Juegos Raudos

Barby me provocaba por chat, y yo me hacía el distraído.
Cuando estuvimos juntos, la pasamos muy bien, pero por esas cosas de la vida, no habíamos repetido el encuentro. 
Esa mañana me dijo que estaba muy caliente, que me quería coger ahí mismo, en su negocio, y que además quería sentir un plug en su cola.
Le dije que, si tenía paciencia, yo podía estar allí en una hora y media.
Estuvo cinco minutos sin contestar. Justo cuando pensé que me había clavado el visto, me puso “te espero”. 
Hacía unos días que teníamos una idea rondando. Así que cuando llegué le dije que le iba a regalar el plug que quería, si me obedecía lo que quería hacer ahora mismo. 
Me miró, y me dijo que si, que aceptaba. La muy puta sabe que cuando me obedece, la única beneficiada es ella, que recibe más placer. 
Entonces le dije que cerrara el local, y que vayamos a la verdulería más cercana. Allí, le dije, tenés que elegir los tres pepinos más lindos, los que te imagines que te van a entrar en el culo. 
Agarró timidamente uno chiquito, y la amonesté, diciendole en voz alta… ese es muy chiquito.. .necesitamos uno mas grande y más gordo.
Barby se puso roja como un tomate, y la verdulera, si hasta ese momento no había sospechado nada, la escena le había dejado absolutamente claro qué era lo que estaba pasando ahi. 
Compramos, y nos fuimos a su casa. 
Nos besamos la boca, y ella empezó a tocarme por encima de la ropa. Pero la detuve. 
La desnudé por completo y la tiré en la cama. Le pedí que se ponga en cuatro patas, y que se dejara llevar. 
Agarré el primer pepino y me lo puse en la boca. Como si fuera una pija, empecé a lubricarla y a chuparla toda, y después, la invité a compartirla, y nuestros labios se rozaban apenas separados por el pepino que estaba siendo lubricado por mis fluidos y por los de ella.
Traje otro, y le di órdenes precisas: lubricalo bien, y cuando esté bien mojadito, dámelo. 
Mientras tanto, empecé a frotar el primer pepino sobre su clitoris, ella empezó a gemir. 
La secuencia fue más o menos rápida, y más o menos excitante. 
Cuando ella me dijo con voz entrecortada que ya tenía lubricado el segundo pepino, le ensarté el que tenía en la mano en la concha, más o menos unos diez centímetros, y ella respondió con un siiii alargado, gutural.
Pero no la dejé acostumbrarse a nada, porque le di el tercer pepino con la orden de que se lo ponga en la boca, mientras que con el segundo se lo puerteaba en el orto. 
Estaba hermosa en su cama, con un pepino en la boca, uno en la concha y el tercero casi a punto de ser ensartado en el culo. No quería apresurarme, para no arruinar el momento, y porque seamos sinceros, estaba pasándolo muy bien con los gemiditos de placer de la perra, que movía la cola para que de una vez por todas se la diera en la cola. 
Así que no la hice rogar mucho más, y le clavé el pepino en el orto. 
Te ruego, le dije, que te quedes asi, disfrutando de tu tres pepinos, estás hermosa, le decia, buscando el mejor ángulo para una foto que guardaría en mis archivos secretos. 
Solo tuve que juguetear un poco con los pepinos, cuando ella anunció que estaba por acabar, que no pare de moverlo así, así, así, si, si si.. y su orgasmo le invadió el cuerpo y aun cuando su cuerpo estaba más laxo, me miró a los ojos y me pidió que no se los sacara, pero que en su boca quería mi pija.
Empezó a chupármela, y le pregunté si quería mi leche, y me hizo señas de que si.
Le dije que se pajeara con sus pepinos, mientras yo me pajeaba frente a su cara, y en el preciso momento en que derramé mi leche, ella también acabó, y se dejó caer en la cama. 
Me fui rapidamente y por supuesto cumplí. 
Pasaron unos días, y recién me llamó para decirme que de Mercado Libre le habían entregado un paquetito cuadrado que sospechaba se trataba del plug que se iba a tener que probar inmediatamente. 


Esta es la foto que me mandó como agradecimiento







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