La amistad es lo único que no se pierde

La amistad es lo único que no se pierde

Parte 3. El momento más excitante

La amistad es lo único que no se pierde
Foto ilustrativa. Mia Malkova

Podría haber acabado, y no me avergonzaría decir que no duré casi nada ante una paja, porque realmente era un momento muy excitante, y sentir la mano de mi MEJOR AMIGA rodeándome la pija era demasiado, pero por suerte pude contenerme, y no sólo contenerme, sino que pude alargar ese momento, algo que claramente hizo que memorizara más toda la situación pero que además pueda notar algo que luego usé para mi beneficio.

Amalia seguía moviendo su mano, arriba y abajo. Notaba que en su cara seguía esa picardía. Y se acercaba cada vez más, apoyando sus pechos sobre mi brazo y mi hombro

- Tienes buen aguante - me dice

- No sabes el esfuerzo que estoy haciendo para contenerme - le dije mirando e implorando un poco de piedad

- Pero por qué te contienes?

- Quieres que me venga?

- Por supuesto... eso es hacer una paja, no?

Me sonreí

- Ya probaste tu punto. Eres capaz de hacerme una paja para hacerme quedar, puedes dejarlo en eso y ya

- Noo! Quiero terminar con lo que empecé

- En serio quieres que me venga?

- Sii! - me dice con entusiasmo

Y para demostrar eso, me agarró un poco más fuerte la pija y apuró un poco más los movimientos
Claramente eso hacia que mi excitación aumentara

- Pero si me vengo voy a ensuciar todo! - le dije

- A mi no me importa - me contestó

Y para seguir demostrando que estaba decidida a terminar la paja con una buena corrida mía, decidió sentarse a mi lado, con las piernas cruzadas, y utilizar ambas manos para pajearme, alternaba los movimientos con una y con otra
Sentir una mano alrededor de mi pija fue muy excitante, sentir las dos fue casi como la gloria. Era una sensación muy excitante, y claramente me estaba haciendo perder la cabeza, y la batalla por contener mi eyaculación

- Ok - le dije - si no te importa que acabe, lo haré, pero antes me acomodaré bien porque no quisiera enchastrarme todo

Asi que aparté la tablet sobre la mesita de luz que tenía cerca a la cama. Me saqué la remera, y bajé hasta mis rodillas mi boxer y mi pantalón

Hice los movimientos tan ágiles que un poco la descoloqué a Amalia, pero rápidamente retomó los movimientos manuales que estaba haciendo, aumentando mucho más la velocidad

Yo ya estaba llegando al punto máximo de excitación. Tenía los ojos cerrados. Pero decidí abrirlos una vez más. Y fue en ese momento donde vi ya no sólo picardía en la cara de Amalia, sino también excitación. Si, Amalia estaba excitada por la situación, se le notaba los ojos brillantes, mirando con lujuria mi pija, y no dejaba de mirarla por nada
Guardé esa información en mi cerebro, y volví a cerrar los ojos, y me dejé llevar por la excitación

Viendo que mi eyaculación era inminente (o sintiéndola tal vez), Amalia se volvió a echar a mi lado, y decidió seguir con la masturbación pero sólo con una mano. Volvió a ponerse a mi lado, apoyando sus pechos otra vez sobre mi brazo, acercó su boca a mi oído y me dijo:

-Venite para mi, bebé

Esa frase me pudo, y mi eyaculación explotó. Un primer chorró salió y cayó a mi pecho, otro dos salieron y llegaron a mi abdomen. Uno fue a parar a la remera de Amalia, y luego vinieron los demás. Chorroa y chorros de caliente y blanco semen, que llenó la mano de Amalia, y se escurrió por todo mi pubis

Abrí los ojos. Estaba respirando agitadamente. Amalia me miraba satisfecha. Comenzó a jugar un poco con mi semen, no dejando que cayera sobre las sábanas de la cama

- Si me ensucias las sábanas, las vas a lavar eh!

Yo me sonreí

- Entonces ayúdame para que no pase eso. Alcanzame alguna servilleta o algo

Amalia se paró, y fue a traer una servilleta que estaba sobre el escritorio que estaba cerca a la parte inferior de la cama

Me ayudó a limpiarme. En un momento se comenzó a reir

- Nunca pensé que algo como esto podría pasar entre nosotros

- Yo tampoco me lo imaginé... y menos iba a pensar que me ibas a ayudar a limpiarme

Me golpeó el brazo con su mano
Yo me sonreí

- Tampoco exageres... pero te vas a quedar, no? Yo cumplí con mi parte, vos también vas a cumplir, no?

- Si, obvio. Fue una muy buena paja, asi que me quedo para ver una peli a la noche

- Quedate a dormir, porfa! - me dijo con esa carita de nena, suplicándome

- Pero, me hacer algo rico de cena? - le pregunto

- Obvio... para ti, lo que sea - me tiró esa y casi que me vuelvo a excitar

- Eso si, guardate la pija que de seguro Franco ya esté por llegar - me dijo antes de pararse para ir al baño

- Ah si, tienes razón

Terminé de limpiarme. Me acomodé la ropa. Llevé a tirar las servilletas. Amalia salió del baño luego de lavarse las manos. Yo me dirijí al baño para lavarme las manos también
Y mientras me lavaba, Amalia comenzó a sacar cosas para cocinarme. Cuando terminé de lavarme, salí a ayudarla

No pasó ni 10 minutos, y se escuchó el ascensor detenerse en el piso donde estaba el departamento. Al parecer, Franco acababa de llegar

- Menos mal terminamos antes, no? - le dije a Amalia

Solo atinó a sonreirme

Cenamos los tres una rica pasta con salsa de tomate

Franco y Amalia vivian en un departamento con un solo cuarto. Cuando yo me quedaba a dormir, dormía en el mismo cuarto pero en el sillón que tenían dentro. Cuando se separaron Franco y Amalia, dejaron de dormir juntos, asi que Amalia dormía en la cama y Franco en el sillón

Ese día no sabía dónde iba a dormir y dudé en preguntar, pero cuando ya estábamos por echarnos Amalia me dijo que hoy dormía en la cama

- Segura? - le digo

- Si, obvio. Tú eres la única persona que confío tanto como para dejarla dormir conmigo

Eso me alegró. En verdad, habiamos construido una linda amistad

En el cuarto además habia un escritorio con la computadora de Franco, que generalmente la usábamos para ver películas
Ese día pusimos una de terror. Apagamos las luces y comenzamos a verla
Pasados 30 minutos de la película, Franco ya se habia quedado dormido en el sillón. Generalmente hacía eso
Seguimos viendo un poco más la película, y en un momento me acordé de la carq de excitación de Amalia mientras me pajeaba. No sabía si preguntarle por este detalle, pero me armé de valor y le dije

- Te excitó la paja que me hiciste, no?

Me miró, entre sorprendida y riéndose

- Por qué preguntas eso?

- Porque te vi excitada

- Sssi, me excitó un poco - me dijo dudando

- Y sigues excitada?

Me volvió a mirar y ahora cambió la cara, puso cara de victoriosa y pícara, esa cara que ahora siempre que la veo me pone a mil

- Puedes comprobarlo - me dijo

Y me dió el pie a seguir ampliando ese límite de nuestra amistad...

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