Mi madre se masturbó conmigo en la habitación 15

Hola, chicos y chicas, nuevamente les vengo escribiendo esta última parte de lo que ha pasado en nuestro loco abril, es decir, que este post terminará nuestro tiempo juntos durante las vacaciones, y el siguiente será este tiempo más reciente de estar en casa. Así que, ¡vamos a ello!

Como mencioné al final de la última actualización, nos estrellamos al llegar a casa el día 28 y dormimos toda la noche y hasta la madrugada del día 29. Estábamos un poco decepcionados, ya que ella se iba al día siguiente, pero necesitábamos el descanso, así que no nos castigamos. Pasamos el día con un estado de ánimo muy relajado. Mantuvimos el apartamento bien calentito y nos quedamos en pijama todo el día. Para mí, eran unos pantalones cortos y sin camiseta, y para ella, unas bragas tipo tanga y una camiseta de mezclilla sin sujetador. Durante toda la mañana no pude evitar admirar su cuerpo. Ha estado utilizando los gimnasios de los hoteles en sus viajes y se ha puesto en mejor forma. Ha perdido suficiente peso como para que sus tetas parezcan enormes.

Decidí aprovechar la oportunidad y decirle: "¡Estás increíble mamá, se nota que has ido al gimnasio!". Ella sonrió ampliamente y dijo: "¡Ah, gracias! Esperaba que lo notaras. Tú también estás muy guapo". Me miró de arriba abajo mientras lo decía y le agradecí el cumplido. Sus ojos se detuvieron en la ligera erección de mis pantalones cortos y dijo: "¡Bueno, gracias por ESE cumplido!". Me reí y le dije: "¡Es difícil no hacer este tipo de complementos cuando estás vestida así!".
Mi madre se masturbó conmigo en la habitación 15


Me hizo una sonrisa sexy y me dijo: "¿Ah, sí? Bueno, ¿y si estoy vestida así?". Se cruzó de brazos, se agarró de cada lado la camiseta dejándola caer y asegurándose de que sus tetas quedaran libres y se movieran. Silbé y señalé mi entrepierna y dije: "Ahora tienes aún más complementos aquí abajo". Ella dijo: "¿Es así?" Y se acercó y me agarró la polla y las pelotas por encima de los calzoncillos y dijo: "Mmm, sí, ya lo veo, bueno, un buen complemento como este no debería desperdiciarse..." enganchó sus dedos bajo mi banda de mi ropa y me bajó los calzoncillos para que mi polla apuntara directamente hacia delante. Me cogió de la mano y me llevó a la cama.

Para mi excitación, me dijo que me tumbara en medio de la cama y me dijo: "Quiero probar algo...". Me tumbé y ella fue debajo de la cama y cogió su almohada. Me hizo separar las piernas y colocó la almohada entre mis piernas en la cama. Se montó en la almohada y se acercó para masajearme los huevos mientras empezaba a cabalgar sobre la almohada. Ella cerró los ojos y gimió y dijo: "Sé lo mucho que te gusta cuando monto esta almohada". Le dije que sí, joder, y empecé a acariciarme mientras ella seguía masajeando mis pelotas con ambas manos. Empezó a acelerar el ritmo y dijo: "Oh Dios, no voy a tardar mucho, esto se siente tan bien". Observé cómo se movía su cuerpo mientras montaba la almohada, ahora que ha perdido peso, sus abdominales empezaron a mostrarse cuando los flexionaba en cada empuje. Empecé a masturbarme más rápido y decidí decir lo que estaba pensando: "Joder, ojalá fuera yo esa almohada...". Eso también debía estar en su mente, porque gimió/gruñó fuerte y empezó a moler con fuerza sobre la almohada. Continué diciendo: "Sí, desearías ser yo, desearías tener mi polla dentro de ti mientras me montas, la polla de tu hijo". Esto tocó una fibra sensible. 
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Cabalgó con más fuerza que nunca y luego arqueó la espalda y se agarró las dos tetas mientras se corría con fuerza. Sus caderas se agitaron y su cuerpo se estremeció, y luego, sin siquiera respirar, lanzó la almohada al otro lado de la habitación y agarró mi polla. Gruñó y se la metió en la garganta con avidez. Casi grité de placer. Creó una fuerte succión en la punta y movió su lengua contra la parte inferior de la cabeza. Acarició con dos dedos mientras mantenía la succión. Grité: "¡Oh, Dios mío, me voy a correr!". Esperaba que se tragara de nuevo, pero en lugar de eso, se apartó y rodeó mi polla con sus tetas justo cuando exploté en su cuello y sobre sus tetas.
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Cuando me había vaciado lo suficiente, se levantó y fue a limpiarse. Cuando volvió, llevaba puesta la camiseta y las bragas. Se paró junto a la cama y dijo: "Eso fue caliente. Perdona si me he pasado con lo de montarte". Me reí y le dije: "Oye, yo soy el que habló con tanto detalle, pensé que era jodidamente caliente". Ella se relajó después de que dije esto y decidió que debíamos almorzar. Almorzamos juntos y vimos una película y decidimos seguir viendo películas hasta bien entrada la noche.

Cuando decidimos que era la hora de acostarse, dijo que debíamos dormir juntos en su cama. Acepté inmediatamente y nos metimos juntos bajo las sábanas. Nos tumbamos hablando de lo mal que le sentaba tener que irse al día siguiente y de cómo nos íbamos a echar de menos. Después de un rato de estar allí tumbados, dijo: "Voy a bajarme muy rápido antes de irme a dormir, ¿te apuntas?". Ni siquiera contesté, simplemente me bajé los calzoncillos y empecé a acariciarme.

Ella metió su mano dentro de sus bragas y acercó mi otra mano y me dijo que jugara con sus pechos. Nos quedamos tumbados uno al lado del otro, masturbándonos suavemente hasta que ambos nos corrimos. Ambos nos levantamos para lavarnos las manos, yo lo hice primero y me adelante a la habitación a sentarme en la cama, después llegó mi madre y se sentó sobre mis piernas, me dio un beso increíble en el que por fin pude tocar su lengua chocar con la mia por unos segundos, fue delicioso. Nos recostamos dandonos el beso y antes de separarse y decir: "Buenas noches, te quiero cariño". Le dije que yo también te quiero y nos quedamos dormidos en la mayor tranquilidad imaginable.
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Esa misma noche soñé que estaba con todas las chicas que me parecían atractivas. Estaban todas con el culo desnudo y hasta el payaso. Se turnaban para chuparme la polla, pero ninguna hacía un buen trabajo. Entonces, todos se alejaron, y entró mi madre. Se puso de rodillas y empezó a hacerme una mamada alucinante. Justo cuando empezaba a ser bueno, la imagen de ella empezó a desvanecerse mientras yo me despertaba. Me dije a mí mismo que todavía no. ¡Se estaba poniendo bueno! Pero entonces me di cuenta de que la sensación de la mamada no desaparecía. Abrí los ojos y vi que el apartamento seguía a oscuras, pero que la luz se asomaba por las cortinas. Miré hacia abajo, y para mi gran sorpresa allí estaba mi preciosa madre, chupándome la polla apasionadamente. Levantó la vista y vio que yo estaba despierto, y empezó a chupármela de verdad. Me corrí con fuerza en su boca y ella se tragó hasta la última gota.
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Cuando se sintió satisfecha de que me había vaciado, dijo: "Un regalito antes de irme". Y sonrió. Se levantó y vi que estaba completamente vestida. Miré hacia la puerta principal y vi su maleta y su equipaje de mano. Fue a lavarse los dientes antes de volver y darme otro beso en los labios. Me volvió a tapar con las sábanas y me dijo: "Vuelve a dormir. Tengo que ir al aeropuerto, te quiero". Le dije que la quería y le agradecí el regalo de despedida. Me guiñó un ojo, me lanzó un beso y salió por la puerta.

Y allá vamos. Este es el final de nuestras travesuras desde el viaje que tuvimos. Siento que mi madre y yo estamos más conectadas que nunca y no podría gustarme más. Mientras ella estaba fuera esta vez hicimos un poco de mensajes de texto traviesos. Sin fotos ni nada, pero describiendo lo que nos gustaría hacer.

¡Adiós por ahora! ¡Gracias por leer!

2 comentarios - Mi madre se masturbó conmigo en la habitación 15

elfalca
Muy bueno! Cada vez mejor el relato!