Terapia con mi madrina V

Quiérase o no las cosas se habían descontrolado, un padre con un amante, una madre que daba por finalizado su matrimonio, un hijo morboso y complice y yo que no sólo había tenido problemas con mi padrino sino que también me estaba cogiendo a su esposa, mi madrina. Un breve resumen introductorio del hermoso desastre que se avecinaba.

De un día para otro mi madrina apareció con un auto nuevo, un 147, impecable estética y mecánicamente. La noticia fue recibida con alegría por Martín y yo, a mi padrino le era indiferente y a mi mi madrina eso no le importaba, total era el dinero de ella que había ahorrado. Salimos a dar unas vueltas los tres, como Martín y yo sabíamos manejar nos permitió dar unas vueltas en el mismo a cada uno. Adrián no estaba más así que en cierto momento de privacidad entre abrazos y besos la felicité, ambos estábamos calientes todo el tiempo así que como no advertíamos la presencia de nadie empecé a meterle unos dedos dentro de corpiño para tocar sus pezones, ella observaba a todos lados mientras yo me divertía. Metí las manos dentro de su calza también para poder tocarle un rato el culo, Martín estaba en su cuarto pero si era por mí la cogía ahí nomas, ella no era tan arriesgada.

Esa misma noche Victoria se vino a dormir con Martín y yo, se puso en el medio ya que esa noche no quería dormir con Adrián, la tele continuaba encendida pero en silencio, él siempre dormía así. Mi madrina miraba hacía mi, así que la abracé un rato, Martín miraba con asombro como esperando alguna jugada mía, yo sólo la acariciaba por la cintura, de a poco bajé la mano para tocarle un poco el culo, ella no decía nada, apenas le levanté un poco el camisón y ella frenó la mano. Se dió vuelta rápido pero Martín cerró los ojos enseguida, yo le mostré que "dormía profundo"; ella se acomodó en mi pecho y procedí a levantarle el vestido para dejar su culo al aire libre, sin ropa interior, ella jugaba con mi pecho y abdomen. Ya Martín miraba y con algo de lentitud llevó su mano a la pija por debajo de la sábana; si él quería espectáculo lo iba a tener, en un apretón le separé las nalgas a Victoria, como un brazo la tenía contra mi pecho tenía que hacer todo con la otra, desde sacarle una teta afuera hasta jugar con su concha. Estaba mojada, toda la humedad iba inundando mis dedos, ella no tardó mucho en sacar mi pija y pajearme, mi madrina trataba de no perder el control pero una mujer muy distinta cuando se entregaba a su calentura. Martín trataba de no moverse pero tampoco quería perder detalle, le pedí a mi madrina que la chupe, no lo pensó dos veces, ni siquiera se giró a ver si Martín dormía. Acomodó la cabeza y empezó a chupar, era una chupada tranquila, ella quedó con el culo apuntando a Martín que seguro ya tendría parte de la vista de su concha, bien de cerca. Tan sólo para aumentar el morbo le metí un dedo en la concha y jugaba con él. Para mi desgracia (y la de Martín) sentimos unos pasos en el pasillo que hizo que se acomode rápidamente. Luego nos dormimos porque ella no quería tomar más riesgos. Al otro día Martín me encaró a solas.

_ Hijo de puta hiciste que mi vieja te chupe la pija delante mio
_ ¿Qué? ¿Me vas a decir que no te divertiste? ¿o tenías la mano en la pija por otra cosa?
_ No... no pensé que te ibas a animar a tanto... ¿cómo se sentía?
_ Muy lindo la verdad, te diría más pero capaz te lo tomás a mal... no sé
_ ¿Qué? ¿Qué cosas? ¡decime!
_ No mucho más, solo que... bueno, ella es muy buena usando la boca
_ ¿La chupa bien? ¿le acabaste en la boca?
_ La verdad la chupa muy bien, le pone dedicación, se ve que le gusta... Y sí, una vez, una vez sola le acabé en la boquita, pero escupió.... ¿Pudiste ver bien el culo? tanto que te gusta.
_ Sí, tiene un orto hermoso, hasta la concha se le podía ver bien.

Intercambiamos unas palabras más en su cuarto, el ya ni disimulaba su erección, se fue al baño y tardó algo, claramente para desahogar sus pensamientos dedicados. Las cosas en su casa no iban bien, el clima era tenso, mis padrinos ni se dirigían la palabra, Adrián ni pasaba tiempo en la casa y después de nuestro altercado ni me hablaba por lo cual había despertado la sospecha de mi madrina pero a ella ya no le importaba. Llegaba el fin de semana y Adrián se fue con un fin de semana "con sus amigos", ni Martín, ni mi madrina ni yo nos creíamos eso; aún así era la oportunidad para tener mejor sexo con mi madrina y probablemente una situación positiva para el pajero de su hijo. Nos cruzamos con mi madrina en el patio.

_ Me dejaste caliente la otra noche, me quedé re duro de esa chupada madrina.
_ Ya era peligroso ahijado, se podía despertar Martín, se escuchaban pasos y ya era demasiado lío si entraba Adrián.
_ Sï, te entiendo, por eso este finde es nuestro, esta bien te quiero coger en todos los lados de la casa
_ ¡Ahijado!
_ ¿Qué? me parece que es hora de sincerarnos ¿no? ya terminó la práctica, con vos tengo piel, y yo sé que te gusta, para vos tampoco es práctica
_ Bueno... sí... pero sigue estando Martín... ¿Qué va a decir si nos ve?
_ No creo que mucho... ya sabés que él quiere que lo hagas cornudo
_ Sí ya sé, pero no es lo mismo, se conocen de toda la vida ustedes, aparte no creo que quiera saber que yo tengo sexo
_ Mirá, no le demos vuelta a ese asunto, en un rato tu pibe se va a lo de una amiga, creo que ahí vamos a tener un rato.

Apenas Martín se fue no quisimos perder tiempo, yo por dentro intuía que era una treta de él para dejarnos solos y tal vez espiarnos. Yo ya estaba desnudo con la pija parada acostado, esperaba que mi madrina se termine de bañar, entró desnuda secándose el pelo. Ni bien me vió tiró el toallón en el suelo y gateando se acercó hasta mi pija, se sonreía y agarrando mi pija me la chupaba despacio, me miraba mientras se metía lo que podía de mi pija en la boca. No pasó mucho hasta que me puso un preservativo y la chupó unos minutos más, el mensaje era claro: "cogeme que no aguanto más, ponémela por favor".

La abrí de piernas y me tiré encima para vivenciar una vez más esa vagina apretadita y calurosa que bañaba en fluidos mi dura pija. Estaba inspirado así que la bombeaba con ganas mientras ella ahora sí soltaba grandes gemidos, estuvimos así un rato hasta que terminamos el primer polvo, fue corto pero intensó y apasionado. Yo pensaba que quizá en algún lado estaría Martín espiando o escuchando, sintiendo como su madre era cogida y disfrutaba. Me fui a limpiar al baño pero no ví a nadie, al volver mi madrina seguía acostada, sabía que debía esperar unos minutos para que se me pare de nuevo pero no podía desaprovechar la oportunidad y le chupé la concha, quería que tuviera tanto placer como pudiera. La miré después de un rato de comérsela y le dije "hoy quiero la cola", ella no dijo para pero apenas se me puso dura volví a penetrarla en cuatro, estábamos demasiado calientes y se nos olvidó usar un forro pero qué más importaba. Luego de un rato se lo pedí de nuevo, quería su culo, ella sacó lubricante de la mesita de luz y me lo dió. Sabía que su culo tenía recorrido así que no tendría tanto problema, le metí un dedo un rato para probar. Sentí que tenía la cancha para mí, me llené de lubricante la pija y su culo, apoyé la verga en su mano y de a poquito fui empujando, ella largaba grititos de dolor o de placer, o ambos. Llegó el momento que logré meterla toda, de a poco la fui cogiendo cada vez más fuerte mientras ella decía "me estás rompiendo el orto" o "soy tu putita". Todo el polvo fue en cuatro, ella se pajeaba hasta que le dije que le iba a llenar la colita de leche, empezó a pedirme que le acabe; fue mágico sentir cómo le iba dejando todo adentro y se la saqué recién cuando sentí que me había vaciado todo adentro de ella, era increíble separarle las nalgas y ver ese culo dilatado por acción de mis penetraciones, apenitas salían unas gotas de semen. Volvimos a ser madrina y ahijados normales porque iba pasando el tiempo y ella no quería ser descubierta por Martín.

La misma noche Martín cayó con dos botellas de vino y cenamos alegremente por primera vez en mucho tiempo, sin clima de tensión. Su hijo se fue a dormir temprano por efectos del alcohol, yo estaba decidido a probar todo, así en la mesa como estábamos le dí un par de besos, ya no respondíamos a la lógica, pelé la pija y me puse de pie al lado para que me la chupe, ella desesperada me hacía la mamada más salvaje que la haya visto hacer; tras varios minutos sentí que se venía mi acabada, le avisé y ella se quedó quieta una vez más, podía notar como a medida que recibía los chorros de leche se los iba tragando, por fin se la tragaba. Quedé relajado más no satisfecho, ella ya se estaba por dormir, se tomó un tiempo para lavar los platos y dejar todo el comedor prolijamente acomodado, yo sentía que aún debía hacer más.

Tras varios minutos la seguí hasta su cuarto mientras ella se reía de forma pícara, empujé la puerta más no la cerré, si Martín estaba despierto tendría su espectáculo. Nos desnudamos rápidamente y primero le chupé un rato la concha, quería asegurarme de sus orgasmos; tomando el mando se subió encima para cabalgar, estaba cada vez más suelta, no gemía por precaución y le costaba no hacerlo.

Yo estaba acostado recibiendo los movimientos de mi madrina cuando veo en la puerta a alguien parado, Martín, sólo tenía un bóxer puesto y con cara de morboso veía y se pajeaba con fuerza. Entendía que teníamos alcohol encima, pero era una situación tan extraña que no hacía más que calentarme, transpirábamos. La acosté boca arriba y ahí fue cuando ella lo vió, se asustó pero él dijo "sigan... por favor".

Arriba de ella la penetré y ahí largó su primer gran gemido, me miró y me pidió que la coja fuerte; ya no le importaba nada. Martín se sentó en la cama para ver los detalles, como no estaba completamente arriba de ella el podía ver el detalle de cómo mi pija entraba y salía de la concha de mi madrina. Minutos después le avisé que no aguantaba más, que iba a acabar, me apresó con sus piernas sin darme libertad y acabé dentro de ella, Martín acabó con una paja tremenda sobre su torso. Sin decir palabra alguna se fue y nos dormimos con mi madrina. Al otro día me levanté un poco más tarde que ellos y los ví a lo lejos hablando en la cocina, no peleaban ni nada, sólo hablaban, se dieron un abrazo y luego vino a verme, sus palabras fueron directas y me entristecieron.

_ Ahijado, anoche llegamos muy lejos, no era la forma en que lo planeaba. Es hora de cortar, vos ya estás bien, pero hay cosas que no me puedo permitir.

No me dejó lugar a pero ni respuesta, Desayunamos y charlamos como si nada hubiera pasado ni existido, por dentro sentía profundo dolor, pero ante un "no" no hay nada que hacer más que aceptar. Ahí se iba una gran parte de mi vida, tiempo después tendríamos un reencuentro pero eso es motivo de otro relato. Por suerte se separó y hasta se hizo amigo de Adrián recomponiendo la relación desde otro lugar, se volvió a poner en pareja con un hombre del cual no tengo nada malo que decir y así pasaron los años.

Perdón por hacer este relato en varias ediciones pero es de las cosas más especiales que me pasaron en la vida junto a Julieta y otras situaciones que podría narrar después. Desde ya gracias por su tiempo y nos veremos pronto en otro relato.

1 comentario - Terapia con mi madrina V

Drast777 +1
Impecable los relatos