Un betamale en el gym: seducción (3ra parte)

Nuestros protagonistas estaban muy avergonzados, Elías decidió no acudir al gym por un buen tiempo, Maxi no podía evitar asistir, era su trabajo, pero no ver al flacuchito que lo había afectado le trajo tranquilidad.
Elías pensó que debía abandonar, debí dejar de asistir y cambiar de gimnasio, pero el lugar más cercano aparte de Ultra le quedaba a unas 30 cuadras! 😣 Podía acortar el camino si tomaba el colectivo, pero estaba por empezar sus estudios en la universidad y varios gastos se iban a acumular, además de que, el otro gym tenía una cuota más cara. Pensó, se puso nervioso, no quería dejar de entrenar, tenía decidido que quería ser más masculino.
Tomó valor y decidió que continuaría en Ultra, la siguiente semana retomaría -Pero... y si Maxi vuelve a entrenarme?- Elías se percató de la probabilidad del accidente podría volver a ocurrir, pensó en una solución, su salchichita era pequeña, pero aún podía sobresalir por lo poco ajustada que era la ropa para entrenar. Habría su ropero y buscó entre sus boxers para ver cuales podían ser los más ajustado, en eso, encontró prendas que hace tiempo no había usado, reconoció los calzoncillos que usó incluso hasta su adolescencia, recordó lo ajustados que eran y esto le dio aún más confianza. Se probó uno y sí, era ajustado, se miraba en el espejo y se sentía cómodo, pero el verse con esa prendita le empezó a despertar otras emociones, vio en su cuerpo la figura de los pasivos de los videos que tanto se dedicaba a ver: delgados, delicados, pálidos y con prendas de ese tipo que marcaban más el bulto.
Empezó a excitarse y vio que su penesito empezó a endurecerse y sí, realmente el calzoncillo lo mantenía en su lugar, esto lo alegró, si tenía una erección no se notaría. Esto lo trajo en sí de nuevo y se sacó la prenda antes de que su deseo incrementara.
Maxi quedó perplejo cuando vio a Elías volver al gym, ahora él lo evitaba. No se le acercaba para entrenarlo, se sentía incómodo. Elías no notó esto, lo puso nervioso el volver, pero tomó confianza rápido e ignoraba la figura de Maxi si se cruzaba en su camino.
Con los días la cosa se normalizó, incluso Elias se amigó con una joven que también entrenaba ahí, todo marchaba tranquilo. Y aunque el flacuchito lo evitara, Maxi seguía sintiendo una sensación molesta, el que se haya sentido atraído a otro hombre lo irritaba, lo enojaba, y tenía que ver a ese chico, que tan orgullosamente lo ignoraba, todas las semanas.
Elías, una vez, se percató que, tanto como él, Maxi también lo ignoraba, le pareció extraño, siempre evitaba pensar en él pero ahora realmente le surgió la curiosidad -se habrá sentido incómodo también? Por qué mantiene la distancia? Ni siquiera me saluda 🤔- la curiosidad creció y en un momento decidió voltear hacia Maxi, el entrenador justo lo estaba observando, pero al cruzarse las mirada el fortachón bajó la cabeza y fingió estar con otras cosas. Elías volvió a su rutina, se dio cuenta de la reacción de Maxi y sonrió, pensó que quizás su entrenador se sintió intimidado al ver su pene. Quizás, pensó, él la tiene más pequeña, esta idea se enterró en su mente y la sonrisa no se borraba. Maxi volvió su mirada al flacucho y notó su sonrisa, eso fue la gota que rebalsó el vaso -este niño con ese patético miembro se está burlando de mí! 🤬- estaba furioso y quería desquitarse con él. Sabía que ser violentó traería problemas, pensó el resto de la jornada y, al oscurecer y cerca de la hora de cierre, vio que Elías se dirigió a las duchas y ahí se le ocurrió el mejor plan 😈
Siguió al joven y lo espió mientras se desnudaba, pero al ver que Elías traía calzoncillos otra vez le llegó ese sentimiento cuando lo había entrenado por última vez. Miraba su prenda, blanquita, pequeña y ajustada, y no solo eso, Elías tenía muy poco pelo en el cuerpo y su piel se veía suave y delicada. La temperatura empezó a subir en Maxi, no esperaba esto y notó como su miembro se empezó a poner tieso, vio a Elías tan vulnerable, tan delicado y tan... tierno. Maxi tomó coraje y siguió con su plan, incluso su erección podía ser un detalle que le de mejor sabor a su venganza 😏🍆
Elías se bañaba ya se estaba duchando, escuchó pasos descalzos y le extrañó que se detuvieran justo en la ducha que se encontraba frente a él, luego oyó el agua abrirse. El pequeño Elías se empiezó a sentir algo nervioso, siempre todo el mundo evitaba bañarse en una ducha que quedara frente a una que se esté usando, ya que mo tenían cortinas, además, a esa hora casi ni había gente en el gym y en las duchas eran solo él y esa misteriosa persona. Volteó con algo de miedo y, al reconocer a esa persona su corazón empezó a galopar, Maxi se estaba bañando frente a él! ambos estaban totalmente desnudos y solos! 😱 Elías empezó a temblar, volteó la mirada e insultaba por dentro, pero con los minutos notó, de reojo, que el fornido entrenador de 1,80 se duchaba mirando hacia él. El flacucho nunca se había sentido tan intimidado en su vida, pero la curiosidad llevó a que, poco a poco, mirara a su entrenador.
Su ojos fuero instintivamente a ese lugar, Elias estaba anonadado, Maxi tenía su verga totalmente parada y dura, apuntando hacia él, balanceándose. 😨Estaba circuncidada, era venosa y casi duplicaba el tamaño de su penesito en largo y grosor. Esto no solo fue un golpe brutal a su ego y desmontó su teoría de porqué Maxi había corrido su mirada, sino que lo dejó himnotizado, no se daba cuenta que tenía la mirada fija en la pija de ese macho alfa!! Y, además, tenía la boca semiabierta, lo que, desde la perspectiva del entrenador, lo dejaba como un patético chico beta con ganas de probar carne de otro hombre. Elías, parpadeó y regresó en sí miró hacia el rostro de Maxi involuntariamente. Lo que sus ojos recibieron lo destruyó. El macho alfa lo miraba con desdén, con una sonrisa pícara mientras enjabonaba su miembro.
Elías no soportó, cerró las llaves de la ducha, tomó su toalla y salió, se cambió rápido, tanto que al no haberse secado bien, mojó su lida de ropa limpia. Maxi se tomo un minuto más y decidió salir tranquilo y satisfecho de haber humillado a ese mariconcito.
Elías regresó a su casa con un paso apurado, necesitó una segunda ducha con todo lo que había sudado en el camino. Al acostarse para irse a dormir aún seguía impactado, llevó las manos de su rostro con vergüenza y humillación y soltó unas lágrimas. Había caído en la cuenta de que, en toda la escena su penesito también se había puesto duro, negara cuanto lo negara, sus sentimientos homosexuales eran más fuertes. 😞 No podía dormirse, la imagen de esa verga no se borraba de su mente, lo que, además provocaba que su miembrito se pusiera tieso. Luego de horas, Elías cedió a sus sentimientos y llevó su mano a su entrepierna, visualizó la pija de Maxi y en tan solo medio minuto, con lágrimas en los ojos, el beta había manchado sus sabanas. Con un gesto lento, llevó su mano manchada hasta su boca y empezó a saborear su leche, no gesticulaba, solo se había entregado a su más oscuro deseo.

(Continuará)

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