Con las bolas hinchadas Ballbusting

Tras mi primer experiencia con el Ballbusting a manos de una hermosa mujer que presta sus servicios en un afamado men’s club de San Luis Potosí en México, pasaron algunos meses antes de que volviera a incursionar con este fetiche. Jamás se lo había contado a nadie hasta ese momento y curiosamente fue de manera accidental que pude volver a probar este extraño placer.

Era un fin de semana más como cualquier otro, mi novia y yo teníamos planeado asistir a una fiesta de cumpleaños de una amiga suya y pasar la noche juntos en un motel cercano. Nos vimos desde un par de horas antes para realizar algunas compras, y sabiendo que esa noche estaríamos juntos no podíamos evitar el estarnos provocando. A ella le gusta tocar mi pene todo el tiempo, sentir como crece y se pone duro y sobarlo para mantenerme en un estado de constante excitación. Desde el momento en que pase por ella, empezó a tocarme en el auto, parando solo en donde teníamos que bajar a comprar. Para cuando llegamos con su amiga yo sentía mi pene a punto de explotar de excitación, sin embargo, dejamos el acto principal para la noche.

La fiesta inicio temprano y desde el principio el alcohol se hizo presente en forma de mojitos, a la fecha no puedo recordar la cantidad que tomamos pero estábamos bastante ebrios y con demasiadas ganas de coger por lo que nos salimos mucho antes que la fiesta terminará. Afortunadamente el motel dónde pasaríamos la noche estaba a muy pocas calles y no tuvimos problemas para llegar.

Apenas entramos a la habitación no pudimos contener más el deseo, y empezamos a tocarnos desenfrenadamente, mis manos fueron directo a sus pechos a estrujarlos como tanto le gusta a la par que ella se restregaba contra mi erección que ya palpitaba urgida de liberarse para estar dentro de ella. Nos desnudamos sin dejar de tocarnos ni un momento y saltamos a la cama. Casi de inmediato ella bajo y sin mayor aviso se metió por completo mi pene en su boca, subiendo y bajando con movimientos lentos a la vez que succionaba con fuerza, fue en ese momento que sus manos empezaron a jugar con mis testículos, sobándolos suavemente al mismo ritmo con el que subía y bajaba con su boca. De momento, por una simple casualidad, tomo mis testículos en su mano, el alcohol no le permitió medir su fuerza correctamente y les dió un fuerte apretón, mi cuerpo respondió inmediatamente con una descarga de placer que me recorrió todo el cuerpo, causándome espasmos en las piernas y un súbito palpitar en mi pene que ella noto dentro de su boca. -“Así, vuelve a apretarlos así de fuerte” - le pedí y ella no lo dudo ni segundo y los volvió a estrujar en su mano mientras seguía succionando, gemí de un placer tan intenso que hizo que ella los volviera a apretar más fuerte aún, y al soltarlos por puro juego les dio una fuerte palmada, a diferencia de los apretones sentí un poco de dolor por el impacto, pero también placer y le pedí que los golpeara de nuevo, más fuerte una y otra vez. Ella accedió y empezó a darme palmadas cada vez mas fuertes y mas continuas, su boca nunca dejo de succionar y recorría mi pene casi desde de la base a la punta deslizando lentamente sus labios sobre toda su extensión, mi cuerpo no se podia controlar, el placer y el dolor se volvieron cada vez más intensos. El alcohol tuvo un efecto afortunado en ese momento, me estaba permitiendo soportar impactos que en otras circunstancias me habrían doblado de dolor, así que cada vez le pedía que golpeara mas fuerte hasta que le pedí que lo hiciera a puño cerrado. Ella se extraño y le preocupo lastimarme pero accedió y tomando mi pene en una mano, empezó a darme puñetazos en las bolas, primero muy lento y suave pero al ver que los podía tolerar fue incrementando la fuerza hasta dar verdaderos golpes que se hundían en mi escroto provocándome un dolor casi tan intenso como el placer que generaban. Sin embargo, decidió detenerse por miedo a lastimarme. Sin darnos cuenta, para ese momento llevábamos mas de una hora jugando, para ese momento mi pene y mis testículos palpitaban fuertemente, urgidos de descargar todo el placer que habían acumulado con tanto castigo.
Ella se subió sobre mí y sin perder mas tiempo se sentó introduciendo mi pene en su cuerpo en un solo movimiento, no fue difícil ya que su vagina estaba muy húmeda todo el tiempo que estuvo jugando con mis bolas yo hice lo propio con su clítoris. Com una mano apretaba sus pechos y sus pezones que también ya estaban duros, y con la otra estimulaba su clítoris rozándolo fuertemente mientras ella se movía sobre mí. Nuevamente el alcohol jugó a nuestro favor y me permitió aguantar su fuerte vaivén a pesar de la excitación acumulada en el juego previó. Ella no aguanto más y se descargo sobre mí, contrayendo con fuerza su vagina logrando que yo me viniera al mismo tiempo que ella y se fusionaran las contracciones de ambos en un orgasmo mutuo. Nos mantuvimos inmóviles unos segundos y después se levanto, mi pene seguía rígido y palpitante y mis testículos exigían descargar más para aliviar el dolor del castigo recibido. Le pedí ponerse en cuatro para penetrarla desde atrás, ella se giró y entré de inmediato para aprovechar la erección. Ella seguía un poco apretada tras el orgasmo anterior, y lo aprovechamos para generar el máximo roce entre sus paredes y mi pene. Con tanta estimulación terminamos una vez más a la par pero no me detuve y la seguí penetrando para ligar un orgasmo con otro. Terminé dentro de ella por tercera vez y me salí. A ella le faltaba un poco para el tercero así que procedí a jugar con mi lengua estimulando su clítoris de arriba abajo e introduciendo dos dedos en su vagina haciendo movimientos para presionar su punto G. Terminó rápidamente, descargando su orgasmo en mi boca y con fuertes espasmos en todo su cuerpo. Finalmente nos recostamos abrazados, desnudos y aún ebrios, nos venció el sueño de inmediato.

Al despertar, comencé a sentir una sensación extraña que emanaba de mis testículos, era dolor, fuerte y constante. Los toqué y estaban rígidos y extremadamente sensibles, señal de que estaban muy inflamados. Al principio la sensación era muy fuerte como si me acabaran de dar un impacto, tuve que sobarlos un poco para disminuir la hinchazón. Ella se preocupo por verme así y entonces caímos en que el alcohol nos había hecho exagerar un poco el maltrato que les dimos.
Estuve casi 2 días con la sensación de dolor agudo y por ratos les colocaba cosas frías encima para aliviar el dolor y la inflamación. Fue una experiencia muy dolorosa, pero que me sirvió para confirmar mi gusto por esta sensación y para incorporar esta práctica a nuestra intimidad.
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Espero les haya gustado el relato, es una historia real con mi pareja de hace algunos años cuando recién empezaba a explorar este fetiche. Poco a poco he ganado resistencia pero aún hoy hay días que termino con un fuerte dolor en los testículos y con hinchazón de un par de días.
Si alguna mujer tiene intenciones de realizar esta práctica, con gusto estoy abierto a resolver dudas o dar recomendaciones.
Sin más les dejo algunas fotos de mi perfil para que me conozcan, soy un hombre común, 1.78 m de altura, 79 kg de complexión regular. Mi pene es de 14 cm lo que es el promedio en mi país, si gustan ver más visiten mi perfil y dejen comentarios por favor.

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