Acercamientos con mi madre I

Mi vida sexual empezó tarde, pero empezó. Una vez que arrancó tuvo sus experiencias buenas y malas, pero para mis 19 años tenía un problema: seguía siendo virgen. Esto tiene motivos muy variados que no vienen al caso, la crianza religiosa, la timidez, etc; pero para ese entonces tenía mi práctica que era la paja, la que me sacaba de los apuros hormonales de la juventud.

El acceso a internet en esa época no era tan común y uno tenía que arreglárselas como pudiera, de hecho mi primer porno fueron las películas soft que daban por cable los fines de semana, esas películas donde no se veían vergas y hasta eran más artísticas. Mi otro primer porno fueron revistas de relatos eróticos que le robaba a un tío; creo que de ahí viene mi pasión por los relatos; en fin, tiempo después encontraría unas revistas de la colección Private que también eran propiedad de ese tío y ahí vería por fin todo tipo de prácticas que desconocía. También empezaría a definir mis gustos, las milfs, el vouyerismo, la bisexualidad...

Era mayo, aún recuerdo bien, mis padres todavía estaban juntos, por pura casualidad se me ocurrió revisar el cajón de mi padre buscando no recuerdo qué cosa y ví una caja de preservativos. Obviamente suponía que mis padres tendrían sexo pero no era algo que ocupaba mi cabeza, la caja estaba abierta y había dos preservativos y un envoltorio vacío. Analicé la caja, la leí, toqué los sobrecitos, ví el lubricante. Nunca se me había ocurrido comprar algunos, me daba vergüenza, tenía ganas de quedarme con algunos pero entendía que podía ser problemático así que desistí de la idea. Esa misma noche daban una soft en el cable, me iría a mi habitación con el volumen bajo a hacer mis cosas.

La monotonía era algo que apestaba en el hogar, siempre, absolutamente siempre lo mismo, y peor teniendo en cuenta que yo aún no encontraba trabajo. Volvía de mi ronda de mañana en la que tiraba currículums por doquier; había comprado cigarrillos para toda la familia, era el vicio de todos así que también pagaban los míos. Mis padres estaban porque sus billeteras estaban en la mesa del comedor pero su puerta se encontraba cerrada, estaría durmiendo un poco supuse. Fumé un cigarrillo y me saqué la remera y tan sólo por curiosidad me acerqué a su puerta y pispié por la cerradura, no veía mucho, tan sólo dos cuerpos desnudos que caminaban, lo podía advertir por la diferencia de sus pieles, entendía que la piel morocha era mi madre y la otra más clara mi padre. Se me aceleró el corazón, quería seguir espiando pese a saber que estaba mal; toqué la puerta avisando que había llegado y que tenía sus cigarrillos, desde adentro mi madre me gritaba que los deje en la mesa de la cocina que ahora se iban a dormir. Me puse un poco raro porque aunque sea me dejaban que los salude, esta vuelta no, entiendo que estaban desnudos pero por lo general mi madre saldría igual con una bata a recibirme.

Me puse nuevamente la remera y un buzo, apagué el cigarro a la mitad y salí despacio al patio del fondo. En ese momento la casa estaba en construcción y mis padres dormían en la vieja habitación, la misma había sufrido los embates del tiempo, rajaduras, problemas en el techo, se me ocurrió que tal vez si me las ingeniaba podría ver algo. Pensaba en subirme por otro lado al techo pero no hizo falta, la ventana tenía una parte de la cortina corrida, suficiente para ver. Había plantas, arbustos y ramas, por primera vez el patio que había dilatado en limpiar tenía una función útil: camuflarme. Sabía que no tenía tiempo así que por las dudas agarré unas hojas más para hacerme de camuflaje (sí, lo sé, suena de lo más estúpido, pero no creo que esta sea la ridiculez más grande que alguien haya hecho bajo efectos del morbo o la paja). Iba con pasos de ninja, me acomodé, de todas maneras no creía que sospecharan que yo estaba espiando. Lo primero que veo es a mi madre desnuda, acostada con las piernas abiertas, su vagina peluda y sus tetas caídas naturalmente hacia los costados. Por otro lado lo veía a mi padre de pie con la pija gomosa y fumando un cigarrillo, ni la miraba. De pronto comenzó a sacudirse la verga buscando una erección completa mientras terminaba el cigarrillo; tenía una pija grande he de admitir. Desde mi lado tenía el corazón latiendo a mil, de a ratos sentía espasmos en la pija como si fuera a acabar, a mi padre no se le terminó de parar pero aún así se colocó un preservativo; le hizo señas a mi madre para que se acerque y ella así como estaba boca arriba se acercó más al borde de la cama.

Mi padre era bastante gordo pero de todas formas se subió encima de mi madre, en pose de misionero, primero se acomodó y de a poco empezó a subir el ritmo de sus embestidas, pese a su deplorable aspecto (y pese a la horrible condición física que sabíamos que tenía) la penetraba con fuerza y profundidad, no había gemidos, no había nada ahí, solo bombeos frenéticos. A los pocos minutos mi padre frenó, había acabado, se quedó unos segundos y sacó su pija ya casi abatida. Me fui rápido y silenciosamente, tenía una mezcla rara: por un lado estaba caliente por haberlos espiado, estaba caliente por haber visto a mi madre en esa situación por primera vez, quería pajearme pero el cuadro era muy deprimente, un polvo que tranquilamente podría haber sido una paja de descarga, sin amor, sin cariño, sin nada. Tomé la desición, la paja borraría a mi padre de la escena y me quedaría solamente con la imagen de ella, desnuda, abierta, esperando quizá alguien que se preocupe por hacerla disfrutar.

Estaba solo una vez más después de algunas semanas de monotonía; me agarró cierto morbo y el bolso de mi madre estaba abierto quién se duchaba. Había vuelto de la calle, en el bolso tenía varios elementos pero uno en particular, una caja de preservativos en el cual quedaba uno solo. Mi mente elaboraba teorías ¿tendría un amante? era lo más probable, pero por dentro lo celebraba, sentía que mi padre lo merecía. Agarré entre mis dedos de nuevo el preservativo que quedaba, creo que me perdí en mi mente porque de la nada sentí escuché "¿Qué estás haciendo Julián?", mi madre estaba de pie con un toallón que le cubría el cuerpo y otro en la cabeza. Vino nerviosa y con algo de enojo, me quitó el preservativo y lo guardó torpemente en su cartera.

_ Mamá...
_ ¡¿Mamá qué?!
_ No que... no quería revisar... solo...
_ ¡¿Sólo qué?! escucho
_ Es que... necesitaba un pre... preservativo... y no me animaba a... a comprar uno

Fue la mentira más rápida y peor elaborada del mundo, pero funcionó, el gesto de su cara se volvió tierno, me pidió perdón, "¿estás con alguien?" preguntó. Yo atiné a decir que sí, que había conocido a alguien y que quizá podría tener suerte, total una mentira más no hacia nada. Mi madre se retiró, pasó como una hora y volvió con dos cajas de preservativos.

_ Julián, tomá, compré en la farmacia, si necesitas más me avisas ¿sí? nunca te quedes sin forros.
_ Gracias ma...

La caja estaba cerrada y tal vez por los nervios no sabía cómo abrirla, mi madre me miró extrañada "¿Sabés como se abre no?". Mi cara tomó un semblante que desconozco pero que a ella le hizo abrir los ojos como nunca, "Tenemos que hablar Julián" me dijo, con el tabaco siempre presente se puso a explicarme detalladamente las cosas a tener en cuenta en un preservativo, incluso abrió un sobre y sacó uno, lo desenrrolló. Mi mente ignoraba sus palabras, era como si sólo pudiera ver sus manos. Miraba para todos lados como buscando algo, revisó un par de lugares y por lo bajo decía "nada tengo, la puta madre".

_ ¿Qué buscas ma?
_ Quería algo para terminar de mostrarte cómo mierda se pone esto, pero nada tengo, la puta madre.
_ ¿Querés usarme a mí? O ... o sea, yo me lo pongo y vos me guías, y me decís si está bien...

Mi madre estaba asombrada, dudó unos segundos, mi padre trabajaba así que eramos ella y yo.

_ Bu... bueno Julián, pero que quede acá eh... dale, hacé como te dije y vemos...

Se ve que mi inconciente había captado sus explicaciones porque igual seguí paso a paso el control de calidad, la apertura del sobre pero ahí me quedé. "Dale, ¿no ibas a probartelo? tranquilo, prefiero que aprendas bien esto, es muy importante". Hasta ese momento no tenía un morbo definido, ni siquiera sabía porqué había propuesto eso pero aún así bajé mis jogging hasta las rodillas, bajé el bóxer y por primera vez estando de pie tenía mi pija casi en la cara de ella, bueno, no tan cerca. Estaba dormida, ella miraba atentamente, traté de ponerme el forro pero no había caso y yo me ponía más nervioso, tanto que comenzaba a tener movimientos torpes, "No Juli, es que así no... tenés que tener una erección, fijate si podés primero eso" acotaba mi madre sin dejar de verme la pija. No sabía cómo hacer así que directamente empecé a sacudirla, tenía una pequeña gota de preseminal en la punta, me saqué la remera que incomodaba. Seguía sacudiendo y hasta a veces tiraba un poco el cuero pero nada funcionaba. Para mi sorpresa intervino ella, con dos dedos agarró mi dormida vergay tiró bien para atrás el cuero dejando expuesto el glande, hacía tiradas de cuero lentas y profundas; no podía creer que la primera mujer que me tocaba la pija era ella. En contra de todo pronóstico mi pija se empezó a parar "ahí está, probá ahora" dijo ella que ya ni me miraba a mí, sólo la pija. Como todo novato, trataba y se me resbalaba, o no podía desenrollar bien, me sentía un idiota. "Así Julián" dijo y agarró el preservativo por la punta apretada, con la otra mano empezó a desenrollar con firmeza el forro por todo mi pene, llegó bien hasta la base, su dedo gordo apretaba mis testículos y el resto de sus dedos mi pelvis. "Así tiene que quedar" sentenció.

Dijo algunas palabras más que no recuerdo como si estuviera dando una clase, ahora agarraba con na mano el tronco de la verga y con la otra apuntaba señalando detalles que no escuchaba. Dos movimientos mientras hablaba, el primero hizo que se retraiga para atrás lo que quedaba de prepucio, con el otro movimiento volvió hacia mi glande. Solo eso bastó para que me traicione la naturaleza y la inexperiencia, me sorprendió la eyaculación, con la pija en su mano empecé a acabar, largué unos gemidos de placer ante su mirada, me agarré de la mesa porque sentí que me vencían las piernas. Ella aún no soltaba mi pija, sólo dijo "Ok... un accidente, no te preocupes, practicamos cómo sacarlo". Yo estaba demasiado relajado, me lo sacó y me explicó que tenía que hacerle un nudo; lo tiró en una bolsa aparte y me mandó a lavarme porque "la higiene post es importante". No entendía porqué había sucedido lo que pasó, ¿una ayuda? ¿Primeros signos de lado más puta? No lo sé.

Quise hacer una introducción porque luego habrá saltos temporales de diferentes situaciones, perdón si fue aburrido, pero era necesario para poder relatar lo siguiente. Para los que leyeron "Visita a mi hermana" tendrán un panorama interesante. Por mi parte prometo continuar, estén atentos para leer cómo a través de los años comienza el despertar de la putez de ella.

3 comentarios - Acercamientos con mi madre I

Fedehot14
Muy bueno amigo, que rico tener la verga en la mano de mamá
leloir2010
Me hiciste calentar mal. Segui con la saga "visita a mi hermana". Me intriga como sigui y de tu mama tambien. Van puntitos