Raquel tuvo su sesión bondage

Aprovechamos que el marido de Raquel tenía un campeonato de póker esa noche para irnos los dos a pasarlo muy bien a una habitación bondage. Esta iba guapísima con un vestido negro ajustado, sin mangas, con la falda hasta medio muslo y unas medias negras finísimas y transparentes. Abrí una botella champagne que había y brindamos por una noche deliciosa.
Nos empezamos a besar y acaricie su culo. Nos sentamos en un sillón, ella encima de mí, lateralmente. Ahora la acaricie las piernas, maravillosas con esas finas medias. Me ponía mucho ese tacto y la besaba más apasionadamente. Mi mano se introdujo por dentro de la falda llevándose una sorpresa al descubrir que las medias acababan casi donde empezaba el vestido. Metí más la mano y comencé a acariciar su coño tapadito por el tanga. Luego lo metí por un lateral y comencé a masturbarla.
Mi otra mano subió por su espalda hasta llegar al cuello. Comencé a bajar lentamente la cremallera trasera del vestido, mientras la besaba el cuello y las orejas. Comencé a bajarla el vestido, dejándoselo por la cintura. Entonces descubrí que llevaba un body negro, muy sexy. De tirantes finos, con aro, con encaje y transparencias, en líneas para muchas direcciones, en todo el, menos el sujetador. La espalda estaba al descubierto, salvo la tira del enganche del sujetador. Nos seguimos besando y acaricie sus pechitos y el resto de su cuerpo.
Nos levantamos y tire del vestido para abajo para quitárselo completamente, viendo el pequeñito tanga en el que acababa el body y el encaje de la liga de las medias. Le até las manos a la espalda y la puse una mordaza con bola en la boca. Subí sus manos un poco y comencé a azotarla en el culo con una fusta corta pero ancha. Empecé suave y poco a poco los golpes eran más secos y fuertes. Solté la fusta y empecé a azotarla fuerte con mi mano.
Cogí una cuerda y se la ate al cuello. Me puse detrás de ella y comencé a acariciarla de arriba abajo. Desabroché el body por los botones del tanga y se lo subí hasta dejárselo por encima de los pechitos. Se veía preciosa con el coño y los pechitos al descubierto. Pellizque y tire de sus pezones, fuerte.
Me senté en una silla delante de ella. En una mano llevaba una fusta larga con la que empecé a golpear sus muslos. Con la otra mano volví a masturbarla. Fui golpeando con la fusta otras partes como los pechitos o la cara. Cogí otra fusta distinta, está más corta y con muchos pelos. Tiré de la cuerda para abajo y la volví a golpear cara, pechos y culo.
Me levanté y senté a Raquel en la silla. Le quité la cuerda del cuello y cogí dos más cortas para atar sus piernas a la silla por los tobillos. Me coloqué detrás de ella y volví a pellizcar sus pezones. Tiré fuerte de ellos y la di unas tortas en ellos. Volví a coger la fusta larga y golpeé suave los pezones, ya duritos.
Me arrodillé entre sus piernas y la comí el coño. Estiré mis manos y volví a pellizcarla los pezones. No pare de jugar con mi lengua hasta que se corrió en mi boca. Entonces me levanté y la di un par de tortas. Le quite la mordaza y nos volvimos a besar. Agache la cabeza y mordisquee sus pechitos.
Me desnudé y volví a colocarme frente a ella. Agarre la cabeza a Raquel y se la incline, para dejarla a la altura de mi polla. Comencé a restregar mi polla por ella y esta comenzó a ponerse dura. La abrí la boca y comencé a follársela. Según se me ponía mas dura, se la follaba más fuerte.
Desate los pies a Raquel y la tumbe en una alfombra, tras volver a ponerla la mordaza. Le ate los pies juntos y la coloque bocabajo. Me puse de rodillas al lado y la azote fuerte. Abrí su culo y se lo masturbé con dos dedos. La coloque a gatas, pero como seguía con las manos atadas a la espalda, su cara estaba apoyada contra el suelo. Cogí una fusta y volví a golpear su culo y la espalda. Me puse un condón y me tumbé a su lado. La giré y metí mi polla por su coño. Empecé a follarla duro, con una mano agarrando su cintura y la otra tirando de su pelo. Durante todo momento, arrime mi cabeza a su oído y la dije guarradas. La coloqué nuevamente a gatas y me puse encima de ella. La folle el culo, mientras con mi mano, aplastaba su cabeza contra el suelo.
La coloque sentada en el suelo y la quita la mordaza. Volví a agarrar su cabeza y follar duro su bocaza, tras quitarme el condón. Cuando me corrí, la aprete fuerte conta mí, metiéndosela hasta la garganta y llenándola la boca de mi semen. Esta tuvo varias arcadas y apenas podía tragarse mi semen, por lo que al sacar mi polla salió bastante de su boca, manchando su barbilla y cayendo al suelo.
La deje respirar un poco, antes de hacerla que me limpiara la boca con otra mamada, más suave.

La desate entera y la lleve a otra zona de la habitación. La coloqué de rodillas, atándola los brazos a una cadena del techo, estirados hacia arriba, colocándola un cinturón metálico anclado con cadenas al suelo y puse unos grilletes en los pies que la permitía separarlos un poco. Coloque otra mordaza en la boca de Raquel, pero esta lo que hacia era abrirla la boca y forzársela, haciéndola mas grande aun de lo que ya la tiene.
Cogí un vibrador que la había pedido que llevara y se lo metí en el coño, activándolo a la máxima velocidad. Cogí una fusta de muchas y largas puntas y le azoté fuerte en la espalda y culo. Me arrodillé y volví a acariciar y morder sus pechitos. Me levante y folle la boca despacio, metiéndola por el agujero de la mordaza. Se la acabe quitando para follársela más fuerte.
La desate y la lleve al potro. La tumbé en él y la volví a atar las manos, esta vez delante y a una anilla del potro. La ate con un cinturón que tenia el potro y esta quedo en una posición maravillosa para azotarla, lo cual hice. Me coloqué delante de ella, esta abrió la boca y se la volví a follar, despacito. Estire mi mano y acaricie su culo. Acabe metiendo un dedo y masturbándoselo. Al poco, me coloque por detrás y golpee su culo con mi polla. Me puse un condón y se lo empecé a follar. Empecé suave para acabar duro. Posteriormente, cambié a su coño e hice lo mismo. Raquel no paraba de gemir de gusto. La metí el vibrador por el culo y seguí follándola el coño. Esta gemía cada vez más fuerte.
La desate y la lleve a una maquina donde ella se sentaba, la ataba los brazos estirados en cruz y los pies los ataba por los muslos con las piernas levantadas contra su pecho. El vibrador seguía en su culo y yo la masturbaba rápido el coño. Me coloqué de rodillas entre las piernas y la volví a follar. Esta se corrió y cambie el vibrador, metiéndoselo por el coño. Entonces la folle duro el culo. No pare hasta que me volví a correr, ahora dentro de su culo. Entonces saque mi polla, me quite el condón y Raquel me la volvió a mamar para limpiármela.

Fuimos nuevamente al sillón donde nos besamos y bebimos una copa mas de champagne. Tras este rato de relax, la lleve hacia el columpio. Le ate con las manos a la espalda nuevamente y con una de sus piernas elevada. Me puse frente a ella, nos besamos y acaricié la pierna elevada. Cogí unas pinzas y las puse en sus pezones. Raquel soltó unos gritos de dolor y entonces la di unas tortas.
Ordene a Raquel que se inclinara y me comenzara a comer la polla. Primero me lamio el glande para acabar con toda ella dentro de la boca, ayudada por mi mano, que empujaba su cabeza. Cuando la tuve durísima, me puse un condón y me coloqué detrás de ella. Metí mi polla en su coño y follamos. Una de mis manos acariciaba el muslo de la pierna elevada, y la otra mano entraba casi entera en su boca.
La lleve a la cama y ate sus manos, en cruz, al cabecero. La puse a gatas y su cabeza quedo contra la cama. Cogí una larga fusta y la golpeé la cabeza, espalda y culo. Me puse detrás de ella y volví a follarla el culo.
La gire y la ate igual, pero ahora tumbada boca arriba. Me arrodillé entre sus piernas y la comí el coño. Cuando me aviso que iba a correrse, metí mi polla hasta el fondo y me moví en círculos hasta que ocurrió.
Me tumbe sobre ella y seguimos follando. Mis manos acariciaron fuerte sus muslazos, con el tacto delicioso de las medias, y nos besábamos. La volví a llevar al potro y la tumbé boca abajo, esta vez sin atar. Abrí bien sus piernas y la follé duro culo y coño. La tumbe ahora boca arriba, coloque una de sus piernas en mi hombro y la volví a follar el coño, a buena velocidad, sin parar hasta que me corrí dentro.
Saque mi polla, me quite el condón y Raquel me hizo una nueva mamada, arrodillada en el suelo.

Tras un nuevo rato de relax en la cama tumbados, besándonos y acariciándonos, fuimos al baño a darnos una duchita. Allí dentro no pudimos hacer mucho, pues Raquel no quería mojarse el pelo.
Nos acabamos de tomar el champagne, mientras nos besábamos y acariciaba sus piernas, antes de irnos del hotel.

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