesta a que el sea miprimer hombre
·        Dani: Te das cuenta de lo que me dices, el ser sunovia, ya es algo extraño pues son ustedes primos, y si a eso le sumas entregartu virginidad, es más extraño aún.
·        Ani: Es que me vuelve loca.
·        Dani: Lo sé, es alguien muy especial y creo quepuede volver loca a cualquiera, pero piensa que luego iras a la Universidad ypodrás conocer otros chicos.
·        Ani: Lo sé, pero es a él el que quiero ahora.
·        Dani: Me imagino que lo has pensado muy bienantes de venir conmigo, por lo que te daré mi opinión y tu actuarás según tuconciencia. Claudio es un maravilloso muchacho, encantador y que sin duda haránuna estupenda pareja, pero lo del sexo, espera un poco más, hasta que despuésde llevar una relación estable y estés segura de seguir con él en el futuro.
·        Ani: Gracias mamá, lo pensaré y analizaré comotú me lo has planteado, pero también necesito que me aconsejes por algorelacionado al tema.
·        Dani: ¿Qué sería?
·        Ani: Este tema me es más difícil de plantear,por lo que me debes jurar que lo que diga debe quedar entre nosotras.
·        Dani: ¿Pero que puede ser tan terrible paratener que jurar?
·        Ani: ¡Júralo mamá!
·        Dani: Lo juro.
·        Ani: Es que Claudio no solo me tiene loca a mí;si no que a Isabel, la que a pesar de no decirme nada, también le atrae suhermano y creo que ella estaría dispuesta a tener sexo con él.
·        Dani: Pero que dices Ani, haciéndose lasorprendida, a pesar de saberlo a ciencia cierta lo que pasaba.
·        Ani: Es que tanto ella como yo, hemos tenidociertos escarceos amorosos. Claro que sin llegar a entregar la virginidad.
·        Dani: Pero ¿qué dice Claudio de todo esto?
·        Ani: Él se deja querer, pero sé que me ama dediferente forma que a su hermana; conmigo tiene un futuro en la sociedad, conella ninguno. Dijo Ani con seguridad y un dejo de pena.
·        Dani: En eso tienes razón, pero estas seguraque aceptas que él se involucre tanto contigo como con otras.
·        Ani: Prefiero compartirlo a perderlo y si escon Isabel, no me molestaría. Además, él siempre me necesitará a mi ante lasociedad.
·        Dani: Veo que ya lo has pensado y confío en ti;por mi parte, si quieres sexo con Claudio, solo me resta advertirte que tomesprecauciones.
·        Ani: Gracias mamá por tu confianza
·        Dani: Espera un poco, en cuanto a que si estásdispuesta a compartirlo, medítalo muy bien, para que después no hayanrecriminaciones y exige fidelidad dentro de la esta multiplicidad de relaciones.
·        Ani: ¿A qué te refieres?
·        Dani: La promiscuidad hace que este tipo derelaciones sea peligrosa, recuerda el VIH, la Sífilis y lo que te explicó Isa.
·        Ani: Lo entiendo y gracias mamá nuevamente, lotendré en cuenta.
Dani, pese a saberlo todo, sesintió molesta, pensaba que yo solo quería tener sexo con su hija, ademásestaba algo celosa, tendría que compartirme con otras dos….Yo estaba acostado ymedio dormido cuando llegó Dani a compartir la cama como ya era costumbre,comenzó a desnudarse y le puse atención aún cuando simulaba dormir, que bellezay sensualidad todo en una sola mujer, estaba en esa ensoñación cuando ella medice en tono de reproche.
·        Tía Dani: Así que además de tirarte a tu madrey a mí, te quieres montar a mi hija y tú hermana.
·        Yo: Eso lo sabías, ¿Por qué lo dices de esaforma tan dura y furiosa?
·        Tía Dani: Porque eres un salido que busacassexo con todas las integrantes de la casa, ya te has culeado a tu madre y a míy ahora quieres a las otras.
·        Yo: Sabes que las deseo, pero ellas también medesean.
·        Tía Dani: Te lo advierto, si le haces daño a mihija, te cortaré a tu “amiguito”, ¿Lo entiendes?, me dijo tomándome la verga.
·        Yo: Si lo entiendo y te aseguro que no pretendohacerle daño a ninguna de ustedes y menos a mi hermana o a Ani que es alguienmuy especial para mí.
·        Tía Dani: Así lo espero, pues ella quiere sertu novia aun cuando te tenga que compartir con Isabel.
·        Yo: ¿Cómo sabes eso?
·        Dani: Ani me pidió permiso para tener sexocontigo y me comentó tus escarceos con las dos.
La besé y tomé su mano paraponerla en mi verga, Dani no se resistió y la atraje hacia mí, luego puse ambasmanos en su espectacular culo y comencé a masajearlo, apretándola contra miverga que ya se encontraba más que dura. Como ya era una costumbre entre losdos, me dirigí a las tremendas tetas de tía Dani, para comenzar a chuparlas, lamerlasy dejarle los pezones erectos como pitones de toro, empezó a gemir y suspirar,su enojo se desvanecía en su calentura.
La tendí en la cama ysacándole las bragas, comencé a comerle el coñito al principio con delicadeza, luegocon acalorada pasión… ella me tomaba de la cabeza dirigiendo mis caricias paraque me enfocara en su clítoris. Pronto tía Dani comenzó a ver las estrellas, gimiendocomo gata en celo hasta alcanzar su primer orgasmo... Después de su tremendacorrida me senté en el borde de la cama y le dije con firmeza:
·        Yo: Quiero que me la mames, que la succiones ylambetees con muchas ganas.
·        Dani: Bueno, pero luego me debes dar duro en micoñito, me dijo con descaro.
Mi tía a esas alturas sabíamuy bien cómo me gustaba que chupara mi verga, afanándose al máximo para llegarlo más profundo de su garganta, luego se la pasó por toda la cara y continuócon los lengüetazos, pero esta vez sumó mis bolas a sus caricias, ¡me dejó enla nubes!, ¡que guarra!... Finalizamos con la tradicional pasada de la vergapor todos los agujeros de su cuerpo; vale repetirlos, las orejas, la nariz, losojos, el ombligo, el anito y su conchita, luego me pidió tenderme en la cama y seensartó mi dura herramienta, comenzando a cabalgarme con fiereza, como si estequisiese castigarme por desear a su hija o exculpar sus pecados incestuosos.
Pronto tía Dani nuevamente estuvopróxima al orgasmo y comenzó a gemir, casi ahogando sus gritos. Si siquiera pedirlomientras yo solo me afirmaba de su culo, impuso más velocidad a su yaapremiante ritmo, lo que ocasionó que ambos nos corriésemos al unísono, para luegodejarse caer en mi torso… finalizada su entrega y aún con su respiraciónagitada, me dijo como una gatita melosa
·        Dani: Debes ser bueno con mi hija y su primeravez debes hacerla con gentileza y delicadeza, que sea un momento especial, ¿meentendiste?
·        Yo: Sí, por supuesto que la haré sentirse comouna princesa.
·        Dani: ¡Más te vale!
·        Yo: En todo caso me conoces como soy, no mepuedes negar que te trato como una princesa también.
·        Dani: A mí me debes tratar como una reina, hacetiempo que dejé de ser princesa y de creer en príncipes azules.
·        Yo: Bueno mi reina, creo que eres la reina delas zorritas y es hora de que su súbdito, te parta el culito una vez más.
·        Dani: ¿Isa no te dijo que por ese lado no debeentrar nada?, es un agujerito solo de salida.
·        Yo: Si, pero, es que es tan rico… y vengopreparado.
·        Dani: ¿Cómo?
·        Yo Mira tengo condones lubricados con vaselinaultra deslizante
Nos acariciamos por variosminutos hasta que mi amiguito estuvo en condiciones de otro asalto, momento enque me puse el condón y tomando la vaselina lubricante que antes había usadocon mi madre, le preparé el anito a tía Dani… una vez lista la dejé en cuatropatas y la miré detenidamente, sus tetas colgantes me tenían loco por lo que mepuse a penetrarla lenta y continuamente, hasta llegar a lo más profundo de losinteriores de mi tía… Le dejé quieta para que ella se acostumbrara unos instantesmi verga, y comencé a “dedearle” el coño con el fin de que también gozara de laculeada que le estaña dando. Luego de un rato la puse con su pecho contra lacama y  tomándola de sus caderas comencéuna frenética carrera al galope, mi tiita ni corta ni perezosa se masturbabacon una mano mientras se sentía llena de verga… sin dudas gozaba, tanto por la “dedeada”,como por mis embestidas en su anito; pronto ambos comenzamos a sentir laavalancha de sensaciones que las expresamos en una mezcla de estertores ygemidos que acompañan a los orgasmos.
Sentí como Dani me apretaba miverga con su recto que comenzaba espasmódicas contracciones, hasta que mi lechesalió en continuos chorros que llenaron el condón. Terminada la faena, me paréy fui a botar el condón usado, al regreso, nos acariciamos como solo dosamantes pueden hacerlo y luego de un cariñoso beso de buenas noches nos pusimosa dormir.
Al amanecer me quedé pensandoen la quietud de la mañana lo que había sucedido… Finalmente, sin decírmelo tíaDani me había autorizado a follarme a su hija, o por lo menos así lo estimabayo… ¿qué dirá mamá con respecto a Isa?

0 comentarios - Cómo cambió mi vida. Capítulo 7 B