Deseo Prohibido. Capítulo Vl: (Arreglado)

“Recuerdos de una velada mágica”

Capítulo 1: http://www.poringa.net/posts/relatos/4420279/Deseo-Prohibido-Capitulo-l.html

Capítulo anterior: http://www.poringa.net/posts/relatos/4442695/Deseo-Prohibido-Capitulo-V.html

Sí, lo sé estoy publicando nuevamente este relato, la cuestión es que la versión original fue sacado, por incumplir una de las reglas de aquí. Fue un error mío, lo asumo como tal y pude pasar de volver a publicar este capítulo, sin embargo, sé que quizás en un futuro alguien puede comenzar a leer estos relatos y por ende, se preguntará ¿dónde coño está el capítulo 6? Bueno, por eso lo volví a publicar.
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La brisa del viento entraba por la ventana, Eduardo acostado aún en su cama, mirada el techo mientras que la hija de su amiga, seguía durmiendo abrazada a él y con su cabeza apoyada en su pecho. La imagen era exactamente igual a un par de años atrás, la única diferencia es que quien dormía a su lado era Lorena. Aquella vez los amigos de la infancia habían roto la única regla que habían establecido, la cual era no manchar su amistad con sexo. 

Esa noche, simplemente Eduardo no pudo ignorar sus sentimientos y tras ver a su amiga sufrir por Martín, se aprovechó de su vulnerabilidad. Una tierna acaricia en la mejilla, llevó a un largo y amoroso beso, terminando con ellos dos acostados en una cama y cogiendo como si no existiera el mañana. Solo recordar los besos de Lorena y su manera de brincar sobre su verga, hizo que se excitada. El dulce aroma que desprendía el cuerpo de la joven hacía que se sumergiera más en esa mágica noche. Cerrando los ojos comenzaba a sentir y a oír la lluvia de aquel día y divagando entre sus pensamientos decía. 

“Era el cumpleaños de mis sobrinas y a pesar de que era un chaval en ese entonces, yo era muy paternal con aquellas niñas, quizás se debía a que anhelaba ser padre. No obstante, la chica que yo quería que fuese la madre de mis hijos, no me veía más como un simple amigo. No recuerdo exactamente en qué momento me enamore de Lorena, solo sé que desde niños siempre hemos sido amigos, aun cuando mis padres me prohibían acercarme a ella, porque no podía establecer una amistad con la hija bastarda de la criada.”


“Las reglas de mis padres eran muy conservadoras y anticuadas, la razón por la que yo nunca las obedecí, lo que finalmente causo que yo tuviera irme de su casa y también perdiera todo contacto con mi familia por años. Mi hermano mayor era muy diferente a mí, él seguía aquellas reglas como si fueran las escrituras de la biblia y no paraba de molestarme, presumiéndome cada vez que lo felicitaban por algo simplón o burlarse de mí, cuando me comparaban con él y yo quedaba como la oveja negra.” 


“Lo que resulta algo irónico, pues mis padres que estaban tan orgulloso de él, hoy en día no han sabido nada del desgraciado, ni una llamada le ha hecho desde que yo me fui de casa. En cambio yo, a pesar de todo, en vez en cuando los llamo para saber cómo se encuentran y si tal vez necesitan algo, aunque sé que ellos nunca se van a dignar a pedirme un favor. Bueno, como decía, aquel día celebrábamos el cumpleaños de las gemelas, yo me divertía con ellas y mi hermano, se mofaba de mí.” 


“Todo aquello hasta que, mi celular sonó, yo lo saque de mi bolsillo y al percatarme que era Lorena, dejé de jugar con las niñas y le contesto.”      

Yo: Justo me habían dado unas grandes ganas de oír tu voz.

“Dije entre risas pero con un tono serio. Sin embargo, ella no respondió y yo solo escuchaba el sonido de la lluvia cayendo al suelo, acompañado con un sollozo.” 

Yo: ¿Lorena? ¿Estás bien?

“Manifesté con preocupación, mientras que una de las niñas se me acercó para que tomé una de sus muñecas.” 

Yo: Lorena, ¿estás ahí?

“Volví a preguntar, pero ya con un tono completamente serio.” 

Lorena: E… E-E… Eduardo…

“Balbuceó ella entre lágrimas.” 

Yo: Lorena, ¿en dónde estás? 

“Expresé dándole la muñeca a mi sobrina más pequeña que estaba por cumplir 2 años y acercándome a la salida. Mi amiga me decía que estaba afuera del edificio en donde yo tenía un piso, el cual usábamos para realizar fiestas. Abro la puerta tomando las llaves del coche de mi madre, quien de inmediato me dijo enojada, –“¿Y tú a dónde carajos crees que vas?”-, yo solamente la mire y le sonreí, sin darle ninguna explicación a nadie, salí y tomé rumbo para ir a ver a Lorena.”   


“Cuando llegué, la vi parada bajo la lluvia, sus ojos estaban rojos e hinchados de tanto llorar y tiritaba del frio. Yo antes de irme al parking, me acercó a ella y le digo que se suba, sin que ella me dijera algo, me entro un coraje porque sabía por quién estaba llorando y que no valía la pena que botada lágrimas por ese imbécil. Me aparqué y sin que nos bajemos del coche, yo golpeé el volante con cierta furia, causando un susto en ella. La mire con cierta frustración y siendo directo, le consulte, ¿qué le había hecho el idiota de Martín?”


Lorena: (Temblando) Na… Na-nada. 

Yo: (Enojado) Lorena no mientas, ¿hasta cuándo vas a defender a esa basura? O mejor dicho, ¿por qué mierda sigues con él? 

“Lorena se quedó callada y miró el suelo, empezando a soltar nuevamente lágrimas, lo que me causaba más dolor. Tragándome mi rabia con ese gilipollas, la abrace y la consolé como lo había hecho siempre.” 

Yo: Perdón, no quise gritarte. 

“Le susurré en el oído, a la vez que olía la melosa fragancia que desprendía su cuerpo y unas ganas enormes comenzaban a apoderarse mí, para que la besara. Sin embargo, no podía hacer aquello, porque tras habernos dado un delicioso y largo beso en el jardín de la casa de mis padres, ella me pidió que le prometiera que nunca más íbamos a cruzar ese límite entre nuestra amistad y jamás la ensuciaríamos con sexo, porque según ella, me veía como un hermano.” 


“No obstante esa no era el motivo por la cual ella no se atrevía a iniciar algo conmigo, yo sabía que se moría de ganas de que fuéramos más que amigos, Pero temía que mis padres nunca aceptaran nuestra relación y como yo era impulsivo, iba a preferirla a ella antes del dinero, mis estudios pagados en el extranjero y parte de la herencia. En parte estaba en lo correcto, yo era capaz de renunciar a todo por estar con ella, sin embargo, tampoco la iba a obligar y se arriesgue conmigo.” 


“Después de ese abrazo, Lorena me dio un beso en la mejilla, agradeciéndome por correr siempre a su lado cuando me necesitaba. Yo acariciando su bello rostro, le dije las mismas palabras  de siempre, que yo nunca iba a dejarla sola. Los dos salimos del auto y subimos hasta el apartamento, de nuestras juergas de adolescentes, ya que tenía que quitarse esa ropa mojada que llevaba. Apenas entramos, yo corrí al baño, para arreglarle la ducha y tomada un baño que se tranquilizada y su cuerpo así, también se calentara.” 


“Tomé una toalla y me acerqué a ella, para secarle su cabello empapado y también secarle superficialmente su cuerpo. Aunque no lo tocaba directamente, solo saber que estaba tanteando esa suave piel y esas voluptuosas tetas que tenía, una erección se me forjaba. Lorena rio al verme que estaba como un padre preocupado por su pequeña, luego me dio de nuevo las gracias por mi caballerosidad. Yo besándole la frente le dije que era lo mínimo que ella merecía, si era una reina.”


“Mi amiga se sonrojo y sus ojos junto con los míos se detuvieron, entonces logré oír los latidos de nuestros corazones, los cuales estaban sincronizados y poco a poco se aceleraban. Ingenuamente pensé que podría tocar esos labios por los cuales soñaba, no obstante, apenas intenté aproximarme más a ella, Lorena miró hacia otro lado y me dijo que tenía que ya entrar a bañarse, que le busque su ropa por mientras tanto. Trague saliva y me mordí los labios, entiendo que ella por más ganas tuviera por comerme la boca, nunca iba a romper la promesa que habíamos hecho.” 


“Ella se deslizó hasta el baño y yo caminé a la habitación para buscar algunas de sus prendas, que tenía guardadas en el closet. Como un depravado lo primero que busque fue su ropa interior, tomando una de sus bragas, lo llevé a mi nariz y la olí, entretanto tocaba mi polla sobre el pantalón. No sé si en verdad el olor de su vagina estaba impregnada en esa tela o era solo parte de mi imaginación, de todos modos ese aroma me resultaba muy estimulante.” 


“Mi verga no tardó en estar completamente dura, necesitaba liberarla y calmar esa erección con mis manos. Así que eso hice, aprovechando que ella se duchaba, pero mi lado degenerado no solo se conformó con haber olido la bombacha de mi amiga, sino que también sentí la necesidad de refregar mi miembro por esa tanga que luego le pasaría para que la usada. El solo hecho de imaginar que ella andaría con algo puesto que toco mi pene, me enloquecía.” 


–“Joder, mi verga debería estar dentro de ti y no sobándose patéticamente contra tu tanga”- murmuré, al mismo tiempo que agarraba su sujetador y me lo llevaba a la nariz. –“Sin duda, tu fragancia me hace perder la cabeza, Lorena”- añadí, fantaseando que estaba entremedio de esas dos tetas. Sin darme cuenta llegué a mi límite y solté toda mi carga sobre un vestido que ella tenía, mi pija no dejó de soltar leche y ensució otras de sus ropas.”   


–“Mierda”- susurré, al darme cuenta de que había embarrado todo con mi semen. Fui buscando cuidadosamente si algo se salvaba, no eran muchas prendas así que rápidamente encontré con algunas que no estaban manchadas por mi esperma. Sin embargo, mi atención se limitó a un body transparente que hallé, –“¿Es un traje de baño?”- me pregunté ingenuamente, al no saber diferenciarlos y actualmente tampoco lo sé, para ser sincero.”  


“Me imagine a Lorena luciendo su sensual cuerpo con eso puesto y de nuevo mi pene se levantó y se colocó como piedra. Lo dejé en la cama y busqué algo que combinada con ese body, pillando una falda de cuero negra. El conjunto era perfecto y completamente asesino, así que tomé toda la otra ropa y la metí dentro de un baúl que tenía, sabía que si le decía a Lorena que no había encontrado nada más, ella no me iba a creer a la primera, pero al ver que en realidad no había nada en el closet, iba a pensar que había llevado su ropa a su casa para lavarla.” 


“Con esas dos prendas en mis manos, salí del cuarto y me acerqué al baño, iba a golpear la puerta, cuando me di cuenta que esta estaba entre abierta. Empujándola ligeramente para que se pudiera abrir un poco más y así lograr apreciar la figura desnuda de mi amiga, siendo cubierta por el agua. –“Dios mío, pero que tetazas tienes mujer, como me gustaría que atrapadas mi verga entre medio de esas dos”-, susurré al observar como las bambaleaba de un lado a otro, mientras el agua caía sobre ellas.” 
Deseo Prohibido. Capítulo Vl: (Arreglado)


“Me quedé como estatua alucinando con esa bella y cachonda escena. Fue entonces que escuché un murmulló en mis orejas, uno que me alentaba a entrar, que me desvistiera y me aprovechada de mi amiga. No obstante me negué a tomarla por la fuerza, la deseaba mucho pero nunca iba a ser un monstruo que la penetraría sin su consentimiento, había un límite y yo no iba a violar a Lorena. Dejé de mirar, para no escuchar otra vez esa horrenda voz.” 


“Luego de unos 6 minutos, escuché que ella cortó el agua, por lo que aproveché a golpear la puerta y dándome vuelta, caminé hacía atrás para dejar ese body y esa faldita en una pequeña repisa que había en el baño. Sin voltearme a mirarla, salí de ese cuarto evaporado, que olía a ella. Al cerrar la puerta, escuché una risilla, pues Lorena sabía lo difícil que era para mí controlar mis ganas de verla desnuda. Pero tras ver su ropa, esa risa se transformó en un grito de espanto y enojo.” 

Lorena: Eduardo, ¿qué es esto?

“Expresó en un tono serio.” 


Yo: Fue lo único que encontré, lo juro. 

“Afirmé, hablando rápido.” 


Lorena: Si esta es una de tus bromas, es mejor que pares ya, o me voy a enfadar mucho contigo, ¿me oíste?

Yo: Fuerte y claro, pero no es una broma, lo digo en serio. 

“Temblé del miedo cuando vi que la puerta se abrió se sopetón, sin embargo, ver a mi amiga con solo una toalla puesta, hizo que mi cuerpo dejase de tiritar y me ponga eufórico de calentura. Ella se me acercó a mí con el ceño fruncido, yo con una cara de tonto le sonreí y luego agaché mi mirada a esos enormes senos que tenía y lucían tan lindos dentro de esa tolla. –“Oye, mis ojos están aquí arriba”- señaló Lorena molesta, –“Eehh… Sí, sí”- manifesté, tratando de dejar de mirar esos redondos pechos y fijar mis ojos con los suyos.”  

Lorena: Última oportunidad Eduardo, si esto es una de tus tantas niñerías, es mejor que termine ahora o no te voy a hablar por 1 mes.  

Yo: ¿Tú crees que me arriesgaría a eso por una broma?

Lorena: No, pero tengo derecho a desconfiar.

Yo: Bien, vamos a la habitación y comprueba por ti misma que no tienes más ropa que esa. 

“Lorena sin dejar de pensar que todo era una travesura mía, se dirigió hasta el cuarto, yo detrás de ella, no aparté mi mirada de su hermoso trasero, el cual se balanceaba de un lado a otro con cada paso que daba. Ella dijo algunas palabras, las cuales no oí porque estaba embrujado por su cola y tratando de mantener el dominio de mis impulsos. Los cuales aumentaron cuando ella se inclinó y dejó completamente a la vista ese chochito sabroso, por el cual me moría por probar y ensartar.” 


“Ella se dio cuenta que no le estaba mintiendo ni tampoco le gastaba una broma, esas dos prendas, eran las únicas que habían en el closet. –“Juro haber dejado más ropa aquí, de seguro algunas de tus perras se las llevó”- expresó entre risas, yo cayendo en el delirio, solo tartamudeé, –“A-a-a… Aquí, so-so-so-lo… Tú pu-pu-puedes, entrar”-, bajo el control de mi imaginación, tomaba el valor que en la realidad me faltaba y allegándome donde ella, la abrazó de su cintura y sobo mi duro rabo contra ella.” 


“Sorprendida, mi amiga me preguntaba, ¿qué estaba haciendo?, a lo que yo respondía, –“Te dije la verdad y tú no me creíste, entonces pensé que te mereces un castigo por ello, ¿no estás de acuerdo?”-, ella se quedó en silencio y yo fui bajándole de manera paulatina esa toalla, hasta que cae al suelo, agarrando esas tetas que me enloquecían y besando su cuello, le susurró, –“Como castigo, vas a tener que olvidar esa tonta promesa que hicimos y dejarás que nuestros cuerpos se complazcan”-


“Lorena solo se limitó a decir mi nombre, pero lo repitió varias veces y entonces salgo de esa fantasía. Yo no me había movido desde la entrada, ella me miraba con un rostro de confusión al mismo tiempo que chasqueaba sus dedos y decía mi nombre. –“¿Qué?- titubé, ella me sonrió y me contestó soltando una risilla, –“Finalmente dices algo, pareces que andabas en Marte”-, –“Te decía que me iba a vestir, así que sal de la habitación, por favor”- agregó, yo aún atolondrado, solo asistí con mi cabeza y me fui al salón.”  


“Bebí un vaso de agua, para tranquilizarme, sin embargo, de mi cabeza no podía sacar la imagen de esas tetas bamboleantes, ese meneo de culo y ese coñito resudado. Alrededor de unos 5 minutos ella tardó en abrir la puerta y salir de ese cuarto. Al verla, mis pupilas se dilataron, mi corazón dejó de latir al mismo tiempo que abría mi boca y mi polla se endurecía. Mi reacción no era exagerada, pues esa delgada tela transparente que cubría su cuerpo, hacía parecer que ella estaba encuerada delante de mí.”


“Lorena se sonrojó porque estaba babeando por ella, así que me preguntó si tenía algún abrigo o algo para que pudiera pasárselo y así cubrirse. Yo le contesté que no, lo que mi amiga nuevamente interpretó como una broma, no obstante, rápidamente comprendió que no mentía y resignada se sentó en una de las sillas, tomó un vaso y vertió whisky en él. Yo solo la seguí admirando, perdiendo mis ojos en ese lascivo cuerpo, ella incomoda, me invita a beber a su lado.” 


“Acepté su propuesta y bebí junto a ella, entre risas y palabras, ambos comenzamos a perder la vergüenza y el miedo. Yo soltaba mis palabras sin medir las consecuencias, halagándola de lo sexy que lucía. Ella por su parte me dejaba que la mire con mis ojos pervertido y que la piropeé como me diera la gana. Estábamos ya tan tomados, que fui por una cámara fotográfica que tenía en la habitación y le tomé una foto, la que ella me pidió que borrada porque me decía que no salía bien.” 


“Yo le dije todo lo contrario, que lucía increíblemente bella, quizás fue porque ya estaba ebria que ella me dijo que quería maquillarse un poco y luego le haga una sesión fotográfica. Mientras se pintaba los labios, Lorena me reveló el motivo por el cual había estado llorando y me llamó, resulta que el idiota de Martín le había sido infiel en su propia casa con su peor enemiga. Yo sinceramente no entendía cómo podía buscar otra mujer cuando tenía semejante hembra para él solo, de forma inconsciente le dije que él era un idiota y yo en su lugar jamás le haría aquello.” 


“Lorena soltó una carcajada ante mi comentario y continuó maquillándose. La paz reino hasta que finalmente ella terminó de delinear sus ojos. Mirándome a la cara me preguntó cómo se veía y yo le respondí que, hermosa como siempre. Mi amiga se ruborizó y para romper ese silencio incomodo, me pidió que le tomé las fotos. Yo agarré la cámara e inicié a fotografiarla desde distintos ángulos, en todas salía estupenda, pero fue la última, la que me obligó a romper nuestra promesa.”
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“Con sus codos todavía apoyados en el mesón, volteó su mirada hacía mí, –“¿Pasa algo?”- consultó confundida, al verme ya a unos centímetros de su lado. –“Perdóname”- le contesté y sin darle tiempo para que responda, la sujeté de la cintura y zampé mis labios en los suyos. Saborear esa boca tan dulce, después de tanto tiempo, era algo maravilloso, a pesar de que mi amiga intentó separarme de sus labios,  fue rindiéndose, al notar lo genial que se sentía su tierna lengua enredara con la mía.” 


“Sumergiéndonos en una lujuria exquisita, ninguno de los dos quería detener aquel intercambio de salivas que nos estábamos dando. Ella tímidamente fue colocando sus manos sobre mi pecho, las cuales comenzaron a desabrochar los botones de mi camisa. Sentir esas uñas arañar mi piel fue excitante y en un parpadeo sus dedos se trasladaron a mi cintura, para comenzar a retirarme el cinturón y bajarme la bragueta del pantalón. A pesar de que trató de contenerse, una vez que la calentura la dominó, mi amiga mostró su verdadera cara.” 


“Completamente desnudo delante de ella, Lorena tomó mi verga entre sus manos y acariciándola me miró asombrada. –“Dios mío, en verdad la tienes como un caballo”-, reí por su exagerada comparación, pero al ver esos ojitos inocentes y a la vez coquetos, solo me dieron ganas de enseñarle todo el potencial de mi polla. Volvimos a besarnos y esta vez eran mis manos la que trataban de desvestirlas, sin embargo, solo logré quitarle su falda.” 


“Ella no dejaba de pajearme, estaba tan caliente que no pude evitar soltar unos chorros de semen en sus manos. Mi amiga se llevó sus manos a su boca y degustó mi esperma como si fuera un vino. –“Deliciosa”- murmuró con un tono pícaro. Yo le mordí los labios y apretando sus tetas con mis manos, le dije que era mi turno para hacerla sentir bien. Me agaché y pasé mi lengua por esa tela húmeda, su vagina no había dejado de soltar sus jugos desde que nos besamos.” 


–“Jooooodeeerrrr”- exclamó, cuando pasé nuevamente mi lengua sobre ese body y rozando su coño rasurado. Sonreí y despejé esa tela para poder disfrutar y saborear esa vulva como se debía. Clavando mi boca de forma abrupta, empecé a devorar ese empapado y rico coño. Ella tuvo que sujetarse del mesón, para soportar mis primeras lamidas profundas, sabía que le estaba encantando por los gemidos intensos que soltaba y el temblor de su cuerpo.” 


“Mordí y jugué con su clítoris hasta que llegó a su orgasmo, mi boca quedó cubierta de sus melosos jugos y me relamí. Volví hasta sus labios carnosos y la besé con pasión, al mismo tiempo intentaba liberar sus gordos y suaves senos. Al darse cuenta que me era difícil quitarle ese traje, mi amiga me ayudó y finalmente tenía esos grandiosos melones al frente mío, sin esperar, los estrujé y comencé a chuparlos como en mis sueños, pasando mi lengua alrededor de ellos y pellizcando esos pezones erectos.” 


“Lorena solo jadeaba a gusto y me pedía que no me detuviera, rememorando lo que había pasado unas semanas atrás en la piscina de la casa de mis padres. En aquella ocasión, estaba muy cachondo por verla en bikini, ella se me acercó de manera inocente, queriendo jugar conmigo, no obstante, lo único que obtuvo el roce mi pija dura contra sus muslos. –“No pude sacarme esa sensación de la mente por unas largas horas y ahora que tengo tu tranca entre mis manos, solo me muero por ser empotrada por ella”- comentó.”


“Yo tenía contemplado de seguir jugando con los pechos de mi amiga, sin embargo, tras oír esas palabras, no pude resistir más y de una embestida, enterré mi verga dentro de su vagina. Ella soltó un fuerte suspiro, que fue transformándose en uno de placer, a medida que sus paredes vaginales se abrían y se adaptaban al grosor de mi polla. No podía creer que mi tronco por fin estaba dentro de ella, rogaba para que no fuera un sueño. Sus ojos lascivos me cachondeaban mucho, ella mordió mis labios y abrazó mi cintura con sus gruesas piernas.” 


“Sujetándola desde la cintura, fui ensartando mi pene hasta llegar al fondo de su matriz. Lorena echó su cabeza hacía atrás y volvió a gritar de gusto, rasgando mis hombros con sus uñas, balbuceaba por más. Retiré lentamente mi miembro y con la misma intensidad se la fui metiendo de nuevo, hasta golpear su útero. Ella chilló con más placer que antes y comencé a mover mi tranca en su interior, no con un ritmo salvaje como en mis tantas fantasías que había tenido, sino sutil.”  


“Cada vez que mi verga llegaba a lo más profundo de su coño, mi amiga daba pequeños saltitos sobre ese banquillo, al igual que sus grandes tetas. –“Oh Dios mío, oh Dios mío, oh Diooooooossss míoooooooohhh”- exclamaba Lorena al sentir como mi verga llenaba completamente su estrecho coño. –“¿Te gusta?”- le pregunté acercando mi lengua a la de ella y entrelazándolas en un tierno y fogoso beso. Dejé de sostener su cintura, llevando mis manos para masajear sus lindos senos.” 

Lorena: Joooooodeeeeerr, me estás enloqueciendo Edu… Jamás había tenido una tan grande y se siente de maravillaaaaaaaagg…

Yo: Ya veo, ¿te das cuenta de lo que te has perdido todo este tiempo por tu testarudez?

Lorena: Sí, sí, sí… 

Yo: Es lindo oírlo, pero esto no se siente bien porque yo sea dotado. De hecho el imbécil de tu novio, debería hacerte sentir así. 

“Le susurré sin dejar de penetrarla.”

Lorena: ¿Ah? 

“Consultó con un rostro vulgar e ingenuo.” 

Yo: Esto se siente tan genial, porque no estamos follando, sino que estábamos haciendo el amor.  

“Ella bramó y apegando sus labios a los míos.” 

Lorena: ¿Ha-haciendo el amor?

Yo: Sí y me doy cuenta que jamás te han hecho el amor antes, es algo nuevo para ti, algo que te encanta, te obsesiona y te hace perder la cabeza. Eso me hace feliz, porque no vas a olvidar nunca esta experiencia.  

“Clavando mi lengua en su boca abierta y aumentando un poco la velocidad de mis estocadas. En un coro de jadeos, experimenta otro gran orgasmo. Sabía que Lorena necesitaba un pequeño descanso, tras esa corrida, pero no se la di, porque temía que en esos minutos, su mente se enfriada y razonada, alejándose de mí. Así que continué dándole de manera suave, sin quitarle los ojos de encima, ella solo se dejaba caer en una lujuria que le susurraba por más placer.”

Lorena: No sabía cuál era la diferencia entre coger y hacer el amor, hasta ahora. Me encanta lo que me haces sentir, me fascina hacer el amor contigo Eduardo, pero también quiero que me folles salvajemente.
 
“Me quedé sorprendido ante su petición, siempre había visto a Lorena como una chica dulce a la que había que tratar con delicadeza, sin embargo, a mi amiga le gustaba tener sexo duro, entre más brusco fuese uno, ella era más feliz. Allegándome a su oreja, se la lamí y le murmuré, –“Ok, aumentaré mi ritmo, pero si duele, solo dilo”-, Lorena solo rio por mi comentario y entendí por sus ojos libidinoso, que ella solo estaba ansiando que la tratará como un puta cualquiera.” 


“Sin más que decir, complací lo que tanto anhelaba, aumentando mis embestidas, ella quedaba con la boca abierta y solo chillaba. Yo tomé nuevamente esas grandes tetas entre mis manos y comencé a chuparlas de una forma muy obscena. Lorena no paraba de gemir de gozo y llevando sus manos hacía mi nuca, entierra mi rostro entre sus gemelas maravillosas. Perdido y sofocado entre esas dos preciosas tetazas, daba estocadas cada vez más mortales, su vagina que hace un rato a penas se adaptaba a mi tranca, me la devoraba.”


“Mi amiga exclamaba mi nombre de forma vehemente lo que me excitaba mucho y provocaba que mis penetraciones siguieran aumentando de velocidad. Saqué mi cara entre medio de esos pechos y le pregunté, –“Esto es lo que te gusta perra, ¿verdad?”-, ella tartamudeó para decirme que sí, esa respuesta terminó de hacerme perder la razón y eufórico agregué, –“Ahora solo eres mía perra”-, besándola hasta que no resistí más y solté toda mi carga dentro de su coño.”   


“Mantuve mis labios apegados a los de ella, hasta dejar la última gota de mi semen dentro de su útero. Separé mi boca de la de ella y un hilo de saliva se extendió, el rostro de Lorena reflejaba cansancio y satisfacción. Sin dejar de apreciar su voluptuoso cuerpo, me alejé, dejando así que una cascada de mi esperma fluyera de su vulva. Fatigada me sonrío y sus ojitos se deslizaron hasta mi pene que empezaba a perder su dureza. Pasando su lengua entre sus labios, me consultó si podía seguir.” 

Yo: ¿Cómo?

Lorena: Ya sabes, para una segunda ronda.

“Expresó, agachándose y gateando hacía mí. Sus delicadas manos pasaron sobre mi verga que tenía sobra de mi esperma y jugos de ella. Abriendo su boca, comenzó a lamer la cabeza de mi polla, la cual era una sensación increíble. Poco a poco fue engulléndose mi tranca que al mismo tiempo se reanimaba. Dejándome sin palabras, al observar que todo mi tronco desapareció, quedando en lo más profundo de su garganta, fue la primera vez que me comieron mi pene entero.” 

Yo: Guao… Guao… 

“Ella al ver mi asombro, retiró toda mi pija de sus labios y sonriendo me preguntó, qué me dejó tan anonadado, al mismo tiempo, que me pajeaba.” 

Yo: Tú… 

“Murmullé.” 


Lorena: No me digas que ninguna chica antes te la habían tragado entera. 

“Yo solo asistí con mi cabeza, haciendo que ella sonría pícaramente y volvió a meterse toda mi verga dentro de su boca. Era algo único y no quería que se detuviera, pues además de poder zampar toda mi polla, su lengua se movía magistralmente, era una Diosa mamando. Mi amiga se detuvo cuando se percató que yo estaba completamente listo, para una segunda ronda. Se levantó, mordiendo sus labios y me pidió, que le hiciera experimentar algo completamente nuevo.”  
  
Yo: Lo que tú quieras, preciosa. 

Lorena: Quiero que me la metas por el culo. 

Yo: Uuuufff, encantado. No te imaginas cuantas ganas tengo de penetrar ese hoyito. 

Lorena: Y yo que me lo rompan. 

Yo: Espera, ¿eres virgen por ahí? 

Lorena: Así es… Ninguno de los chicos con los que he estado, me han querido dar por el culo. 

Yo: (Rio) Par de idiotas. 

Lorena: Ah y una vez tú me arruinaste la oportunidad de gozar del sexo anal.

Yo: (Confundido) ¿Yo? 

Lorena: Sí, fue cuando me enteré que el idiota de Martín me había sido infiel por primera vez y tú me sobaste tu pija en la piscina. Ese día, tu tío el mujeriego también estaba en tu casa y no me quitó los ojos de encima ni por un segundo, menos cuando me coloqué ese traje de baño que te tenía loquito a ti. 

Yo: Alonso. 

“Murmuré recordando aquel día.” 

Lorena: Ese mismo, bueno, después de que me hayas calentado con esa sobadura, tu madre te llamó, para que vayas a comprar algo. Yo como andaba deprimida, no quise salir, así que me quedé tomando sol. A penas tú te fuiste él se me acercó y debo admitir que es un seductor natural, ya que de hablar, pasó a colocarme una loción por mi cuerpo y para cuando me di cuenta le devoraba la boca con fervor, mientras tenía su polla entre mis nalgas. Tu tío me dio un polvazo que me hizo olvidarme de mis penas y justo cuando estaba a punto de entrenarme el culo, tú nos interrumpiste.  

Yo: Pero será hijo de puta, Alonso. 

“Transmití con molestia, al comprender porque ella estaba agitada después que volví y la razón de su enojo posteriormente. Lorena me miro con cierto recelo, dándose cuenta que había hablado demás. Al verme que me apartaba de ella, me tomo del brazo y tratando de controlar la situación, me besó vehemente.” 

Lorena: Oye, no te coloques celoso. Tú la tienes más grande y además podrás hacer algo que él no hizo, que es coger mi culito. 

“Si bien estaba enojado, más que nada con Alonso, porque el muy bastardo sabía de mis sentimientos por Lorena y aun así se aprovechó de ella en un momento que estaba vulnerable, tal como lo estaba haciendo yo. Esto último me resonó por la cabeza, hasta que ella con sus manos empezó a jugar con mis huevos, causando una vez más mi cabeza se nublada y la calentura dominada mi ser. Cachondo, la besé y con mis manos acaricie sus nalgotas.” 

Lorena: Joder, veo que ya piensas con claridad. 

“Expresó con un tono travieso.” 


Yo: Tengo un lubricante en el baño, ¿quieres que lo busqué? 

Lorena: Claro, por mientras me quito esto. 

“Señalando su body, que aún tenía en mitad de su cuerpo. Después de salir del baño con ese frasco, me quedé alucinado al ver desnuda a mi amiga con su hermoso culito levantado, esperando a ser ensartado. Callado me acerqué a ella y bañe ese trasero en lubricante, masajeándolo, ella dejaba salir unos tiernos y excitantes suspiros. Esta listo para perforar ese agujerito virgen, cuando ella me suplicó para que yo me siente en el sofá. La complací y vi como ella abrió sus nalgas, bajando paulatinamente hasta que la glande de mi polla entró con un poco de dificultad dentro de su estrecho ano.” 

Lorena: Jodeeeeeeeerrr... 

“Exclamó entre dolor y disfrute. Siguió bajando pausadamente, entre sollozo y gritos de placer, mi amiga terminó de enterrarse toda mi tranca dentro de su culo. Yo agarré sus tetas y pellizqué sus pezones duritos, haciéndola aullar un poco más. Apegando mis labios en su oreja, le pregunté, si le encantaba tener mi verga dentro de su cola. Ella aún agitada y con la voz entre cortada me murmulla que sí, que está deseosa por continuar. Sin darme esperármelo, Lorena comenzó a mover sus caderas, haciendo que mi polla dentro de su trasero gozada de algo único.” 


Yo: Oooohh Dios mío... 

“Grité de dicha y poco a poco fui moviendo mis caderas también, haciendo de esa follada algo más especial.” 


Lorena: Oohh sí, ooohhh sííí, dame más, Al... Eduardo... 

“Lorena en su delirio de disfrute, había tenido ese lapso de confusión y si bien me molestó, sentí una pequeña curiosidad de saber con más detalles qué ocurrió entre mi tío Alonso y mi amiga en esa tarde de verano.” 


Yo: Y dime preciosa, ¿cómo te conquisto mi tío Alonso? 

“Esa declaración dejó pensativa a Lorena que seguía montando mi polla como la Diosa que era.” 


Yo: Vamos, no seas tímida y cuéntame lo que paso entre ustedes dos, pero con más detalles. 

Lorena: Mmmhh... ¿No te vas a enojar de nuevo?

“Dijo con inocencia y un tono de parecer una chica buena, cuando todo lo que quería era relatarme esa experiencia que seguía rememorando con mucha alegría.” 

Yo: Claro que no. Después de todo soy yo quien te está desvirginando este culito y me dio curiosidad de cómo caíste en las garras de ese mujeriego, al que detestabas.

“Contesté, agarrando sus brazos y empotrándola con fuerza. Sus gemidos se hicieron más intensos y entre ellos, comenzó a contarme esa historia que extrañamente me estaba estimulando.” 

Lorena: Co-como te dije... Tu tío es un seductor natural, se acercó a mí con un objetivo y lo cumplió... 

Yo: Reventarte con su verga. 

Lorena: Síííí... Y vaya que sabe cómo follar el maldito...

Yo: ¿Cómo yo? 

“Le pregunté con picardía.” 


Lorena: Todavía no sé si estás a su nivel en coger, pero tú me has hecho el amor y me estás rompiendo el orto, así que estás unos peldaños arriba de él en eso. 

“Respondió, tratando de no hacerme enojar, ya que detrás de esos halagos hacía mí, me dejaba claro que el bastardo de Alonso, la había hecho gozar de una manera mejor que yo.” 


Lorena: Después de que te fuiste, él automáticamente se allegó donde mí. Yo como estaba angustiada por lo que me había enterado, no me molesté en alejarme de él y aprovechó su única oportunidad. Fue hablándome de lo complicado que era la vida y que cuando uno es joven puede resultar ser muy ingenuo. Gradualmente fui cayendo a su tela de araña. 

“Con esos primeros dichos entendía el por qué muchas muchachas caía en el hipnosis de ese viejo cabrón. Recuerdo que una vez, para el cumpleaños de mi hermano mayor, el muy capullo, se terminó tirando a una de las compañeras de universidad de este. Obviamente la chica estaba estupenda, con una figura singular y unas curvas divinas, que tenía a muchos con la boca abierta. A pesar de que varios intentaron algo con ella, fue el gilipollas de Alonso quien se la engatuso y terminaron cogiendo en mi habitación.” 

Lorena: Luego de eso, me preguntó si estaba deprimida por algún motivo familiar, a lo que contesté que no, e inocentemente le revelé todo lo que había descubierto. Él me abrazó y me consoló entre sus brazos en donde solté un mar de lágrimas. Me realzó cada uno de mis atributos y eso me colocó muy contenta. 

“Algo que yo solía hacer, sin embargo, ella siempre terminaba apartándose de mí y nunca pasábamos de ese consuelo y pequeño coqueteo.” 

Lorena: Diciéndome que tenía una piel muy suave, me consultó si podía echarme alguna loción que tenía debajo de la silla en la que estaba sentada. No sé por qué, pero me sentía en ese momento tan segura y confiada con él, que acepté sin pensarlo. El solo sentir sus duros dedos tocando mi piel, hizo que me mojada. Trataba de ignorar ese sentimiento, pero cada vez se hacía más difícil e imposible de hacerlo.

“Mi amiga siempre había sido una mujer bastante cachonda, principalmente después de haber experimentado su primera vez. Aquella lujuria en ella se apagó un poco cuando Romina nació, pero en ese instante estaba en plena época de celos.” 

Lorena: Sin darme cuenta ese hombre me había encendido. Yo traté de mantener la tranquilidad, no obstante me distraje con sus musculosos brazos, sus pectorales y abdominales marcados y ese enorme bulto que se asomaba desde su shorts. Caí en sus manos, cuando él apoyó su dotado miembro entre mis nalgas, recordando que hace unos instantes atrás había sentido el tuyo que en ese entonces para mí eran iguales. 

“Comenzaba a sentir algo de enojo, pero no con ella o con Alonso, sino conmigo mismo, pues yo calenté a Lorena y la dejé servida a mi tío.” 

Lorena: En un susurró dije, "Joder, que grande la tienen". Él aparecer oyó aquello y fingiendo que no lo había hecho se aproximó a mi oído y me preguntó raspando mi oreja con su corta barba, si había dicho algo. Yo al mirarlo ya no pude controlarme y me entregué a la locura, besándolo sin importarme si alguien nos estaba viendo. 

“Yo al escuchar esas palabras con tanto entusiasmo, me coloqué celoso y una vez más aumenté el ritmo de mis estocadas, olvidándome por completo que era su primer sexo anal. Ella entre gemidos y balbuceó continuó.” 

Lorena: Fue un beso largo y maravilloso, que hizo que mi cuerpo entero tiemble de placer y ardiera de lujuria. Cuando nos separamos para tomar aire, sentí una necesidad enorme de volver a tener mi lengua abrochada con la de él. Sin darme tiempo de razonar, me quitó el traje de baño y agarrándome las tetas, empezó a chupármelas. Su lengua era una delicia y sus dientes se sentían fabulosos cuando me mordían. Después bajó sus manos hasta mi vulva y fue jugando con ella, introduciendo sus dedos. Para cuando quise detenerlo, ya me había corrido y mi vagina deseaba tener esa polla madura dentro. 

“Inconscientemente fui imaginando aquella escena en donde mi mejor amiga y amor platónico, le rogaba ser follada a mi tío.” 

Lorena: Tras pedirle que me cogiera, él se bajó el shorts y me mostró su linda y gran tranca. Quedé babeando por ella, él perverso me preguntó el porqué estaba tan anonadada, yo le contesté por su verga. Tu tío rio y me volvió a interpelar, estaba vez quería saber si la tenía más grande que el idiota de Martín y yo tomando ese trozo de carne le dije que sí y me trague. Él quedó asombrado por mi gran destreza al mamar, le cubrí por completa su tranca de mi saliva, al lamerla su tallo y luego me la engullí hasta la última pulgada. Tu tío sostenía mi cabeza con sus manos y movía sus pelvis, follándome la boca. 

“Lorena pareció cachondearse mucho más al recordar aquello, ya que sus brincos fueron más intensos que los otros y ambos caímos de costado en el sofá.”

Yo: Y... Y... ¿Y qué pasó después? 

Lorena: Bu-bueno... Pues mi mamada lo dejó loco y solo quería follarme, pero estaba tan desesperado, que no quiso que vayamos a un lugar más discreto. Acomodándome en esa silla de estar, él se puso sobre mí y me la clavó hasta el fondo, sus 18 centímetros de carne. Solté varios jadeos en tan solo un par de segundos, corriéndome nuevamente. Él me empezó a follar con fuerza, mientras acariciaba mis muslos y me besaba apasionadamente. Mis tetas bailaban a cada acometida que daba su pelvis contra la mía, taladrándome como si me quisiera atravesarme. 

Yo: Igual que yo. 

“Afirmé, mientras mi verga embestía su ano ajustado.” 

Lorena: (Agitada) Pa-parecido, tu tío lo hacía más intenso, como si fuese un animal y a mí me encantaba. Yo nunca me había sentido tan deseada en el sexo, como aquella tarde calurosa, haciéndome rogarle por más. Al mismo tiempo que nos besábamos como una pareja de recién casados, oímos a tu madre, que llamaba a tu tío. Él sin dejarme de penetrarme, le gritó, “Ya voy cuñada, termino de darme un chapuzón y voy”, yo me mordí los labios para que no saliera ningún gemido, sin embargo, al escuchar ese comentario, reí.

Yo: ¿Y no te oyó mi mamá?

Lorena: Quizás, pero de seguro no sospechó que su cuñado me estaba reventando la vagina a pollazos. “Vaya chapuzón que se está dando tu pene”, le dije, él levantando mi cuerpo ligeramente, susurró, “El mejor en años, nena”, haciendo que me venga una vez más. Domada por ese hombre y verga madura, disfruté de sus últimas estocadas hasta que se corrió, bañándome todo el cuerpo con su semen. Acercó su polla y yo me la comí entera dejándosela reluciente. A él se le levantó tras esa chupada, yo cachonda me di vuelta y le ofrecí mi cola, tu tío apego su verga entre mis nalgas y me dijo que tal vez tenía unos minutos más, justo entonces escuchamos tu voz y que acercabas a la piscina. 

“Su relato me había excitado mucho, quizás era el morbo de toda la situación y volví a embestir con furia, haciéndola chillar y le pregunté si prefería mi pene o el de mi tío, ella respondió que los dos, no obstante en ese instante solo quería disfrutar de mis 20 centímetros. No me detuve hasta rellenar ese culito tal como lo había hecho con su coñito. Después de un descanso, ambos seguimos follando en la cama, hasta que nuestros cuerpos no pudieron más. Al despertar y verla en mi cama, sonreí de alegría, más cuando vi que abrió sus ojitos.” 


“Sin embargo, la reacción de Lorena no fue la que yo esperaba, su cara de fue de espanto y arrepentimiento, levantándose de la cama, salió para ir por su ropa. Yo la seguí y le dije que no tenía que irse, ella se negó, repitiendo una y otra vez, que lo que habíamos hecho fue un error y que no se iba a repetir. Pasaron cerca de tres semanas en la que no nos vimos, aun así me llegó la noticia de que se fue a vivir con Martín, al día siguiente, de lo que pasó entre nosotros.” 


“De hecho ella volvió a hablarme para comunicarme de que estaba embarazada de Romina, no niego que me ilusione que tal vez el bebé que ella esperaba era mío, pero esa misma noche comprendí que no lo era. A pesar de eso, Lorena volvió a ser mía, durante muchas noches y siempre me quedé con la duda, si ella me amaba realmente o solo fui un pasatiempo y un consuelo.”

Eduardo dejó de pensar en aquellos eventos y se levantó de la cama, caminó hasta la ducha en donde se bañó y luego se vistió, bajando al primer piso. Ahí se encuentra con Lorena, ambos al verse sonríen y se abrazan. Había pasado mucho tiempo, desde la última vez que ellos habían estado a solas, mientras los dos desayunaban, la madura se da cuenta que su amigo andaba algo distraído y se lo hace saber, él mirándola fijamente, le murmura, que solo recordaba de aquella vez en que ambos rompieron su promesa.  

Lorena: Ya veo, pero eso no importa ahora, si te vas a casar. 

Eduardo: (Sonríe) Si no me hubieras rechazado tantas veces, no habría sufrido buscando a una mujer que me logré sacarte de mi cabeza. 

Lorena: Pero lo hiciste. 

Eduardo: ¿Y si ella no es la indicada?

Lorena se quedó en silencio, viendo como su amigo se aproximaba a ella. 

Eduardo: Todavía recuerdo cada una de esas noches en la que nos veíamos a escondidas del estúpido de Martín y cogíamos. 

La nostalgia parecía estar afectando a los dos, abriendo sus labios, se besan tiernamente, pero a medida que pasaban los segundos, se hacía más ferviente. Las manos de Eduardo recorrieron esas curvas y las de ella sobaban esa entrepierna en donde se realzaba un bulto. Ambos se entusiasmaban no obstante, al escuchar unos pasos, se separan justo a tiempo. Romina entra a la cocina y ve que tanto su madre como Eduardo, tenían un rostro de espanto. 

Romina: ¿Qué pasa? ¿Vieron un fantasma o qué?

Lorena: Na-nada hija, solo estábamos recordando con tu tío.

Romina: ¿Recordando?

Eduardo: Sí, viejos momentos de locura. 

Romina: (Ríe) Siempre me he preguntado, qué hacían ustedes a mi edad. 

Ambos adultos se miran con cierta incomodes.

Lorena: Bueno, los dejo, me tengo que ir.

Dijo la Milf, buscando una salida rápida de esa situación.

Romina: ¿A dónde te vas tan temprano mamá?

Lorena: A despedirme de una vieja amiga. 

Romina: ¿Vieja amiga?

Lorena: Sí, Perla. Si quieres luego te hablo de ella o dile a tu tío Eduardo que lo haga. 

La mujer se despide de su hija y de su amigo, al darle a este último un beso la mejilla se sintió confundida. Eduardo por su parte, empezaba a cuestionarse si era posible sacarse a esa hembra de su cabeza. Entonces, la joven se sienta en donde estaba la madura y acercándose a él, le murmura, –“Disfrute mucho lo de anoche, tío”-, él se voltea a mirarla y le sonríe, –“Yo también, preciosa”- le contestó.  

1 comentario - Deseo Prohibido. Capítulo Vl: (Arreglado)